Pak el novillero capítulo ii

"La vida de una mujer, pese a lo que ella diga, no es más que un eterno deseo de encontrar a quién someterse"

DOSTOIEVSKI, FEDOR M. NOVELISTA RUSO (1891-1881)

PAK EL NOVILLERO                                                  CAPÍTULO II

La estancia de Pak en París duró más de lo previsto, que tampoco lo había hecho-pero si se alargó durante más de medio año. El tiempo en la ciudad de la luz y del amor pasaba velozmente y más cuando se tenía que atender a esas dos damas, madre e hija de vaginas insaciables.  Cuando llevaba casi tres meses de una cama a la otra y sin presión de que aquello pudiese terminar, Pak ya necesitaba un descanso, o quizá, mejor un cambio de chocho, que de haberlos los había por miles, o mejor, por cientos de miles. París, oh el gran París, era un campo enorme para elevar las banderillas y darle al capote, como él sabía.

Fue a finales de otoño cuando Pak decidió salir de aquella rutina, de aquella agradable rutina, pero que le hacia desear encontrar otras plazas donde torear otras reses. Y si que la encontró cerca de los Campos Elisios, vio el rótulo de un bar que le llamó la atención por su nombre “Bar d`Espagne” y al lado de la entrada un enorme cartel con la imagen de un torero con traje de luces capeando a un imponente miura. Dentro de ese local con sabor español un pianista tocaba tocaba temas de la España cañí.

Pak se sintió transportado a otro mundo lejano con sabor y olor a corridas- se entiende corridas de toros- las otras entre perfumadas sábanas se quedaban lejos.

Al fondo del local, casi en la penumbra, una rubia dama le llamó la atención, por su madura belleza y con unas pechugas que le reventaban la blusa. Por sus morritos tentadores, reconoció a la tan exquisita y famosisíma Brigit Bardot. A aquella hora solo había media docena de clientes. Pak como si fuera una tarde de alternativas taurinas, no dudo en acercarse a tan renombrada y bella dama y pidiéndole permiso se sentó en la misma mesa, enfrente de ella, sin esperar a que ella se lo diese.

-¡Con la de mesas vacías que hay! Ha venido a la mia Monsieur Per quoi?

-En las demás mesas- Le contesto Pak con la mejor de sus sonrisas- No hay ninguna dama tan bella con Usted. Sepa Madamme- continuó- que he venido desde España, expresamente para conocerla aunque no esperaba encontrarla en este local y tan pronto.

-Oh lala Monsieur! Largo viaje para conocer a  una dama que pasa por momentos de mucha tristeza.

-¿Y por qué madamme?

-Sólo hace una semana de mi diviorcio- le contestó con mirada triste- vengo algunas veces a este local para oir a este genial pianista tocado canciones de su bello país- añadió ella algo más animada quizá por la imprevista compañía de un muy joven galán. Con gesto llamó al camarero que los estaba mirando:

-Monsieur, para mí otra copa de Champagne y para mi amigo español...

-Tomaré lo mismo madamme

Antes de que se fuera el camarero a buscar las consumiciones, ella le pidió cortesmente que le dijese al pianista que por favor interpretase "Extraños en la noche" Levantándose de su asiento le preguntó a nuestro héroe, Pak, si le apetecia bailar. Este, no se lo hizo repetir dos veces. Brigit pasó sus brazos por el cuello de Pak y pegando sus mejillas fueron bailando lentamente al rítmo de la melodía que tan magistralmente cantó el celebrísimo Frank Sinatra, con su voz varonil e inigualable de hombre.

Cuándo el pianista terminó la canción, la emprendió con un repertorio que invitaba a continuar bailando abrazados y que sabía que a Brigit le fascinaba y más en los brazos de aquel apuesto español que se movía dejándose llevar por la pasión del momento. Al sentir entre sus piernas aquel grueso mango no pudo evitar estremecerse y se apretó un poco más contra su varonil pareja de baile, llegado del Sur de Europa. Instantes después su trsiteza fue despareciendo embriagada por el cálido abrazo de su gentil pareja. Pak bajó su mano derecha desde la cintura hasta aquel soberbio trasero lo que hizo que ella lo apremiase con un beso en la mejilla. Las dos copas de Champagne quedaron olvidadas encima de la mesa. Los pocos clientes que habían a aquellas horas los miraban con envidia indisimuladamente. El pianista, también se dejo llevar por la magia del momento y siguió con el repertorio de aquellas dulces melodías de unos tiempos pasados que continuaban haciendo soñar y amar sin fecha de caducidad.

Cuándo ya llevaban más de una hora bailando apasionadamente, el camaero se les acercó, para decirle a Madamme Brigit que en la calle le esperaba su coche.

-Es la hora mon amour, tengo que marchar siento tener que dejarte en esta bella noche de amor. Si algún día decidiese ir a verte a España-continuó- ¿Donde te encontraría?

Un Pak emocionado y dolido por el tiempo pasado en brazos de una de las divas más bellas y admiradas del planeta, se apresuró para contestarle:

-Vivo en un pequeño pueblo de la provincia de Tarragona, llamado AlfarPak hizó un inciso para continuar explicándole que aquel pueblo estaba perdido entre las montañas y que lo crearon los árabes entre los siglos VII y VIII.

A Brigit se leocurrió preguntarle si allí vestían con chilabas.

-No Madamme, esto es Europa, aún quedan vestigios de aquella civilización que por estas épocas iban más adelantados.- Cerca de Alfara, continuó Pak como si quisiera retenerla unos minutos más, hay una fuente llamada "La fuente del Hierro" está en un bello paraje llamado Toscá, según dicen sus agua son milagrosas. Si decidieras venir-siguió Pak- Te llevaría aunque fuera en brazos.

-Oh lala! mi querido amigo, sé que lo harías. Ahora debo marchar- Te recordaré siempre mon amic.

El beso de Brigit en los labios de nuestro héroe, dejo a este, como aquella estátua de sal Bíblica.

Cuando ella ya había desaparecido por la puerta del local, Pak acercándose a la mesa donde estaban las dos copas de Champagne sin consumir, y en sendos tragos las vació. Después abandonó el local perdiéndose en la noche sin lograr reaccionar ante aquella aventura que de contarla en el pueblo, nadie le creería.

París, eternamente, continuaria siendo la ciudad del amor.

FINE