Pandora´s Box iv
Solo lean, y si les parece aburrido... pues tambien
“Señorita Steadman, que gusto verla!”- exclamo Nikolai, un neurólogo del laboratorio como de unos 30 y pocos años, alto, blanco, pelo rubio claro, ojos verde olivo y de porte muy varonil. Su acento era algo deficiente. Mi padre me platico una vez que él y su padre no eran de allí, sino de Rusia.
“Doctor Hensheel, el gusto es todo mío y por favor deje de decirme de usted, llámeme Taylor”.
“Con la condición de que tu también dejes de llamarme Doctor Hensheel, soy Nikolai. Llamame así”- esbozo amable aun sin soltar mi mano.
“Ok Nikolai, he venido a hacerme un encefalograma. Saque cita hace unos días y me dijeron que nadie mejor que tú para ayudarme”-
“En eso estas en lo cierto. Siéntate por favor. Y dime ¿alguna razón por la cual quieras platicarte este estudio?”- pregunto mientras anotaba.
“Bueno, en realidad sí. He tenido jaquecas muy intensas estos últimos días, además de que también se han involucrado otros dolores musculares y de huesos, como si hubiera pescado un resfriado buenísimo”
“Jejeje ok entiendo. Has tenido algún episodio de nerviosismo, paranoias, alguna crisis de ansiedad muy crónica?”
“Pues si, hace 1 semana me enoje bastante porque siempre me llevan el café en un vaso desechable. Odio que lo hagan y cuando me lo llevaron, rompí por completo el vaso y además me comenzó a doler el cuello y obviamente la cabeza”.
“Vaya!!! Eres algo temperamental. Ok voy a practicártelo, pero necesito que estés muy relajada y despejes por un momento tu mente, ¿de acuerdo?”
“Por supuesto Nikolai”- le dije nerviosa.
Me hizo sentarme en un silla reclinable y coloco unos disquitos muy curiosos sobre mi cabeza (la verdad sentí que se enteraban en mi cabello, al principio dolió, después ya no tanto)
Termino de colocarlos y me dijo casi en un susurro:
“No te muevas. Solo relajate y guarda silencio y ya verás cómo esto termina cuando menos lo esperes”-
Hice lo que me pidió, y después me dijo que respira profunda y luego rápidamente. Solo alcanzaba a escuchar un pitido muy leve a lo lejos que supongo tomaba mis lecturas.
Al cerrar los ojos, la primera imagen visual que vino a mi cabeza fue la de Victoria. Extrañada, no deje de hacerlo y continúe con el estudio, pero cuando recordé su imagen de hacía tan solo un día cuando me doble por el dolor de cabeza, y de ella tomándome la rodilla preguntando por mi estado, escuche como el pitido de la maquina esa empezó a agudizar su ritmo.
“Taylor, tranquilizate, deja de pensar en el novio”- exclamo afable y divertido.
“En quién??” - dije mentalmente.
Ignore aquello y seguí con el estudio. Solo escuchaba movimientos de alguien sobre una silla, y a medida que avanzaba el estudio, los movimientos de Nikolai se hacían como de alguien impresionado o hasta exasperado.
Pensé que quizá algo no le había salido bien.
“Hemos terminado Taylor. Puedes abrir los ojos querida”- finalmente me ordeno.
“Wow, la luz me lastima”
“Es algo normal. Te dolió?”
“Nop”
“Te molesto?”
“Nopi”
“Sentiste algo extraño”
“Mmmmm”- esta vez tarde un poco en contestar recordando lo de Victoria- nop”
“Bueno, voy a quitarte los electrodos. Va a dolerte un poco pero ya pasara”
No mintió. Fue doloroso.
“Cuando tendré los resultados Nikolai?”
“En unos días, no debes preocuparte por eso, a mi parecer no pasa nada con tu cabeza”- eso último lo dijo algo raro, intentando sonar divertido pero raro, como ocultándome algo.
De repente alguien entro a la sala.
Era un hombre, como de veintitantos, afroamericano, como de 1.75, con una bata blanca, con una carpeta bajo el brazo un estetoscopio y de lentes. Me pareció algo guapo e intelectual.
“Nikolai siento interrumpirte. Puedo pasar?”- dijo a mitad del consultorio.
“Pues ya lo hiciste”- susurro algo molesto Nikolai.
“Hola, soy el Neurofisiologo Christopher Smithson”- exclamo aquel joven de gruesa voz estirando su mano.
“Mucho gusto Doctor, mi nombre es Taylor…”-
“Y estábamos en medio de un estudio electro encefálico”- enfatizo Nikolai irritado.
“Puedo ver las lecturas?”- exclamo Chris.
Sin ninguna respuesta por parte de Nikolai, reviso cada una de las lecturas que marcaba aquel monitor computarizado.
Su rostro marcaba el reflejo de un descubrimiento, de admiración y como si de algo le hubiera fascinado por su existencia.
“No estarás esperando a que sus resultados salgan para que le digas que ella tiene una Caja de Pandora en su cabeza, ¿o sí?”- finalmente dijo Christopher.
QUE DIABLOS HABIA DICHO??
CAJA DE PANDORA??
“Disculpen”- irrumpí algo confundida-“¿Alguien podría decirme que eso de la Caja de Pandora?”
“Lo has arruinado todo Christopher!!!”- exclamo enojado Nikolai- Perfecto!! Ahora has espantado a mi paciente”.
“O se lo dices, o la interno con tu padre…”- dio el ultimátum Chris
“¡Queeeeeee!”- solo pude decir, si saber que a partir de allí, mi vida cambiaria 360 grados de la realidad…