Paqui mi vecina

Vuelvo de casa de mi tía y al bajar al coche a por el cargador del móvil me encuentro a la vecina. Descubro la pasión de las mujeres casadas a mis tiernos 18 años.

Si quieres ponerte al dia visita mi perfil y lee los relatos anteriores.

Después de la follada que me había dado con mi tía, mi prima y Sofia al dia siguiente volví a mi casa. Era bueno de vez en cuando aparecer por casa y poder descansar. Esa tarde estuve hablando con mis padres que estaban de viaje y les conté mi idea de cambiar de trabajo e irme a trabajar a la agencia de publicidad de mi tía.

De igual manera estuve hablando con Carmina y quedé en vernos en un par de días. De igual manera le conté que cambiaba de trabajo algunos detalles de lo que había acontecido en estos días. Mi hermana política me regalo una maravillosa corrida mientras hablábamos por video llamada. Me invito a visitar su nueva casa, pero decliné la oferta aludiendo a que estaba agotado y le tuve que colgar por que me estaba quedando sin batería…

En ese momento mi prima me llamo y me dijo que en unos días mandaban a Sofia a Suiza. La ascendían y debía mudarse. Le dije a mi prima que me estaba quedando sin batería y que tenía que bajar a mi coche a por el cargador y en ese momento mi teléfono se apagó.

Me puse unos pantalones de chándal y una camiseta y bajé al garaje. Nada mas salir del ascensor me choque con algo la luz estaba apagada y a quien fuese me la lleve por delante. Oí un quejido y el sonido de un cuerpo caer al suelo. Un aaay al llegar al mismo y quedarse allí tumbada.

Rápidamente como pude a tientas me acerqué a la pared y encendí la luz. Allí me encontré a una chica de unos cuarenta años tumbada en el suelo que empezaba a incorporarse. Llevaba un vestido largo hasta los tobillos. Me acerqué a ella y me puse en cuclillas para quedar a la altura de su cara. En ese momento no me di cuenta de que al no llevar gayumbos puestos mi polla asomo por la pernera del pantalón corto. – Madre del amor hermoso – dijo ella al verla y en ese momento caí en que era la medico que el dia anterior me había encontrado esperando el ascensor en el edificio de mi prima. – Lo siento no te he visto al salir – le dije mientras la ayudaba a incorporarse y recogía las bolsas del suelo.

  • Pero niño – me dijo ella mientras se reconstruía así misma. - ¿Tu es que vives aquí? – me pregunto. – Si en la casa de mis padres en el ático – le respondí, ella en ese momento me dijo que en el que la vi yo que era el de mi prima era donde vivían sus padres. En ese momento la vi de cuerpo entero más o menos de mi altura, con un buen pecho supongo que una 85 o 90 un culo normal y de cara aguileña con unos labios finos y unos preciosos almendrados ojos marrones. Nuevamente me disculpé y salí dirección al coche a coger el cargador.

Mi plaza de garaje tenia su propia puerta y tenia espacio para albergar de sobra mi coche y las dos motos que tenia una Ducatti 916 y una GSX-R 1100  amen de mi BMW M5 en el que me encontraba como loco buscando mi cargador del móvil. En eso me encontraba yo cuando de repente veo que aparece al lado de la puerta alguien.

– Es que eres un desvergonzado – me dijo. – Dos veces me he cruzado contigo y las dos me has enseñado la polla, niñato – me dijo aquella voz completamente salida de sí. Me incorporé y en ese momento me encontré con la vecina que me había chocado a la puerta del ascensor. – Soy Paqui tu vecina del tercero – me dijo indignada. – Seguro que ni siquiera sabes quién soy – me dijo. – Pues la verdad es que voy a lo mío y no apenas te conozco – le respondí. Ella en ese momento se encontraba frente a mí de pie al lado de la puerta del conductor mientras yo desde el asiento la miraba sentado lo que me hacia tener la cabeza girada hacia arriba y los pies fuera del coche. – Es que mírate no tienes dinero para ponerte unos calzoncillos niño – me dijo indignada. – Es que vais por la vida arrasando – me siguió abroncando. Y así la deje seguir durante un rato hasta que mi pacencia se agotó y levantándome de mi asiento me posicione en frente de ella a menos de quince centímetros de su cara.

Empecé a hablarle y casi a susurrarle más bien cambiando mi tono de voz por completo frente a los gritos de ella y comenzando a hablarle de dije – Mira, siento haberme chocado contigo a la salida del ascensor, la luz no estaba encendida y en la oscuridad no te he visto – le dije. Mientras clavaba mi mirada en la suya y arqueaba las cejas. – No me pongo gayumbos por que no me apetece – le dije a continuación. – Y no siento que me hayas visto la polla dos veces seguro que te ha alegrado la vista por que tus ojos ardían al mirarla – le dije. – Y ahora o me enseñas las tetas y nos quedamos en igualdad de condiciones o te vas a tomar por culo – le dije mientras pasando a su lado me iba al maletero del coche para dejarla pensar. Al estar allí de nuevo sentí como se acercaba a mí. No se había indignado y se había ido lo cual me daba a conocer que a esta le iba la marcha.

  • Mira, niñato estoy casada y con dos hijos y muy feliz y tu a mi no me dices que … - en ese momento yo la interrumpí. – A las vecinas mal folladas no les dirijo la palabra – le respondí. – Sera que con el trasto ese que tienes las dejas a todas muy contentas, ¿no? – me dijo completamente salida de sí. – Pues dos veces que nos hemos cruzado bien que te has fijado – le respondí. Ella me miro y en ese momento cegada por la ira dio un tirón a mis pantalones cortos y estos fueron a parar a mis rodillas. Cuando ella vio mi polla en reposo que ya estaba morcillona y colgaba unos centímetros por encima de mis rodillas se quedo congelada.

En ese momento yo aproveche para cerrar la puerta de mi plaza de garaje pulsando el botón del mando a distancia y me apoye en el capo de mi coche y deje que ella se recrease la vista con mi polla. Ella la miraba sin parar y se mordía su labio inferior nerviosa. – Bueno vecina ya la has visto bien, ¿no? – le pregunte. – Enséñame las peras – le dije. En ese momento ella se bajo los tirantes del vestido hipnotizada y bajando el vestido y el sujetador hasta su cintura. – No están mal – le dije mientras ella no apartaba la mirada de mi polla. – Gírate, quiero verte el culo – le dije. Ella sin pestañear giro sobre sí misma y dándome la espalda me dejo apreciar su culo. Me tome mi tiempo observando aquel culo y pesar de que era una chica normal para su edad es decir destacaba de ella que era delgada y ama de su casa, con un cuerpo normal no era una tía explosiva con un culazo de infarto ni unas tetas como las de mi prima o las de mi tía para mi era por ello super morboso tenerla allí para mí.

Por un momento siguió enseñándome el culo y al girarse se me quedo mirando. – Seguro que nunca te han follado fuera de una cama, ¿a qué no? – le dije mientras me acercaba a ella. – Seguro que nunca te han follado bien follada hasta saciarte de correrte un orgasmo tras otro, ¿a qué no? – le dije mientras me acercaba a ella y dejaba que mi glande se apoyase en su pierna. – Seguro que nunca te han clavado bien clavada una polla como la mía hasta el fondo en tu chochito, ¿a qué no? – le dije ahora pegando mis labios a su oreja. – Seguro que este culo nunca ha alojado ninguna polla que te haya hecho correrte hasta perder el aire, ¿a qué no? – le dije mientras mi mano recorría por completo su culo. – Y todo eso, ¿lo vas a hacer tu? – tembló su voz mientras su mirada buscaba la mía. – No, putita, todo eso es lo que tu me vas a suplicar que te haga – le dije mientras levantando su falda llevaba mi mano a su coño apartando su braguita a un lado. – Vaya – le dije mientras mi pulgar hacia contacto en su clítoris y mis otros cuatro dedos resbalaban por su raja. – Pero si esto parece una fuente – le susurre antes de morder suavemente su lóbulo. – Dime que pare y así te puedes ir a tu casa a hacerte un dedo – le dije cuando ella comenzaba a gemir.

  • La puerta la tienes ahí – le dije mientras me separaba de ella y me acercaba de nuevo al coche. Ella por respuesta completamente descolocada se me quedo mirando y subiéndose el vestido mientras yo miraba en la guantera de la puerta el cargador del móvil.

Ella a un metro y medio de distancia de mi en ese momento se levanto el vestido y sacándolo por su cabeza lo jejo caer al suelo quedando con las bragas a un lado dejando ver su coño y el sujetador por debajo de sus tetas. – No se que es lo que estoy haciendo – dijo mientras se acercaba a mi y dejaba su coño a la altura de mi boca ya que yo estaba de cuclillas al lado de la puerta del coche. – Venga demuestra lo bueno que eres – me dijo mientras dejaba su coño al alcance de mi boca.

En ese momento vi aquel coñito desatendido delante de mi y poco hice por contenerme. Me lance sobre él como un tigre. Si aquella tía quería saber lo que era una buena comida de coño desde luego por mi no se iba a quedar con las ganas así que mientras mi lengua daba buena cuenta de su clítoris dos de mis dedos entraban y salían de su interior a la vez que mi dedo pulgar recogía la mezcla de flujos y saliva que se mezclaban en su perineo y lo llevaban a su ano. Ella de pie delante de mi usaba sus manos para apoyarse en mi coronilla, pero el placer que estaba sintiendo era nuevo para ella y sus piernas no la pudieron sujetar haciendo que de nuevo se dejase caer al suelo, solo que esta vez me dio tiempo a recogerla y dejarla yacer tumbada en el suelo mientras no paraba de devorar su sexo. Ella no tardo poco mas de cinco minutos en correrse de manera silenciosa apretando con sus piernas mi cabeza hasta casi dolerme. Pensé que me dejaba sin conocimiento. Pero no por ello ceje en mi masturbación y continuando con la comida de coño mi vecina a los dos minutos de nuevo se volvió a correr en mi boca.

Me quede por un momento mirándola y la deje acabar su orgasmo mientras a los quince segundos de nuevo mi lengua recorría por completo su raja. Ella recuperando la respiración solo levanto levemente la cabeza para mirarme. – Nunca me he corrido dos veces así – me dijo. – Aun no he terminado – le dije mientras mi lengua de nuevo de volvía a hundir en su coñito y ahora a la vez que le comía el coño con los dos dedos de mi mano derecha me dedicaba a masturbar su coño mientras los dos dedos mayores de mi mano izquierda empezaban a perforar su culo.

Mi vecina me miraba asombrada mientras empezaba a sentir de nuevo el placer que le estaba dando. Iba a decir algo, pero su boca solo acertó a tomar aire y tras dos intentos se abandono por completo. Yo chupaba, dedeaba y penetraba todo lo que podía y tenía a mano. Mi vecina no paraba de retorcerse suavemente, se notaba contenida. – Disfruta de la comida de coño que te estoy dando putita – le dije mientras de nuevo me volvía a comer su coño y mi mirada se clavaba en la suya. Abandonando mis dedos en su culo agarre su mano y la lleve hasta sus tetas invitándola a que ella misma también se estimulase. Ver su mirada como tímidamente se cruzaba con la mía mientras veía como mi mandíbula se refregaba por su coño fue demasiado para ella y ahora si alcanzando un maravilloso orgasmo se corrió en mi boca, lanzando potentes chorros sobre mi boca y mi cara mientras su cuerpo se arqueaba y sentía los espasmos propios del orgasmo.

La deje acabar y la deje allí tumbada. Ella al recuperarse se incorporó y poniéndose en posición fetal intento tapar mi cuerpo a su vista. – Si claro tapate – le die mientras me incorporaba y me sentaba apoyando mi espalda en la aleta del coche. – Seguro que todas las noches te follan así, ¿a que sí? – le dije irónicamente. Nunca he tenido cinco orgasmos así seguidos – me dijo ella con la boca pequeña. – Putita di que nunca una comida de coño te ha hecho correrte cinco veces seguidas, coño – le dije ya indignado de que estuviese tan cohibida. – Mira niñato yo no hablo así, ¿te queda claro? – me dijo indignada. – Ni te follan así me queda claro – le respondí.

Ella por un momento se me quedo mirando y no hacia nada ni por acercarse a mi para continuar ni por irse. Tras un rato mas de dudas me miro y con un hilo de voz me pregunto se llevaba condones. Yo le dije que había bajado a buscar el cargador y que solo llevaba las llaves de casa y las del coche. – Te la puedo chupar – me dijo de nuevo con un hilo de voz. Le dije que adelante y ella tímidamente se acerco a mi polla. Yo me puse de pie y ella de rodillas torpemente empezó a chupármela. A la pobre mujer le costaba horrores meterse mi glande en la boca y poco más de cinco centímetros mas entraban dentro de su boca. – Te voy a follar – le dije. Ella me miro y me dijo que no, que los tíos nos corremos en dos minutos y no se quería quedar preñada. – Mira, yo no sé qué coño de mierda de polvos te han echado, pero ya veras como conmigo no – le dije mientras la invitaba a poner las manos en el capo y colocándome detrás de ella guiaba mi polla. – Por el culo no por favor – me dijo completamente cohibida mientras ponía su mano en mi cadera. – Pero que mal folladita estas putita, ¿Qué pasa?, ¿Qué solo conoces la posición de misionero? – le dije mientras apartando su mano la llevaba de nuevo al capo del coche y guiando mi polla mi glande se alojaba en su coño.

Ella sintió como empezaba a entrar en ella. – Y un par de posturas más – me respondió. – Pues prepárate a descubrir un mundo nuevo – le dije mientras me empezaba a introducir dentro de ella. – Joder que cerradita estas – le dije mientras notaba que me estaba costando enormemente abrirla. Me Salí de ella y clavándome de rodillas ensalivé su coño clavando mi lengua dentro de ella todo lo que era posible mientras mi dedo corazón la penetraba todo lo que me era posible. – Vamos allá – dije después de hacer que de nuevo alcanzase un orgasmo y hacer trabajado todo lo posible su coño. De nuevo agarre mi polla y me clave dentro de ella levando a poder alojar la mitad de mi polla dentro de ella. – Joder ya vamos por la mitad – le dije mientras empezaba a entrar y a salir de su interior. – Ese es mi tope – me dijo ella mientras empezaba a bufar.

Me tumbe en el suelo y ahora fue ella la que de rodillas se puso sobre mí. Intento alojar mi polla dentro de ella, pero mi polla hacia tope al llegar a la mitad. – Es enorme – dijo ella poniéndose ahora en cuclillas y balanceando su cuerpo empezó a clavarse la mitad de mi polla en su vagina. – Me gustaba mas como te movías tu – me dijo cuando ella había dado seis o siete sentones sobre mi falo.

De nuevo la volví a poner sobre el capo del coche boca arriba a la altura del eje del coche y dejé mi polla a la altura de su coño mientras la agarraba de su pierna izquierda para dejarla algo de lado y tener una mejor manera de follarla. De nuevo la empecé a follar no pudiendo hundir mas de la mitad de mi polla dentro de ella. Por lo que empecé a penetrar su culo, aquella mujer desde luego estaba muy, pero que muy, muy, muy mal follada y ver como no paraba de correrse mientras ya tres cuartas partes de mi polla entraba dentro de ella y tres de mis dedos de la mano izquierda perforaban su culo me lo estaba demostrando.

No paraba de ver como sus tetas se bamboleaban testigo de los empellones que le estaba dando a su coño. Y de nuevo mientras ahora ella se sobaba los pezones se volvió a correr. Entre las contracciones de su coño por fin pude llegar a clavarme por completo dentro de ella. – joder putita por fin consigo follarte bien follada – le dije mientras incorporándose ella veía como toda mi polla salía de su coño y de nuevo volvía a entrar por completo. - Que gustazo me has abierto por completo – susurro ella mientras con su mirada fija observaba como entraba y salía de ella. – Si tu coño se ha abierto entero para acoger mi polla – le dije mientras sentía como su coño dado por completo de si alojaba mi miembro. – Nunca en cuarenta y cinco años me han follado así – me dijo ella mientras se acercaba a mí y sus pezones duros como piedras rozaban por mi costado. – Has visto que existe otra manera de que te follen ¿eh? – le dije mientras la invitaba de nuevo a tumbarse en el capo del coche y la seguía follando. – Ahora voy a inaugurar tu culo y correrme en él – le dije mientras no paraba de follarme su coño.

En ese momento ella me miro con los ojos abiertos como platos y negó con la cabeza. – No te estoy preguntando – le dije mientras me salía de ella. – Te estoy diciendo lo que va a ocurrir – suspire mientras me clavaba dentro de ella. – Llevo follándote ya un buen rato y tu coño está completamente abierto – le dije mientras de nuevo me salía de ella. – Mira estas tan abierta que tu coño yo no lo noto – le dije mientras me clavaba de nuevo en el fondo de ella. Esta vez al sacarla lleve mi polla a la entrada de su culo y como estaba bien dilatado del trabajo que le había estado haciendo mi polla entro perfectamente dentro de ella hasta mas de la mitad del mismo. – Joder putita que fácil es dilatarte le dije mientras ella era consciente de que me estaba clavando en su culo. – Joder – dijo – pero si da placer – me dijo mientras sentía como pasaba de ser un peso muerto a empezar a moverse levemente. – Te esta gustando ¿eh? – le dije mientras cogía su mano y la llevaba a su clítoris invitándolo a masturbarse. – Yo nunca me he hecho esto – me confeso mientras me clavaba dentro de ella. – ¿Nunca te has hecho un dedo? – le pregunte incrédulo. Ella negó con la cabeza y yo le respondí pues para que veas que siempre hay una primera vez para todo.

Ella ahora se animo a continuar a continuar con la paja y de nuevo mientras yo no paraba de follarla ella se corrió de nuevo. – Muy bien ahora voy a regar tu culo con mi corrida y quiero que luego me limpies la polla – le dije. – No por favor no te corras en mi culo – me suplico ella. – Mi marido podría darse cuenta – me confeso. – Pues me corro en tu boca y veo cómo te lo tragas – le dije. – Pero quiero que lo hagas – le dije. – Te juro que me lo tragare – me dijo mientras saliéndome de ella caía de rodillas delante de mi y su boca alojaba mi polla. Empecé en ese momento a bombear su boca. – Muy bien putita deja así la boca que yo me encargo de todo – le dije para que no se moviese. Ella me hizo caso y yo continúe follándome su boca hasta que me derrame dentro de ella.

Ella de cuclillas delante de mi encajada entre la rueda del coche y mi cuerpo me dejo que me corriese dentro de su boca y me vaciase por completo. Al terminar me miro y abriendo la boca me enseño toda mi simiente dentro de ella para a continuación cerrar la boca y tragársela y abrir la boca y enseñármela vacía.

  • ¿Has visto? Todo – me dijo. Mientras aun de rodillas delante de mi con mi polla a un par de centímetros de su cara me miraba directamente a los ojos. – Ahora si quieres ser una buena zorra yo solo te queda chupármela y tragarte los restos que se me han quedado pegados a la polla. Ella por un segundo se me quedo mirando dubitativa, pero de nuevo hizo todo lo que pudo y pasando su lengua por toda mi polla recogió los restos de corrida y flujo que quedaban en mi polla e introduciendo el glande en la boca absorbió y lo dejo limpio como si nada hubiese pasado. De nuevo me enseño su boca sin el menor resto. – Muy bien – le dije mientras le daba la mano para incorporarse.

Mientras me subía los pantalones cortos ella me miraba. – Nunca me lo han hecho así – me confeso. Yo me gire y me acerque a ella. – No, dilo bien – le dije. – Nunca te han follado así – le susurre. Ella por primera vez me miro y me sonrió. – Ves hasta hace que sonrías – le dije. Ella me miro y me dijo – Eso – cohibida de nuevo. – Pues cuando quieras será un placer volver a meterme entre tus piernas – le dije justo antes de besarla y dejar que mi lengua entrase en su boca para juguetear con la suya. Cuando me separe de ella su mirada estaba fija en la mía. Me alargo su móvil y me dijo – Por favor dame tu numero y yo te llamo – mientras esperaba a que yo lo cogiese y me hiciese una llamada perdida. – ¿Tienes novia? – me pregunto. Yo negué con la cabeza. – Me puedes llamar cuando quieras – le dije. – Pero que pueda acudir o no ya depende – le dije. – Vas a ir a la fiesta de vecinos de esta noche? – me pregunto. Yo en ese momento las miré y negué con la cabeza indicándole que no sabia a que se refería. – Esta noche a las diez en los jardines de la comunidad se hace un pequeño cocktail para los vecinos – me dijo ella. – Pues la verdad es que no lo he visto – le confesé. – Pues es esta noche a partir de las diez – me dijo ella invitándome a asistir. – Esta bien ya veré luego – le dije.

En ese momento en el que yo le había devuelto el móvil a ella miro la hora. – Vaya no me puedo creer que sean ya las ocho y media de la tarde – dijo dándose cuenta de que el tiempo había pasado volando. – Seguro que nunca has echado un polvo de mas de 15 minutos – le dije serio. – Pues la verdad es que no – me confeso ella. – Nunca he mantenido relaciones sexuales más largas de media hora – me dijo. – Pues es una lástima – le dije. – Desde luego que si – me dijo ella. – Nunca me han poseído, como tú, durante dos horas y media – me confeso. – Si es que ha sido corto – le dije yo. Ella abrió los ojos como platos. – Si quieres un buen revolcón por lo menos cuatro horas – le confesé. – Bueno me voy que soy la vicepresidenta de la comunidad y tengo un montón de cosas por hacer aun – me dijo mientras se encaminaba a la puerta del garaje. – Así vas muy guapa – le dije mientras ella aún no se había percatado de que iba desnuda. Al darse cuenta me miro y cohibida y acercándose al vestido que aun estaba tirado y arrugado en el suelo lo cogió y se lo puso saliendo como alma que lleva el diablo.

Yo me quedé un rato más y por fin encontré el cargador de las narices. Me subí a casa y mientras ponía el teléfono en carga me fui a darme una larga y placentera ducha.