Para comerte mejor

Relato sobre la tentación y el deseo

PARA COMERTE MEJOR

Eres mi deseo, mi fantasía, mi lujuria, eres la tentación que ha desatado mi fuego

Eres el lobo de mi cuento

El sexo y el amor siempre han sido cosas diferentes para mi, pueden ir juntos, y cuando lo hacen es maravilloso; pero nunca he sentido que fuera algo indispensable… hasta que me enamoré, y poco a poco fui dejándome llevar por la corriente, renuncie a las tentaciones y acabé olvidando todas esas sensaciones que sentía cuando dejaba que mi cuerpo sucumbiera a sus más oscuros deseos.

Pero cuando algo forma parte de ti, de tu ADN, no permanece dormido para siempre, y es aquí donde apareces tú, el lobo de mi cuento, ese lobo que ha aparecido para lamerme mejor, comerme mejor, y por supuesto follarme mejor.

Te metiste bajo miel haciendo estallar una oleada de deseo irrefrenable ¿Acaso es eso posible sin ni siquiera tocarme?

Parece que sí, porque desde que mi deseo por ti despertó, no hay nada que pueda hacer para calmar esa ansiedad por sentir tu piel contra mi piel, tu boca contra la mía, o tu lengua recorriendo cada centímetro de mi piel.

Me masturbo cada día pensando en que son tus manos las que me tocan, bajo la ducha imagino que estás ahí conmigo, en la cama cierro los ojos y pienso en tus manos acariciandome, en el trabajo fantaseo con verte aparecer, que me agarres y me folles ahí mismo. Pero por mucho que me masturbe nada consigue calmarme.

Hago el amor pensando que es a ti a quien siento dentro, que son tus manos las que me tocan, que es tu lengua la que me hace gritar de placer, Pero con cada orgasmo mis ganas de ti cada vez son más grandes.

Pasan los días y mi sexo está enrojecido, abultado y palpitante, pero cada vez que te veo, te escribo o pienso en ti, noto como me humedezco como hace años, cuando dejaba que mi cuerpo sucumbiera a sus más oscuros deseos.

Hay mi querido lobo, y ahora ¿qué hago yo?

Espero que algún día nos encontremos en el bosque y por fín podamos dar rienda suelta a nuestros deseos

Necesito sentir tus manos recorriendo cada centímetro de mi, sentir tus besos, tus caricias, poder tocarte y hacerte gemir de placer, ver en ti el deseo que yo siento, y dejarnos llevar por nuestros oscuros deseos aunque sea solo una vez.

¿Seré capaz de sucumbir a ti? No lo sé. la verdad no se si algún día llegaremos a encontrarnos en el bosque, pero si no lo hacemos al menos espero que leas esto y sepas que irremediablemente me he convertido para ti en una caperucita que solo desea que el lobo aparezca y se la coma.