Pajeando a mi primo Alarico

Despué de treinta años volvió al Uruguay mi primo ALraico, recordamos la paja que le había hecho cuando vino por primera vez y esta es la narración de ese aconteciemiento.

PAJEANDO A MI PRIMO ALARICO

Como toda familia la mía no fue la excepción, algunos parientes van y vienen, por eso unos tíos míos se fueron a radicar a España en la década de los 50 y allí tuvieron a sus hijos entre ellos uno llamado Alarico del cual voy a hablar hoy.

La casa se revolucionó cuando yo tendría unos veinte años con la noticia de su llegada ya que mi hermano Leo estaba en Australia mis padres no tenían mucho que hacer por eso arreglaron la casa lo mejor posible para recibir al huésped desconocido.

Por supuesto tendría que compartir la habitación conmigo y dormir en la cama de mi hermano.

Totalmente extraña era su manera de hablar porque hablaba de cojones, pollas, follar y otras tantas palabras innumerables que descubrí con él, de las cuales sería imposible hacer una lista de ellas.

Por supuesto que esas palabras las decía en las interminables conversaciones que teníamos en mi dormitorio cuando todos se iban a dormir y mi curiosidad lo interrogaba para amontonar en mi cerebro esos modismos de su tierra natal.

La segunda noche de su estancia en mi dormitorio conversamos como lo habíamos hecho en la noche anterior y luego de apagar la luz para dormir oí que su respiración se agitaba muchísimo.

Estiré la mano para encender la luz porque a lo mejor mi primo se había descompuesto y necesitaba algo, pero al estar la habitación iluminada quedé muy sorprendido con lo que mis ojos veían.

Alarico estaba boca arriba sobre la cama completamente desnudo y con su tiesa pija entre sus manos pajeándose muy suavemente pero apretando su verga de una forma parecida a la que hacen las boas constrictor.

Al ver mi cara de estupor y verse descubierto se tapó inmediatamente quedando rojo de vergüenza porque yo lo había visto en esa actitud tan osada..

Lo poco que vi de su verga me gustó lo suficiente como para hacérmela desear inmediatamente, ya que yo andaba caliente porque hacía días que no descargaba mis vesículas seminales porque no quería que mi primo me descubriese en una situación parecida a la que yo lo había descubierto a él.

-Perdóname Omar pero hace días que no follo, con esto del viaje y todo... estoy muy cachondo y me estaba haciendo una puñeta......porque mis cojones están por reventar de tanta lefa que tengo acumulada dentro de ellos

-No te preocupes primo...

Luego de contestarle eso me destapé mostrándole mi pija dura para que viese que estaba en las mismas condiciones que la suya y para darle ánimos le dije:

-Continúa! Yo también estoy caliente y me voy a pajear contigo.

-Me da vergüenza!!

Dale! Mira como lo hago yo.

Comencé a mostrarle todo mi capullo corriendo el prepucio hasta abajo, dejando el glande brillante y mojado ante su vista.

Alarico ponía objeciones mientras seguía con su verga tapada por las sábanas, mientras la mía permanecía ante su vistas me levanté para sentarme al borde de su cama.

-Vete Omar! Que pretendes hacer?

-Nada. Solamente ayudarte a vaciar las bolas.

Luchamos un poco tironeando de las sábanas hasta que finalmente pude vencer su resistencia y me preguntó que era lo que pretendía hacer.

-Nada. Ser un buen anfitrión, ya que mi primo está caliente lo voy a ayudar a pajearse y luego dormiremos en plena calma saciados de sexo aunque sea manual.

-Te animas a hacerme una puñeta?

-Claro! Piensa que estás con alguien que desees luego cerrá los ojos y abandónate a mis manos...

Con mucho temor de su parte le agarré la pija la cual estaba dura como un hierro y caliente en demasía mojándose por su precum y comencé a bajar y a subir su prepucio ante la mirada despavorida de mi primo.

Lo más lento que pude comencé a jugar con su prepucio hasta que vi como cerraba los ojos para comenzar a jadear a la vez que mi otra mano manipulaba mi verga casi al unísono con la cual su prepucio se humectaba con sus jugos.

Con el transcurrir de los minutos nuestras pijas se excitaron mucho moviéndose dentro de mis manos con esos latidos característicos, me hubiese gustado metérmela en mi boca y con mi lengua extraerle todos los jugos pero no me animé temiendo un disgusto con él.

A los pocos minuto sentí bajo la presión de mi mano que su pija se contraía monstruosamente para luego aumentar el tamaño que tenía al contraerse y en ese momento agaché la cara para ver que rayos estaba sucediendo dentro de mi mano y apenas pude mover la cabeza cuando de ese bello ejemplar de verga salieron disparados tres interminables chorros de semen los cuales se estrellaron entre mi boca y mi nariz.

Alarico muy orondamente disfrutaba con su cabeza apoyada sobre sus brazos sin percatarse de lo que sucedía a su alrededor ya que permanecía con los ojos cerrados gimiendo con cada expulsión de semen.

Como no podía verme me relamí los labios saboreando ese líquido caliente que había caído sobre ellos y tratando de estirar mi lengua los más lejos posible en búsqueda de alguna gota fugitiva depositada bajo mi nariz la cual también fue a parar dentro de mi boca.

Mi verga estaba al máximo por eso aceleré mi mano y terminé expulsando un bello granizo blanco sobre el vientre de mi primo que ya se estaba calmando del placer recibido a través de mis falanges y se dio cuenta de que algo mojaba su cuerpo.

Al ver que mi verga seguía escupiendo sobre su cuerpo protestó diciendo que esas asquerosidades no le gustaban, pero como no tenía ningún trapo cerca le lamí el charco que formaba mi descarga y me tragué todo antes de que se levantase para ir al baño a lavarse.

Al volver me agradeció el buen rato que le hice pasar pero al mismo tiempo me dijo que si no me daba vergüenza haberle lamido el vientre para limpiarlo de los restos de mi corrida.

-NO!!! Me gustó mucho, estaba tan caliente que cualquier cosa me hubiese dado placer en esos momentos...

No dijo nada más y luego nos dormimos muy tranquilamente porque nuestros instintos habían sido abatidos.

En los días que estuvo en mi casa no volvimos a hablar del tema, supongo que a pesar de haber disfrutado de la paja que le hice no quiso volver a repetirlo porque no le interesaba volver a hacerlo.

Este episodio sucedió hace unos treinta años, pero volvió hoy a mi memoria porque mi primo vino a Montevideo con su familia porque ésta quería conocer el país de nacimiento de sus abuelos.

Vino a mi casa a visitarme, hablamos de todos los parientes que se habían muerto, de los otros que habían emigrado, en fin tres horas de conversación sobre lo acontecido en nuestra familia en las tres últimas décadas.

Antes de irse le recordé la paja que le había hecho y me dijo que siempre se acordaba de ese acontecimiento, pero que en esa época se había asustado porque nunca lo había hecho con otro hombre, pero que al volver a España lo intentó sin éxito porque ningún hombre logró lo que yo había logrado al manipularle su polla en nuestros años de juventud.

Sin decirle que nuestra inocente historia de juventud podía ser tema de un relato le dije que me gustaría tener un recuerdo suyo.

-No, Omar! Otra puñeta no te voy a dejar hacerme, ya estamos viejos para esas cosas de chavales.

-Alarico, el recuerdo que quiero tener de ti es una foto de tu pija.....

-Déjate de pavadas, hombre...

Por suerte los vinos que habíamos ingerido hicieron su efecto haciendo que mi primo se desinhibiera lo suficiente como para permitirme tomar la fotografía que adjunto a este relato.

Lo único que me permitió fue tomarle la fotografía de su polla y cojones pero nada más de su anatomía me dejó inmortalizar a través de mi cámara.

A pesar de que su verga se puso bastante dura para la fotografía no me permitió ni siquiera tocarla, se fue sin acabar aunque sospecho que si hubiese tomado más bebida hubiese disfrutado de una cachonda sesión de sexo manual como lo habíamos hecho antaño.

Nos despedimos con un abrazo, luego le prometí llevarlo a él y a su familia a la casa de mi hermano Leo en Punta Ballena para que conocieran algo más del Uruguay.

En estos momentos en que llevo a mi PC nuestra historia él estará helándose con su familia en las gélidas tierras españolas donde nació.

OMAR

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