Palabra de Honor 4
El pasado de Alicia vuelve para atormentarla, a pesar de esto, hay más que Alicia esconde. ¿Le dirá toda la verdad a Verónica?...
Alicia sentía los ojos pesados y unas manos golpeando constantemente sus mejillas.
—¡Hey! Despierta. Vamos niña, despierta — dijo una voz mientras recibía palmadas en su cara. Abre los ojos, siente su cuerpo un poco magullado. Mira hacia todas partes mientras los dos hombres hacen que se levante.
—¿Dónde estoy? — Su boca se sentía un poco pegajosa y espesa, tenía demasiada sed de repente.
—Estas en la cárcel, date prisa. ¡Vamos, camina! — el hombre desconocido la empuja pasándola por una reja y guardias de seguridad que ni siquiera la revisaban. Rejas tras rejas, puertas tras puertas por fin llegaron a un cuarto gris con una mesa y dos sillas. Dos guardias de seguridad se colocan a su lado mientras el señor que la trajo sale de la habitación. Alicia no entendía nada de nada.
Se abre la puerta y Alicia se pone en tensión al saber de quién se trataba, se levanta estrepitosamente de la silla muy enfadada queriéndose ir de ese sitio.
—Hola hermanita, tenía tiempo sin verte — sonrió con esa sonrisa macabra que siempre lucia, tenía unas esposas por la cual no podría hacerle daño, pero dudaba que estos guardias de seguridad estuviesen de su lado.
—Media hermana — dijo fulminándola con la mirada. — Melisa, explícame qué carajos hago aquí — le dio un golpe fuerte a la mesa. Los guardias se pusieron alertas y la sentaron en su asiento como una niña.
—Jajajajaja, todavía no maduras — la repasó de arriba abajo — Estas bien repuesta por lo que veo ¿Eres feliz? Dime quién tienes ahora ya que tus dos hermanas ya no están contigo — preguntó con indiferencia.
—Al grano Melisa, sabes que no responderé a nada de lo que me preguntes. Si estoy aquí es porque algo quieres de mí — la retó con la mirada.
—Quiero que saques información para mí de una fiscal que lleva mi caso, así poder salir de aquí de una vez por todas. Mi abogado necesita esos informes para poder sacarme de aquí. Si los eliminas antes del tercer juicio que se hará podré estar libre.
—Pf… Sabes muy bien que desde que papá murió no he vuelto a hacer delitos informáticos — entrecerró los ojos — Además, no cometeré ningún delito por nada ni nadie, mucho menos para que salgas de la cárcel.
—Antes lo hacías ¿Ahora por qué no? — la retó.
—Sabes muy bien por qué. Nunca hice un delito porque quise, era amenazada constantemente por papá, quería matar a Lorena — dijo perdiéndose en el pasado.
—Y a la final la mataste tú — se burló de ella.
Alicia se levanta bruscamente y golpea a los guardias de seguridad para que quitaran sus manos de ella agarrando a Melisa por el cuello — AHHHHS TE ODIO, TE VAS A HUNDIR AQUÍ MALDITA, NUNCA SALDRÁS. TÚ LA MATASTE, TÚ ¡TÚ! — Alicia gritaba fuera de sí mientras los guardias intentaban soltarla. Alicia trata de calmarse y la suelta.
—Joder Alicia, que manos tienes. No hacía falta llegar a tanto — empezó a toser un poco — Está bien, está bien… Yo la maté lo acepto, sólo que no quería matarla a ella sino a ti y mira, no lo he logrado todavía — la miró con odio — Tienes que buscar esa información Alicia, recuerda que tú firmaste los papeles.
Alicia reacciona en ese momento y se pone completamente pálida, no recordaba haber firmado algún documento, se había olvidado hasta ese momento — ¿Por eso se reabre el caso? — preguntó anonadada.
—Jajajajajajaja, pues sí. Al parecer esta fiscal es más lista y a perseguido el caso junto a otros fiscales o algo así tengo entendido. Sabe que hay alguien más implicado, al parecer tiene a mucha gente de altos rangos en su parte. Allí no puedo llegar yo, pero tú si Alicia. ¿Lo tomas o lo dejas? Te pudrirás aquí en la cárcel al igual que yo ¿Quieres hacerme compañía? — dijo como siempre saliéndose con la suya.
—No, no… Alguna salida tiene que haber. Por supuesto que no haré algo así por ti, pero estoy segura que no caeré en la cárcel, alguien allá afuera tiene que saber que soy inocente. — Alicia estaba verdaderamente asustada.
—¿Crees aún que la justicia existe? Todo es dinero, los abogados se venden la justicia se compra constantemente — dijo con indiferencia.
—Entonces si se compra ¿Por qué no lo haces con esa fiscal? — la miró con desconfianza.
—Porque ella es la única aparte de ti y a otros que les han lavado el cerebro que podrán encontrar justicia. Sabes muy bien que nuestro cartel es muy grande y poderoso, piénsalo…
—No tengo nada qué pensar Melisa, no lo haré. Sal de la cárcel por debajo de las piedras, tienes a toda la cárcel comprada hazlo, sal de aquí y sé la mujer más buscada si quieres, pero yo no cometeré ningún delito por tus caprichos, si voy presa es porque me toca, pero yo soy inocente — dijo con convicción.
—Se terminó el tiempo hermanita, nos vemos luego. Si es que no apareces muerta de repente — se fue riéndose como una bruja.
El guardia de seguridad empujó a Alicia por su brazo llevándola a la camioneta donde habían venido. Después de un larguísimo viaje la empujaron fuera haciendo que se golpeara con el pavimento. Uno de ellos bajó para darle un golpe en la cara y por el costado. Iba a arremeter contra ella una vez más pero no le dio tiempo, una chica se acercaba rápido no se habían dado cuenta de la cantidad de personas que estaban cerca.
Raquel llegó corriendo hacia el sitio, mirando el estado de Alicia que se encontraba inconsciente — Nicol, llama a una ambulancia. Tiene el pulso muy débil, no le encuentro los latidos de su corazón—.