PAMELA - Capítulo 08
Cinthia vive los días más difíciles de su vida. Se continua revelando lo que sintió Cinthia durante todo este tema de PAMELA. Además, hace aparición un personaje que traerá mas de un dolor de cabeza al matrimonio de Gerardo y Cinthia en el futuro.
Domingo 06 de diciembre de 2020 .
El día Domingo comenzó bastante tranquilo. No tenía idea de que este día iba a ser un día bastante negro para mí. Todo comenzó cuando me desperté a la par de mi marido y nos dimos un baño juntos. En el mismo baño nos dimos muchos besos y tuvimos un sexo mañanero muy placentero. Luego bajamos a desayunar. Mientras desayunábamos me llega un mensaje de Gerardo a la cuenta de Pamela. En él me decía que había dejado de chatear con las demás mujeres de la red social para así enfrascarse en chatear conmigo. Obviamente le pregunte el por que de eso y el me dijo que por que le parecía mas interesante que todas las demás mujeres de esa red social. Debo admitir que esos dichos hicieron que me sintiera halagada pero también mal, ya que, aunque yo era Pamela, él no lo sabía. Bueno, eso quiero creer. Espero no haber dado ninguna pista de que es un perfil falso. Y mas que nada, que le dijera a Gerardo que soy yo la que está detrás de ese perfil. En ese corto chateo acordamos mas o menos como se daría el encuentro. Luego cortamos ambos y él me pregunto sobre lo que había que hacer ese día. Le dije que debíamos de ir a hacer las compras del mes y nos abocamos luego a hacer alguna que otra cosa de la casa antes de irnos a hacer las compras. Eso sí, también hacemos la lista de las cosas a comprar para no olvidarnos nada.
En eso recibo a mi WhatsApp el mensaje de alguien para ver si podía hablar un rato. Le digo que si y conversamos por ese servicio de mensajería por mas de una hora. Casi hora y media. Luego de esa charla me voy con Gerardo al mismo supermercado. Nos pasamos el día dentro del mismo comprando lo imprescindible, yendo a comer al patio de comida, y siguiendo con las compras. Fue un hermoso día entre los dos. Durante el día con mi esposo, le pregunto sobre si encontró a alguien en la red social que le llamase la atención. Y el me cuenta acerca de Pamela. Lo que le parece ella, pero sin decir su nombre. Me dice que no la ve con ojos para tener algo sentimental. Al menos eso me tranquiliza un poco, pero solo eso, un poco. Luego el me hace la misma pregunta y le comento sobre una persona con la que estoy manteniendo conversaciones acerca del tema que siempre ronda entre nosotros, los tríos y encuentros swingers. Le comento que es una persona que parece mucho del tema y que me ha dicho alguna que otra cosa que no sabía en ese entonces y ahora lo sé. También le digo que las charlas que mantengo son bastantes interesantes. El me pregunta acerca de las charlas, sobre de que tratan, pero yo le digo que no se debe de preocupar por nada, que cuando crea conveniente se lo diré, pero no ahora. De hacerlo de seguro que lo malinterpretaría y todo por lo que luchamos se podría ir al demonio.
Tras regresar a casa, luego del supermercado, voy a mi celular que lo deje en casa y veo que tengo mensajes de esta persona en mi WhatsApp. Obviamente me pongo nerviosa y trato de disimular. Mientras mi marido se va a la computadora un rato yo comienzo a sacar todo lo de las bolsas y le mando un mensaje con Pamela. Esa conversación sería la peor de todas las que tendría con él. Y aun no lo sabía.
Conversamos de todo un poco pero mi orgullo hizo que le hiciera una pregunta que hizo que deseara jamás haberla hecho. Hablamos sobre qué clase de química tendríamos de vernos (obviamente que él pensaba que Pamela era otra persona y no yo, o eso es lo que estimo), sobre las cosas que dicen los hombres a las mujeres y viceversa, las mujeres a los hombres. Fue en esta parte en donde me hizo reír mucho con una serie de supuestas cosas que dicen los hombres a las mujeres. Todo iba bien hasta que hice esa pregunta.
Le pregunte sobre mí. Sobre lo que sentía por mí. El anteriormente había dicho que era separado. Entiendo bien por qué lo hizo. Y por eso quería saber si iba a responder con la verdad o no. Obviamente no lo hizo, siguió con el papel de marido separado y eso me devastó. Ver como tu marido escribe que por vos solo siente un cariño por los años pasados juntos y nada más es devastador. Me hizo llorar. Hacia unas horas atrás, durante la madrugada, me había dicho que se había vuelto a enamorar de mi… y ahora esto. Fue un golpe enorme. Quería ir a donde estaba él y decirle de todo. Acabar con toda esta pantomima, pero no lo hice. Tomé coraje de donde pude y seguí chateando con él como si no me hubieran afectado esas palabras. ¡Tonta, Cinthia, tonta! Me repetí eso, una y otra vez. Finalmente, lo que me había advertido mi prima y varias personas, se había cumplido. Jugué con fuego y me quemé. Corte la comunicación lo más rápido posible. Y al hacerlo, veo que me había mandado un mensaje al WhatsApp la persona de la mañana, hablo con esa persona sobre lo que me pasa, pero sin decirle nada de que era sobre mi marido, sino un amigo mío. Y esta persona trata de consolarme. En eso veo llegar a mi esposo y me ve algo triste. Al acercarse para preguntarme sobre eso yo saco el WhatsApp rápidamente.
El me pregunta sobre si me pasa algo y le cuento la misma historia que le conté a esta persona. MI esposo también trata de consolarme sin que funcione mucho. Le digo que me voy a acostar, que no me siento bien y subo a la habitación a descansar. Antes de subir le digo que prepare la comida de los chicos.
Cuando estoy arriba vuelvo a recibir un mensaje de esta persona por WhatsApp y comienzo a hablar con ella. La charla es bastante entretenida y me saca temporalmente de los problemas que yo misma me provoque con mi marido. Pero al rato veo que Gerardo le manda un mensaje a Pamela.
Hice tripa corazón y comencé a chatear con mi marido otra vez. Esta vez la conversación fue bastante picante. Comenzamos con cosas triviales y conforme paso el tiempo la conversación derivo en cosas subidas de tono. Por primera vez estaba sintiendo algo raro en mi hablando con mi marido de esta forma. Me parece cómico en algunos momentos ya que el esta en la cocina haciendo la cocina y escucho a mi hijo deambulando por toda la casa. Se que las cosas que pone no son ciertas ya que, de hacerlas reales, válgame dios… Uno de nuestros hijos lo vería desnudo y tocándosela cuando pasase por la cocina. Jajajajajajaja. Bueno, siguiendo con el tema. Hay un momento en que el inocentemente como que me pide una foto. Yo trato de hacer que me mande una suya también. Pero el se mantiene reacio a mandarme una suya. Por mi parte empiezo a revisar paginas de internet sobre operaciones de pechos y encuentro una foto que podría mandarle a él. Le hago un screenshot a la misma. Aún no estoy muy profesional con el tema de las fotos para guardar en el celular, asique saco screenshots y se la mandó. La respuesta por parte de él no se hace esperar, elogia esos pechos como si fueran los de Pamela. Me pone algo celosa, por que dice algo que me molesta un poco. Sobre el tamaño de los pezones de los pechos femeninos. Vuelvo a tomar coraje de algún lado y continúo conversando con él. Trato de tentarlo para que se vea con Pamela, pero el no da el pie a torcer, sigue con lo de que el miércoles la quiere ver. Al menos debo admitir que se mantiene en su palabra del día para vernos. De repente veo que me manda que debe de cortar por algo que pasa con su hermana. Obviamente que me pone curiosa sobre ese modo de escaparse de una conversación, pero bueno, allá él. La conversación se había vuelto un tanto subida de tono y había que terminarla de alguna manera. Menos mal que la hizo el de la forma que lo hizo. Tras un tiempo que no recibo noticia alguna por parte suya, lo contacto nuevamente y el me dice que su hermana finalmente tiene Coronavirus. La verdad era que el que tenia el coronavirus era el marido de su hermana, ella fue un caso de supuesto coronavirus. Pero como el no sabia que era yo Pamela, hagamos valida esa historia que le dijo a P. Pero iba a recibir otro golpe cuando veo un “-Te quiero” dirigido a Pamela. Eso si me sorprendió. Y mucho. Luego el corta y lo oigo subir.
Cuando llega ve que anduve llorando ya que mi cara a pesar de que había hablado con el y con esa persona, aun mantenían rastros de haber llorado algo. Me pide de ir a bañarnos juntos, lo cual acepto y nos metemos en la ducha. Ahí, el trata de levantarme el ánimo. Y milagrosamente lo consigue. Tras ese baño nos dormimos abrazados.
Yo no sabia que el día Lunes iba a ser otro día que minaría aun mas la confianza hacia mi marido. Y de qué manera.
Lunes 07 de diciembre de 2020 .
Esa mañana del lunes para mí fue muy dolorosa. Me desperté al sentir unas notificaciones del WhatsApp de mi marido. Algo me decía que no me fijara, pero ya tantas veces le había visto sus cosas del celular a Gerardo a lo largo de estos últimos 10 años que una vez mas no me iba a afectar en lo absoluto. Pero me equivoque. Si que me afecto. Ni bien abro el WhatsApp de mi marido veo que de un número telefónico sin nombre de usuario le cayeron como 3 o 4 fotos. Todas subidas de tono. Todas de María. Todas, mostrando sus pechos y con una cara como invitándole a que fuera con ella. Al ver eso me puse a llorar porque creía que mi propio marido volvía a hablar con esa mujer. No me percate de que no figuraba agendada, si me hubiera dado cuenta de ese detalle a lo mejor lo que pasó ese día no hubiera pasado. Al rato veo que él se levanta como asustado y al verme con los ojos llorosos me pregunta que me pasa.
Es ahí cuando le muestro lo que descubrí y le armé un flor de quilombo. El me agarro el celular de mis manos y todo furioso comenzó a escribirle a María. Luego de eso me dijo que no entendía lo que se le habría cruzado por la cabeza a esa mujer para hacer una cosa así. Él me decía una y otra vez que no tenia nada que ver con eso. Que él había eliminado a María de todos los lados.
Para que entiendan, María era una mujer que se había encaprichado con mi marido al grado que quería quedarse embarazada de él. Y aunque todo parecería que fuera solo culpa de ella todo esto, no lo era del todo así. Gerardo también le había dado cabida para que actuara como actuaba. Jamás le había parado el carro. Y de hacerlo, a los pocos días volvían a contactarse de alguna forma. Él me dijo que ella le había prometido que no le iba a molestar más en la vida. Que se iba a comportar. Y el ingenuamente cayó en ese truco. A los pocos días volvía a las suyas. A hostigar a Gerardo y a provocarlo para que me engañara y así dejarla embarazada. Estuvimos a nada de que todo el matrimonio se fuera por el excusado. Pero, al final, decidimos seguir para adelante y luchar por nuestro amor. Gerardo la termino eliminando a María de todos lados y ahora… después de casi dos semanas y media sin saber de ella… volvía con mas fuerza y tenacidad.
Al final de todo este episodio yo me fui para abajo a desayunar y luego me tenia que ir al psicólogo, asique iba a estar fuera de casa y en un sitio en donde podría hablar sobre lo que había venido pasando entre Gerardo y yo a lo largo de toda esta semana.
Mientras desayunaba me contacta esta persona con la que yo venia hablando hace tiempo por WhatsApp, se había levantado y estaba a punto de ir a trabajar y quería ver como andaba yo. Le comenté que no muy bien y me dijo que si quería conversar con él, que me iba a esperar en una confitería cerca de su lugar de trabajo a una determinada hora. Esa confitería quedaba a pocas cuadras del consultorio de mi psicólogo, asique si llegaba a sentirme mal, me dijo que no dudara en ir. Que no iba a hacer nada que yo no quisiera. Que solo hablaríamos. Ni le respondí el mensaje. Me pareció de lo mas inapropiado. Sobre todo, sabiendo que amo a mi marido. Si, esa persona sabia lo mucho que amaba a Gerardo. Cuando dejo la red social personal, entro con la cuenta de Pamela y me contacto con mi marido. Si, ya sé que dirán, pero quería constatar algo. Y si que lo hice. El le dice a Pamela que anda bien. Creo que lo hace para que “ella” no se preocupe por nada. Al menos veo que deja sus problemas personales a un margen. Hablamos de las cosas que pasaron a la noche y que esta cerca el día que nos “vamos” a encontrar.
Quedamos en un juego finalmente. El me contaría una anécdota y yo le contaría una mía. La consigna era que esa anécdota debía de ser graciosa. Empecé yo y le conté sobre un hecho que me pasó hace tiempo. Ese hecho él lo conoce bien, pero como esta vez lo decía “Pamela” le pasó desapercibido. Luego de decirle mi anécdota cholula, me fui de la red social ya que se hacia tarde para ir al psicólogo.
Al rato veo que Gerardo baja para desayunar y yo salgo a toda prisa para no hablar con él. El me pregunta a donde voy y yo no le respondo de lo enojada que estaba y me voy a lo de mi psicólogo. Si se preguntan si me encontré con esa persona que me mando el WhatsApp esos mensajes, la respuesta es no. No me pareció para nada algo apropiado de hacer. Estaba enojada con Gerardo, si, pero no iba a permitir que por una cosa así se jodiera un matrimonio de tantos años y con dos hijos.
Al regresar a mi casa veo que Gerardo esta llorando. Me pregunté si era para tanto que estuviera de esa forma, pero al verme, él me comenta que su amiga del juego que el juega en PC había muerto finalmente después de tanto sufrimiento. Aunque no conocía a esa amiga de él, si sabia mucho de ella. Gerardo se la pasaba muchas horas jugando con ella a ese juego que yo jamás entenderé. Se hablaban por WhatsApp y habían entablado un lazo que, aunque me daba algo de celos, a el le hacia bien. Y ahora verle en ese estado hizo que decidiera dejar todo el enojo de lado y apoyarle en su dolor. Al rato veo que sube a acostarse. Muy a mi pesar decido enviarle un mensaje con el perfil de “Pamela” para levantarle los ánimos con ella. Me comenta una anécdota que yo ya conocía, y si… era una anécdota algo graciosa, pero lo fue así porque el sobrevivió a eso, si no hubiera sobrevivido pues… nada de lo que teníamos estaría ahora acá. Le pregunte que me cuente algo acerca de los carnavales. Yo sabía que con eso el de seguro me contaría la anécdota de su primo y yo iba a hacer que se animara un poco. Y lo logre. Al final de la misma el estaba mas animado. Luego el corto todo y se durmió. Yo me quede despierta un poco mas y recibí un mensaje de esta persona que quería verme hoy y que yo no fui para nada a ese encuentro. Me mando unos mensajes como casi insultándome, no entendía que le pasaba, luego recibí otros mensajes pidiéndome perdón por el trato. Ahí supe que de seguro estaba ebrio y por eso esas reacciones tan raras. Decidí no darles bolilla a esos mensajes, apagué el WhatsApp, hice la comida y comimos mis hijos y yo. Luego me fui a acostar junto a mi marido. Ese día al menos iba a terminar un poco más tranquilo de cómo había empezado.
Martes 08 de diciembre de 2020.
Este día fue el mas liviano en ola de sentimientos encontrados. Además de que se sentía la tensión de que en cualquier momento una tormenta iba a desatarse. Al poco tiempo de haberme levantado, me comunico con Gerardo con el perfil falso de Pamela para corroborar lo de mañana. Y me sorprendió que mi marido no haya dicho ni hecho nada para evitar ese encuentro. Todo lo contrario, se mantenía firme en verse con la mujer del perfil que cree. Eso me daba algo de rabia, pero también de morbo por ver hasta donde iba a llevar todo él. Me pasa su numero de celular para que me comunique por el por ese lado. Yo le doy como evasivas y el como que las acepta.
Como se que el día de mañana es crucial, hoy es mi último día para hacer mi movida para evitar ese ansiado encuentro. Decido demostrarle lo mucho que me importa y lo mucho que lo amo y durante todo el día me la paso elogiándolo, haciéndole mimos y dándoles besos cada vez que estábamos juntos, entre muchas otras cosas. Fue un día espectacular para ambos. Salimos a tomar algo a la tarde y conversamos sobre el tema de regresar con el tema de los tríos y el encuentro swinger, entre otras cosas como por ejemplo miedos y dudas que teníamos. Luego, por la noche, hicimos juntos la comida y nos fuimos a la cama.
En nuestra habitación, Gerardo puso una lista en la app de música que usamos siempre que estamos íntimos. Mientras pasan las canciones de esa lista de canciones románticas de las décadas del ’80 y ’90 van pasando una a una, conversamos de muchas cosas, pero sobre todo de un tema en particular, de como el trata a las mujeres… otra vez. También hablamos acerca de un tema en particular, que iba a traer un gran problema en el futuro. Si, como suponen, el tema de meter gente en el WhatsApp. Hicimos un pacto de que no íbamos a poner a nadie en esa App, porque los dos decíamos que era como una especie de infidelidad ya que era meter a alguien en nuestra vida. Y lejos de lo que piensen muchos, es verdad. Una cosa es tener contactos por redes sociales ya que una vez que te desconectas, no hablas mas con ellos, pero poner a alguien de las redes sociales en el WhatsApp es meterlo a tu vida y que te la invada, ¿y por qué digo eso? Muy sencillo… Lo digo porque, al meter a una persona en esa App, haces que te hable en cualquier momento de tu vida, robándote tiempo que, manteniéndolo en la red social, no lo haría. El poner a alguien en tu WhatsApp automáticamente se vuelve parte de tu cotidianidad diaria, porque, si con una charla con mi prima pasaba horas hablando con ella por WhatsApp, pues…. Con una persona random, podría pasar lo mismo. Y yo con esta persona que agregue hace unos días me la pasaba mucho charlando con ella, sobre todo por las noches, que era cuando esa persona podía. Durante toda esta semana, que pasó el tema de Pamela, fui a dormir con mi marido luego de la 1 de la mañana y no por que no tuviera sueño, sino por que a esa hora concluía de hablar con esta persona… y como mi marido a esa hora estaba siempre en la computadora, nunca sospecho nada. O eso creía yo.
Bueno, sigamos, luego de esa charla nos pusimos a hacer un trio virtual con una persona llamada Renato, fue la ultima vez que hicimos eso, ya que los dos nos dimos cuenta de que Renato había llegado a querer hacer video llamadas y yo no quería. Además de que Renato había empezado a decir que quería encontrarse conmigo. Asique hicimos lo correcto. Sin decirle que todo este tiempo estuvo en un trio virtual, le dije que gracias por todo y que hasta acá llegábamos. Luego eliminé todo el chat y cerré la red social.
Tras cerrar la red social en cuestión, Gerardo y yo nos pusimos mimosos y pasamos un momento de puro placer y acercamiento. Por primera vez pensé que a lo mejor lo que tendría que pasar mañana, no pasaría. Terminamos durmiéndonos abrazados el uno con el otro.
Miércoles 09 de diciembre de 2020.
Finalmente, el día había llegado. Este día me desperté y no vi a mi marido en la cama. En ese momento pensé que ya estaba en la plaza seguramente. Asique le mande un mensaje a su WhatsApp diciéndole cuanto lo amaba. El me respondió que el también a mí. Le pregunte que en donde estaba y me dijo que se encontraba haciendo los tramites que le mande hacer. En ese momento me tranquilice un poco, pero la cosa no duro. Al rato recibo por la cuenta de Pamela un mensaje de Gerardo, el cual decía que iba a llegar tarde. Y mucho mas tarde de ese mensaje recibo otro que esta en la plaza misma. En ese momento me puse mal. Me descompense y mi corazón latía a full. Me comunico con mi prima y le digo que debo de ir. Ella me aconseja que no vaya. ¿Que que iba a resolver yendo allá? Le dije que debía de ir. En ese momento, como una señal, sucedió algo, recibí un mensaje a mi WhatsApp de esta persona con quien venia hablando hacia tiempo. En el mensaje me decía que si quería hablar un rato. Le respondo que no, que ahora ando ocupada y bajoneada y que no tenia ánimos para nada. Esta persona insistió como tres veces mas y cansada ya terminé diciéndole que está bien, que una vez que resolviera este tema íbamos a encontrarnos para tomar un café. Grave error, lo sé, pero todo esto ya me estaba desbordando y quería que toda esta pesadilla que se había desatado se terminara cuanto antes.
Me encaminé a la plaza y lo vi, ahí estaba él, Gerardo, justo enfrente de la iglesia. Que ironía, ¿no? Justo enfrente de un sitio en donde las parejas se unían en matrimonio, el nuestro iba a terminar.
Me acerque a él. Al parecer no se daba cuenta de mi presencia. Una vez al lado de él, o, mejor dicho, detrás de él, le digo “- ¿Gerardo?” El se da vuelta y en ese momento le doy un tortazo en la cara con toda mi rabia: “- ¡ASI TE QUERIA AGARRAR!”
Continuara…