Paqui mi vecina 2
Me bajo a la fiesta y descubro a mi vecina
Después de ducharme mientras estaba en el salón Vanesa se acercó a mí era la interna que trabajaba en casa de mis padres y casi como mi segunda madre. Yo en plan de broma la llamaba Veronica en referencia a Veronica Zemanova ya que era clavada a ella y le hacia gracia. Me dijo que tenia la cena en la cocina y que ella se retiraba ya a su habitación. Yo le dije que me había enterado de que los vecinos hacían fiesta en los jardines de la urbanización y a lo mejor bajaba. – A saber, como te has enterado – me dijo ella socarrona mientras desaparecía en dirección a su habitación.
Yo me quedé viendo como su hermoso culo desaparecía por la puerta y mientras me ponía la cena al lado de mi, en el sofá me puse a ver la tele.
Al rato de terminar de cenar mi teléfono vibro dándome conocimiento de que me había entrado un WhatsApp. Lo leí y me di cuenta de que no me identificaba el emisor. Solo ponía - ¿Bajas? – me quede viéndolo en la pantalla sin desbloquear. En un primer momento pensé que era alguien que se había equivocado, pero luego me acorde la llamada perdida de Paqui la vecina. Desbloque el teléfono y mire la lista de llamadas y agregue su numero a la agenda. En efecto el mensaje era de ella. - ¿Tienes ganas de más? – le respondí. – Quiero que todos los vecinos se conozcan – me respondió. – Ya, pero tú, ¿tienes ganas de más? – le volví a responder de nuevo. Ella no respondió, la pantalla de teléfono paso de estar en espera a apagarse y yo continúe viendo la televisión. A los cinco minutos el teléfono volvió a vibrar – Si, pero mi marido está aquí – me respondió. – Esta bien, bajo ahora – le respondí mientras me dirigía a mi habitación y me ponía unos vaqueros cortos y una camisa de vestir acompañado de unas zapatillas de deporte. Me dirigí a la habitación de Vanesa y al abrir la puerta casi sin mirar le dije – Vero que me bajo a la fiesta – en ese momento la sorpresa para los dos fue mutua. Ella estaba desnuda sobre la cama y follándose con un consolador mientras con los cascos puestos veía una peli porno. La pobre mujer dio un bote al verme que casi se muere del infarto y tras el susto inicial a fin de quitarle hierro al asunto después de haberla visto completamente desnuda le dije – Ves como eres como Veronica – comenzando a reírme. Ella por respuesta lanzo un cojín que se estrello con la puerta cuando yo la cerraba y despareciendo por el pasillo salí de la casa. – Joder que buena estaba la jodía – pensé cuando bajaba por el ascensor y no podía apartar de mi cabeza comparar las tetas de Vanesa con las de mi tía o mi prima.
Llegue a la fiesta y busque con la mirada a Paqui, ya eran cerca de las once de la noche y no había demasiados vecinos. Al poco por fin la vi estaba espectacular con un vestido largo, negro de noche con la espalda al aire y unos tacones de quince centímetros que le hacían una figura muy estilosa a parte de realzar su culo. Al verme espero a que me quedase solo y se acercó a mí. Mirándome me dijo – Gracias por venir – después me planto dos besos y entre beso y beso yo le susurre – Encantado de ver si tengo la oportunidad de meterme de nuevo entre tus piernas – le respondí. Ella me miro ruborizada y a mi me hizo gracias que una señora que tenia mas del doble de mi edad se ruborizase ante mis comentarios. – Parece que hay poca gente, ¿no? – le dije para suavizar el ambiente. – Si seguro que a las fiestas que tu vas las niñatas las llenan, ¿no? – me dijo ella ofuscada. – Pues la verdad, es que no lo se, a mi me gustan con cerebro y en esos lugares no las encuentras – le respondí. – Aunque tampoco es normal encontrarse una vecina en el ascensor y reventarla a pollazos – le susurre en el oído. Ella se quedó paralizada mientras escuchaba mis palabras.
- Hola buenas noches – oí que decía alguien a mi espalada. Me gire y respondí – Hola buenas noches – de repente me encontré a un hombre mayor de unos setenta años delante de mi con muy buen porte que me tendía la mano que yo estreche. – Tu eres el cerebrín del ático, ¿no? – me dijo. Yo en ese momento lo mire con odio ante la gilipollez de comentario. - ¿Perdón? - le respondí. Él, muy gilipollas, me dijo que me conocía por que alguno de mis hermanos le había hablado de mi y sabia que yo era super dotado y que con solo 18 años ya había terminado cuatro carreras universitarias. Él aludió a la buena posición de mis padres y a la vida fácil que tenia sin preocuparme del dinero por que era como sus hijos que con cerca de cuarenta años aún no habían dado ni clavo. Yo muy educadamente le dije que no conocía a sus hijos y que yo había empezado a trabajar hacía ya unos años y que con ese dinero pagaba mi plaza de garaje y mis juguetes amen de mis vicios al igual que mis estudios y muchas mas cosas. – Si, trabajando llevo desde los dieciséis años – le respondí.
El soplapollas en cuestión siguió con su verborrea y la verdad que por la educación que me habían dado mis padres me mantuve cayado si no allí mismo le hubiese mandado a tomar por culo. El imbécil no se callaba y ya iba con un par de copas de más. – Si como esta – dijo refiriéndose a su mujer. – Esta es de la edad de mi hijo el mayor me lie con ella porque era alumna mía y tampoco da ni clavo – me dijo dejando hundida a su mujer en la mas absoluta de las miserias. La verdad es que en ese momento aquella mujer me dio pena y ahora entendí el por que de su cabreo con el mundo. Paqui en ese momento no aguanto y hecha un mar de lágrimas desapareció en dirección a los baños de la comunidad. En ese momento un par de parejas más de vecinos hacían corro con nosotros. El soplapollas en cuestión se reía de su superioridad y yo girándome hacia él mientras el silencio se podía cortar con un cuchillo le dije tan solo – Piense usted, que en sus quejas se refleja el dicho de, que no hay peor pastor, que aquel que no sabe andar el camino – en ese momento los vecinos que nos acompañaban asintieron y se sonrieron al haberlo dejado en ridículo delante de todos los demás vecinos y yo dándome la vuelta deje al soplapollas con la palabra en la boca.
Camine por los jardines en busca de Paqui la verdad es que la mujer me daba pena. Después de dar unas cuantas vueltas por los jardines de la urbanización vi que la luz de los baños de la piscina estaba encendida y al entrar por el pequeño pasillo vi dos puertas el baño de hombres a la izquierda y el de mujeres a la derecha. Me dirigí a este ultimo y abriendo la puerta oí unos sollozos. – Paqui estas por aquí – dije al silencio. Un sollozo mas fuerte me hizo saber que estaba en el ultimo cubil y llegando a la puerta di con los nudillos. En ese momento la puerta se abrió.
Al abrirse la puerta la vi a ella sentada en la tapa de la taza, su maquillaje se había corrido por las lagrimas y con cara de cordero degollado me miraba desde su posición. – Menudo capullo – le dije mientras desde el marco de la puerta la miraba. En ese momento su mano se fue directa a la hebilla de mi cinturón y tirando de mi me arrastro dentro del baño. Se levanto y pegándome a ella mientras su boca se lanzaba a comer la mía sentí como sus brazos pasaban entre los míos y cerraba la puerta.
Aquella mujer literalmente devoraba mi boca entre mordiscos y lengüetazos mientras sentía como su cuerpo se frotaba contra el mío. – Cabrón de mierda si antes me arrepentía ahora lo voy a disfrutar – me dijo mientras volviendo a sentarse en la taza desabrochaba mi bragueta y poseída se lanzaba sobre mi polla. – Soy una puta pues así me voy a comportar – decía mientras ahora alucinado veía como la boca de aquella mujer engullía mas de la mitad de mi polla.
Sentada delante de mí entre mis piernas veía como ella con las suyas abiertas se frotaba el clítoris como una loca. – Quiero que me folles – me dijo mientras levantándose girábamos los dos para que yo me pudiese sentar en la taza del wáter. – Quiero tu polla dentro ya – me dijo mientras veía a la altura de mi cara su coño al haber dejado ella a un lado unas preciosas braguitas de encaje. – Ven aquí – le dije mientras hundía mi boca en su coño y lo llenaba de saliva y de lengua. – Vamos sigue – me dijo completamente fuera de sí. – Sigue joder – me dijo mientras rozaba toda su raja con la punta de mi nariz. Después de cuatro o cinco veces de subir y bajar se corrió y en ese momento ella se sentó sobre mí. – Fóllate mi culo – me gruño mientras sentía como su mano se intentaba clavar mi polla en su culo. – Espera – le dije mientras yo era el que cogía mi polla y la llevaba a la entrada de su culo. – Tiene que estar aun abierto de esta tarde – me dijo. – Yo en casa me he follado con el bote de desodorante – me confeso mientras mi polla entraba dentro de ella. – Me has buscado sustituto – le pregunte. – No, he buscado recordar lo que he disfrutado – me dijo mientras ella se clavaba mi polla en el fondo de su recto. – Joder esto si que es un hombre y esto si que es una polla de verdad – me dijo mientras con mi polla clavada en el fondo de su culo me miraba a los ojos directamente. – Vamos muévete – le dije. Ella empezó a moverse arriba y abajo y al hacerlo sentía espasmos al sentir su clítoris rozar por todo mi pubis haciendo que en poco mas de un minuto se corriese de nuevo.
En ese momento que ella se corrió se quedo clavada sobre mi y me dijo- Ya me he corrido mas veces contigo que con ese gilipollas en quince años – mientras me miraba rabiosa. – Quiero follarme tu coño – le dije. – Es todo tuyo si me prometes que dejas tan abierta como esta tarde y te corres en mi boca – me dijo. – Palabra – le dije mientras la hacia levantarse y colocando sus rodillas a los lados de la taza la dejaba preparada para follarla. – Vamos fóllame – me dijo mientras al dejar yo mi polla apoyada en la entrada de su vagina la miraba. Ella en ese momento se deslizo hacia atrás y se clavo toda mi polla por completo dentro de ella. – Esto es una polla de verdad – se dijo así misma mientras cachonda como una perra no paraba de moverse delante de mí. – Que gusto follar así – decía sin para de moverse. – Joooder, joder, joder – empezó a decir mientras sentía como se corría. – Sigue moviéndote no pares – le dije mientras ahora era yo el que también me movía. Como ella con embates continuos de mi polla yo me clavaba en el fondo de su coño como ella con movimientos profundos se clavaba mi polla en su coño. – Siento que me abres – me dijo justo cuando sentí que se meaba en mi poya y aullaba como a alguien que desagarran. Ella en ese momento dejándome clavado en lo mas hondo de su ser se movía adelante y atrás sin desclavarse mi polla de su interior. – Joder que buena follada no se que me has hecho, pero me abierto lo mas hondo de mi coño y algo más – me dijo. – Si eso es tu útero – le respondí. Me pasa a veces – le respondí. – Claro esa polla kilométrica tiene que llegarme dentro, al estómago seguro – me dijo justo antes de salirse de mi y sentarse en la taza.
En ese momento ella se quedo sentada delante de mí y pasando su mano por mi cintura hasta mi culo me atrajo hacia ella hasta hacer que mi polla se clavase en su boca. Me miro y con la mirada me pidió que la follara. Y eso fue lo que hice empecé a calvarme dentro de ella hasta que al poco de estar follándomela mi corrida empezaba a hacer acto de presencia. Se lo dije a ella – Me falta poco para correrme – en ese momento ella elevo la mirada y la clavo en la mía. Sacando mi polla de su boca se giro y dejando su cadera a la altura de la mía mirándome por encima de su hombro hecho su braga de nuevo a un lado y me dijo – Clávate en mí y lléname – mientras me indicaba su culo. En ese momento ella agarrando mi polla la clavo en su ano y mi glande entro por completo dentro de ella. – Si vamos córrete en mi culo – me dijo. En ese momento empecé a perforar su culo y me derramé con seis maravillosos y enormes trallazos de lefa que fueron a parar a su interior. Ella me miro y sacando mi polla de su culo se sentó en la taza de nuevo y la llevo a su boca me la chupo dando grandes lametazos y me enseño los restos y como se lo tragaba. A continuación de igual manera limpio toda mi polla y me ayudo a guardarla en mis pantalones.
Por un momento se quedó allí mirándome mientras yo de pie la observaba. – Gracias por los pollazos nene, me ha venido genial la follada que me has dado – me dijo mientras miraba su vestido que estaba hecho un asco en la parte de abajo por la corrida que había tenido. – Conocí al capullo este cuando tenia veinte años aun siendo virgen y nunca he estado con nadie mas que él me dijo. – Tu me has enseñado una nueva manera de vivir – me dijo mientras se levantaba y quedaba cara a cara conmigo. – Me alegro que lo hayas disfrutado – le dije justo antes de besarla. – Y a mi me encanta haberla disfrutado – me dijo mientras su mano volvía a posarse sobre mi polla. Yo en ese momento bufe y la mire. – No me digas que tienes ganas de mas – me dijo ahora dejándome ver una preciosa sonrisa perlada de unos dientes blancos.
En ese momento pegué mi cadera a ella y susurrándole al oído le dije – Mi polla dice que todavía me falta tu coño – mientras aun me apretaba mas contra ella. - ¿Ahora mismo? – me dijo mientras de nuevo una sonrisa iluminaba su cara. En ese momento por respuesta la agarre contra la puerta y al tiempo que mi mano derecha subía su vestido mi mano izquierda tiraba hacia arriba haciendo que todos los botones de mis vaqueros saltasen y dejasen de nuevo mi polla libre. – Uuuum tu y tu manía de no llevar gayumbos – me dijo mientras sacaba mi polla dura de los vaqueros. – Es lo que tiene cuando ve un coñito – le dije. – Vamos fóllame el coño – me dijo mientras guiaba de pie como estábamos mi glande a sus labios vaginales. Metí una mano entre sus piernas y la ayudé a elevar su pierna izquierda a fin de tener mayor espacio para clavarme dentro de ella. – Uuuum que delicia de coño tienes – le dije cuando de nuevo me clave dentro de ella la hice elevarse y pasando sus piernas por mi espalda las cruzo y dejo que me clavase a placer dentro de ella. – Me encanta como lo haces – me dijo. Yo en ese momento la mire y ella volvió a decir – Me encanta como me follas, coño – me dijo a la vez que sentía como se volvía a correr. Empecé a bombear dentro de ella hasta que clavándome en su interior conseguí de nuevo abrir su útero. – Joder es como abrir un nuevo coño dentro de mi coño – gimió en mi oído mientras sentía como anudaba sus piernas en torno a mi espalda para que no parase y levantaba sus brazos a la vez que mi brazo se alargaba para agarrar sus muñecas y tenerla allí retenida. – Venga nene llena mi coño – me empezó a decir mientras sentía su espalda apoyada contra la puerta – Pero cuando te corras hazlo en lo más profundo de mí, te lo pido por favor – gimió ella de nuevo. – Vamos nene llenameeeeeeeeeeeeeeee – dijo cuando notaba de nuevo que mi polla se corría en lo más profundo de ella. – Coñoooooooooooooooooooooo – gimió ella a continuación mientras notando los espasmos de mi polla dentro de ella sentía como ella se meaba de gusto sobre mí. Agotados los dos y aun enganchados como perros en celo me deje caer suavemente hacia atrás hasta quedarme sentado en la taza del wáter con ella clavada sobre mí. – Espera quiero hacerlo bien – me dijo mientras levantándose y saliéndose de mi me chupaba la polla hasta dejarla limpia y reluciente. – Nene eres único – me dijo sonriente a mas no poder.
En eso momento ya los dos satisfechos nos desacoplamos y ella se arreglo el vestido como pudo salimos del cubículo y ella se acercó a los lavabos.
Aunque no había mucho que hacer. De la rodilla para abajo el vestido estaba que daba pena. – No sé cómo arreglar esto – me dijo mientras se miraba el vestido. – Si me dejas creo que puedo hacer algo – le susurre a su espalda. En ese momento ella me miro a través del reflejo del espejo y me dijo – Ok de perdidos al rio –. En ese momento me puse a la altura de sus rodillas y dando un fuerte tirón rasgué su vestido pasando de ser un vestido largo a un vestido por encima de la rodilla. Ella me miro sorprendida al levantarme me dio un pico a la vez que me decía – Gracias –. Yo la miré y le respondí – Gracias a ti – mientras la miraba y me daba cuentas de cómo había cambiado su cara desde esta tarde en el garaje a ahora mismo.
Ella me miro y me pregunto que era lo que miraba. – La cara de bien follada que tienes – le respondí. Ella se miro en el espejo y me dijo – Pues la verdad es que si – respondió a la vez que sonreía y en la papelera que había debajo del lavabo tiraba el trozo de tela rasgada. – Salgo yo y ahora en diez minutos sales tu – me dijo justo antes de poner sus manos en mis hombros y después besarme – Me voy con el gilipollas de mi futuro exmarido repleta de tu semen en mi boca, mi coño y mi culo – me susurro antes de salir del baño.
Dejé que ella saliese y al minuto yo fui al baño de hombres a orinar. Al salir del mismo después de un rato me cruce con otra vecina que me miro de una forma rara era una rubia que me recorrió con la mirada de arriba abajo y de una manera.
En fin, salí al jardín y de ahí me encamine al ascensor para irme a casa a dormir.