Panama

Una joven y bella ejecutiva cae en una trampa y se convierte en objeto sexual y de diversión de sus jefes, para ella es vergonzoso o quizá no.

Rita no podía creer lo que sus ojos veían, sentada en la oficina de quien era su jefe, todo su cuerpo expuesto, su desnudez a flor de piel, las fotografías eran explícitas, mostraban todos los actos que había realizado un par de días antes con un hombre, las felaciones, las penetraciones anales y vaginales, los besos, sus gestos al tener los innumerables orgasmos que había tenido etc.

Todo había empezado un par de años atrás, en su nativo México. Rita era una mujer moderna liberada, competitiva, No era muy alta pero tenía muy buen cuerpo, de largas piernas pechos grandes, vistosos y redondos de culito respingado. A sus 24 años era una de las ejecutivas más capaces de la compañía, tanto así que al desaparecer la compañía en la que trabaja ella fue llevada a la matriz del corporativo en Nueva York.

En Nueva York todo parecía miel sobre hojuelas, el trabajo era bueno, la paga mejor y la vida social,  ni se diga, disfrutaba de una libertad nunca vista antes, tenía sexo recreativo cuando y con quien ella quisiera, compañeros del gimnasio, colegas de trabajo, amigos de amigas,  etc.

Sin embargo, el mundo tan bello no duró, la crisis de la industria de la construcción afecto a la financiera en la que trabajaba. Recordaba perfectamente el día que había sido llamada, su jefe le explicó que se requería hacer un recorte importante en el personal, y que deberían empezar por aquellos que llevaban menos tiempo en la compañía,  pero dado que ella había demostrado  tanto potencial él había intercedido por ella, pero  lo único que podían ofrecerle era irse a una filial de la compañía en Panamá con la esperanza de que pronto terminara la crisis y pudiera volver a ocupar el puesto en la matriz Neo-Yorkina.

Al llegar a Panamá se dio cuenta que el trabajo no era tan malo, el sueldo aunque menor al anterior le alcanzaba para vivir cómodamente. En la oficina notó que era la única mujer en el rango ejecutivo, sus compañeros de trabajo la recibieron bien pero con cierta reserva. Decidió invertir el poco dinero de su liquidación en la compra de una pequeña finca en la que vivía muy a su gusto.

Lo único que faltaba era el sexo, al principio las masturbaciones y los juguetes eróticos aliviaron la situación pero al ir pasando el tiempo buscó alguien con quien relacionarse, sin embargo, los ejecutivos de la empresa parecían temerle y los jefes eran hombres respetables y casados.

Finalmente se decidió por uno de los trabajadores de limpieza un hombre alto, negro, fornido, soltero y no muy inteligente.  Hizo primero una amistad con él y un sábado lo invitó a su casa, en donde había preparado una deliciosa cena y un ambiente sumamente romántico. Todo aquello funcionó y pronto tenía en su interior una de las pollas más grandes que jamás había disfrutado, cabalgo en ella, la chupo hasta que salió la leche más blanca, la que bebió como si fuera elíxir de la juventud.

El sexo fue fabuloso, no quedo decepcionada con la proverbial capacidad de los morenos para el sexo, el tamaño de la polla era enorme y así su vigor.  Después de la cena en la que le sirvió abundante cantidad de mariscos y una generosa cantidad de vino, no demasiado para no marearlo. Cuando el hombre decidió besarla y acariciar con sus grandes manos  los pechos la sensación que tuvo fue indescriptible. Se sentó en las piernas del macho, éste sabiendo lo que se le pedía metió la mano en la entrepierna de la chica por debajo la minifalda que ella se había puesto especialmente para la ocasión, se fundieron en un beso húmedo que lleno su boca, al tiempo que sentía como su vagina, ávida recibía los dedos del hombre, primero uno, luego dos y hasta tres dedos.  Fueron a la sala y ella se arrodillo frente al hombre abriendo el pantalón y liberando la gran masa de carne que ya tenía una buena erección, lamió el enorme glande y fue engullendo cada milímetro poco a poco, relajando la garganta dejando ver su experiencia. Cuando la polla de aquel buen ejemplar de hombre estuvo mojada y a punto de explotar con su cargamento de leche, ella se retiró unos pasos y usando el control remoto puso música suave y bajo la intensidad de la luz para hacer un striptease, lentamente fue quitando su vestido dejando ver un muy llamativo conjunto de lencería en color rojo, el bra de media copa tapando apenas las grandes areolas de color ligeramente rosado que ella había maquillado, la tanga, apenas cubría el coño depilado. Cuando quedo totalmente desnuda frente al hombre, este se acercó a ella la rodeo con sus enormes y fuertes brazos llegando hasta las nalgas y acariciándolas, ella en el abrazo desabotonó toda la camisa y beso el lampiño pecho. Él de pronto la hizo girar abrazándola por atrás, una de sus enormes manos acarició ambos senos simultáneamente, mientras que con la otra llegó hasta la entrepierna y con un movimiento firme las separó para penetrar la húmeda cuevita. Lo que siguió fue una orgía sin freno, hubo sexo oral, anal, 69,  ella cabalgo sobre la enorme polla del hombre que no creyó que le entrara toda, los orgasmos se sucedían uno tras otro. El hombre no sólo parecía un toro sino también una vaca lechera pues de su polla salían vez con vez grandes  chorros de leche con apenas descanso entre erecciones. Ella recibió el blanco regalo por todos sus agujeros con el mismo agrado.  Al final de la noche ella empapada en su propio sudor descansando denuda sobre la cama con las piernas abiertas y su sexo palpitando y exhausta, apenas vio al gran macho retirarse con una amplia sonrisa.

Srita. Rita hay varias cosas que Ud. no sabe aún de los panameños –Dijo el Sr. Edwin Gómez, el gerente general de la empresa.- Aquí hay mucha pobreza y la gente hace cosas increíbles para obtener algo de dinero.

Rita oía sin escuchar, veía las fotos una y otra vez, eran muchas y pudo reconocer algunos ángulos desde las ventanas de su propia casa se preguntaba ¿cómo lo habían hecho?, seguramente algún cómplice.

Jairo-el chico con el que había estado- pretende vender esto a una página de Internet, por suerte para Ud. me lo comentó y yo pedí que esperara un poco, que yo hablaría con Ud.

¿Cuánto quiere? yo se lo pagaré – Saltó Rita- no importa cuanto sea.

Vamos señorita para Jairo la paga por estas fotografías puede representar el equivalente al   sueldo de más de un año – continuó- Ud. no tiene como conseguir  esa cantidad estamos hablando de varios miles de dólares.

Además –prosiguió mientras se sentaba frente a ella recargado en su escritorio. – Hay otra cosa que debo decirle sobre los Panameños, aunque somos modernos aún somos muy conservadores y no podemos permitir que nuestras empleadas tengan  conductas como esa, por lo que si estas fotografías se publican no tendré otra opción que despedirla.

Venderé mi casa –respondió Rita-

Y ¿Cuánto tardará, días, semanas, meses? Recuerde que hay crisis. ¿Por qué cree que ud. que cuando la compro la consiguió tan barata?-le contesto el jefe con un tono burlón.

Rita bajo la cabeza con desesperación tratando de evitar llorar.

Quizá la empresa pueda hacerle un préstamo personal – dijo el gerente cambio el tono de su voz a uno más conciliador y resaltando la palabra personal-

¿De veras? – Dijo Rita recuperando por un momento la sonrisa-

Si claro – contesto condescendiente el jefe-

¿Pero cuanto y como lo pagaría, perderé todo mi sueldo?

El jefe se rió levemente y Dijo -¿Cuánto? Lo que sea necesario, claro que negociaré con Jairo para que sea lo menos posible. ¿Cómo? Pues si es un préstamo personal, lo pagará con servicios P E R S O N A L E S – está última palabra la deletreó muy bien- y digamos que tendrá una línea de crédito especial, realizará esos servicios además de su trabajo normal, por supuesto que ese préstamo no aparecerá en la nómina- Levantó las cejas al dirigirse a la chica.

Rita lo miro con algo de odio pero se controló y preguntó -¿Por cuánto tiempo tendré que pagar el préstamo?

No mucho, quizá un año o un poco más-contesto el jefe, explorando la actitud de la chica-

Rita se quedo callada, entendía perfectamente lo que le proponía el Sr. Gómez pero no sabía que decir.

Su jefe le dijo – no se preocupe, piénselo, ahora mismo tengo que salir pero regresaré exactamente en una hora, si decide aceptar la oferta, cuando yo regrese espero ver esos magníficos pechos descubiertos tal y como están en las fotos… de lo contrario –agregó- ni siquiera se moleste en estar aquí.

Cuando salía se paro en la puerta y le dijo a su secretaria con voz fuerte para que lo oyera  – La señorita Rita va a revisar cuidadosamente unos papeles que le mostré, no la moleste para nada hasta que yo regrese- y cerró la puerta al salir.

Rita se quedó sola en la oficina, se incorporó y camino, regresar a México, derrotada y sin dinero no era opción, buscar otro empleo en Panamá o alguna otra parte sería difícil, sobre todo si no contaba con carta de apoyo de la empresa de la que saldría.

Los pasos de ida y vuelta la llevaron a ver nuevamente las fotografías y aún asustada recordó cada uno de los momentos que tuvo con Jairo, al recordar el sexo oral, su larga y ancha polla, sus hábiles dedos explorando su vagina que le provoco tanto placer y que le llevó a varios orgasmos. El recuerdo de todo aquello hizo que de pronto se sintiera húmeda de la entrepierna.

Rápidamente recapacitó el haber disfrutado del sexo y el ser ahora chantajeada por ello eran cosas muy diferentes, sin embargo, el ser amante del jefe podría tener algunos beneficios y si bien el Sr. Gómez era una persona algo mayor, aún mantenía una buena presencia.

Vio el reloj, faltaban 5 minutos para el regreso del jefe, bajó el brassiere y abrió los dos botones superiores de la blusa, con eso dejó ver los maravillosos melones que tenía por pechos, redondos y turgentes, la emoción hizo que los pezones se encontraran erectos, se sentó en un sillón en espera de que el jefe llegara.

Ya veo que aceptó Ud. nuestro trato-dijo el Sr. Gómez al entrar-

Rita bajo la cabeza ruborizada en signo de aceptación.

Bueno – continuó el jefe- empecemos con una de esas mamadas, que se ve son maravillosas.

Era casi la hora de la salida y de pronto del intercomunicador salió la voz de la secretaria despidiéndose. Rita se sobresaltó pensando que entraría y trato de taparse los expuestos senos, el jefe rió y se despidió de la secretaria.

Sirvió dos vasos de whiskey uno para él y otro para la chica,  se abrió la bragueta y se sentó en el sillón, ella, sumisa, se hinco frente a él y tomando en sus manos la verga del que ahora era, además de su Jefe, su amo, ¿o quizá su amante? Lamió el glande delicadamente, y luego bajo por el tallo hasta llegar a los huevos. Luego se metió toda la polla en la boca y le pasó la lengua en redondo, haciendo que el jefe empezara a emitir sonidos de agrado, subió y bajo por el tallo del falo que ya erecto era de buen tamaño. Olvidó todo y se dedicó a chupar con fruición la verga, la sacaba de su boca, la llenaba de saliva y la llevaba a tocar los pezones, incluso hizo una cubana, poniendo la verga del jefe en el canalillo entre las tetas, cuando sintió que su jefe estaba a punto de venirse,  volvió a meter la polla en la boca y recibo la abundante cantidad de leche que su jefe le dio. Trago una cantidad pero parte resbalo por la mejilla de la chica y de ahí hasta su seno descubierto.

Resollando después de la corrida, el jefe le ordeno servir otro vaso de Whiskey. Ella caminó contoneando las nalgas de manera insinuante, al voltearse le dio al hombre exactamente lo que él quería, una vista maravillosa de los senos de la chica aún con la blusa abierta, el semen fresco brillaba en la mejilla y en el pezón.  Tomo el vaso, brindo con ella y dijo- realmente será una buena inversión de la compañía -

La chica se acomodó la ropa y se dispuso a irse, trató de poner cara de enojo pero en realidad se sentía satisfecha.

-La quiero mañana  aquí antes de iniciar sus labores-

-Sí señor, aquí estaré-

-Una cosa más- añadió el jefe mientras la chica se retiraba- deberá cambiar su vestimenta por algo que, digamos, permita ver más esos encantos que tiene Ud.

-SI señor-

A la mañana siguiente después de llegar vistiendo una falda un poco arriba de la rodilla, pero aun manteniendo un aire de ejecutiva. Entro en la oficina y el jefe la vio desde el otro lado del escritorio.

¡Rita! Que gusto –dijo con alegría poco común en él- Deme sus bragas

-¿Perdón?- dijo la chica

-me escuchó perfectamente-dijo endureciendo el tono

La chica subió su falda y bajo las pantaletas dejando ver el coño depilado y provocando una sonrisa en el jefe.

Este hizo un ademán desinteresado, con la cabeza indicándole que las dejara sobre el escritorio, la chica se aceró y las dejo. Casi sin verlas él dijo – vamos Rita Ud. y yo sabemos que tiene bragas mucho más sexys que ésta, y creo que debe renovar su guardarropa.  Puede venir a recogerlas al término de la jornada-

La chica se quedo congelada, una cosa era ser la puta del jefe y otra andar todo el día con culo al aire, por un memento se quedo congelada. Pero la voz autoritaria del jefe la despertó

-Puede retirarse-

Se encaminó hacia la puerta, al salir de la oficina vio que la secretaria se dirigía rumbo a la oficina, sólo pudo imaginarse que vería sus bragas en el escritorio del jefe. Pensó detenerla pero ¿de qué serviría?

Esperó ansiosamente la hora de la salida, apenas vio salir a la secretaria del jefe se dirigió a la oficina de éste.

El jefe revisaba unos papeles y dijo – sírvanos un whiskey- cuando la chica se disponía a ir hacia el mini bar que bien conocía el jefe añadió – pero primero póngase en pelotas –

La chica lo vio con mirada incrédula, él casi si verla dijo,- si, en pelotas, desnúdese completamente-.

Poco a poco la chica se desprendió de cada prenda de ropa hasta quedar totalmente desnuda, sólo entonces pudo ir a servir las bebidas solicitadas, ella apuró su vaso y dio el otro al jefe que solo hasta ese momento abandono el escritorio tomo el vaso y se acomodó en el sillón, al pasar junto a la chica, dio un pequeño pellizco al pezón izquierdo, ella sorprendida sólo se sonrojó.

Se acomodó en el sillón como lo había hecho el día anterior, se aflojó el cinturón pero no abrió el pantalón, con una seña hecha con la cabeza le indicó a la chica que le abriera y procediera a hacerle la mamada esperada.

La mamada fue igual o mejor que la del día anterior, al acabar con semen escurriendo por las mejillas y los pechos él jefe dijo- embárralo-, la chica se paró y distribuyó el semen que escurría por sus pechos luego procedió a recoger sus bragas que estaban en el escritorio

-Mañana espero que traiga unas bragas más bellas, mientras y para asegurarme que así sea me quedaré con su brassiere.-

La chica no tuvo más que vestirse con lo que quedaba de ropa y partió a su casa caminando. Se preguntaba –realmente estaba siendo chantajeada o era tan puta que le estaba gustando la situación-

Al día siguiente el jefe no sólo le pidió las bragas sino también el sostén y le digo que no le permitiría usar ropa interior en la oficina hasta que llevara ropa que a él le gustara.

Rita se sentía intimidada, era evidente que todos en la oficina, los colegas ejecutivos, las secretarias y hasta los de limpieza se daban cuenta del cambio de forma de vestir de la chica, en los pasillos la comidilla era como se traslucían sus pezones. A ella todo esto le era muy embarazoso, pero a la vez disfrutaba el morbo que le producía, notaba que su sexo estaba permanentemente mojado, cuando iba al baño notaba que su clítoris estaba dilatado y esa la mantenía en estado de excitación. Por las noches los recuerdos de los episodios del día se mezclaban, las miradas de los compañeros en la junta, el cuchicheo de las secretarias a la hora de la comida al recordar todo ello por la noche en cama  terminaba masturbándose.

La semana continuó de la misma forma con la entrega de la ropa interior al jefe y usando ropa más reveladora cada vez, las mamadas vespertinas eran cada día más intensas. Pero en el fondo y sin querer aceptarlo mucho  Rita esperaba más, cuando se arrodillaba para mamarle la verga a su amo y jefe y hasta que él soltaba la leche ella esperaba que la quisiera penetrar, pero él no decía nada, parecía conformarse con las felaciones y con verla pasear su desnudez por toda lo oficina.

Al llegar el viernes  por la mañana cuando fue a cumplir el ritual mañanero de entregar la ropa interior el jefe le dijo:

Hoy  Ud. se  retirará a la hora de la comida, asistirá a una reunión de trabajo en un hotel en las montañas durante el fin de semana- y viendo la cara de sorpresa de la chica continuó esbozando una maliciosas sonrisa- claro que yo iré también pero la alcanzaré más tarde. Mi secretaria le dará todas las instrucciones que necesita.

Rita no sabía que decir, mientras se dirigía a la puerta se preguntaba que tanto sabía la secretaria y que diría.

Continuará