Paqui mi vecina 4 y ahora todas las demás

Ahora seguimos en casa que esta aqui Vero y en breve..

Antes que nada, para conocer toda la historia recomiendo leer los relatos anteriores para poder ponerse en situación. ¡¡Se agradecen comentarios!!

Era lunes por la mañana cuando me desperté. Remoloneando en la cama empecé a recordar la noche anterior y antes de levantarme estuve mirando el móvil mi prima Raquel me escribió para decirme que hasta el jueves no tendría que pasar por el trabajo a firmar la baja y mi tía también me escribía para citarme en su oficina al dia siguiente para empezar a entrar en materia en la oficina suya. Carmina me confirmaba que si quería la próxima noche podíamos cenar en su nueva casa.

Poco a poco y con calma fue respondiendo uno a uno a todos. Y poco después de dirigí al baño y a continuación después de ducharme me fui a desayunar.

Me senté en la cocina y poco a poco con calma aun eran las diez de la mañana me senté a desayunar mientras desayunaba y recuperaba fuerzas para empezar el dia.

Al poco de estar en la terraza tomando el sol Vanesa (a la que yo llamaba Vero) vino a darme los buenos días. Estaba con una bata de esas azules que usaban las asistentas y la verdad es que me hacia dudar si llevaba algo debajo. – Anda que anoche menuda noche – me dijo como siempre socarrona. – La verdad es que si – le conteste. – Espero que disfrutases de las vistas – le conteste yo. – Y yo espero que a ti te inspirasen las mías – me dijo ella en referencia a haberla pillado en su habitación. Ambos nos reímos con su ocurrencia y nos quedamos allí tumbados entre sol y sombra. – Por que no te pones un bikini y te quedas aquí conmigo – le dije cuando veía que hacia ademan por levantarse. – Tu lo que quieres es verme ligera de ropa – me contesto ella. – No Vero – le dije en un primer momento – yo lo que quiero es verte en bolas – le dije mientras me giraba y clavaba mi mirada en la suya.  – Chiquillo con que energía te despiertas – me dijo ella- - Es lo que tiene dormir ocho horas – le conteste.

Ella me dijo que de acuerdo que iba a su habitación a cambiarse y volvía. – Tus padres te han confirmado que no vuelven ¿no? – me dijo mientras se levantaba de la tumbona. – No – le respondí están en Portugal y por lo menos se quedan allí una semana más – le respondí. – Que no quiero que vuelvan y parezca que yo me dedico a pelar la pava contigo – me dijo mientras desaparecía camino a su habitación.

Por un rato me quede empanado recorriendo con mi vista la terraza de la casa. Como el piso de mi tía esta terraza tenía jardín y jacuzzi que se distribuían en algo mas de cien metros cuadrados. Me acorde de ella y espere ansioso que llegase el momento de volver a verla y esta noche de nuevo volvía ver a Carmina mi hermana política después de dos semanas sin vernos.

Al rato apareció Vero a mi lado y todos los pensamientos de mi cabeza desaparecieron. – Joder Vero como estas – fue lo único que pude decir y que me salió del alma. Vero llevaba y un bikini negro a rayas blancas que dibujaba perfectamente unos pechos de no menos una talla ciento veinte o ciento treinta, un culo ancho coronado por una cadera estrecha su largo pelo negro recogido en una coleta y unas piernas torneadas que enmarcaban su metro setenta de altura. – Joder niña a veces me olvido del cuerpazo que tienes – le dije mientras me había puesto de pie al verla entrar en la terraza.

Vero se tumbo a mi lado y poco a poco viendo pasar la mañana disfrutamos de la compañía del otro. Le conté a Vero que dejaba el hotel y que ahora me iba a trabajar con mi tía. Ella en ese momento al contarle el cambio y lo que me gustaba lo que iba a hacer salto de su tumbona a la mía y me abrazo. Siempre que me abrazaba no podía evitar deleitarme con el tacto de sus pechos sobre mí. Sentir aquellas maravillas de la naturaleza apoyarse contra mí me hacían empalmarme. Para ser sinceros con Vero no había problema en que ella lo notase. Como ya he comentado antes la confianza entre nosotros era total y al igual que el pudor era de barreras inexistentes.

Estrecha a Vero entre mis brazos y no deje que se separase de mí. Ella se dejo querer y yo mientras me dedique a dar pequeños y suaves besos por su hombro. – A ver si ahora que te las follas de mi edad vas a querer montarme a mí también – me dijo ella refiriéndose a Paqui que en ese momento me entere que tenia cuarenta y ocho años y Bea que tenia cuarenta cinco años. – Se que andas por esa edad – le confesé. – Y no olvides que la que abrió la veda de las maduras fuiste tu – le dije.

Aquí hago un pequeño inciso para que entendáis de que hablo. Como sabéis de anteriores relatos míos yo soy super dotado y con quince años de edad, antes de esta historia, hice selectividad. Ese dia que iba a hacer el primer examen estaba despierto y super nervioso a las cuatro de la mañana el dia antes del examen. Los nervios no me dejaban dormir y la verdad es que estaba nervioso por que por historias que no vienen al caso estaba muy presionado. Esa noche Vero se levantó y al ver luz debajo por debajo de mi puerta entro en mi habitación. Como digo ella y yo desde siempre tenemos mucha confianza y al preguntarme por que estaba nervioso sabiendo ella la historia me sonsaco todo lo que me preocupaba. Ella me dijo que había un remedio infalible para dormir y que si le guardaba el secreto ella me ayudaba a llevarlo a cabo. Yo por supuesto le dije que sí, sin problema le guardaba el secreto ella en ese momento me beso y mientras desabrocho mi pantalón. Su mano se metió en mi pantalón y me casco una maravillosa paja y a continuación una maravillosa mamada que me hizo dormir como un bendito y de igual manera durante los tres días que duro selectividad ella me aplico el mismo tratamiento que yo por supuesto siempre guarde en secreto. Aquella fue mi segunda experiencia después del estreno con mi prima Gema.

Ella se rio recordando la experiencia – la verdad es que esas noches dormiste como un bendito – me dijo ella riéndose. – Es lo que tenéis las mujeres con experiencia que me dejáis vacío y duermo de bien – le dije yo mientras me incorporaba de lado y me giraba hacia ella. – Oye por cierto como sabes lo de Paqui – le pregunte. – Pues porque os oí anoche – me respondió ella. – Anda que menudo semental estas hacho tu – me dijo ella mientras me clavaba aquellos enormes ojos negros en los míos. – Primero montas a una en el garaje luego en los baños de la piscina y por último para la otra tienes aquí otra buena ración – me respondió ella. – Desde luego bendita juventud – me dijo ella mientas de costado se giraba también hacia mi lado. – Vero me dejas verte las tetas – le pregunte cuando girando hacia la derecha su pecho izquierdo cayo hasta casi su esternón y el otro se apoyo por completo en la base de la hamaca. Ella me miro y sonriendo me dijo – ¿Aun te acuerdas de los días de selectividad no? – me pregunto. – Vero de esos días no me olvidare en toda mi vida – le dije.

En ese momento Vero se desato el bikini y dejo sus pechos libres y lo mas importante a mi vista. – Tienes unas tetas preciosas – le dije mientras tumbado de lado no apartaba mi vista de ellas. Yo en ese momento tranquilamente y en silencio me quite el bañador y me quede desnudo como había hecho muchas veces antes con ella mientras permanecía con los ojos cerrados tumbada a mi lado.

De repente ella si abrir los ojos se puso boca abajo y me pidió que le pusiese crema. Yo me senté a su lado y supongo que al apoyar mi cadera desnuda en su costado se percato de que me había quitado el bañador, pero aun así no dijo nada. Me puse a la tarea de repartir crema y al llegar a su plexo solar vi que lo tenia montado. – Anda que menuda contractura tienes aquí – le dije. En ese momento sin pensarlo me senté sobre sus piernas y me puse con ayuda de la crema solar a masajear la zona empecé desde los hombros y ella acompañaba mi masaje con un suave ronroneo. – Que gustazo señorito – me dijo ella mientras mis dedos hacían que cada musculo de su cuerpo volviese a su sitio.

Yo la verdad es que no me había dado cuenta, pero mientras me movía sobre ella para coger siempre la mejor postura para recolocar sus músculos mi polla en completo reposo se había ido moviendo en el hueco que había entre sus piernas y mi glande había llegado a encajarse en la zona media de su vagina. Entre mis movimientos y el tamaño de mi glande aquello se había convertido para Vero en una paja muy lenta que la había encendido e hizo percatarme de ello cuando su humedad se empezó a hacer palpable en mi glande. Yo al sentirlo no le hice caso y continúe con el masaje alargándolo ahora todo lo posible para ver hasta donde llegaba aquello. – Ya veo – gimió ella mientras no se movía – que has crecido mucho desde selectividad – me dijo ahora mientras separaba un poco mas las piernas y dejaba que mi glande resbalase hasta llegar a la altura de su clítoris separándonos solo la tela del bikini.

Yo en ese momento desate las tiras laterales de la braguita de su bikini y deje su culo al descubierto mientras suavemente ella me dejaba quitárselo por completo. – Bueno ya la viste anoche en acción – le susurre mientras me inclinaba sobre ella y nuevamente besaba su hombro. – Si la verdad es que anoche me sentí orgullosa de ver como le dabas polla a esa zorra haciéndola disfrutar sin parar – me dijo. - ¿Sabes cuantas veces la hiciste correr? – me pregunto. – No lo se la verdad, lo que se, es que en la puerta me dijo que estaba muy satisfecha – me dije mientras ahora de nuevo extendía toda la extensión de mi polla a lo largo de su culo entre ambas nalgas. – Ya la vi como se arrodillaba delante de tu polla, esa que tienes ahora en mi culo, y te la comía hasta que le regalabas otra corrida – me dijo ella mientras sus manos iban hasta sus nalgas y separando sus cachetes dejaba que mi polla se hundiese en la raja de su culo hasta quedar mi glande a dos centímetros de su coxis.  Yo estaba apoyado sobre sus muslos y por los lados veía como se extendían sus pechos. Clavado entre los cachetes de su culo continúe dando mi masaje hasta que llegue a completar su espalda durante todo este rato ella había estado sintiendo como toda mi extensión se frotaba por su culo y su coño no había parado de soltar juguitos.

Ahora ella se giró y dándose la vuelta mientras quedaba boca arriba, me pidió que ahora le diese el masaje por delante. Ahora yo me senté en la hamaca con las piernas abiertas y mi polla se apoyó en toda su extensión sobre el cojín que cubría la hamaca. Ella pego su cadera mientras sus manos separando los cachetes del culo de nuevo al hacer contacto con la goma espuma de la hamaca atrapaban mi polla a la vez que su clítoris se frotaba con mi estomago y sus piernas flexionadas se extendían de desde detrás de mi espalda hacia los pies de la hamaca.

En esta posición de nuevo reanude mi masaje posando mis manos sobre sus hombros mientras mis ante brazos rozaban sus pezones. Mis dedos se dedicaban ahora a sus omóplatos haciendo que yo al moverme su clítoris rozase con mi cuerpo. Ella suspiraba gemía y se retorcía suavemente mientras yo seguía a lo mío y mis dedos recorrían por completo sus hombros. Sus jugos ya resbalaban desde su coño a su ano y gracias al movimiento provocado por el masaje mi polla no dejaba de sentir como su cuerpo se movía adelante y atrás haciendo que los jugos se repartiesen a lo largo de todo el tronco de mi polla. – Te estoy dejando pringado – me dijo ella. – Me encanta así resbala mejor – le susurre yo mientras ya empezaba a masajear su brazo izquierdo. – Te gusta pringarte con mi corrida – me pregunto. – Me encanta si es tuya y lo sabes – le respondí mientras ella ahora ronroneando se frotaba sin parar. – Parece que mi Vero esta para correrse – le susurre mientras pellizcaba sus pezones. – ¿Y qué quieres? – me dijo mientras llevaba su mano a su vagina. Yo se la retiré y negué con la cabeza. – Llevas un “ratáncano” con tu polla en mi culo y frotando mi coño pues me pones perra – me dijo. – Y ahora solo quiero correrme – me dijo mientras de nuevo su mano volvía a intentar atrapar su clítoris.

Yo de nuevo negué con la cabeza. – Sigue como vas – le dije a la vez que sin parar de moverse sus labios vaginales parecían que estaban besando mi estómago. – Quieres que me corra sin tocarme – me pregunto. – Exacto – le respondí. – Quieres follarme – me pregunto clavando su mirada en la mía mientras sentía como todo su culo recorría mi polla adelante y atrás. – Quieres clavarme esta hermosa polla en mi coño – me dijo mientras su cadera no paraba de cimbrear sobre mí. – Sabes que ahora mismo solo soy capaz de pensar en tu orgasmo – le respondí mientras sentía como mi polla empezaba a ponerse dura. – Y yo se que desde aquella noche en que te la chupe no dejas de pensar en follarme – me dijo ella mientras no paraba de moverse sobre mi polla y restregarse con mi estómago. – Si quieres que te de un buen pollazo, sabes que solo tienes que pedirlo – le dije. – No te parecen claras las señales – me respondió ella. – Si – le respondí mientras ella sentía como mi polla se hinchaba dentro de ella. – Pero quiero oírlo de tus labios – le susurre. – Joder toda esta polla, esta pollaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – tartamudeo mientras sentía como ruidosamente se corría delante de mi y como su coño haciendo contracciones por su orgasmo hacia ventosa sobre mi piel. – Dentro de mi – termino de decir mientras seguía moviéndose delante de mí.

Cuando Vero hubo terminado su orgasmo volvió su mirada hacia mí y recorrió con su mirada su cuerpo desnudo que hacía presión contra el mío que de igual manera desnudo estaba a su lado. – Eres una preciosidad – me dijo mientras sus uñas suavemente arañaban mi brazo. – Es un gustazo lo que logra esa mente perversa tuya – me dijo ella mientras de nuevo empezaba a moverse. Me encanta sentir como toda tu polla se aloja en mi culo – me dijo ella mientras sentía como mi polla llena de fluidos no paraba de resbalar sobre ella.

Mi polla no paraba de hincharse por la erección que tenia y en ese momento tuve que sacarla de su culo y colocarla de pie frente a mi estómago. – Menuda belleza – dijo ella mientras veía como mi glande se apoyaba unos centímetros por encima de mi ombligo llegando a apoyarse casi en mi esternón al estar yo algo encorvado. – Pero que pedazo de polla tienes – me dijo ella mientras refregaba todo su coño por mi polla arriba y abajo mientras sus labios mayores recorrían todo el tronco de mi rabo. – Desde luego esta mucho mas grande que cuando me la comí – me dijo ella sin dejar de frotarse contra mi falo.

Ella no paraba de frotarse con mi polla y yo no dejaba de desear clavarme dentro de ella. – Que pollazo te voy a meter como sigas así – le dije yo completamente salido de mí. – Eso es lo que quiero – gimió ella- - Quiero que me claves toda tu polla dentro de mi conejo de chacha – me dijo ella que incorporada a mí me mostraba lo cachonda que estaba. – Quiero que claves este enorme badajo en lo mas hondo de mi coño de puta – me susurro. – ¿Me vas a dar polla? – me pregunto mientras no paraba de frotarse contra mí. – Le vas a dar rabo hasta hartarse a la puta que tienes delante de ti – me dijo mientras no paraba de moverse. – Lléname, quiero que me llenes como a todas esas putas que me cuentas que te follas – me dijo ella de nuevo frotándose mientras su cuerpo se retraía por un espasmo.

  • No ves cómo te tienes – me pregunto ella. – Estoy cansada de matarme a pajas en mi habitación viendo videos de críos follando con maduras como yo – me confeso. – Si mis dedos se follan mi coño maduro mientras veo videos de niñatos clavando sus pollas en viejas e imagino que eres tu el que se clava dentro de mi coño de putaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gimió Vero reventando en un maravilloso orgasmo que la hizo correrse y lanzar seis chorros de fluido a la base de mi polla.

Vero en ese momento se dejo caer en la hamaca el esfuerzo físico la había dejado derrotada y exhausta sin poder moverse delante de mí. – Te pajeas viendo videos de jóvenes follando con maduras – le pregunte con la curiosidad que me vencía sin remedio. Ella sin recuperar el resuello asintió con la cabeza. – Desde el dia que te corriste en mi boca antes de selectividad – me confeso. – Primero me sentí mal por que eras un crio, pero luego recapacitando llegue a la conclusión de que tu mente no esta acorde con tu cuerpo – me confeso mientras de nuevo llenaba sus pulmones de aire. – Y comprendí que no estaba mal lo que había hecho – sentencio. – Luego con el paso del tiempo cuando me contabas como te follabas a tus profesoras particulares, a tus tutoras de estudios, profesoras y compañeras de clase de la universidad, vecinas, compañeras de prácticas de trabajo y demás entendí que eras un follador nato que yo no te había provocado ningún daño y solo deseaba volver a repetirlo, pero al no darse la oportunidad ahogué mi necesidad a base de pajas – me confeso. – Hasta hoy – me dijo cerrando su confesión.

Yo me quede mirándola. – Entonces quieres que te folle – le pregunte. – Si te deseo dentro de mi desde hace mucho – me confeso. – Pues hazlo – le dije. Ella me miro sin entender e hizo ademán de levantarse, pero yo la retuve. – Tal y como estas – le dije. – Si tanto la deseas clávatela en tu coño – le susurre.

En ese momento Vero llevo su mano a mi polla y separando su cadera dejo el espacio suficiente para que Vero agarrando mi polla colocase mi polla refregando todo mi glande por su clítoris y sus labios para ponerlo colocado a la entrada de su vagina y clavando sus tobillos a la altura de mis riñones de tres o cuatro embates se clavo la mitad de mi polla dentro de ella. – Pero que delicia de pollaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – gimió en un sonido gutural Vero al sentirme dentro de ella mientras reventaba como un aspersor y su corrida salía como un aspersor de su coño.

Vero se quedo quieta delante de mi disfrutando de mi acometida dentro de ella. – Espera un segundo - me pidió mientras ponía su mano en mi estomago para que no me moviese. – Llevo mucho deseando esto – me dijo. – Y, a veces he compartido mi perversión con alguien – me confeso. – Nos juramos entre nosotras que si algún dia llegaba a ocurrir lo compartiríamos – me dijo continuando su confesión. – Siempre le he dicho que el dia que me clavases tu polla conociéndote no habría problema en que lo viese. ¿Te importa que la llame?  - me dijo. Yo la mire sin entender.  – ¿A quién te refieres? – le pregunte. – A Maina – me dijo.

Yo en ese momento no la situé. – Si la ama de llaves negra del piso de abajo – me dijo. – La que tiene los ojos verdes – me dijo ella. – Ostias esta super buena – le respondí. – Si ella y yo al librar los mismos días nos hicimos muy amigas desde que llego – me dijo. – Y como muchas veces coincidimos en la compra o en el parque paseando a los perros la verdad es que nos hemos hecho muchas confidencias – me confeso Vero de la que quiero aclarar en este punto que ella es rusa y Maina es de Zimbabwe.

  • Esta bien pero antes de llamarla quiero saber algo – le dije mientras aun tenia la mitad de mi polla clavada dentro de ella. – Quiero saber si tienes plena y total confianza en ella como yo la tengo en ti – le pregunte. - Para mí ella es como mi hermana nos conocemos desde hace quince años – que llevo aquí con tus padres trabajando – me confeso. – Vale – le respondí.  – ¿Os habéis enrollado? – le pregunte. Ella por un momento me miro y ladeo la cabeza. – Si alguna vez nos hemos dado placer al saber que estábamos solas, tanto ella como yo estamos colas, sin familia y los hombres a parte de sacarnos el dinero y ser una panda de borrachos poco más han hecho por nosotras y al final decidimos que era mejor apañarnos entre nosotras que hacerlo con cualquier mamón – me confeso. – Te has comido su coño – le pregunte. – Si, y antes de que me preguntes ella también me lo ha comido a mi – me dijo ella sabiendo por donde iba. – Nos puedes follar a las dos sin problema ninguno – me dijo ella. – De hecho, mas de una vez y de dos lo hemos hablado – me dijo mientras cogiendo el móvil llamaba a Maina.