Papá me da más leche
Soy Andrea y tengo 19 años. Soy la puta de mi padre desde hace más de un año. Hoy les relato algunas experiencias nuevas que me hizo vivir. Estoy un poco enojada con él, pero lo amo.
Papá me da más leche
Nuevamente soy Andrea, contando parte de mi historia.
Soy la puta de mi padre desde hace más de un año y lo que más me gusta es mamar su polla para tragar su leche y mamar su culo follándolo con mi lengua.
Pero papá hoy no me alimentó.
Se fue sin darme su mamadera de leche tibia para comenzar bien el día. Apenas una palmada en mi nalguita desnuda y un - te veo luego, hija-
-Hija? Pero si siempre me llama “ mi puta”- ¿Qué le pasa? Se fue apurado-
-Papá, hoy me darás mi leche cuando llegues? Estoy con hambre-, le dije con voz sensual, cuando me llamó más tarde al cel para decirme que lo esperara vestida y maquillada de puta.
- No, mi puta, hoy vamos a salir y te quiero bien perra-
-A dónde me llevarás papi?
-A un lugar donde tendrás nuevas experiencias-
Y no dijo nada más.
Por lo tanto me puse en acción.
Fui a la peluquería donde me hicieron un peinado que elegí de una revista para hombres y un maquillaje con los ojos muy cargados de tonalidades un poco fuertes.
Me puse un corsé rojo oscuro, bien ajustado, que deja mis tetas afuera y muy elevadas. En la entrepierna, tiene una abertura, de forma que si me siento con las piernas abiertas se ve mi coño depilado y adornado con un aro más grande que los que llevo en los pezones.
Complementé con medias rojas, de red, a medio muslo ( mis piernas son muy largas) terminadas en un sensual encaje.
Zapatos de tacón muy alto y plataforma, que logran el efecto de que mi trasero, grande y firme, parezca más alto.
Cuando me miré al espejo, me dio risa porque parecía otra mujer.
Fui a que mamá me viera y me miró con asombro.
-A dónde crees que vas con esa pinta?
- Voy a salir con papá y me ordenó que luciera así-
-Ustedes dos están cada día más locos y pervertidos- dijo mami
- Puede ser, mamá. Bienvenidas perversión y locura, si son divertidas!!
Cuando papá llegó quedó asombrado con mi aspecto.
- Eres una hermosa mujer, te ves increíble, mi puta- Estoy orgulloso de que seas mía
Nos fuimos en su auto, yo con una pequeña capita, que alcanzaba para cubrir mis tetas.
- Te llevo a un Club de Sexo donde soy socio- Tendrás una buena experiencia como puta. Hazme sentir orgulloso ante todos y te voy a desear más como mi mujer-
- Si papá, tranquilo, que ya estoy caliente.
Para corroborarlo, metió los dedos por la abertura inferior de mi corsé y manoseó mi coñito, tiró del aro de mi clítoris y lo estiró durante buena parte del trayecto.
- Quiero que llegues mojada, con el coño brillante por tus fluidos y también quiero tus pezones más turgentes. Saca de la guantera los succionadores y colócalos de forma que te estiren bien.
Me los puse, pero a medida que aumenta la succión, duele.
Papá detuvo el auto y me ajustó los succionadores él mismo, causándome un dolor fuerte.
- Aguanta como una buena perra, los tendrás puestos hasta que lleguemos-
- Si papá, balbuceé, pero es demasiado-
Me besó en la boca absorbiendo mi lengua y al mismo tiempo tirando de los succionadores. El dolor se mezcló con placer y me abandoné a él, gimiendo en su boca.
- Mira que eres puta de verdad, ya estás pronta para ser bien usada-
Me dejó y regresamos al camino.
-Papi, quieres darme mi mamadera mientras llegamos? - pregunté con la ilusión de mamarlo en el auto y tomarme su leche.
-No, puta, NO- tu quieta ahí, lo último que quiero es tener un accidente!
-Puedes masturbarte si estás tan necesitada, carajo!
- No papi, lo que yo necesito es mi mamadera- dije enfurruñada por su negativa y viendo su verga que abultaba sus pantalones.
- Por favorrrrr! déjame mamarte papá, te deseo- gemí casi sollozando ( sé que no resiste mis falsos lloriqueos que me salen bien), mientras lo tocaba por sobre la ropa. De verdad lo quería porque extrañaba mi leche que no recibía desde el día anterior-
Por cierto que cedió y nuevamente detuvo el auto. Abrió sus piernas . Le bajé el cierre y liberé su miembro que salió directo a mi boca.
Y obtuve lo que quería. Su verga llenando mi boca y yo chupando duro, hasta que recibí su abundante descarga directo en mi garganta, atragantada hasta las lágrimas por la falta de aire y las fuertes sensaciones que me provoca cuando eyacula así.
No llegué al orgasmo pero tuve el placer de que papá me diera mi leche y de limpiarlo con mi lengua.
Se acomodó la ropa mientras yo me retoqué el maquillaje de los ojos, un poco corrido por las lágrimas que me saltaron cuando me atoré.
Adorado papá! Siempre complaciendo a su puta!
No uso maquillaje a prueba de agua, porque a él le gusta ver cómo se corre por mis ojos y mejillas y esta es una de esas noches en la que me parece que voy a quedar fatal.
En unos minutos llegamos al club y entramos a un estacionamiento privado individual.
Salí del auto sin la capa, con los pezones muy agrandados por los succionadores que me quitó de un tirón al llegar ( qué dolor) y entramos juntos.
Había hombres y mujeres, algunas desnudas, otras con collares de perro llevadas de una cadena por su Amo.
También vi hombres y mujeres colocados en postes de exhibición o en cruces de San Andrés, con el propósito de ser humillados al tener todo abierto y expuesto. Cualquiera podía acercarse, manosearlos, comerles la boca y chupar sus vergas inflamadas o sus empapados coños. No les daban tregua y se escuchaba un concierto de gemidos, sollozos, suspiros, que calentaban el ambiente.
Un joven colgado era flagelado cruelmente por una mujer y aullaba debajo de una mordaza. Sangraba y tenía la cara empapada de lágrimas que caían por su pecho mezclándose con la sangre.
Un grupo de mirones disfrutaban de la escena.
A mi me apenó su sufrimiento, aunque fuera consentido.
Mi padre me explicó que generalmente eran esclavos/as sexuales, castigados por sus Amos o recompensados de esta forma. Me dijo que los disfrutara si quería pero no me animé.
Nos sentamos en bancos altos en la barra y a esa altura mis muslos ya estaban mojados por mis fluidos que salían por la calentura que me provocaban lo que veía y el sonido.
Papá pidió dos tragos y me hizo girar quedando de espaldas a él y de frente a un grupo de personas. Me hizo abrir bien las piernas de forma que vieran mi reluciente coño y enseguida se acercó una mujer vieja que me comió el coño golosamente hasta que llegué al orgasmo sin importarme nada más que mi cuerpo en llamas. Mi padre me sostuvo todo el tiempo, chupando mi cuello y otro viejo desconocido se acercó y se dedicó a mis pezones!
Ayyyyyyy! No sabía cómo era un Club de Sexo.
Cuando me repuse un poco, me condujo a una habitación con cama, sillones, ventanas interiores ( más tarde supe que eran para los mirones) y luces bajas.
Varios hombres y una jovencita desnuda y de culo grande, estaban allí.
Mi padre me empujó con suavidad hacia ellos y él se dirigió hacia la joven.
Me quitaron el corsé y parada entre ellos me comenzaron a tocar por todos lados.
Sentí en simultáneo que metían dedos en mi culo y vagina, me tiraban de los aros haciendo doler pezones y clítoris, me chupaban, lamían, unos dedos masajeaban mis encías y lengua y yo me escuchaba gemir como loca mientras intentaba morder y chupar esos dedos que estaban en mi boca.
En un momento,quedé mirando hacia papá y vi a la chica acostada en su falda, mientras él le azotaba las nalgas gordas enrojecidas y metía dedos en su culo, hasta que la sentó sobre su verga a horcajadas, y la folló duro. Sentí celos por un instante, pero estaba tan envuelta en mis propias sensaciones que todo se volvió muy confuso, pero seguí escuchando sus fuertes gemidos y que decía: -más papito, más-
-Papito, tus pelotas, pensé.
Me pusieron en cuatro patas en el suelo y penetraron mi culito, vagina y una verga llenó mi boca todo a la vez. Me extendieron los brazos y colocaron en mis manos otras pollas hinchadas para hacerles una paja.
Tragué semen, sentí las eyaculaciones en mis extendidos intestinos y coño, prendida fuego, gritando cuando no estaba atragantada, con más de un orgasmo sacudiéndome. Los gritos me brotaban solos desde el incendio de mis entrañas y las lágrimas salían, dejando mi visión borrosa.
Me tiraron sobre la cama y se pajearon entre mis tetas, sobre mi vientre, en mi cara. Quedé mojada en semen hasta el pelo. Y seguí tragando porque siempre tuve una verga en mi boca ; una salía y otra llegaba. Y otra en cada mano, pajeando a desconocidos casi sin rostro que descargaban su leche sobre mi. Vergas en el culo ya muy abierto, en la vagina y en la boca. Impresionante. Indescriptible. Los orgasmos arqueaban mi cuerpo y me dejaban cada vez más floja.
Creo que perdí la conciencia. Cuando abrí los ojos, mi padre me hizo tomar una botella de bebida energética.
Vi que todavía había gente mirando por las ventanas. No me importó.
Desnuda, cubierta de semen que escurría de mis agujeros, me condujo hacia donde estaba la zona de humillación.
- No papá, qué me vas a hacer? Por favorrrrr, no quiero más- lloré esta vez en serio. Vamos a casa! No resisto más!-
- Te voy a exponer, una buena puta sabe aceptar todo. Así que te callas, aguantas, disfruta y aprende!!
Me extendió atada en una Cruz que giraba. Brazos y piernas bien abiertos e inmovilizados por correas que cerró muy apretados.
Después tecleó algo en una pantalla y se instaló en los asientos de la barra para tomar otro trago y mirarme.
Varias personas se acercaron y nuevamente me manosearon, giraron la cruz y follaron mi boca, al punto que me ardía hasta la garganta. Chuparon y lamieron mi dolorido coño, y algunos usaban sus dedos como pinzas en mi clítoris y otras bocas parecían ventosas con sus lenguas en mi vagina. Me la comieron varias mujeres y hombres viejos. Se tragaban los fluidos que me inundaban.
Estiraron mis pezones y clítoris con los aros. Grité, lloré, tragué, me oriné, tuve algún otro orgasmo. Ni siquiera miraba el rostro de quienes me usaban.
De vez en cuando miraba a papá y lo veía borroso.
Se acercó, volvió a teclear algo en la pantalla y volvió a su lugar.
Nadie más me tocó. Me miraban y hablaban.
Una persona me pasó algo suave sobre los ojos y pude ver bien.
Vi a papá acercarse a una chica muy joven que estaba expuesta en un poste y la besó, le lamió los pezones y chupó su coño mientras otra mujer excitaba sus pezones hasta provocarle un orgasmo. Sus gemidos me molestaron.
Sentí celos. Cerré los ojos.
Al rato vino, giró la cruz y metiendo su verga en mi dolorida boca que nunca había sido tan usada, me la folló y tragué mi leche agradecida.
- Gracias papá, te amo- Cómo me porté? Estás orgulloso de mi?
Si, mi puta. No imaginas lo hermosa que te ves tan usada-
Ahora serás recompensada con tres latigazos. Escucha bien: después de cada uno debes decir su número y agradecerme a mi por enseñarte a ser mejor puta. ENTENDIDO?
- Apenas susurré, no papá, tengo miedo, no quiero,me van a lastimar-
- Ok. Serán 4 latigazos por desobedecer. Te conviene cerrar la boca y mirarme a los ojos mientras te flagelan-
El primero me tomó por sorpresa, porque papá estaba en su lugar y yo creía que sería él quién me “recompensaría”
Varias personas se ubicaron para disfrutar de mi “ hermosa recompensa “.
Silencio. Y de pronto el silbido del látigo que laceró mi espalda llegando hasta mi vientre.
- 1,grité entre sollozos, gracias papá por enseñarme a ser mejor puta, logré recordar y decirlo, mirándolo a los ojos furiosa.
Esta desgracia se repitió 2,3,4 y me olvidé de decir nada por el insoportable dolor. Cada golpe me arrancaba gritos y súplicas y desgarraba mi piel. Me temblaba todo el cuerpo y forcejeaba para soltarme.
Una chica se acercó y me roció las heridas con un producto que aumentó más el ardor.
-Para evitar infecciones, me dijo. Estuviste genial. Te envidio. Se ve que tu padre te quiere de verdad. ( vaya forma de demostrarlo, pensé en mi nube de dolor)
Papá vino y me liberó. Tomé otra bebida que me ayudó a recuperarme un poco.
- Nos vamos, mi puta- y me tomó de la mano y salimos despacio. Yo hasta sin zapatos, porque los perdí. Las medias caídas.
Me sentía muy sucia, dolorida y lastimada.
-Luces como lo que eres, una buena puta bien follada y recompensada-
- Por qué lastimarme, papá, le pregunté casi sin fuerzas
-Porque quise. Debes aprender a aceptar y tolerar todo lo que yo quiera para ti- Te amo, mi puta sucia, pero si te pones rebelde no tendrás más nada de mi-
En el auto ( él había puesto una funda en mi asiento) me dormí. Cuando llegamos a casa me hizo bajar e ir a la cama así como estaba, cubierta del semen de varios desconocidos.
- Por favor papi, me das un analgésico?
- Aprende, mi puta y no te lamentes, fuiste bien atendida. Ahora a dormir!
Cuando desperté, me dolía todo, hasta el interior de la boca y los maxilares. Y las lastimaduras de los latigazos se sentían como fuego.
Apareció papá y me tomó varías fotos y un vídeo mientras caminaba con dificultad hacia el baño.
- Hoy si que eres un asco, dúchate antes de venir a desayunar. Te quiero ver limpia, sin maquillaje, sin perfume y desnuda. Te espero para servirte el desayuno. Y nada de llantos o conocerás mi cinturón-
Cuando me vi en el espejo del baño, quedé horrorizada del estado de mi cara, con todo el maquillaje corrido mezclado con semen seco. Del pelo, mejor no hablar.
Marcas con sangre surcaban mi vientre y mi espalda.
Por suerte agua, jabón, shampoo, obraron el milagro de dejarme limpia. Fue una ducha que avivó los dolores de la piel lastimada.
Cuando llegué al comedor me dijo que mamá no estaría en todo el día y estaríamos solos.
Me hizo quedar parada. Me puso un pañal para adultos y me ayudó a sentar en una silla alta. Me peinó con dos coletas y me ató las muñecas a la silla.
- Hoy serás mi bebé por todo el día, me ocuparé de ti- No puedes hablar, sólo emite sonidos. Si hablas, te castigo,ENTENDIDO?
- Así que permanecí en silencio, aunque tenía preguntas para hacer, especialmente lo referido a hacerme lastimar tanto a modo de “recompensa”
Y comenzó a darme de comer en la boca .
- Después que comas todo, te daré la leche, mi puta. Hoy te voy a alimentar sólo con mi leche cada tres o cuatro horas, y veremos si a esta bebé se le pasa el enojo que tiene con su papá, con la barriguita siempre llena de lo que le gusta. Podrás mamarme a gusto la polla y el culo.
Es mi padre y me conoce mejor que nadie. Sabe que el enojo se me irá rápido.
Ya logró calentarme, sólo hablando. Y esa promesa de alimentación es una tentación para mi y la recompensa por mi noche en el Club de Sexo.
Le respondí con pequeños sonidos y sonrisas de placer. Quería pedirle un analgésico para mis dolores pero no me animé a hablar por temor al castigo.
Sabe que estoy muy dolorida, pero no me ofreció nada.
Ahora lo amo y también le temo, tal vez es su objetivo: una puta suya muy obediente.