Pandora´s Box XII

“Dejame… en paz Victoria. No volveré a repetírtelo”-solo pude decir... / PERDON POR LA TARDANZA... HE ESTADO OCUPADA, ENTRE OTRAS SITUACIONES, CON EL DESARROLLO DE LA HISTORIA... DE AQUI EN ADELANTE LAS COSAS VAN A SER MUUUY DIFERENTES... DISFRUTENLO!!!

No lo podía creer. Claramente ese era el timbre de voz de Victoria. Los latidos de mi corazón en reacción a cada cosa que tenía que ver con ella, delataban mi sumisión ante Victoria.

¿No valía en nada lo que había pasado esa misma noche? Bueno, al parecer le pedía peras al olmo. No podía convencer de alguna manera a mi subconsciente de que ESA realidad de allá afuera era la REALIDAD que se supone, debía de vivir.

No podía creerlo, pero así era. Victoria quizá me había embaucado, quizá solo quería experimentar y sentir su “casi” primera vez con una mujer, pero allí venia de nuevo ese pequeño pitido en mi cabeza que más o menos me decía así: “Deja de pensar estupideces y concentrate”, así que obedeciendo, me levante de un salto de la cama y como quien tira algo al suelo, me convencí (mentalmente NO), de que esto JAMAS había pasado y JAMAS volvería a pasar.

No Iba a ser víctima de los jueguitos de mi cuñada y ahora menos que ella sabía perfectamente que la amaba, sentimiento muy fuerte para ser traicionado, pero en este caso la misma Caja de Pandora no me daba ninguna señal de que lo que estaba haciendo Victoria en ese mismo momento fuera todo lo contrario a lo que aparentaba.

En pocas palabras, trate de que no me importara… a pesar de que fue lo justo lo contrario.

Me vestí y peine en cosa de 5 minutos (tengo el cabello corto, poco más largo que mis orejas, pero lo tengo peinado en estilo degrafilado, en otras palabras, mi pelo parece caricatura anime xD). Recogí un poco mi habitación y cuando estaba a punto de salir, respire hondo, cerré los ojos y tome la perilla de mi puerta como si de ello dependiera el destino de mi mirada. Al abrir no encontré a nadie en el pasillo.

“Genial, espero no verlos en la sala, porque si no, no lo soportare”- pensé.

Baje un poco temerosa, pero para mí tranquilidad, tampoco estaban allí.

Era mejor para mí, pero por otro lado, me preocupaba. No iba a evadir esto para siempre.

Ese día trabajaría yo sola. Mi padre en medio de la farra de anoche y Tom con el día libre que había pedido desde un día antes. Era un día perfecto para disfrutar “Forever Alone”. No me importaba después de todo. Tenía un montón de cosas que reflexionar.

Termine de desayunar, y tome las llaves del auto. Al salir no encontraba mi reloj de pulso. Me marché con el pensamiento de buscarlo al regresar y conduje hasta la oficina.

De ahí en adelante, el trabajo fluyo de la manera más normal y rutinaria que siempre ofrecía. Algunos que habían estado en casa un día antes, faltaron y la razón era obvia, pero los que sí fueron, decidieron ir por unos tragos después del trabajo.

Estaba sumida en un tonto juego de dulces en línea, cuando sonó el teléfono de la administración principal (Oficina de papá).

Corrí a contestarlo aunque estaba muy insistente. Era Nikolai, y la sangre se me enfrió al escuchar su acento muy ruso.

“Taylor, como la estás pasando??”

“Muy bien Nikolai. Que me cuentas de nuevo?”

“Pues que ya están listos tus exámenes. Puedes pasar por ellos cuando quieras, si gustas mañana mismo”

“Ok, te agradezco Nik. Y dime cual es el diagnostico?”-pregunte curiosa jugando con la silla giratoria de la oficina. Empecé a sentir un hambre increíble.

“No te preocupes. No tienes nada. Estás totalmente sana y no tendré que mandar tus exámenes con un laboratorista. Yo te aconsejaría que fueras a ver a otro médico si tus síntomas persisten, de acuerdo? Pero mi diagnóstico es que estas muy bien, pierde cuidado”- Justo lo que sabía que me iba a decir, aunque no predigo el futuro ni soy adivina, claro.

“Me alegra escuchar eso, aunque debo decirte que mis jaquecas pararon repentinamente hace unos días... Parece que tenías razón. No era nada grave. No tengo de que… preocuparme”-Palabras falsas saliendo de sentimientos falsos. Estaba hasta el fondo de problemas, pero desafortunadamente no esperaba que Nikolai me entendiera. Su padre me había dejado claro las cosas en cuanto a él, y lo sentía mucho, pero si quería que esto no empeorara más de lo que ya estaba, tenía que confiar solamente en ellos. Chris tenía razón.

Termina la llamada, del trabajo y me reuní con mis compañeros en el estacionamiento para ir por el ya dicho trago.

Empecé a sentir algo de frio, y extrañamente escalofríos comenzaron a recorrer la planta de mi pie hasta mi columna. Saque una gabardina corta del auto y me recargue sobre él esperando a los demás. Hasta ese momento se me ocurrió checar el móvil, pues estaba en vibración, y sorprendentemente me topé con 10 llamadas perdidas de VICTORIA.

Apegándome a mi indiferencia, ignore las llamadas y guarde el móvil en mi bolsillo.

Por fin, llegamos a una vieja taberna de cerca del trabajo y bebimos algunas margaritas. Después, alguien de ellos termino con una ronda de cervezas y yo decidí marcharme. Ya estaba algo subida de tono. Me despedí excusándome de todos y al salir fije la mirada en el auto, sin darme cuenta que frente de mi pasaba Anne, la hermana de Victoria.

“Taylor???!!”-

“Hola Anne”- la salude con dos besos en ambas mejillas-“¿Que haciendo por acá??”-pregunte algo curiosa.

“Bueno, mi madre me pidió hacer algunos mandados, pero la noche me ha sorprendido e iba ya de camino a casa. Y tú??”

“Pasa que algunos compañeros vinieron por unos tragos y los acompañe, pero también ya es hora de que me vaya”

“Ok, fue bueno verte. Ojala y nos volvamos a juntar para cenar. Tu padre cocina delicioso”-decía despidiéndose.

“Si, bueno. Espera. Te parece que te vaya a dejar?? Traje el auto y aparte me queda de paso”-sonreí sin saber qué es lo que estaba proponiéndole.

“Segura? No quiero intervenir si es que ibas a otro lado?”-

“Solo sube Stone”-le dije abriendo la puerta del piloto haciéndole burla.

Arranque, y mientras, íbamos platicando de lo más animadas. Jamás me había dado a la tarea de conocer a fondo a Anne, y hasta la fecha no sé porque. Me caía bien, y comparado a la situación porque la pasaba, era al menos un pedacito de la Victoria de la cual me estaba enamorando. Estar con Anne era tener la esencia de mi ConnectBox. Me agradaba de alguna u otra forma hablar con ella, aunque cuando pasaba el tema de Victoria y mi hermano, sus gestos cambiaban radicalmente a algo que no pude evitar notar: celos quizás, pero no supe con exactitud de quien.

Entre tanto parloteo, arribamos a la entrada de su casa, y ello inexplicablemente me causo un ligero cosquilleo de estómago.

“Te agradezco Taylor. ¿Quisieras pasar dentro? Quizá podría pagarte el favor con un café”

“Mmmmm mala idea Anne. Si no llego a tiempo con el auto, uno de los dos ogros con los que vivo podría comerme, y no quisieras eso, o si?”-No sé de donde me salió lo ñoña de repente, pero hay estaba yo, muy cerca del sonriente rostro de Anne, haciéndola de tonta.

“Jajajaja, serás la cena de Shrek y Fiona”-exclamo Anne, riéndose a carcajadas.

“Y tu serás burro, jajajaja o quieres ser Jengibre”- la verdad es que casi me ganaba de la risa.

“¡¿¿Qué es tan gracioso para ti Anne??!!”-

Mi espanto fue tal que emití un ligero grito de espanto. Vaya que Victoria me había metido un buen susto. Estaba tan metida en mis bobadas con Anne, que ni siquiera me di cuenta cuando Victoria abrió la puerta del conductor con rostro de pocos amigos. Podía oler sus celos, tal y como olía tan magistralmente su colonia, fragancia que se había vuelto en el aliento de mi delirio.

“Perdona Victoria, no era mi intención retrasar más a Anne. La encontré en la calzada de la ciudad y la traje a tu casa. Es todo”- me concrete a decir. La máscara de indiferencia volvía a hacer su aparición diciendo todo lo anterior sin fijar la mirada sobre de ella, ni siquiera por un segundo.

“Si Victoria, solo estábamos bromeando y hasta me ha traído a casa. No es para que te pongas así”-trato de defenderme Anne.

“Donde encontraste a Taylor, Anne??”- pregunto Victoria sin cambiar su postura ni posición. Parecía YO la hermana de Victoria (aunque lo anterior sería muy raro para mi xD)

“En una taberna, en el centro de los suburbios”-No supe si haberle dado esa información a Victoria fue positivo, o todo lo contrario: Mi condena de muerte.

“Mmmmm perfecto… Despídete, ahora!!”-

Anne obedeció muy extrañada, y Victoria cerró mi puerta.

Prendí el auto, pero Victoria no entro a su casa. Tampoco esperaba que se despidiera y menos por lo que había pasado.

De repente, abrió la puerta del copiloto y entro cerrándola.

“Ni se te ocurra irte. Vamos a All Pine (un bosque cerca de la localidad, más o menos a 2km de allí), tenemos mucho de qué hablar”- dijo abrochándose el cinturón.

“QUE???!! Estarás de coña si crees que voy a manejar hasta allá!!! Además”-enfatice- Tu y yo-señale- no tenemos NADA de qué hablar. Así que te pido que bajes de mi auto en este mismo momento y me dejes marcharme”-le dije todo lo anterior mirándola fijamente a los ojos. Mi fobia por perderme en ellos aún no había sido superada del todo, pero al menos lo intente con esa pizca de fortaleza que estaba por derrumbarse. Era obvio lo que yo quería.

“Vas a manejar hasta All Pine y vamos a dejar las cosas en claro tu y yo AHORA!!!”-exclamo con suma firmeza Victoria.

Hasta la fecha no sé porque cedi a su cometido. No sé si fue por furia, por despecho, o porque realmente tenía la voluntad gacha cuando ella estaba cerca mío. Creo que fue por la última razón, ¿o por las tres juntas? No lo sé…

Maneje en completo silencio. Ya eran más de las 11 pm, y mi celular comenzó a sonar. Era Tom.

Estaba en el maletero, así que Victoria lo tomo, lo apago con determinación y dijo:

“Si no me contestas a mí, menos a otras personas”-exclamo enojada.

Su dominación mental me estaba cansando. Primero me daba órdenes, y después tocaba mis cosas personales. Pero por alguna razón no desistí, aunque si aplacaba mi coraje. ¿Por qué estaba haciendo todo esto?

Empecé a subir la velocidad. Sinceramente quería que todo esto acabara lo más pronto posible.

Arribe al bosque, oscuro, pero algo iluminado por la luz de la luna llena.

Apague el motor de muy mala gana y salí del auto, azotando la puerta. Victoria también salió por su lado.

“Bien Victoria!!!! Ya estamos aquí. Ahora parale a tus ridículas escenitas que me tienen…”-no pude continuar.

De un momento a otro, comprendí mas tarde que cuando Victoria bajo raudamente del auto, fue para dirigirse de inmediato a mí.

Su propósito: mis labios.

Y allí estábamos de nuevo. Esclavas de lo ajeno, cautivas de nuestro propio acoplamiento.

Sus labios recorrían la piel de los míos de una manera magistral. Al principio me resistí, pero nuevamente aquello dentro de mí, que creo es mi corazón, comenzó a esparcir grandes porciones de sangre alrededor de mi cuerpo, haciendo que la adrenalina me hiciera pedir más. Mi mente entro en un estado de estupor profundo, aunque se equilibraba muy bien con la excitación que comencé a sentir al tacto de las suaves manos de Victoria alrededor de mi cuello.

Finalmente nos separamos. Iba a decir algo, pero Victoria, sin separarse de mí, exclamo:

“Sé que no es la mejor manera de arreglar lo que paso, pero al verte no se me ocurrió otra cosa, bebe”- me susurro besándome.

Aun tonteada por lo anterior, no pude responder más que con un ligero suspiro.

“Ummmm??”-gemí con los ojos cerrados.

“¿Estuviste tomando Taylor? A propósito, ¿cómo está eso que Anne te encontró en una taberna? ¿Con quién te fuiste? ¿A qué horas pensabas regresar?”- se alejó ligeramente de mí.

“Dissssssscuuulpa? No recuerdo que mi madre haya cambiado papeles de maternidad contigo. Además que es… Todo esto, eh??”-señale hacia nosotras-“Primero casi me haces el amor, y al día siguiente te das un calentón con mi hermano diciendo que TODO lo demás te importa una mierda!!! Que te quede bien claro que las cosas no funcionan así conmigo. O eres o no eres. Y solo para que no lo olvides te lo volveré a repetir: “Amo a mi hermano, y no es justo para él lo que paso entre nosotras, y si para ti es más importante seguir con mi hermano porque aun lo amas o no sé qué pienses, ese es tuuu problema, no mío? Así que te pido que me dejes en paz, y no fantasees con el simple hecho de pensar que me tienes a tus pies, porque aunque no lo creas, TENGO dignidad, y supongo que tú también. Que tengas buena noche.”- dije despidiéndome, en medio de un punzante dolor de pecho. Digamos que el 50 por ciento de lo anterior era cierto. El otro 50 era un misterio hasta para mí, pero de ser otra ocasión, quizá las cosas hubieran sido distintas. Quien sabe, hasta allí mismo de verdad la hubiera hecho mía, sin importarme nada, aunque la Caja de Pandora supongo y me daba un margen de albedrio que por mucho, no debía rebasar. En otras palabras, la diferencia entre hacer lo que quería y pensarlo era mínima.

“No serias capaz de dejarme aquí”-exclamo fuera de mi ventanilla.

Mire al infinito a través del parabrisas.

“Dejame… en paz Victoria. No volveré a repetírtelo”-solo pude decir.

“Ves? Ni siquiera tienes el coraje de decírmelo en mi cara. Mirame a los ojos y ordename que te deje en paz, ahhhhh?? Anda!!”-reto ella.

¡Pero qué era lo que tenía esta mujer que sabía darme en el clavo! En el punto más flaco de mi existencia, era donde ella residía con chantajes, intimidaciones o despotismo, como quieran llamarle, pero toda ella se había adherido a la fuente decisiva de mi medio de vida. Con o sin ella, sufría, y obviamente no iba a salir de mi boca tal condenación.

“Lo ves? No puedes, porque me amas, y harás cualquier cosa por mí. No tienes voluntad frente a mi aunque te lo propongas”.

“¡No es justo ok Victoria!”-desde cuando las lágrimas recorrían mis ojos ardidos en vergüenza y desesperación-“¡No es justo que me tengas para ti a tu antojo y para cuando y como quieras! No estoy dispuesta a seguir sufriendo por algo que se perfectamente que jamás va a ser real. ¡Miranos joder! Esta perfecta la situación!”-exclame con bastante ironía en mi tono de voz-“Ambas somos mujeres y tú eres la novia de mi hermano, y para acabar de rematar YO no tengo una garantía segura de que de verdad no ames a mi hermano como me amas a mi…”

“Si lo dices por lo de esta mañana, puedo explicártelo…”

“Explicarme qué??!!”-dije exaltada-“Que solo me utilizaste por tu abusiva curiosidad?”

“Las cosas no son así Taylor!! No entiendes?? Le dije todo esto a Tom PORQUE AUN NO ESTOY PREPARADA. No iba a decirle de la noche a la mañana que finalmente me di cuenta que estoy enamorada de su hermana!!”

“Pues esta mañana hubiera querido que lo hicieras”-exclame.

Ella solo se quedó en silencio, y mi llanto aprovecho para aumentar. No podía contenerme. Estaba totalmente inclinada en mi asiento, dejando correr la presión de todo lo que me estaba pasando. La presión de que, quizá la mejor solución si era decirle de una vez por todas a Victoria que no había explicación más atinada a todo lo que pasaba, más que efectivamente, una hecatombe se había producido en nuestras mentes, desencadenando una fuente infinita de reacciones en cadena.

Mi llanto seguía y seguía a mares. El sentimiento que mi pecho y mente transpiraban ligeramente en forma de lágrimas, parecía no tener fin.

De pronto, sentí que ella abrió la puerta del conductor, y me abrazo como pudo. Al sentirla al primer contacto, me colgué de ella, y con gusto, me arropo en sus brazos, ahogando mi llanto entre su singular figura.

“Taylor, mi amor, odio verte llorar. No quiero hacerte daño, antes me mataba yo misma que verte sufrir, pero necesito que comprendas por un momento lo difícil que es también para mí dejar todo lo que antes me ligaba a tu hermano. Sé que es difícil de entender, pero aún estoy confundida en cuanto a las decisiones que finalmente me harán alejarme de Tom para siempre, y una de ellas eres… eres tu Taylor”-

No le dije nada. Solo me limite a escucharla.

“Sabes? Después de que te fuiste de casa esta mañana, Tom y yo… Bueno, él comenzó a seducirme y yo… bueno… yo…”

Ya sabía cómo iba a terminar sus tristes palabras…

“Cediste?”-susurre.

“No Taylor, la verdad es que nuestra vida íntima termino desde que supe lo que sentía por ti. Lo cierto es que ni siquiera quise salir a verte. No pude. Pero es extraño.”-

“Que es extraño Victoria?”

“Cuando estaba por rendirme, de inmediato viniste a mi mente. Cuando abrí los ojos, vi tu reloj de pulso sobre el stan de noche de Tom, y fue cuando me levante raudamente de su cama. No quise seguir más. Obviamente Tom se quedó muy confundido, pero solo le dije que no era el momento, y allí quedo, aunque no creo que se quede con esa excusa para siempre. Tenemos que encontrar la forma y el momento Tay, pero tienes que tenerme paciencia”

“Ahhhh, de manera que tu tenías mi reloj?? Estuve buscándolo en la mañana pensando que lo había perdido ayer en  mi cuarto, pero ya recordé que paso”

“Fue… ayer… cuando nos encontraste a Tom y a mi… Ibas por el reloj??”

En realidad, esa no era la explicación, pero en ese momento me pareció una buena excusa.

“Si”-dije casi en silencio, suspirando intensamente en señal de dolor al recordar aquella escena.

Me separe un poco de ella, deshaciendo el abrazo y me erguí para voltear la mirada hacia otro lado.

“Odio verte con mi hermano”-finalmente dije con la mirada por quién sabe dónde.

“Tay, sé que te hace sentir celos, pero… Tienes que ser paciente cariño… Te lo pido por favor…”-dijo Victoria sentándose en mis piernas.

“Tal y como tú también no has sido celosa conmigo?”-pregunte resaltando la sátira de su petición.

“Es que es realmente el colmo Victoria!!!”-exclame- “10 llamadas perdidas?? Preguntarle a tu hermana donde me encontró?? No me digas que sientes celos hasta por la pobre de Anne?”

“Ni te hagas la victima que sabes perfectamente como las encontré. Parecía que ibas a besarla!!!”-se excusó Victoria

“Solo estábamos bromeando, por el amor de Dios!!!”-

“Pues sabelo bien Taylor Steadman: “No me gusta que lo hagas CON NADIE”-

“Pues no entiendo Victoria. Tú si puedes andar por la vida con mi hermano restregándome mi impotencia y yo tengo que tener “paciencia” sin ni siquiera hablarle con confianza a tu propia hermana. Eso es lo más sarcástico que he oído en toda mi vida”-dije enfadada.

“Taylor, sabes que lo mío con tu hermano no es a propósito, necesito tiempo, entiéndeme mujer, y lo otro no tiene nada que ver. Sé que parece algo desigual, pero hagamos un trato: “Te juro que Tom y yo no volveremos a tener algo “más allá de la apariencia”. Te juro que no dejare que me vuelva a tocar, como solo tú debes hacerlo, de acuerdo mi amor?”-

Me beso, pero aun no me convencía del todo su posición. Tenía que tragarme mi orgullo y mis celos por esperar a que Victoria tuviera el verdadero coraje de hacer esto realidad. Bueno, no era tan egoísta después de todo, pero extrañamente, para mí no funcionaba de una manera satisfactoria.

Intente separarme para regresar a casa, pero Victoria presionaba mi nuca ligeramente hacia ella, haciendo imposible apartarme de sus increíbles labios.

Estaba en cuclillas sobre mí, acariciando cada parte de mí ser: mi cabeza, cabello, rostro, hombros, costillas y finalmente mi abdomen.

Mis manos no se quedaron atrás. Encontraron nuevamente su lugar a los costados de su esbelta silueta, aquel contorno curvo que delineaba su cintura, y bajaban finalmente a sus bien contorneadas piernas.

“Hazme tuya ahora Taylor, porque esperar más?”-ronroneo mordiendo delicadamente el lóbulo de mi oreja.

Estaba muy excitada. Primero por el beso y luego esto. No era tan fuerte ante ella, y en ese momento menos.

“No Victoria, no me parece un… lugar…”

“Jajaja decente, a eso te refieres?”

“Pues si… eso”-apenas dije.

“Solo…”-dirigió mi mano al interior de sus jeans-“arriesgate, y no pienses en lo demás. El que no arriesga, pierde”-fijo su coqueta mirada en la mía, al instante que mi tacto pudo percibir completamente la humedad que de ella emanaba ardorosa.

Me determine a tocarla despacio, sin prisas, mientras que degustaba sus deliciosos labios.

A veces llegaba a mi gusto un sabor salado y particular. Era especial, pero no procedía de sus labios.

Ignorando aquello, introduje lentamente mi mano apartando sus pantis. Era el momento justo para estimular su centro, que no hacía falta tener una excelente imaginación para saber que estaba hinchado y deseoso porque se le atendiera. Victoria estaba convertida en un manojo de gemidos e impulsos que iban desde morder ligeramente mi cuello, hasta rasguñar mi nuca.

Al primer contacto con su clítoris, paré en seco. Su viscosidad, el sabor de su saliva y hasta la temperatura que de su cuerpo fluía, me dio el certificado exacto de una noticia que, por mucho, parecía el sello de mi propio ataúd.

“Porque paraste mi amor? Pasa algo??”-pregunto ella muy desconcertada.

Mi mirada se clavó en el volante. Mis manos comenzaron a temblar y mi calor se extinguió. Ahora parecía que un frio muy helado pasaba por mi espalda, convirtiéndose así en el escalofrió más crudo que jamás haya sentido en mi vida.

“Estas… estas… embarazada Victoria…”- proferí desconcertada, en medio de un dejo de total desolación…


ALGUIEN TIENE UN GRAN PROBLEMA POR AQUÍ… .