Papá y yo violamos a mi hermana (4)

Finalmente es el turno de mamá para ser poseída y embarazada por su hijo.

CUARTA PARTE: MAMA SE ENTREGA A SU HIJO.

Verónica, una mujer en plena madurez, bien formada, morena de pelo largo y crespo hasta media espalda, piernas bien torneadas, senos grandes y redondos, culo aún mas grande y apetecible.

Vestía ese día una falda corta color crema con una discreta abertura lateral, una blusa de tirantes color azul cielo, un saco color crema y unas zapatillas de tacón a juego, que resaltaban sus espectaculares piernas morenas y un bolso a juego.

Esperaba a su hijo en un café cercano a casa de ella. Tenía esperando cerca de 35 minutos, pero decidí hacerla esperar otros 30 hasta que estuviera desesperada.

Una vez transcurrido el tiempo decidí aparecerme en el lugar. -Hola mamá, como has estado?-. -Como crees que voy a estar hijo?, después de todos estos problemas-. -Si mamá yo también te extrañé, es cierto entonces lo que dijo vanessa-. -Si hijo, tengo una deuda grande y no tengo tanto dinero para pagarla y dijo vanessa que tu estabas en un gran negocio y podías ayudarme, no?-. -Es cierto, te conseguí el dinero, pero necesito dártelo en privado, vamos-. Sus ojos se iluminaron, después de todo la dominaba la codicia.

Ya de camino la comenzaba a poner al tanto. -Hijo, hasta donde vamos?, recuerda que no pienso pisar la casa de tu padre-. -Descuida mamá, conduzco a las afueras-. -Y porqué tan lejos?-. -Es necesario, ya verás porqué cuando lleguemos. Por cierto creo que no me lo has dicho todo-. Ella pareció alterarse. -No hijo, lo que te dijo tu hermana es lo que es, una deudilla, gracias por ser tan buen hijo con tu madre-.

Apenas podía contener la risa. -Mamá, es mucho dinero lo que te voy a dar, así que déjate de tonterías-. Ahora si que estaba nerviosa. -Creo que tengo que refrescarte la memoria-. Era la parte peligrosa de mi plan. -Por consejo de marijose sacaste dinero de la cuenta de tu nuevo esposo, de la cuenta de la empresa donde trabaja, a la cuál el estúpidamente te dio acceso y se lo diste todo a tu amiga para el gran negocio que te propuso, no es cierto?-. Su rostro estaba desencajado y pálido. -Pero sin embargo mamá, las cosas no salieron como esperabas, pues marijose vació la cuenta y desapareció sin dejar rastro, no es así? y lo peor es que si no repones el dinero en estos días tu marido se va a dar cuenta que lo desfalcaste y que perdiste el dinero de la empresa y los dos irán a prisión no?-. Mamá atónita y horrorizada echó a llorar. -Pero no te preocupes, tengo la solución-.

Estábamos llegando a un complejo de descanso consistente en varias cabañas para vacacioncitas, aparqué el auto y pasamos al lobby. -Reservé una habitación para la transacción- Ella completamente desconcertada solo dijo. -Pero porqué hijo, solo nos llevará unos minutos que me des el dinero-. -Te dije mamá que no es tan simple, vamos a tardar y necesito un lugar privado-.

Me dieron la llave de la cabaña, era la más alejada en el bosque, pero también grande y lujosa. A penas entramos le planté a mamá el beso mas lascivo que era capaz, hundiendo mi lengua casi hasta la garganta, un beso largo y cachondo al tiempo que acariciaba vulgarmente sus grandes tetas y su enorme culo por encima de la falda. Después le ordené. -Siéntate-. -Qué te pasa? degenerado!, asqueroso!-. -cállate y escucha!-. Grité amenazadoramente, ella obedeció. -Tienes dos opciones, te acaba a golpes tu marido y vas a la cárcel o te vuelves mi mujer y sigues libre y con las comodidades que acostumbras-. Dije tajantemente. Ella no lo podía creer y no acertaba a reaccionar. -Ya he avisado a la empresa del desfalco, lo van a arrestar, además he pagado a un abogado para que te haga parecer inocente; claro, siempre y cuando aceptes mi propuesta, de lo contrario te vas a podrir en la cárcel-. Ella estaba llorando otra vez. -Seamos sinceros mamá, tu no tienes escrúpulos y yo soy solo otro hombre de tu lista, solo imagina que ahora yo tengo el dinero y poder-. -Como es posible que me hagas esto, soy tu madre-. Dijo entre sollozos. -No pensaste en que abandonabas a tu familia cuando nos dejaste, realmente no tengo tanto dinero pero es tu única opción viable-. -No es justo-. -No hables de justicia mamá, te hundes con el o te vuelves mi hembra-. -Eres un cerdo, un animal-. -Igual que tu, sabes?, tengo mucho, tanto como para darte la vida que has llevado hasta horita. Así que tú escoges-. Ella lloraba, ya estaban las cartas sobre la mesa, solo era cuestión de quién cuanta codicia tenía dentro-. -Empezaremos una nueva vida. Si estás de acuerdo en esa maleta hay un atuendo para nuestra noche de bodas, saldré 20 minutos y regreso, si te decides te quiero cambiada en la cama esperando a tu macho, si no quédate como estás y disfruta tus últimas horas de libertad. No puedes huir, estamos fuera de la ciudad y no hay transporte-. Dicho esto salí de la cabaña y di un paseo.

Realmente mamá era muy codiciosa y egoísta, pero lo que le pedía era demasiado. Era imposible saber que haría. Fui a recorrer las instalaciones y regresé a los 16 minutos lleno de lujuria y excitación.

Lo que encontré fue a la diosa mas hermosa que hubiera visto jamás, parada enfrente de la cama estaba una radiante mujer enfundada en un liguero negro de encaje con unas medias negras de rejilla y una bata de seda también negra. Su largo cabello negro le tapaba parcialmente un ojo, parecía que sus tetas iban a reventar la tela y mi pene el pantalón.

Solo atiné a quitarme rápidamente la ropa, pensaba violarla a golpes pero lo único que hice fue tirarme a sus pies con enferma devoción y como un cachorrito empecé lamerlos y besarlos desesperadamente. Ella se sentó a los pies de la cama y estiró sensualmente una pierna hasta de sus pies. El cuál cubría de saliva y deseo, con el otro pie acariciaba mi cabeza hasta que pareció que las venas de mi pene iban a estallar, me estaba llegando el orgasmo, entonces súbitamente ella paró y yo me desesperé.

En eso subí mis besos por sus piernas y muslos, cuando comencé a sentir el calo de su entrepierna, entonces llegué a su tanguita de seda negra y con mi nariz aspiré lo mas hondo, para llenarme de su aroma y mis labios y mis manos la bajé con delicadeza hasta quitársela.

Su catedral de la lujuria quedó delante de mi, muy lenta y suavemente recorrí su negra selva de rizados pelos negros con mi boca. Después con toda la solemnidad del mundo abrí sus labios vaginales con mis dedos e introduje mi lengua en su santuario como una serpiente entrando en su nido, era la cosa más deliciosa del mundo, suave y acaramelado. La penetraba tanto con mi lengua que pensé que podría desprendérseme; tragaba felizmente sus excelsos jugos dignos de dioses, ya no podía mas, estaba apunto de eyacular.

Creo que mamá se dio cuenta, porque me separó de sus labios amorosos y yo me abalancé desesperado a su boca para comenzar a besarla como animal en celo. Por más increíble que parezca a mamá parecía excitarle mi desesperada lujuria, sin duda disfrutaba poniendo calientes a los hombres.

Caímos en la cama comiéndonos a besos, luego ella descubrió de forma juguetona uno de sus pehos y simplemente no me alcanzaba la boca para chupárselo todo, hasta que jalé con mis dientes su pezón carnoso haciéndola chillar. Ella me soltó una bofetada que me ardió bastante, pero también me hizo enojar.

Le solté entonces otro tremendo bofetón que la dejó viendo estrellitas y aproveché para descubrir su otra teta de un salvaje tirón al liguero; sin piedad se la chupé y mordí desesperadamente.

Ella se revolvía en la cama mientras yo la besaba otra vez lascivamente en la boca pasando mi lengua por toda su cara, finalmente me trepé sobre de ella y entre forcejeos le abrí las piernas acomodando mi pito en su entrada.

-Hijo, no por favor, ya te di tu diversión, ya déjame-. Pero yo hecho una bestia le dije. -Escogiste ser mi mujer que la cárcel, ahora cumple!-. Y ciego de deseo le dejé ir todo mi peso dentro hasta tocar su útero si era posible, estaba en el cielo, había montado a mi hembra y debía hacerla mía a toda costa. Así que me movía brutalmente dentro de ella diciendo.

-Te voy a embarazar maldita perra, por ser tan puta!-. Creo que esto la excitó porque me rodeó con sus piernas enfundadas en sus medias de seda negras y la cabalgué todavía más furiosamente hasta la muerte.

De improviso algo estalló en mi animal y chorros de mi semen se dispararon a presión en lo más profundo de las entrañas de mi madre. Me quede cansado dentro de ella, pero me volvió a excitar a besos y caricias en poco tiempo.

Así que tomé fuerzas y con una rabia demente la voltee boca abajo, puse una almohada bajo su vientre, para que subiera el culo y volví a empezar a fornicarla, ella gemía ahora como una perra hasta que me corrí dentro de ella otra vez y me desplomé exhausto sobre su cuerpo empapado en sudor.

-Cásate conmigo-. Le dije, por respuesta me besó profunda y tiernamente. -Te amo tanto que ya nada me importa, mamá-. -Ya no me digas mamá, de ahora en adelante soy tu mujer y tu futura esposa-. Dicho esto me agarró a besos, yo solo sentía amor y placer como nunca en mi vida.

Aunque a pesar de todo sabía que el "amor" de mi madre iba a donde estuviera el dinero; sin embargo eso no me importó, solo deseaba estar con ella para siempre.

El resto de la velada estuvimos abrazados, desnudos sobre la cama, ella fingiendo sobre cuanto me quería y yo dejándome llevar.

Estuvimos cuatro días en el hotel sin salir de la habitación, solo nosotros dos, desnudos, cogiendo y disfrutando. Realmente estaba emocionado y le conté lo que habíamos hecho, una vez que me estaba pegando una mamada celestial, realmente se amoldaba su boca a mi aparato y sabía mover la lengua. No dijo nada solo asentía y me miraba con cada vez mas morbo; cuando acabé de contar la historia, ella se paró y poseída por una extraña lujuria me suplicó. –Tómame, soy tuya, hazme tu mujer, tú debes ser mi hombre, no el inútil de tu padre, cógeme que ya no aguanto-. Simplemente la tiré sobre la cama y la monté, cabalgándola hasta que me vine dos veces dentro de ella.

Esos días la trataba como a una reina, teníamos la cabaña más lujosa y toda la lencería que había comprado para ella era la mejor, pero el detalle que parece la hizo ceder, fue un carísimo collar de perlas que le había dado al segundo día.

Finalmente, la noche del cuarto día se decidió a manipularme; estaba como de costumbre montado sobre ella con mi pene adentro todavía, muy cansado para oponerme. -Soy tuya-. Me dijo –Mas sin embargo no me gusta que tengas dos mujeres, aunque sea tu hermana-. .Perdón mamá pero no estás en posición para discutir-. –En eso tienes razón, pero nos convendría mas no desperdiciar nuestro amor-. No debía hacerle caso, debía callarla, así que le solté un bofetón con esfuerzos, a lo que hábilmente ella me respondió con un tierno beso en la boca. –Cariño, tu padre va a querer vengarse de mí, me va a querer violar, ya deberías haberlo imaginado; yo solo quiero ser tuya no de el-. -Antes lo mato-. Dije con aire de macho ofendido –Cállate no hables así, perola verdad el me va a querer volver a preñar y eso-. –No! Eso no va a pasar, el va a saber que ahora me perteneces…- Estaba furioso. –Eso sin contar a marijose que me va a odiar porque seguramente todo lo considera mi culpa-. Ya no sabía que pensar, en cierto modo tenía razón, las piezas funcionaban muy bien solas, pero juntas no iban a encajar. Todos odiaban a verónica, incluso había oído a Vanesa maldecirla hacía unos días. Incluso podía suceder lo contrario: Podrían ponerse de acuerdo para revelarse una vez pasado el shock inicial.

-Hijo, la solución es muy sencilla, de verdad yo te amo y no quiero verlos mas a ellos-. Y comenzó a besarme, a moverse debajo de mí acariciándome lujuriosamente; mi pene volvía a revivir increíblemente después de una cuarta eyaculación.

-Vamonos, vamonos muy lejos donde ellos no puedan encontrarnos-. Prácticamente sin fuerzas solo asentía un poco entre mis gemidos. –Sacaste muchísima plata de lo de tu padre y marijose, tanta como para largarnos del país y vivir muy bien lejos-. Por respuesta solo la besaba y lamía débilmente. –Que harás cuando crezcan los hijos de esas perras?, será todo un problema, pero si nos vamos solo te preocuparás por mí y por nuestros hijos-. –Te amo-. Dije roncamente -Es mas te daré los todos los hijos que quieras y no tendrás macho alguno con quién competir. Solo soy tuya y para ti-. Eso fue todo, me convenció en el instante en que me rodeó con sus piernas y apretó mi pene con su útero, eyaculé y perdí la conciencia.

Al cuarto día nos fuimos, solo que no fuimos a casa como tenía planeado. Llamé a papá diciéndole que mamá me costaba mucho trabajo de convencer y que daba mucha batalla, que no se impacientara y que en una semana estaríamos con ellos.

En realidad lo que hicimos fue ir a buscar a unos falsificadores profesionales para que nos construyeran nuevas identidades, con las nuevas identificaciones y papeles, abrimos una cuenta nueva en un banco y transferimos ahí toda la plata de papá y marijose, solo faltaba vender la casa.

Alquilamos por medio de Internet una pequeña casita en un lugar de provincia y mandé la dirección a papá. Diciéndole que era un lugar provisional, pues teníamos que vender la casa antes de que estuviera disponible el lugar donde según íbamos a vivir; le mandé algo de dinero para los gastos del viaje. Le dije que se adelantara porque necesitaba llevar a mamá a la casa para rematarla, pero necesitaba que ellos no estuvieran; también cerraría el trato y luego me reuniría con ellos.

Papá parecía confuso y creo que comenzaba a dudar, pero le hice ver que nunca lo había defraudado en nuestra cruzada y aceptó. Cuando colgué el teléfono me preguntó mamá que porqué la tristeza. -No se me hace justo, el viejo me apoyó en todo para vengarnos y ahora tratarlo así-. –No seas tonto hijo, sabes que me va a querer separar de ti, violándome y preñándome; además que esas putas me van a querer hacer todo el daño posible y no voy a poder ser toda para ti mis hijos van a poder ser todos tuyos-. Al decir esto, tomó el bulto que había en mi pantalón y la apretaba juguetonamente. –Además tu padre se va a quedar con tres fabulosas hembras para el solo-. –Pero sin la plata-. –La plata es de quién la gana, es tuya-. –La robé sabes?-. –Ladrón que roba a ladrón…-. Me di media vuelta, iba a regresar con papá, pero entonces ella me agarró y me cubrió de besos, se levantó la falda, se bajó la tanga, se subió a la cajuela del auto y abrió las piernas. –Estas loca?-. –Si, pero loca por ti-.

Entonces me atrajo hacia si y me besó mientras liberaba mi animal listo para dar batalla. Sin pensarlo mas la penetré salvajemente, ahí montada sobre el auto en medio de un estacionamiento subterráneo; por fortuna era ya muy noche y no había gente hasta que sus gemidos atrajeron un guardia que solo nos miraba morbosamente. La forniqué y mientras lo hacía todo lo demás dejó de importarme, mientras la tuviera a ella era capaz de cualquier cosa con tal de disfrutarla; hasta que me vine dentro de ella, me la comí a besos y le quité la faldita, así estuvimos un rato hasta que finalmente nos metimos al auto y nos fuimos, en eso ella me quitó su tanga y al pasar en frente del guardia se la aventó a la cara, el solo la tomó y hundió su cara en ella.

En dos días papá se había ido de la casa con las demás hembras, la habían dejado hecha un desastre pero aún así se vendió, decidí no llevarme nada de esa casa que me recordara mi vida pasada y esa misma noche estábamos volando hacia una nueva vida. Nos fuimos a un pequeño país del caribe. Esto sorprendió a mamá quien esperaba un lugar más glamuroso, sin embargo en aquel pueblo había en parte lo que ella quería, barrio de gente rica. Nuestra casa estaba junto al mar, era mas bien mediana pero con el lujo que ella esperaba.

En aquellos primeros días con plata y la emoción primera compramos con todos los muebles para la casa y ropa para mamá de acuerdo a sus gustos; pero mas importante, la obligué a que nos casáramos, le compré un vestido de bodas y la boda se realizó.

También en aquellos días por fin me confesó que ya tenía muchísimo tiempo de retraso, lo que solo podría significar una cosa. Los primeros años fueron los mejores, me la cogía a toda hora, solo vivíamos para fornicar y divertirnos, yo no trabajaba. A los 9 meses nació nuestro primer hijo, fue niña y mi orgullo de macho fue tal que a las pocas semanas ya la había vuelto a embarazar.

En casa yo siempre andaba desnudo y ella también excepto cuando se ponía lencería provocadora. Acostumbramos a marijose (así llamamos a nuestra hija en honor a la perra que puso la mayor parte de la plata) a andar desnuda también y yo esperaba a que se desarrollara para poder cogerla. Ella veía diario como me cogía a nuestra madre y como ella gritaba como una puta que quería más.

El problema era que mientras ella estaba panzona era cada vez más difícil de coger, por lo que terminé rentando putas cada vez que estaba por dar a luz, a ella no le gustaba, pero yo no podía saciarme.

En los primeros tres años no hubo problema ella me dio 4 hijos; un niño y tres niñas: Marijose, Esteban (Como yo y mi padre), Vanesa y Gwen (Ya sabrán porqué). Pero llegado el cuarto empecé a entender lo difícil que era para los machos de mamá el complacerla; gracias a sus lujos habíamos dilapidado casi toda la pequeña fortuna.

FIN