Palabras Mágicas 5
Fred establece su dominio en su hogar y después hace lo que toda una persona responsable hace con su familia, reunirla y asegurarse de mantener la convivencia.
Helena iba ataviada con un traje de ejecutivo. Se veía claro que la mujer quería ser lo menos femenina posible. Pero no tenía caso. Sus enormes melones eran imposibles de ocultar por más que lo intentara. Y su rostro seguía siendo claramente femenino a pesar de que se había maquillado precisamente para intentar que no se percibiera.
Fred había tenido bastante más suerte. El maquillaje que había escogido le afinaba el rostro, aunque le hacía parecer una buscona. El sujetador con Relleno y el vestido realmente le hacían parecer bastante femenino. Pero por desgracia la erección permanente con la que le había castigado su hijo quedaba brutalmente marcada, asegurándose de que todo el mundo pudiera ver que había una enorme polla bajo la falda.
Se marcaba incluso más que el strap-on que se había colocado Helena en la entrepierna. Jimmy los encontraban muy divertidos, especialmente sabiendo lo mucho que estaban sufriendo por sentirse incompletos.
_ Papá, quiero un oral antes de que vayas al trabajo. Y mamá, quiero que te saques la polla y riegues a Astrid antes de salir.
_ Sí, cariño. _ Dijeron los dos, como autómatas.
Si bien la nueva programación de Helena la había hecho sentir predilección por las mujeres, no podía evitar ponerse como una moto cuando su hijo se sacaba la polla y se la ponía delante. Como toda una experta que nunca había sido, se puso de rodillas y empezó a comerle la polla.
Su hijo le acarició el pelo mientras miraba cómo Astrid se arrodillaba delante de Fred y sacaba la lengua gustosa. Fred se sentía impotente porque se avergonzaba de tener polla, y no le gustaba que se la vieran, así que era incapaz de mirar a la cara a la muchacha que, además, cuando Jimmy dijo unas palabras pasó de rogarle que la llenase de leche a decirle que era un hijo de puta como su hijo y que pensaba matarlo.
Jimmy no podía evitar disfrutar de la imagen. Le encantaba ver a Astrid despotricando y diciendo que los iba a matar a todos mientras le chupaba los huevos a su padre, mirándolo como si quisiera arrancárselos de un bocado.
Cuando se cansó del espectáculo, se corrió en la boca de su “padre” que convenientemente tenía el semen de su hijo como su comida favorita, y volvió a convertir a Astrid en la novia enamorada que estaba ansiosa por irse con él a cualquier sitio. El plan original de sus padres era que Helena fuese a buscar a Sarah, la hija mayor de ambos, al aeropuerto, dado que volvía del colegio privado en el que estudiaba.
Sarah siempre había sido la gran esperanza de sus padres, que nunca vieron que James fuese a ser nada en la vida, por eso él iba a un colegio público y ella estudiaba en un internado carísimo en suiza. Jimmy, sin embargo, tenía otros planes, y dado que ahora sus padres habían intercambiado trabajos, siendo Helena la nueva líder de su empresa y Fred el ama de casa, habría sido tarea de Fred ir a buscar a su hija.
Pero decididamente, Sarah no estaba preparada para ver a su padre travestido, así que tendría que esperar un poco más para verlo. Tras una ducha conjunta, eran Jimmy y Astrid las que se dirigían al aeropuerto. La muchacha rubia parecía extrañamente emocionada mientras conducía.
_ Se te ve alterada. _ Le comentó Jimmy.
_ Es que… me muero de ganas de ver cómo te come la polla tu hermanita. _ Astrid se mordió el labio. _ Me la imagino arrodillada ante ti, suplicando que se lo permitas y noto cómo me encharco.
_ Joder, Astrid… _ Dijo Jimmy. _ No sabía que tenías eso dentro.
_ Por supuesto que lo tengo… ¿Acaso no soy tu novia perfecta? _ Le miró a los ojos, ya que se había parado en un semáforo. _ ¿Qué clase de novia perfecta sería si no compartiera tus fetiches?
_ Bueno… no te falta razón. _ Reconoció Jimmy.
_ Quiero ver cómo esa pequeña zorra se arrodilla y te suplica que le rompas el culo, que seguro que lo tiene virgen.
Jimmy se acercó y le comió la boca a Astrid hasta que la persona que estaba detrás tocó el claxon, devolviéndolos a la realidad. Jimmy lanzó una risotada cuando su chica aceleró y se dirigieron al aeropuerto a toda pastilla.
Sarah tenía un extraño presentimiento mientras su hermano se dirigía hacia ella. En primer lugar porque no tenía sentido que fuese él en lugar de sus padre, y en segundo lugar por aquella mujer despampanante que venía con él y la forma en la que le miraba.
Cuando la mujer se presentó como la novia de su hermano y la saludó con un par de besos pensó que aquello era una broma. No le cabía en la cabeza que semejante diosa fuese la novia del tonto de su hermano.
Quizá si no hubiera sido un shock tan grande, se hubiera preguntado por qué habían insistido tanto en que se tomara aquel refresco de tamaño grande con ellos por el camino. O le hubiera preocupado que tuviera un sabor ligeramente extraño.
Pero no lo hizo. Y cuando se quiso dar cuenta, Sarah estaba andando como una autómata por la terminal, viendo el mundo pero sin verlo. Llegado cierto punto, Jimmy le dio un azote en el culo y ella no reaccionó en absoluto. Era como un zombie, simplemente anduvía siguiendo a su hermano.
Jimmy nunca se había fijado en su hermana como mujer… pero después de convertirla en un trozo de carne follable… no pudo más que preguntarse cómo ella había tenido tanta suerte con la genética.
Su hermana tenía una larga morena azabache, brillante y cuidada. Un rostro dulce, de aspecto infantil y, tras sus gafas, unos preciosos ojos oscuros ahora vidriosos. Una naricita respingona y agradable y unos dientes blancos y perfectos que se vislumbraban en una boca que en aquel momento se encontraba entreabierta.
Un hilo de babas emergía de ella y manchaba casualmente el canalillo de un más que generoso par te tetas que había crecido bastante desde la última vez que se habían visto. No eran tan grandes como las de Astrid, pero decididamente eran generosas. Jimmy era muy básico, le encantaban las chicas con las tetas grandes y el culo gordo. Y de momento llevaba pleno.
La forma en la que su mano aferraba aquel par de nalgas desde que, justo después de decir la palabra mágica, le había dado un azote, astestiguaba que le gustaba el culo de su hermana.
_ Sube atrás en el coche, conmigo. _ Ordenó cuando llegaron.
_ Sí, amo. _ Respondió Sarah con el mismo tono monocorde que Jimmy había aprendido a amar.
Astrid se subió al asiento del piloto con una mueca de satisfacción, ajustando el retrovisor no para ver lo que había tras el coche, si no para tener una buena vista de cómo el amor de su vida iba a profanar a su hermana pequeña.
En cuando se subieron, Jimmy no lo dudó, le subió la camiseta a su hermana y de un tirón le arrancó el sujetador de abuela que llevaba. La muchacha emitió un quejido cuando la tira elástica la golpeó sobre la piel, pero no hizo ningún gesto hasta que su hermano le empezó a morder los pezones con violencia, provocando que gimiera lentamente mientras babeaba y miraba la nada.
_ ¿Eres virgen, Sarah? _ Preguntó Jimmy.
_ Sí, amo. _ Respondió ella.
_ Sí, ya imaginaba que las monjas no te dejarían follar en el internado… pero no te preocupes, le pondremos remedio. _ Jimmy dejó escapar una risa malevolente y extrajo de su bolsa los mismos casos que habían convertido a su padre en su “madre”.
_ Ponte esto. _ Le ordenó.
_ Sí, amo.
Se puso los cascos sin dudar y Jimmy apretó las teclas que comenzaron la reproducción de la pista. Mientras tanto, estuvo jugando con las tetas de Sarah, que estaba claro que no estaba acostumbrada a ese castigo. La muchacha gemía, y el placer la volvía mucho más receptiva a las voces.
Jimmy es tu dueño… Jimmy es tu dios… amas a Jimmy… necesitas complacer a Jimmy… Necesitas FOLLAR a Jimmy.
Cuando la voz le gritó la palabra “follar”, al oído, Sarah emitió un gruñido y, sin que se lo ordenaran, se metió lentamente, como con miedo, la mano bajo la falda, hizo a un lado las braguitas y empezó a tocarse el clítoris lentamente, sin ninguna prisa, al ritmo de la voz.
Jimmy lo es todo, y harás cualquier cosa por follarle.
_ Haré cualquier cosa por follarle… _ Repitió, con voz monocorde.
Necesitas su semen.
_ Semen… _ La voz monocorde esta vez tenía un erótico sonido ronco tras ella.
Eres un vampiro. Un vampiro de Semen. Necesitas semen dentro de ti. En tu boca, en tu culo, en tu coño.
_ Semen… boca… culo… coño. _ Repitió la muchacha, hundiéndose los dedos en su gruta con desesperación.
Harás lo que sea por semen, especialmente el de Jimmy… harás lo que sea por semen, especialmente el de Jimmy… harás lo que sea por semen, especialmente el de Jimmy.
_ Haré lo que sea por semen… especialmente el de Jimmy. _ Comenzó a repetir la letanía una y otra vez, acompasándose con la voz.
Pero no pudo hacerlo mucho tiempo, porque Jimmy se había cansado de que su hermana fuera la única que gozara, la tiró sobre el asiento. Se le cayeron los cascos, pero no importó, ella siguió repitiendo la letanía, que ya no sonaba en lo más profundo de su cerebro.
Ni siquiera cuando su hermano se bajó el pantalón y le metió la polla hasta la campanilla había dejado de hablar. Se escuchaba cómo murmuraba mientras él se la iba metiendo sin contemplaciones.
En el asiento del conductor, y atrapada en un atasco, Astrid los miraba atentamente. Ya se había corrido cinco veces en el asiento, tenía los pezones de punta y una expresión de completa degeneración. Finalmente extrajo de su bolso un consolador bastante grueso y, aprovechaban una de las muchas paradas, puso el freno de mano, dejó el coche en punto muerto y se lo metió, lanzando un hondo gemido.
_ ¿Te lo estás pasando bien, amor? _ Preguntó Jimmy, que finalmente había encontrado la posición más cómoda y estaba hundiéndole la polla hasta lo más hondo de la garganta a Sarah.
_ Sí, me encanta ver cómo te la follas. Rómpele la garganta. _ Gruñó Astrid.
_ Bueno, si me lo pides de esa manera… todo sea por mi amorcito. _ Jimmy lanzó una risa de poder y aferró a su hermana por el pelo.
A Sarah se le cayeron las gafas cuando su hermano empezó a follarle la boca con violencia, hasta el punto de que ya era imposible distinguir si estaba intentando repetir la letanía o en cambio estaba esforzándose por respirar.
Jimmy se corrió con violencia, sacándola a mitad del proceso para macharle la cara y las tetas, bautizándola como suya.
_ Haré lo que sea por semen… especialmente el de Jimmy. _ Repitió, una vez más.
Irónicamente, seguía en trance, aún sin asimilar del todo las palabras, así que al repetir aquella frase todo el semen que tenía en la boca salió esparcido por su rostro, su pelo y sus tetas. Jimmy sonrió, cogió el móvil y le sacó una buena foto.
_ Perfecta. _ Susurró el muchacho._ Límpiame la polla, Sarah.
_ Sí, amo. _ Susurró ella, deteniendo finalmente la letanía.
Se acercó a él, y se la metió en la boca, dando una serie de lametones hasta dejarla impoluta. Jimmy le colocó de nuevo la camiseta, aunque se veía a la perfección que no llevaba sostén, y los enormes pezones de punta bajo ella. Habían pasado el atasco y Astrid había aparcado frente a su casa.
_ Cariño… _ Le llamó cuando se bajaron. _ Verás, has dejado lleno de semen el asiento de atrás.
_ Ajam. _ Dijo Jimmy, sin darle importancia. _ ¿Y?
_ Me preguntaba si podría lamerlo. _ Astrid sonrió.
_ Oh… es tu coche, puedes hacer lo que quieras. _ Miró a Sarah. _ Toma nota mental de todo esto… es así como quiero que seas a partir de ahora.
_ Sí, amo.
Sarah despertó en el recibidor de su casa, junto a su hermano. No recordaba nada de lo ocurrido, no le extrañaba tampoco que sus gafas estuvieran cubiertas de una sustancia blanquecina que, instintivamente, lamió para limpiar. Su hermano iba tras ella, seguido de su novia. Sarah se moría por ver a sus padres.
Y vaya si los vio cuando llegó al salón. Helena estaba enculando fuertemente a Fred sobre el sofá del salón. Sin embargo, Sarah no se escandalizó al ver a sus padres follando. No se escandalizó al ver a su madre siendo la que penetraba. Tampoco pareció importarle demasiado que su padre llevara la peluca o el maquillaje.
Sus ojos habían convergido automáticamente en la hinchada polla de Fred… y se había relamido instantáneamente. No sabía por qué, pero se moría de ganas de chupar esa polla y extraer hasta la última gota de su contenido.