PAMELA - Capítulo Final y Epílogo.

El final de la historia de PAMELA.

Gerardo:

Miércoles 08 de diciembre de 2020. Mañana.

“- ¡ASI TE QUERIA ENCONTRAR!” Escuchar ese grito mientras una palma de una mano femenina sacudía mi rostro fue la prueba rotunda que una de mis suposiciones era la correcta. Pamela resultaba ser mi esposa. Pero ojo, incluso con esta prueba, aún pensaba que Pamela me había traicionado y que de alguna manera hubo complicidad entre ella y Cinthia.

“- ERES UN HIJO DE PUTA!” gritó Cinthia llena de ira y dolor. “- ¿ASIQUE TE IBAS A ENCONTRAR CON ALGUIEN ACA? ¡¿Y ENCIMA FRENTE A LA IGLESIA EN DONDE NOS CASAMOS?! ¡QUE OPORTUNO QUE DELANTE DEL SITIO EN DONDE NOS UNIMOS EN SAGRADO MATRIMONIO, SEA EL MISMO SITIO EN DONDE ESA UNION SE DISUELVA! CUANTA IRONIA, ¿NO? ¡RESPONDEME, MIERDA! ¡DIME ALGO, AL MENOS!”

Escuchar decir todas esas cosas a Cinthia, aun en un estado de aturdimiento por el golpe recibido, hizo que todo mi mundo se comenzara a desmoronar. Sabía que este podía ser uno de los escenarios posibles. Y aun así arriesgue todo para descubrir la identidad de Pamela. Miro a mi ¿esposa? Y lo único que veo es un rostro lleno de ira y dolor, derramando lágrimas de un total sentimiento de que le había roto el corazón a mi esposa en mil pedazos. Me sentía como una basura en ese momento. Pero debía de hablar con ella para aclararle el por que estaba ahí. Aunque no me creyera.

“- Para un poco, Cinthia.” Le digo a mi esposa de forma tranquila para que no siga alterándose. “- Hay una explicación del por qué estoy acá."

Si, sonó a una excusa barata, lo sé. Pero realmente había una explicación lógica. El perfil de Pamela por donde lo miraras decía que era falso. Tenía dos fotos de dos mujeres diferentes, para empezar, entre otras cosas. Me di cuenta de eso al segundo día de haber comenzado a chatear, lo de las fotos, pero como las conversaciones eran fluidas y me resultaban placenteras, ya que me hacían olvidar todo lo que pasaba en mi país con el tema de la pandemia y la cuarentena eterna que había instaurado un gobierno corrupto, pues las usé para escapar del día a día.

“- ¿¡LÓGICA?!” Cinthia le grita a Gerardo. “- ¿DIME QUE TIENE DE LOGICO LO QUE ESTAS HACIENDO?” Cinthia comienza a calmarse de a poco. “- No creo que haya nada lógico acá. ¿o sí?”

Viéndolo todo desde la visión de Cinthia, en efecto, no había nada de lógico en lo que acababa de decir. Respiro hondo y comienzo a hablarle.

“- No, si realmente te lo pones a pensar bien detenidamente… no tiene nada de lógico.”

“- Al menos estamos de acuerdo en una cosa.” Le responde una Cinthia resignada a Gerardo. “- Pero soy toda oídos.

En eso recaigo en una cosa que se me paso por alto. Aunque tanto la pregunta como la respuesta iban a ser demasiadas estúpidas, debía de sacarme la duda. Desde que comencé a chatear con Pamela siempre supe que había algo encerrado con ese perfil. Por ende, solo cabía una pregunta por hacer.

“- ¿Cómo supiste que estaba acá?” le pregunto a Cinthia, sabiendo que era una pregunta demasiado idiota. Pero debía de averiguar la verdad de ese perfil. Si era mi esposa, si era la misma Pamela, pero en complicidad con mi esposa, o incluso cualquier otra mujer que quiso hacerme daño y le dijo a mi esposa en donde iba a estar. Sea como sea, ya estaba jugado y era muy factible que este matrimonio se iba a ir por el excusado.

“- Muy sencillo…. ¡YO ERA PAMELA!”

La verdad finalmente se revelaba. Cinthia era Pamela. Una de mis suposiciones era correcta.

“- La razón de la creación de ese perfil fue para probarte si me eras fiel o no…. ¿Y que descubrí? Que estuviste a nada de hacerme cornuda.”

“- Ahí si tengo que diferir de tu análisis, Cinthia.” Le digo a mi esposa “- Yo no estoy acá para hacerte cornuda. Aunque eso parezca. Hace un tiempo te dije que cuando yo me sentía atraído por un misterio, me apasionaba tanto que hasta que no llegara al final del mismo, no paraba. Pues… Vine acá para descubrir quien era Pamela. Desde el segundo día supe que ese perfil era falso. Para empezar las dos fotos que tenía eran de dos mujeres diferentes. Luego también las mismas conversaciones… pero no importa lo que te diga, ¿no?  En este momento mismo tus oídos están sordos y por más que te diga lo que sea, cualquier cosa, tu no vas a escuchar nada de nada.” Miro a Cinthia y lo único que veo son ojos inyectados en ira, y sé que no importa las cosas que le diga, ella en este momento no va a escucharlas. Asique opto por algo que me va a condenar. El silencio. En eso, veo que unas lagrimas empiezan a correr por los ojos de mi esposa. Y me doy cuenta de una cosa. Su corazón esta roto. Y el culpable fui yo. Ya las palabras estaban de más. Dijera lo que dijera, nada iba a cambiar.

“- Mira, Gerardo. No importa lo que digas. Para mí esto está acabado. Todo lo que me digas me sonara a excusa barata. Asique no sigas hablando, no sigas humillándote y vete de acá. Vete a casa. Yo tengo que replantearme muchas cosas. Creo que iré a lo de mi madre. No sé. Cuando crea conveniente volveré. Cuida a nuestros hijos."

En ese momento veo como Cinthia se marcha de la plaza con un semblante de que había perdido al amor de su vida. Y yo me siento como una basura por hacerle esto a ella.

Regreso a casa y les digo a los chicos que su madre iba a ausentarse unos días y que seguramente iba a estar en lo de su madre.

Espero que cuando nos volvamos a encontrar podamos charlar bien y en frio todo. Muy en el fondo de mi corazón no quiero perder a la única mujer que he amado como a ninguna. Pero las posibilidades estaban todas en mi contra en este momento.

Cinthia:

El estar enfrentando al amor de mi vida en esa plaza realmente me estaba haciendo mierda. Tener que decirle que deje de hablar para que no pase vergüenza ajena fue el mas grande acto de amor que sentí que podía hacer por él en ese momento. Tuve que hacerlo por que las cosas que decía eran irrisorias. Aunque lo decía realmente convencido de que lo que decía era verdad. Lamentablemente yo no podía creerle. Para mi el que él esté en esa plaza era motivo suficiente de que quería serme infiel. Y nada de lo que dijera en ese momento iba a hacer que cambiara de parecer. Mi corazón estaba roto para ese momento. En lo único que podía pensar era en huir de ahí. De ese sitió en donde hacia unos cuantos años nos habíamos unido en el sagrado vinculo del matrimonio… y ahora se volvía el símbolo de nuestra ruptura. Todo era muy doloroso para mí.

Tras decirle que cuide a nuestros hijos y que me iba a ir a lo de mi mamá a pasar unos días, Sali corriendo de allí. Corrí por casi media hora y mi corazón estaba llorando por que sentía que mi matrimonio estaba acabado. En ese momento recibí una llamada a mi WhatsApp. Pensando que era Gerardo conteste de muy mala manera a la persona que me llamaba. Era Ariel. Un muchacho que había conocido por esa red social en donde todo esto de Pamela había ocurrido y ahora me estaba costando mi matrimonio.

Ariel, al oírme de la manera en que le conteste su llamada, trata de tranquilizarme y que le explique que andaba pasando. Ahí rompí en llanto y le comenté todo lo que había acontecido. La creación del perfil de Pamela, el plan que tenia para hacer caer a mi marido y lo que pasó en la plaza. El muy amablemente me invito a tomar un café y ya que no tenia nada que perder, decidí aceptar. Si, lo sé. Cualquiera pensaría que lo hacía por despecho, y no estaría del todo equivocado. Pero debía darle un escarmiento a Gerardo. Asiqué me reuní con él en un café de la localidad de Caballito. Me tome el colectivo 96 que pasaba cerca de donde estaba en ese momento y me baje en la estación de subte de la localidad en cuestión. Camine unas cuadras y entre al mismo café en la que estaba citada.

Jueves 10 de diciembre de 2020.

Esa mañana me despierto de lo más agitada. Había soñado con todos los acontecimientos que sucedieron desde hace casi una semana y que llevaron a la ruptura de mi matrimonio. Pero, ¿qué es lo que siento alrededor mío? Miro para mi costado y veo el rostro de Ariel muy cerca del mío. “- ¿¿¡¡QUE CARAJOS!!??” grito con todas mis fuerzas “- ¿¿¡¡QUE TE CREES QUE ESTAS HACIENDO ACA ARIEL!!??” Veo despertarse a Ariel.

“- ¿Eh? ¿Realmente no te acuerdas? Estabas llorando y yo entre a la habitación para ver si estaba todo bien.” Me dice Ariel medio somnoliento. “- Ni bien me puse a tu lado, te abrazaste a mi llorando y una cosa llevo a la otra y terminamos besándonos y teniendo una noche espectacular. Me dijiste que habías pasado la mejor noche de tu vida. Y que tu marido no era nada en la cama a comparación de lo que te hice sentir.”

“- ¿¿¡¡QUÉ!!?? ¿¿¡¡ESTAS LOCO?!! ¡YO JAMAS DIRÍA ALGO ASÍ!” le doy un tortazo a Ariel en su rostro por denigrar a mi marido.

“- Mira, Cinthia. Si no me crees, observa esto.”

En ese momento Ariel me muestra algo que hace que todo mi mundo se venga abajo.

Continuara…

EPÍLOGO:

Viernes 26 de febrero de 2021. 20:30 PM.

GERARDO:

Es una noche algo nublada, pero no amenaza con llover. Por ahora.

Gerardo se encuentra en su departamento viendo por la ventana en dirección a una plaza. Abre la misma y sale al balcón sosteniendo una taza de un te digestivo caliente muy conocido en Argentina. Sorbe un poco del té y mira a una hermosa pareja besándose en un banco de la plaza. Hace unas semanas atrás esa pareja podrían haber sido Cinthia y él. Desde adentro del departamento suena la melodía de una canción de los ’80, “Say you, Say Me” de Lionel Ritchie.

“- Dios.” Piensa Gerardo de manera melancólica. “- Como la extraño. Pero, no puedo volver. No ahora. Hace unos días mí misma familia me criticó que me haya ido de la casa, dejándola sola con el bebe por venir. Pero no pude decirles la razón por la cual nos distanciamos. Tenía una enorme vergüenza de que se enteraran. Me debes una grande, Cinthia. Aun para mis padres, eres una mujer maravillosa. No saben nada de tu engaño y de que fruto de ese engaño podrías estar esperando el bebe de otro. Obviamente hay un 50/50 de que sea mío, pero también de esa persona. Si tan solo hubiésemos sido más abiertos en lo que hacíamos en esa red social. Pero el daño está hecho, de ambas partes. Al menos eso es lo que yo veo. No sé qué sea de ti ahora. Si estás con alguien, o no. Espero que no. Sería mucho más doloroso para mí. Igualmente, a quien engaño, las mujeres siempre la tienen más fácil que los hombres para ligar pareja. Y Cinthia…. Cinthia parece de menor edad de la que tiene. Y eso es un factor que siempre le jugo a favor.”

Gerardo empieza a recordar cómo se conocieron él y Cinthia por el lejano año de 1996 a la edad de 19 años, no fue hasta el año siguiente, que tuvieron la primera vez de ambos. Gerardo espero a que Cinthia estuviera lista y preparada para ello. Ese día de febrero, 26 de febrero para ser exactos. El mismo día, pero de hace 24 años atrás. Los dos estaban nerviosos.

Aunque ambos ya habían intimado, nunca culminaban con el acto sexual. Siempre había mimos, caricias, tocamientos en sus partes, besos, pero nunca llegaban a la penetración. Pero esa noche, esa noche fue diferente. Gerardo tras un juego previo de seducción y paciencia, le pregunto si estaba lista tímidamente. Cinthia, al igual que él, se lo afirmo con un movimiento tímido de su cabeza.

Se acostaron en la cama de él, ella abajo y el arriba, las piernas de ella se comenzaron a abrir muy lentamente permitiendo a él acomodarse en ellas. Gerardo fue introduciendo su pene poco a poco en la vagina de Cinthia mientras la miraba a los ojos.

Al sentir la penetración lenta del pene de Gerardo, Cinthia cerro sus ojos, de su boca salió un leve y débil gemido y comenzó a sentir una sensación de satisfacción absoluta. En un momento Cinthia siente que algo dentro de ella se rompe y sonreí de felicidad ya que ese pequeño dolor que sintió era el himen rompiéndose por la penetración lenta y suave de Gerardo. Ambos se miran a los ojos del uno y del otro. - ¿Estas lista?” le pregunta Gerardo. “- Si.” Le responde ella.

En ese momento, Gerardo comienza un lento bombeo de atrás para adelante cruzando su mirada con la de Cinthia. Los labios de ambos se abren y comienza a salir un débil gemido de ellos, que va aumentando conforme pasa el tiempo. Lo mismo que el bombeo de Gerardo, que comienza a acelerarse de a poco. La respiración de ambos comienza a agitarse. Cinthia pasa una de sus manos por la cabeza de Gerardo acariciándole el pelo, mientras con la otra le acaricia la espalda. Esas caricias hacen efecto en él, haciendo que este sienta una sensación eléctrica recorriendo todo su cuerpo. Cinthia lo mira a los ojos. “- ¿Te gusta? ¿Es así como te imaginabas la primera vez?” le pregunta con una voz entrecortada y agitada por la excitación. “- No, no así.” Dice Gerardo. “- Esto es mucho mejor.”

“- Cuando creas conveniente acaba, que estoy por llegar.” Le dice melosamente Cinthia a Gerardo.

Gerardo comienza a acelerar la penetración y en el momento en que a ella le recorre toda una corriente eléctrica por todo el cuerpo indicando que había llegado al orgasmo, él descarga en su interior todo el semen, desplomándose sobre una satisfecha Cinthia.

Luego, Gerardo se sale de su novia y se acuesta a su lado. Los dos se miran y comienzan a sonreír por acto reflejo de todas las sensaciones que sintieron producto de su primera vez. Se acercan sus labios y se dan un tierno beso, seguido de una promesa de amarse eternamente y sin importar lo que les depare el futuro, harán frente a él para salir adelante.

Es con ese último recuerdo que Gerardo regresa a la realidad. Mira la hora. Son las 21:30. Mira su celular y marca un número. Uno, dos, tres tonos y alguien responde del otro lado.

“- ¿Sí? Dice la voz desde el otro lado de la línea. “¿Gerardo? ¿Eres tú? ¡Que extraño recibir tu llamado!”

CINTHIA:

Viernes 26 de febrero de 2021. 21:00 PM.

Era de noche en el microcentro porteño, Cinthia había llegado a una pizzería citada por alguien. A pesar de que creía que estaba haciendo mal no le quedaba otra. Esa persona se había portado bien con ella durante todo este tiempo y se sentía obligada a aceptar esta salida. Efectivamente, la persona con la que se iba a encontrar era Ariel, el supuesto padre de su futuro hijo.

Gerardo lamentablemente no la había acompañado hasta ahora, por más que ella hubiera deseado ir al obstetra o a las ecografías con su marido. Si… su marido. Cinthia y Gerardo aun no estaban divorciados.

Esa noche sus suegros podían quedarse con los chicos, y por eso Cinthia aprovechó que iba a estar sola para salir y despejarse un poco. Las cosas con Gerardo no iban ni para atrás ni para adelante. Desde que éste se había ido de la casa que compartían como una familia que no se volvió a comunicar con ella y eso la tenía muy angustiada. Maldecía el día que se acostó con Ariel y encima ahora estaba a nada de entrar a cenar a una pizzería lujosa del microcentro porteño con él. En eso suena su teléfono celular. Cinthia ve la pantalla y se sorprende de que sea Gerardo quien la llama. Le dice a Ariel que espere, que debe de atender la llamada y se aleja unos metros.

“- ¿Sí? Dice Cinthia. “¿Gerardo? ¿Eres tú? ¡Que extraño recibir tu llamado!”

“-Si. Soy yo. Tanto tiempo, Cinthia. ¿Cómo están las cosas?”

“- Bien... Supongo... Aunque me haces falta. ¿Cuándo regresas? Los chicos te extrañan.”

“- ¿Y tú? ¿Tú también me extrañas?”

“- …”

“- ¿Y? No te escucho. ¿Dijiste algo?

“- Si, amor. Yo también te extraño. Maldigo el día que paso lo que paso.”

En eso la voz de Ariel se oye desde el celular de Gerardo.

“- Amor. La mesa esta lista. Vamos a comer.”

Gerardo se sorprende por las palabras que oye.

“- ¡¿Amor?! ¿Quién está ahí contigo?

“- Nadie. No es nadie.”

“- ¿Cómo que no es nadie? Cinthia, alguien te llamó amor. ¡Y no creo que los chicos te llamen así!”

Cinthia no podía ocultarlo. Sabía que si no le decía todo se iba a torcer. Toma coraje y entonces dice algo que sabe que será para peor, pero al menos es la verdad.

“- Es Ariel.” Dice Cinthia finalmente. “- El… bueno… han pasado cosas y…”

“- …”

Gerardo corta la llamada dejando a una Cinthia sorprendida. Ariel se acerca a Cinthia y esta le frena su avance. Lo mira, comienza a llorar y finalmente le dice...

“- Ariel. Debo irme. Por favor. Después te explico.”

“- Pero... ¿Pasa algo? ¿Quién llamo?

“- No, no pasa nada. Pero lo mejor es que me vaya.”

“- Esta bien. Mañana hablamos entonces. Creí que podríamos finalmente comer algo juntos.”

“- Lo sé, pero no está bien. Todo esto no está bien. Aun amo a mi esposo. Lo siento si te di falsas esperanzas.”

“- Entiendo. Pero él no está acá. Yo sí. Él no te estuvo acompañando todo este tiempo. Yo sí. Si realmente te amara como dices que te ama, ¿por qué te dejo sola? Respóndete eso, ¿sí?” Ariel besa en los labios a Cinthia. “- Llámame cuando estés decidida. Te estaré esperando.”

Cinthia llama un UBER y se marcha en dirección a sus pagos dejando a un atónito Ariel en la puerta de la pizzería.

Cinthia llama al número de Gerardo insistentemente y este no responde. Le manda mensajes a su WhatsApp, pero tampoco pareciera recibirlos. Es cuando desesperada decide llamar a sus hijos a la casa de sus suegros y justo el mayor responde el teléfono. Cinthia le pregunta sobre la dirección en donde está parando su padre. Él le dice que no puede decirle ya que se lo prometió a él que no le diría nada. Cinthia le ruega que le diga. Que necesita con urgencia ir a donde su marido. El hijo mayor viendo el grado de nerviosismo que tiene su madre finalmente le dice que solo una persona le puede dar la dirección en donde está su padre. Que le llame y que si él está de acuerdo entonces se le dará la dirección. Cinthia sabe de quien se trata, pero como terminaron las cosas con esa persona no sabe si llamarla. Al final luego de mucho deliberar en su cabeza toma coraje y marca el teléfono.

“-Si.” Dice alguien del otro lado. “- ¿Qué pasa ahora, Cinthia? ¿Qué necesitas?”

“- El sitio en donde se está quedando mi marido.”

“- ¿Tu marido? ¡Ya mucho daño le hiciste a mi amigo con lo que te mandaste! Dame una buena razón por la que quieres saber en dónde está. Si no siento que sea una buena razón, olvídate de él para siempre.”

“- No me hagas esto ahora, Santiago. Sabes lo mucho que amo a Gerardo.”

“- No, no lo sé. Creí saberlo, pero tú te encargaste de arruinar todo lo que tenían.”

“- Lo sé, y me siento terrible por eso.”

“- ¿A todo esto? ¿Hoy no tenías esa salida con ese sujeto? ¿Con el que corneaste a mi amigo?”

“- ¿Cómo supiste de eso? Claro, tu esposa. Ella te lo dijo.”

“- Sip. Así es. Ella y yo nos contamos todo. Es algo que tu olvidaste de hacer, ¿no? El contarse todo con tu pareja.”

“- Estoy arrepentida de todo eso, maldita sea. Y estoy embarazada por el amor de dios. No creo que sea el momento para que me trates así, ¿no?”

“- ¡¡¡CINTHIA, BASTA!!!” le grita Santiago a Cinthia. “- ¡TÚ MISMA ARRUINASTE TODO! ¡AHORA DEBES ENFRENTAR LAS CONSECUENCIAS!” Santiago se empieza a tranquilizar y sigue. “- Mira. Dime la razón por la que quieres saber el paradero de Gerardo, ¡pero ya! No dilates más las cosas.”

“- … amo…. Vivir…él…. arrepentida…. recuperar…

“- No te escucho, parece que hubiera una interferencia. Habla más fuerte.”

“- Porque le amo y no puedo vivir sin él. Estoy arrepentida de todo y quiero recuperar su amor otra vez.”

“- ¿Solo eso? Se que puedes hacerlo mejor, Cinthia. Dime la verdadera razón.”

Cinthia rompe en llanto.

“- Por favor, Santiago. No me hagas esto también vos. Sabes que él es el amor de mi vida. El me ayudó mucho en los momentos más difíciles que me tocaron vivir. Le debo mi vida prácticamente. Se que hice mal, pero se me fue de las manos. Debí confiar más en él, lo sé. Pero bueno. Las cosas sucedieron como sucedieron. Estoy destrozada por dentro, San. No te das una idea de lo que se siente el despertarse todos los días sin tu compañero del alma a tu lado. Cada mañana es el mismo sentimiento de soledad que me invade. Encima ando en un estado delicado y tengo todos mis sentimientos alborotados. Mis hijos prácticamente no me hablan. Me siento una extraña en mi propia casa.”

Finalmente, Santiago decide darle la dirección en donde está parando su amigo. Hace un suspiro y...

“- Esta bien. Te diré en donde está quedándose. No te preocupes más. Otra cosa, ya tengo los resultados que me pidió tu marido, dile que se comunique conmigo.”

“- ¿Resultados? ¿De qué? ¿Se puede saber? ¿Algo le pasa a Gerardo? ¿Se está por morir o algo?

“- No, mujer… ¿Cómo que morir? Nada que ver. No es eso que piensas. Es otra cosa. Dile eso que te dije y si quieres saber... pregúntale a él. Entre ustedes tienen mucho que hablar.”

Cinthia obtiene la dirección en donde esta Gerardo parando y le dice al conductor del Uber si pueden hacer un cambio de dirección. El conductor entiende que es una emergencia y le dice que a donde van a ir ahora. Cinthia le da la nueva dirección. Ella teme que algo malo este por pasar con su marido y le pide al conductor si puede ir más rápido. Este se percata recién ahí que Cinthia está embarazada y le dice que ira lo más rápido que pueda, pero respetando el límite de velocidad para que ella no se ponga mal por el mismo embarazo. En la radio del auto, en ese momento, empieza a sonar la canción "La incondicional" de Luis Miguel.

GERARDO:

Viernes 26 de febrero de 2021. 21:30 PM.

Tras cortar abruptamente la llamada, Gerardo sale de su departamento y se dirige a un bar que está en la esquina de donde vive. Entra en él y se acerca a la barra.

“-Hola, Edu.” Saluda Gerardo a su amigo bartender.

“- ¿Qué tal, Ger? ¿Lo mismo de siempre?”

“- No. Dame algo liviano esta vez.”

Eduardo piensa que con un 50/50 Martini estará bien. Le prepara el trago a su amigo y se lo da.

“- Gracias. ¿Cómo estuvo la noche?”

“- Demasiado tranquila para mi gusto. ¿Vas a estar un par de horas o te vas ni bien terminas el trago?”

“- Nah. Me voy ni bien termino. Mañana tengo muchas cosas que hacer y no debo de acostarme tarde.”

“- Ok. Te dejo con tus cosas, amigo. Suerte.”

Eduardo se dirige a seguir atendiendo a los demás clientes, dejando a su amigo terminar el trago que le sirvió. Gerardo al terminar de tomar la bebida, se queda como ausente mirando a un punto fijo. De la nada empiezan a llegar varias alertas de llamadas perdidas y de mensajes de WhatsApp sin contestar. Alertas que no oye por estar como ausente.

Se hace la hora de cerrar y Eduardo se acerca a donde su amigo y le informa que están por cerrar. Gerardo se sorprende que sea tan tarde y le da la plata de lo que salió el mismo trago y se marcha del bar. Camina sin rumbo por un par de horas y decide regresar a su solitario departamento.

Al llegar a la puerta del mismo, Gerardo ve a una figura familiar sentada en la puerta del mismo edificio. Una figura que parecía que había estado llorando.

“- ¿Cinthia?”

NO ES EL FIN.