Pajeo en la piscina
El morbo de pajearse frente a todos y sin que se den cuenta.
Esta historia es de varios veranos atrás. Dos meses después de cumplir 17, nos fuimos de vacaciones con unos ex-compañeros del colegio para quedarnos en la cabaña con piscina que tenía uno de ellos en un condominio cerca de la playa.
Yo estaba muy entusiasmado con ese paseo porque iba a estrenar mi primer par de speedos. Un muchacho de mi curso los había llevado para nadar en la clase de educación física y yo quise tener unos iguales desde la primera vez que se los vi. Tanto imaginé cómo se sentiría la ajustada y sedosa prenda, que no podía esperar tener uno. Y en cuanto me lo puse para probármelo en la tienda de ropa deportiva me vino una erección... se sentían tan excitantes... como una segunda piel (pero eso es otra historia). Cuando salí con ellos de la tienda iba con el paquete totalmente duro dentro de mis pantalones.
En cuanto llegué a mi casa me los puse, no podía creer lo sexy que ellos se sentían; sin embargo, por ahora omitiré contar lo que hice con mi primer par de speedos para hacerlo en una historia separada.
La primera mañana bajamos a la piscina después del desayuno. Era la primera vez que usaba mi nuevo speedo en algún lugar público; era talla S, azul y con rayas blancas. Mi paquete endurecido se notaba claramente a través de la tela brillante y la "protuberancia" estaba perfectamente acomodada hacia arriba apuntando a mi ombligo. Tenía los cordones atados, pero los dejé fuera de mi traje porque ellos se sentían incómodos envolviendo mi paquete.
Antes de salir me paré de pié frente al espejo del baño y me observé: en aquella época aún era un muchacho algo delgado pero fibroso y con musculatura incipiente, alto, nada de feo y con el pelo algo desordenado... mis amigos me decían que parecía un trapeador: flaco, largo y melenudo... como un "Troll". El baño tenía espejos que permitían verse de todos los lados. Yo me miraba pasando mis manos por el traje, mientras disfrutaba la sensación, tocaba mis caderas y mi paquete a través del material resbaladizo, lo que me dejó una erección que me duró toda la mañana.
Cuando nosotros bajamos a la piscina, mi erección era tan grande que me cubrí con un flotador de esos que parecen un colchón y la toalla la puse enrollada encima de mis hombros dejándola caer sobre la parte delantera de mi speedo
La piscina no estaba llena, sólo un par de niños en el extremo poco profundo y sus padres en las sillas al borde de ella. Yo puse mi toalla a la derecha de la silla ubicada en el borde del extremo más profundo para que yo pudiera ir rápidamente hacia allí y no tener que caminar entremedio de la gente con mi speedo mojado y pegado a mi paquete que seguía duro como tronco. Entonces yo solté mi flotador al borde de la piscina resbalándolo en el agua fresca.
¡Mi speedo se sentía tan sexy al nadar! Era casi como no llevar nada puesto porque eran muy sedosos y apegados a mi culo y paquete. Yo probé varios estilos para nadar y finalmente decidí tirarme boca abajo sobre el flotador que era como una cama, para nadar de pecho sobre él; movía las piernas como una rana dando de puntapiés y moviendo mis piernas de arriba abajo, juntándolas y separándolas; me sentía muy bien haciendo este movimiento como si estuviera "culiándome" el flotador. Después de hacer eso durante algún tiempo yo esperé al borde de la piscina y acaricié mi paquete a través del frente de mi traje. El forro húmedo se aferró a mi erección y la capa exterior de lycra se frotó encima de él. ¡Se sentía imponente!
Decidí que era tiempo para continuar antes que la piscina se llenase de gente, así es que me volví a acostar boca abajo sobre mi colchón inflable y nadé hacia el extremo más alejado de la piscina. Allí acomodé mi paquete sobre una de las bolsas de aire del flotador... ¡Se sentía mucho más sexy de lo que yo había imaginado! Inmediatamente comencé a frotar mi paquete contra el flotador mientras nadaba. ¡Se sentía tan rico! El flotador tenía una especie de almohada al extremo delantero para descansar la cabeza; allí puse mis codos y sobre mis brazos apoyé mi cabeza mientras flotaba apaciblemente sobre el agua; entonces yo extendí mis piernas para que mis pies entraran totalmente en el agua dando puntapiés de rana mientras tenía el flotador aferrado a mí. Al mover las piernas mis caderas subían y bajaban permitiendo que yo fuera dándole clavadas con mi verga (que estaba durísima)... para la demás gente, todo lo que yo hacía era nadar, así es que no me importaba que las personas vieran como mi culo subía y bajaba... para ellos estaba nadando, pero para mí... ¡me estaba dando un pajazo que me tenía loco! Nadie sabía lo que yo realmente estaba haciendo. Minutos antes estaba ocultando mi excitación y ahora estaba pajeándome frente a todo el mundo sin que a nadie le importara. Eso me calentaba aún más. El hecho de hacer algo que solo se hace furtivamente y en la intimidad y que ahora lo realizaba a vista y paciencia de todos pero sin que lo percibieran, aumentaba mi libido... algo de exhibicionista debo tener... Pero volvamos a mi historia. Estaba tan excitado que me tenía que contener para no acabar ahí mismo y para eso solo tenía que disminuir la intensidad de mis pataleos en el agua. Así me quedaba un rato quieto y cuando quería sentir de nuevo esa sensación tan exquisita que solo un orgasmo puede proporcionar, volvía a la carga... mi respiración se hacía dificultosa y no por el esfuerzo de nadar porque siempre he tenido mucha resistencia física, sino porque estaba tan caliente que tenía que disimular los quejidos de placer que involuntariamente se me salían.
Decidí irme al extremo más profundo donde no había nadie. Para eso comencé a patalear y nuevamente sentí esa rica electricidad que me envolvía... el flotador lo tenía prácticamente metido entre las piernas y mientras pataleaba, subía y bajaba mis caderas frotándome contra el colchón inflable. En algún momento miraba encima de mis hombros y veía mi culo mojado, enfundado en ese apretado speedo... eso me calentaba aún más; las rayas blancas se veían casi transparentes por estar mojado y prácticamente podía ver mi piel a través de ellas. En ese momento pensé como me gustaría ver a otro muchacho haciendo lo mismo... (también debo tener algo de "voyeur").
Entonces tuve una idea. Decidí nadar hasta el otro extremo y pasar pajeándome frente a todos. Me empujé desde el borde de la piscina con mis pies y extendí mis piernas para salir disparado con fuerza... cuando iba por la mitad el ritmo era cada vez más excitante y mientras me iba acercando al otro extremo sentía como venía una sensación exquisita... así seguí... pataleando y subiendo y bajando mis caderas sin dejar de frotarme contra el flotador hasta que llegué a la orilla; allí agarré fuerte el flotador y lo apreté contra mí, mis ojos se cerraron, mi verga erecta y dura comenzó a palpitar con una fuerza delirante lanzando un chorro tibio dentro del speedo... unos chicos que allí estaban me miraron extrañados porque justo cuando quedé al lado de ellos me fui "cortado" y no pude contenerme de exclamar: ¡AAAAAAaaaaaaggggghhhhh. MMMMMMmmmmmhhhhhh.....OOOooohhhhhhhhhh!!! Y mi cuerpo se retorcía de placer en el agua. Unos borbotones espesos salían a través de la delgada tela y solo yo podía sentirlos... ahí me quedé dando unos pequeños gemidos con la respiración entrecortada... los chicos me preguntaron: "¿Te pasa algo?"..."¡nada!" respondí. "Está todo bien". muy, pero muuuuuy bien, pensé. Yo no sé si esos chicos percibieron mi expresión orgásmica pero mis gemidos no los podía disimular así es que ellos deben haber pensado que era propio del ejercicio natatorio; claro que yo estaba haciendo algo más que nadar¡¡¡¡!!!!!
Cuando salí, los cordones de mi speedo estaban resbaladizos y mi paquete aún duro estaba pegado al apretado bañador que casi no dejaba nada oculto... me tapé con la toalla y me fui a los vestidores donde mis amigos me esperaban impacientes sin tener idea de lo bien que lo había pasado "nadando" en mi cómodo flotador.
Más adelante les contaré otras historias que tengo cuando usaba mi sexy speedo.