Pandora´s Box i

Solo lean, y si les parece aburrido... pues tambien

PANDORA’S BOX

Este proyecto es de carácter privado y ha sido evaluado por altas esferas de la medicina actual.

Cualquier coincidencia con la realidad, es pura y mera coincidencia…


“Tenemos preparada a la señorita Taylor Steadman en la sala número 23”

“¿Por qué fue ingresada?”

“Estuvo bajo tratamiento autodeliberado durante 2 días. Afirma tener esquizofrenia en grado avanzado y en su historial hemos encontrado internamiento por Histeria y Esquizofrenia. Su neurólogo recomendó una inmediata Lobotomía Cerebral”

“Quien era su médico de cabecera”

“Un tal Christopher Smithson, pero está desaparecido desde que la chica se hospitalizo por decisión propia”

“Con eso me basta. Lo veré en la plancha”


“Despierta Taylor”- escuche decir al exterior de un pesado sueño que me embargaba- “el trabajo no va a esperar”. Era mi hermano

“Mhhhhhmmm”- solo pude decir- “ya voy”

Me desperece y levante mirando el reloj. Las 7:00 am y parecía que mi mundo se venía encima.

Al levantarme, inmediatamente me derrumbe encima del cubículo de madera que tenía por escritorio. Una terrible jaqueca ataco todos mis sentidos dejándome gravemente confundida. Al momento pensé que fue por pararme de una manera muy tosca y espere a que se me pasara por completo. Baje, tome el desayuno y me marche.

Al poco rato, llegué a la oficina con 15 minutos de retraso. Ni me importaba, mi propio padre era mi jefe. Tanto mi hermano como mi padre y yo trabajábamos en la oficina de administración de un centro comercial enorme en el centro de la ciudad. A mis 20 años, no me había ido tan mal en la Universidad, pero decidí dejar de costearla cuando entendí que servía más en una oficina que en un pupitre.

Deje mis cosas por un lado y me senté en los 4 metros cúbicos que tenía de espacio laboral.

Al prender el ordenador, nuevamente un odiosisimo dolor de cabeza ataco mi cabeza, haciendo que me inclinara ligeramente sobre el escritorio del cubículo. Ahora el malestar venía acompañado de unos mareos y nauseas horribles. Tuve que respirar profundame durante un minuto para que se me pasara.

“Dios!! Tengo que ver a un doctor”

“Tay, te esperamos para almorzar a las 12. Victoria vendrá también”- irrumpió mi hermano dentro.

“Mmmmm, de acuerdo”- le conteste aun no muy convencida. El dolor no me había abandonado del todo.

“Te pasa algo?”- pregunto Tom al verme.

“No, es solo un ligero dolor de cabeza, no pasa nada. Ah y que alegría que Victoria nos acompañe. Ojala se quede para la cena que la empresa preparo”-

“Porque no se lo dices tú misma?”- me sonrió saliendo por la puerta.

Victoria Stone era una encantadora chica de 18 años que conoció mi hermano cuando cursaba una materia de administración y ella de sistemas electrónicos. Ambos hicieron clic en un momento y de inmediato se empezaron a llevar muy bien.

Desde que Tom me la presento, entendí que no me iba a llevar mejor con esta chica. De verdad era encantadora, con sus 1.60 de estatura, piel canela, ojos café claro, delgada y atlética y de rostro encantador e inolvidable. Siempre se me hizo una chica excepcional.

Teníamos ya 6 meses de conocerla, y yo ya sospechaba que entre ella y mi hermano había algo. Mensajes por aquí, mensajes por allá, Whats apps por ajuya, la verdad todo pintaba a que ellos tenía algo y quizá no querían darlo a conocer.

Finalmente después de 1 mes de completo misterio, ambos anunciaron que estaban fuertemente enamorados y que habían comenzado una relacion.

No podía caber más de la alegría y la emoción. Finalmente mi hermano había encontrado a una mujer que de verdad lo quisiera, y por otro lado, mi mejor amiga (si, mi mejor y única amiga) estaría a lado de mi hermanito.

La cosa no podía ser más perfecta. De inmediato nuestra familia y la suya hizo amistad y Victoria acudía a mi cuando necesitaba uno que otro consejillo de mi parte para liar algunos defectos de Tom (a falta de suegra, mi madre había muerto hace 10 años atrás por una accidente de tránsito. Está de más decir que ya los supere)

Podría decir que mi vida no era perfecta, pero sí la amaba.

Hasta que esos dolores de cabeza llegaron…