Papi me vino a buscar en su auto

Se me hizo tarde y mi madre mando a mi padrastro a buscarme por lo de mi amiga jenny.

Les contaba en mi anterior relato, sobre la primera relación que tuve con mi padrastro.

Pero hoy quiero contarles alguna de mis experiencias más osadas, dado que como a la mayoría de la gente, me gusta mucho el peligro y la excitación que produce tener algún contacto en lugares prohibidos.

Un martes por la noche me encontraba estudiando en casa de una compañera del colegio, tenía por entonces 17 años, recién cumplidos, eran aproximadamente las 11 p.m. y se nos había ido el día casi sin darnos cuenta de ello.

¿ Qué tal si entramos a la red, y navegamos por alguna página xxx ? - me dijo mi amiga Jenny, muy entusiasmada.

¿ Por qué no ?, respondí casi con el mismo entusiasmo.

Buscamos y buscamos algo gratis y con mucha acción, y al final encontramos una, donde el incesto era el tema.

Las fotos eran maravillosas y apuntamos a las de padres e hijas, ya que a ambas nos gustaban los hombres maduros.

A los quince minutos de estar navegando en ella, nuestra excitación iba en aumento, pequeñas señoritas, que se veían de nuestra edad, eran penetradas por enormes penes, mamaban de ellos y obtenían el producto de sus actos con enormes corridas en sus caras, pechos y hasta en sus bocas.

Estábamos muy juntitas, mirando la pantalla con mucho morbo y de pronto sentí el deseo de estar en contacto con mi amiguita, así que pasé mi brazo por el respaldo de su silla y apoyé mi mano en su hombro, mientras ella movía el ratón con su mano derecha.

Apenas la apoyé, ella me miró, y pude ver en sus ojos la excitación de la que era presa.

Nuestros ojos mantuvieron un contacto largo, casi diez o doce segundos, y nuestras caras se fueron acercando lentamente, cuando me di cuenta, nuestras bocas estaban unidas por nuestras lenguas, fundidas en un profundo beso, nuestras manos se perdían bajo nuestras faldas, buscando el húmedo tacto de nuestras vaginas inchadas por la calentura que nos producía todo el entorno.

Tenía el dedo de Jenny dentro de mi sexo, cuando sonó mi celular. Era mi madre para decirme que por la hora no debía volver sola a casa, que esperara que me irían a buscar en cinco minutos, ya que mi padrastro estaba cerca y pasaría camino a casa a recojerme.

Apenas conteste un lacónico si antes de colgar y estremecerme en un enorme orgasmo, proporcionado por el dedo de mi amiga que no había parado de moverse dentro mio mientras mi madre me hablaba.

Cuando acabé de gozar mi orgasmo, sentí la necesidad de devolver a Jenny el placer que me había proporcionado, así que me arrodille entre sus piernas, y corriendo su tanguita mojada sumergí mi lengua en sus jugos vaginales, lamiendo con urgencia el canal que separaba los labios de sus sexo. Me apoderé de su clítoris con mis labios, y lo lamí sin soltarlo, mientras lo apresaba dentro de mi boca. Así era como me gustaba a mi que me lo hicieran y no me equivoqué al hacérselo a ella, ya que al cabo de un instante recibí de ella un increíble orgasmo, mientras me sostenía la cabeza con sus dos manos.

Nos acomodamos rápido, ya que no estábamos solas, fui al baño a lavarme, justo antes que su madre tocara la puerta para avisar que mi padrastro había llegado por mi.

Cuando me acomodé en mi asiento, no pude dejar de pensar en lo que había pasado unos minutos antes, arrancó y a las dos cuadras detuvo el auto para saludarme como a mi me gusta que lo haga.

Metió muy profundo su lengua en mi boca y me abrazó como sólo se abraza a una amante, y yo respondí a su beso apretándome contra el.

Los dos sabíamos que mi madre nos esperaba en casa, preocupada por la hora, así que también sabíamos que no teníamos tiempo ese día, para otra cosa que no fuera ese beso apasionado.

Pero el separarnos para que el reanudara la marcha, noté su prominente erección debajo de su pantalón, y mi dirigí mi mano a su bulto, para tocarlo por sobre su ropa.

Hoy no puede ser, mi nenita – me dijo él casi desconsoladamente.

Tu conduce, y ya verás.

El encendió el motor del auto y comenzó a andar por el boulevard casi desierto que nos conducía a casa.

A los pocos metros ya había logrado desprender su pantalón, sacando su enorme pene erecto fuera y lo sostenía con mi mano.

El apenas me miró comprendió mis intenciones y redujo la velocidad, colocando el auto en el carril interior, casi pegado a la acera.

Yo me incliné sobre su pene y sentí el olor a hombre que manaba de él y sentí el deseo incontenible de lamerlo, y lo hice. Lo lamí varias veces, desde el tronco a la cabeza, con la lengua bien gruesa para saborearlo todo, el conducía despacio, yo pensaba que la gente sobre la acera podría vernos y eso me excitaba aun más.

De pronto el puso su mano derecha sobre mi nuca, sin soltar su otra mano del volante y presionó suavemente sobre mi.

Quería que su nena le chupara la verga, y lo hice.

De un solo bocado me metí el glande en la boca y lo chupé con fuerza, estábamos llegando y necesitaba tragarme su semen tibio antes de llegar.

Mi chupada cada vez abarcaba más y mas verga dentro de mi boca, y el se acomodaba como para soltar toda su carga de esperma con fuerza dentro de mi.

Cuando sentí su miembro tensarse, apreté mis labios alrededor de su pija y esperé.

El primer chorro de semen, llegó a mi garganta y respiré, el segundo vino como un torrente y el tercero me desbordó los labios.

A lo largo de su pene y entre éste y mis labios, un pequeño hilo de esperma se me escapaba hacia su escroto.

Tragué el que tenia en mi boca y saqué su miembro de mi boca para lamer el tronco y recoger el semen que se escurría, no quise perder ni una gota.

Cuando llegamos a casa, mamá nos recibió con una sonrisa, contenta de que su nena y su hombre hubieran llegado.

Ceci_de_papi@hotmail.com