Papá no puede satisfacer a mami

A mi padre le diagnosticaron diabetes y por eso no podía cumplir con una hembra tan fogosa como mi madre.

PAPÁ NO PUEDE SATISFACER A MAMI

Hola, me llamo Felipe y les contaré la historia de mi vida…sexual o más concretamente como tuve relaciones con mi madre.

La cosa es que en principio mi familia era de lo más normal, es decir, mi padre, mi madre, mi hermana y yo, que soy el chico y el pequeño. Mi padre se llamo Joaquín y trabaja como abogado, tiene 45 años. Últimamente ha engordado bastante y se cuida muy poco. Por su parte, mi madre, Lola tiene 44 años y es enfermera en un centro de salud. La verdad es que nunca me había fijado en ella como mujer, si bien he de reconocer que es muy guapa, alta, con buenas tetas que sabía porque hacía topless en la playa y un buen culo. Elena, mi hermana, ha heredado la belleza de mi madre si bien ella es un poco más alta que mi madre, tiene 18 años y estudia su primer año de la licenciatura de física. Como he dicho, yo, Felipe soy el pequeño, 17 años y estudio el último curso de bachillerato y espero empezar la carrera de medicina, pero la nota de corte es un poco alta, pero la verdad es que estudio muchísimo y no me quejo de las notas que tengo sin que por ello sea un empollón repelente ni mucho menos…me gusta salir con mis amigos, beber de vez en cuando y también alguna vez fumarme un porro.

Para no divagar mucho me centraré en lo que nos interesa. La cosa es que hace poco más de un año a mi padre le diagnosticaron una enfermedad seria, diabetes. No es mortal, ni mucho menos, pero si le advirtieron que es una enfermedad que si no la cuidas te mata, o mas o menos eso fue lo que le dijeron. Lo más importante era cuidar lo que comía y eso. El principal problema, al menos para mi padre fue que tuvo una de las complicaciones más temidas por los hombres…no se le ponía dura. Fueron a varios urólogos, pero no consiguieron nada efectivo. Decían que a lo mejor era más psicológico que físico, pero el resultado era el mismo…no podía follar con mi madre. Todo esto lo se por mi madre, que me lo contó a posteriori.

La cosa es que tuvimos un puente en la Comunidad de Madrid, donde vivimos y mi padre y mi hermana fueron a Valladolid a visitar a mi abuela, la madre de mi padre. Yo tuve que quedarme a estudiar y mi madre, porque las relaciones con su suegra no son las mejores…por lo que como dice mi mamá, dos no pelean si uno no quiere. Ese día por la noche, estaba ya en la cama cuando me entraron ganas de ir a mear. Al salir de mi habitación pude ver la luz que desprende la tele de la habitación de mis padres. De entrada pensé que mi madre se había quedado dormida viendo la tele y no la había apagado, pero no…cuando me acerqué un poco pude ver algo que me dejó helado, mi madre estaba completamente desnuda sobre la cama, con las piernas abiertas como jamás pensaba que pudiese hacerlo con un consolador de color negro metido hasta el fondo de su precioso coño, gimiendo con una voz muy apagada, para no hacer ruido. No sabía que hacer, pero desde luego la poya se me puso como una estaca, pero se me escapó una exclamación.

  • ¡Mamá! ¿Qué haces?- le dije al verla de esa guisa

  • ¡Felipe! ¡Cierra la puerta!- fue la respuesta de mi madre mientras se tapaba con las sábanas

Fui al baño, y al volver mi madre estaba en la puerta de su dormitorio con un pijama puesto, con la cara gacha.

  • Felipe, hijo, ven tenemos que hablar.- me dijo mi madre cuando salí del baño

  • Dime- le dije mientras entrábamos en su dormitorio

  • No se como empezar- decía mi madre mientras su mirada seguía baja.

  • Esto…no pasa nada, mamá- le dije a mi madre, intentando quitarle hierro al asunto.

  • Ya se que no pasa nada…ya eres suficientemente mayor para saber que estaba haciendo…me da mucha vergüenza que me hayas visto masturbándome, pero…- no sabía como seguir.

  • De verdad, mamá, que no pasa- le decía- es una cosa normal…yo mismo lo hago- le dije en una confesión de sinceridad

  • Gracias, hijo, pero son más cosas de las que parecen. Ya se que es normal que la gente se masturbe…a lo mejor no es tan normal que lo haga una persona con pareja…pero…esto te pido que quede entre tu y yo…por favor- mi madre levantó su vista con ojos suplicantes

  • Puedes estar segura de eso- le dije, con voz convincente.

  • Esto es un poco difícil…lo normal hubiese sido que yo te diese la charla por haberte pillado a ti haciendo lo que tú me has visto haciendo a mí...pero así son las cosas. Bueno a lo que iba…como digo es normal lo que me has visto hacer, pero como te decía en mi caso no es habitual que …vamos a llamarlo como es…digo que no es normal que me haga pajas…pero hay un pequeño problema- dijo mi madre volviendo a bajar la vista.

  • ¿Cuál?- fui directo al grano

  • Verás…desde la diabetes de papá, él ya no es el mismo, creo que me entiendes, ¿no?- la voz de mi madre era de tristeza

  • Que no se pone a tono…te refieres a eso.

  • Si…como te digo, por favor, de esto ni una palabra a nadie. No lo sabe ni mi hermana que sabes que nos lo contamos todo.

  • Si, ya lo se…cuando os juntáis sois dos cotorras de lo más parlanchín- dije intentando suavizar el ambiente.

  • Bueno…como iba diciendo hemos ido a especialistas, pero nada, así que como supondrás todavía soy joven y tengo mis necesidades…y como no quiero serle infiel a tu padre, cosa que te aseguro que he pensado mucho…de varias formas, salir de ligue, o incluso contratar a alguien, ya me entiendes- dijo mi madre

  • Jamás lo hubiese pensado- dije sinceramente

  • Ya ves lo que son las cosas…al final me decidí por lo más conservador, si lo podemos llamar así…y es lo que has visto esta noche… pero te juro que tengo mis necesidades y cada vez me cuesta más la abstinencia- no sabía si mi madre iba a llorar de un momento a otro

  • Ya, te entiendo, debe ser duro para ti- dije apoyando una mano sobre su hombro.

  • No te imaginas cuanto- una lágrima caía por su mejilla- cada vez tengo más ganas de salir por ahí pagarle a un tío y que me eche un polvo de campeonato…pero me da miedo.

  • No te preocupes…si lo dices por mi, no se lo diré a nadie- pensaba que el miedo era por descubrirla

  • No, mi vida, si no es por eso…es que me da miedo que esa gente lo hace por dinero…y con lo que hay hoy me da miedo pillar algo…de verdad, si no es por eso creo que ya me habría atrevido.

  • Pues si puedo ayudarte en algo…no tienes más que pedírmelo- Ni se había pasado por la cabeza lo que acababa de decir, la verdad es que lo dije sin intención, pero justo después de lo que había dicho mamá, la verdad es que sonaba un poco raro.

  • ¡Felipe! ¿Me propones hacerlo contigo?- dijo mi madre un escandalizada

  • No, no es eso…yo no quería decir…quiero decir que si te puedo ser útil de alguna manera…pues eso que me lo digas- estaba más rojo que un tomate

  • Pensaba que te referías a otra cosa…que además no podía entender, que un joven de buena apariencia como tú quisiera hacérselo con una madura como yo- se señalaba su cuerpo al decir esto

  • Hombre, aunque seas mi madre…para ser como dices tu una madurita estás muy bien conservada.

  • ¿En serio?- dijo mamá con una mueca de sonrisa en su boca

  • Si, totalmente en serio.

  • ¿Lo harías conmigo?-no sabía si mamá jugaba conmigo

  • Si tú quisieras- creo que no jugaba y que realmente estaba necesitada

  • Vamos a suponer que quiero…dime ¿Cómo la tienes…o mejor, por qué no me la enseñas?- señalaba mi paquete que estaba creciendo de tamaña rápidamente

  • Vale- Si quería guerra…pues sin piedad, me bajé los pantalones del pijama y los gayumbos para dejar a mi madre verme la poya

  • Guau…que bonita- dijo mi madre- ¿puedo?- hizo un además de tocarla

  • Por favor- se la acerqué

  • ¡Um! ¡Que rica!- mi madre fue más allá y se la metió en la boca

  • ¡Mamá! que gusto

  • ¿Te gusta, mi amor?- dijo mi madre sacándose a poya de la boca para tomar aire

  • Me encanta…es genial

Mi madre siguió haciéndome una mamada hasta que estaba a punto de correrme

  • ¡Mami…me voy, estoy a punto!

  • ¡Ummmm!- fue lo único que se le oía, sin sacar la poya de la boca

  • Ya…ya- fue lo que le dije antes de descargar mi leche en su garganta

  • Ha sido genial…hacía tiempo que no lo sentía- dijo mi madre mientras se levantaba para ir al baño a lavarse la boca- al volver me dio un beso en la boca- gracias mi vida…ha sido…lo más bonito en mucho tiempo

  • ¿Ya hemos terminado?

  • Sigues con ganas…porque yo tengo mucho atraso- dijo mi madre con una sonrisa… ¿Qué quieres hacer?-puso cara de pícara

  • Pues…lo que tu a mi, pero a la inversa y después…si quieres…algo más- no me atrevía a decirle que quería follar con ella, por si acaso

  • O sea, que quieres comerle el coñito a mamá y después algo más…¿qué más?...espero que sea follarte el coño de mami, ¿no?

  • Si, bueno, me gustaría mucho

  • Pues entonces abre la mesita de noche de tu padre y coge un condón…que lo último sería que me dejases preñada

Empecé a pasarle la lengua por su frondoso chumino mientras mi madre gemía como una loca, corriéndose un par de veces antes de que decidiese ponerme encima de ella, en la típica postura del misionero, si bien ella me rodeaba con sus piernas.

  • Eso es mi amor…métesela a mamá que te quiere tanto…así mi vida, hasta el fondo.

  • Estás a tope…super húmeda- le dije a mamá después de penetrarla

  • Es que ya me estaba preparando desde antes… ¡ja,ja,ja!- mi madre se reía, buena señal- y ahora empieza a usar esa poya en el chichi de mami, que tiene muchas ganas

  • ¡Siii!

  • Eso es mi vida…hasta el fondo…clávamela toda…así, así…diossss mío, que bueno.

  • ¡Aahhhh!- casi no tenía aliento

  • Sigue así mi amor…un poco más, así, si, si, si, mi amor…párteme el coño mi vida…me corro, me corro… ¡Qué bueno, qué bueno!- mi madre levantaba su culo de la cama mientras me apretaba fuertemente con sus piernas alrededor de mi cintura.

  • ¡Y yo…también!- dije justo en el momento que mi leche brotaba de la punta de mi poya.

  • Cariño…ha sido genial…hacía años que no disfrutaba tanto con un polvo…de verdad eres una máquina, hijo. ¿Sabes? Si no llego a haberlo dejado, este es el momento perfecto de echar un cigarrito ¿no tendrás uno, verdad?- dijo mi madre

  • ¿Tabaco?, no sabes que no fumo

  • Ya se que no fumas…tabaco-

  • ¿Qué?

  • Que soy la que te lava la ropa y alguna vez se te ha olvidado la china dentro

  • No es habitual…es alguna vez…de verdad- intenté disculparme

  • Si no me tienes que decir nada…solo te pregunto si tienes algo aquí para fumar…como te decía un polvo como el de ahora lo merece

  • Bueno, creo que si

  • Pues, venga, vamos

Fui a mi dormitorio a buscar la china y la llevé al de mi madre, lo preparé pero ella me lo quitó para ser la que lo prendiese, después de un par de caladas me lo pasó

  • Buena mierda, hijo…hacía tiempo que no fumaba un porro, pero este está bueno

  • ¿Qué? ¿Fumabas porros?

  • Joder, hijo, que yo también fui joven…y en la Universidad lo normal eran las fiestas con alcohol y drogas

  • ¿Qué me dices?

  • Hombre…no es que fuese una drogata…pero algún porrito y alguna raya de coca si que cayeron alguna vez. Además…te voy a contar un secretillo…a mi los porros me ponen cachonda- le dio otra calada y me lo volvió a pasar.

  • La verdad es que jamás lo hubiese pensado- no me imaginaba a mi madre borracha y colocada

  • En mi época…yo creo que éramos bastante más putillas que ahora…y por supuesto más lanzadas- terminamos el porro y mi madre se abalanzó sobre mí a besarme, a la vez que se movía buscando el roce de mi poya sobre su chocho. Realmente la ponía cachonda- Quiero otro polvo, Felipe, la quiero dentro de mi otra vez- cuando estuve preparado se sentó encima de mi rabo y empezó a moverse

  • Oh, mami…que tetas más bonitas tienes

  • ¿Son bonitas?

  • Mucho

  • Lámelas, mi amor- dijo, inclinándose un poco para ponerme las tetas a la altura de la boca

  • ¡Que buenas, diossss, que buenas!

  • ¡Me corro, ya estoy…me voy, mi vida, me voy!

  • Y yo…me voy contigo, mamá

  • Si, si, si…así, mi amor, así…un poco más, un poco…si, si, siiiiii

Me retiré con cuidado para quitarme el condón. Besé a mi madre y la abracé. Nos quedamos dormidos juntos

  • ¡Buenos días mi amor!- dijo mi madre cuando me vio abrir los ojos a la mañana siguiente.