Pajas en compañía

Las pajas entre tíos es un tema que provoca un gran morbo, incluso entre hombres heterosexuales.

El portal de pisos que me daba la bienvenida era un edificio antiguo, señorial, con amplios balcones, situado en una amplia avenida que parecía desierta a esas horas de la noche. Miré el reloj y decidí esperar la hora sentado en un banco cercano.

Lo había meditado mucho y ese no era el mejor momento para plantearme ninguna duda, pero mi cabeza le daba vueltas una y otra vez.

Dos chavales más o menos de mi edad avanzaban hacia mí desde el extremo de la calle. Uno de ellos miraba continuamente el suelo mientras el otro hablaba. Pasaron frente a mí y se detuvieron en la entrada del lujoso edificio. El chico que miraba el suelo levantó la mirada y la dirigió hacia su compañero:

Sube tú y ya me contarás- le dijo con voz baja.

¡Vamos tío, hay que probar de todo!

Comprendía perfectamente al chico cabizbajo sin conocerle de nada, y las palabras de su amigo me recordaron como empezó todo

La curiosidad fue la culpable de que un cierto día de aburrimiento descubriera en Internet un excitante foro llamado "El foro de las pajas en grupo". Muchos de los participantes del foro afirmaban que les excitaba masturbarse con otros tíos a pesar de ser heterosexuales. Mi situación era parecida y sus historias me hicieron recordar las mías.

Recordé un verano con unos amigos. Los cuerpos que veíamos en la playa eran excesivos para nuestros sentidos. Muchas tardes solo hacía falta escuchar un "estoy caliente, no puedo más" de alguno de nosotros, o un gesto provocador como llevarse la mano al paquete, para crear ese morbo que hacía que todos acabásemos pajeándonos en grupo.

Recordé también cuando en la universidad, escuchaba a mi compañero de cuarto meneársela por las noches. Yo hacía lo mismo en silencio y cuando él acababa, aprovechaba que iba al baño para terminar mi paja dentro de su cama.

Vino a mi mente una noche de acampada en la que me masturbé junto a un colega dentro de la tienda de campaña. Dormíamos tres en una tienda para dos personas, y nuestros cuerpos estaban pegados para no despertar al que dormía. Recuerdo la escena perfectamente: Con los sacos de dormir abiertos por la mitad, nos masturbábamos a la misma velocidad y con el mismo ritmo e idénticos movimientos para no hacer excesivo ruido.

Estas historias y las que leía revivieron ese morbo que tan bien recordaba. Desde entonces visité el foro casi todos los días y poco a poco fui conociendo a gente de todo tipo con experiencias similares que buscaban repetir. Algunos manifestaban ser homosexuales con ese gusto en concreto y sin buscar nada más, otros como yo, llevaban una vida heterosexual y les atraía la masturbación en grupo, otros sentían curiosidad y querían probar

Pablo era uno de los tíos que conocí en el foro. Recibí un correo suyo en el que me pedía que entrara en un chat esa misma noche. Dentro del chat existía una sala llamada "la sala de Pablo". No tuve que esperar mucho para saber cual era la función de reunirme en ese Chat. Unas 15 ó 20 personas con nicks conocidos compartían sala conmigo. Pablo saludó a los presentes y se dispuso a contarnos porque nos había citado:

-Todos los que estamos aquí-dijo- tenemos algo en común. A todos nos excita la idea de unas pajillas en grupo y todos queremos mantenerlo en la intimidad.

Pablo ofrecía su casa como lugar para unas pajas en grupo y aseguraba la máxima prudencia y fiabilidad para los desconfiados. La idea era más que provocadora pero en principio me negué. Fueron las palabras de "Jack" las que me convencieron:

¡Vamos tío hay que probar de todo!

Estas palabras parecieron convencer también al indeciso chaval que conversaba con su amigo frente al portal, ya que ambos subieron las escaleras del edificio. Volví a mirar el reloj y decidí subir también pero esperé a que los dos chicos subieran primero.

Mientras subía en el ascensor recordaba las reglas que habíamos acordado con Pablo, que parecía haber hecho esto más de una vez:

-Nuestros nombres debían ser nuestros nicks para mantenernos en el anonimato.

-Seríamos nueve tíos en total, los que confirmamos la asistencia, por lo que no podría entrar en casa de Pablo nadie que no fuese uno de esos nueve miembros.

-La cita era exclusivamente para unas pajas en grupo y no para otro tipo de contacto.

Me miré en el espejo antes de salir del ascensor, busqué la puerta, tome aire y llamé al timbre. Me abrió la puerta un chico de comprensión fuerte, de mediana estatura con pantalones vaqueros, camisa roja y zapatillas de andar por casa.

-Hola

-Hola.... ¿eres? me preguntó

-David

-¡David! No te imaginaba así. Pasa, estamos casi todos, dijo en voz baja mientras cerraba la puerta

Le seguí por un ancho pasillo hasta una inmensa sala de estilo clásico. Entendí en ese momento como era capaz de invitar a ocho personas a su casa. El salón se dividía en dos partes. En el centro de una de ellas se situaba una amplia mesa y en la pared del fondo dos puertas que parecían dar a otras dos salas. La otra parte del salón la componían cuatro sillones, dos a cada lado, y un largo sofá. Dibujaban un perfecto semicírculo cuyo eje central era un televisor panorámico situado en la pared.

Pablo me presentó a los chicos que acababan de subir. Eran Boy21 y Jack. Son dos viejos amigos que desde pequeños se masturban juntos. Ambos reconocían sentirse muy excitados cuando lo hacían y querían probar con otros tíos. Después conocí personalmente a Osado que era el menos pudoroso. Osado contaba en el foro que su pasión en la vida era descubrir nuevas experiencias de todo tipo, y en cuanto al sexo lo había probado casi todo. En uno de los sillones se encontraba un chaval joven, moreno, muy delgado. Permanecía callado mirando tímidamente alrededor. Llevaba unos vaqueros oscuros anchos y una sudadera azul. Pablo me quiso presentar al joven pero no recordaba su nombre, al igual que yo no lo recuerdo en este momenyo a pesar de haberle visto por el foro más de una vez. Me acerqué a él y le di la mano, se levantó y volvió a su asiento sin decir una palabra. Por último, y antes de tomar asiento saludé a Rafa que llamaba la atención por su ropa alternativa y su despeinado. Su aspecto le hacía parecer claramente gay.

Pablo me invitó a sentarme. Observé que Rafa estaba fumando así que decidí encender un pitillo para hacer más amena la incomoda espera. El chico moreno me miraba sin decir una sola palabra y sin hace un solo gesto. Me fijé en Osado que conversaba con Pablo de espaldas a mí. Es un chico atractivo, de unos veinticinco años, alto, castaño con el pelo algo ondulado. Vestía una camiseta ajustada y unos pantalones cortos que dejaban entrever parte de sus calzoncillos.

Sonó el timbre y al momento Pablo entró en la sala con un chico con un atractivo mucho mayor al de Osado. Levantó la mano a modo de saludo y dijo:

-Hola a todos. Soy Mike

¡Mike! Había hablado en varias ocasiones con él por el Chat y cuanto más le conocía más atracción sentía por él. En una ocasión estuvimos a punto de tener sexo virtual pero no pudimos por un error de mi cámara. Desde entonces sentía una gran inquietud por saber como era él físicamente. Sin duda lo que vi fue mucho más de lo que esperaba. Mike es alto, moreno, atlético. Su sonrisa de medio lado hacía más interesante su rostro de modelo. Llevaba unos pantalones de chándal y una camiseta corta verde. Pablo presentó uno a uno a los miembros del grupo hasta llegar a mí. Intuí que también le llame la atención porque su sonrisa se volvió más seria o más vergonzosa en comparación con la alegre entrada que había realizado.

Al rato llamó el último miembro que conocí esa noche. Birras era un chico de unos 18 años, con algunos kilos de más, castaño con el pelo rizado, respiraba agitado como si hubiese subido las escaleras a toda prisa para no llegar tarde. Esperamos un rato más al miembro que faltaba hasta que Pablo creyó conveniente empezar.

Fuimos tomando asiento teniendo que añadir una silla que decidió ocupar por voluntad propia Mike, ¡mi gran amigo Mike! Se situaba entre Pablo y yo. Yo me situaba en un extremo del sofá compartiendo asiento con Jack, el de la famosa frase, y su amigo el tímido. En el otro extremo Rafa, el llamativo. En los sillones contiguos a Rafa , el joven Birras y Osado. Al otro lado de Pablo y en el último sillón esperaba el chico tímido que permanecía impasible.

El ambiente cortante no hizo más que empeorar cuando Boy22, el chico indeciso que no se atrevía a subir, se levantó y dijo que se marchaba.

-No me fío de vosotros.-dijo.

Su amigo intentó convencerle pero fue inútil. Boy22 se largó a toda prisa pero Jack decidió quedarse. Ocupó el puesto de su amigo, y yo el suyo dejando el asiento de mi lado libre para Mike, que entendió el movimiento como una invitación y mirándome se sentó junto a mí.

-Antes de empezar –dijo Pablo- debo deciros que estamos aquí para hacernos unas pajillas en grupo y en total confianza, pero si se da la situación en la que alguno de vosotros se pone más caliente de la cuenta con algún compañero, podéis usar los cuartos del fondo del salón.

Encendió la televisión y puso en marcha una película que ya tenía preparada y que seguramente había usado más veces para lo mismo. Un conjunto de hombres y mujeres montaban una salvaje orgía en la que no faltaba de nada...

Fue Pablo el primero que tranquilamente llevó su mano a la bragueta de su pantalón y mirando a su alrededor pasó su mano una y otra vez por encima de sus pantalones, presionando con fuerza su entrepierna. Al momento todos hicimos lo mismo. Jack acariciaba sus partes por dentro del pantalón y su pecho por debajo de la camiseta. Osado fue el primero que desabrochó su pantalón. Dejó ver el total de sus calzoncillos, unos boxers blancos ajustados que marcaban sobre todo sus huevos. Sacó su miembro por encima de la goma de los boxers y comenzó a subir y bajar su puño al tiempo que echaba una mirada alrededor

Rafa se bajo los pantalones y los calzones en un solo acto y empezó a masturbarse salvajemente, mucho más rápido que el resto. Observaba a Osado que parecía llevarse bien con Birras, ya que ambos se la cascaban mientras se miraban. Pablo y el chico tímido eran los que llevaban un ritmo más lento. Ambos miraban los miembros de sus compañeros de pajas pero parecían muy tranquilos.

Mike fue casi el único centro de mi atención durante la sesión de pajas. Primero pude intuir una forma abultada debajo de su chándal. Después me atreví a mirarle a los ojos mientras apretaba mi paquete, y por fin, ambos a la vez nos despojamos de nuestros pantalones y dejamos nuestros gayumbos por debajo de las pelotas mostrando sin recato nuestras pollas.

Pocas veces he estado tan caliente como aquella noche. A mi derecha Jack rozaba su cuerpo con el mío, y a mi izquierda mi pierna desnuda rozaba la de Mike que empezaba a respirar cada vez más agitado. Su polla, recta, de unos 18 cts. se lubricaba más y más a cada subida y bajada de mano.

Birras y Osado habían convertido su zona en una paja exclusiva para ellos. Birras observaba como Osado lanzaba pequeños gemidos mirándole a los ojos. Dejó de masturbarse y dirigió su mano a la polla de Osado que parecía explotar. Osado apartó su mano y dejó que el joven le pajeara mientras el acariciaba su pelo. La escena era observada de cerca por Rafa que aceleraba el ritmo.

Pablo le dijo a Osado que podían usar uno de los cuartos. Birras no lo pensó mucho y se levantó del sillón. Osado le siguió, se levantó y agarró fuertemente a Birras por la cintura. Ambos se besaron con ira, chocando contra la pared. Entraron en una de las habitaciones y en la misma puerta, Birras se deslizó por el torso y la cintura de Osado y sin separar sus brazos de las piernas de éste, le comió el nabo como si estuviese muerto de hambre. Rafa se levantó y continuó su paja de pie mirando la escena de sus compañeros. Los gemidos y quejidos que salían de la habitación hacían más penetrante la sensación de placer común, ese sentimiento de morbo

Las paredes mostraban las sombras que provenían de las figuras que se encontraban en la habitación del fondo del salón. Se podía diferenciar una figura clara de pie que apretaba y encogía su trasero, y a cada movimiento se escuchaba un quejido que parecía pertenecer a Birras. No tardaron mucho en correrse y quedarse tirados en la cama

Mis compañeros de pajas más cercanos parecían menos excitados que yo, que tuve que parar para no terminar antes de lo que deseaba. Mike también fijaba su mirada en mí y eso me provocaba una sensación indescriptible, con la que creí que no aguantaba un segundo más. Jack puso una mano sobre mi pierna y me acarició suavemente. Tenía a ambos lados a dos tíos que me miraban y tocaban, y casi en frente de mí, el chico tímido soltaba un buen chorro por su nabo que fue a parar al suelo. Los repentinos movimientos que hizo al correrse fueron los más rápidos de toda la noche.

Rafa, que se encontraba de pie observando a sus compañeros desnudos en la cama del cuarto del fondo, terminó su paja con un grito fuerte seguido de un leve suspiro. Ese grito pareció excitar más a Mike, que me preparaba una grata sorpresa. Su mano agarró la mía llevándola hasta su polla, invitándome a masturbarle. La sensación de bajar y subir la piel de su prepucio era mucho más placentera que si fuera mi polla la que tocara.

Pablo interrumpió el momento y pidió a los que continuábamos activos que nos pusiéramos de pie, en círculo para terminar la sesión de pajas. Pablo, Mike, Jack y yo nos pusimos en círculo. Mike me agarró por la cintura y yo rodeé la cintura de Jack con el brazo que tenía libre. Un soplo de Mike en mi oído provocó que no aguantase más y lanzase un chorro de semen que fue a caer sobre la mano de Pablo.

Rodee con el brazo que ahora quedaba libre, a Mike y esperé a que mis tres compañeros terminasen su faena. No tardó mucho más que yo Jack, y tras él Pablo que había untado mi lefa por todo su rabo. Tras ellos Mike, que me agarró con fuerza y con los ojos entreabiertos terminó su paja con tres sacudidas que dejaban el suelo lleno de semen.

Nos vestimos y abandonamos la casa poco a poco para no llamar la atención. Seguí a Mike con la mirada hasta perderle de vista. Me habría gustado que fuera un amigo de verdad y no solo mi gran amigo del foro. Me fui a casa pensando en la apasionante noche. Tenía ganas de llegar para entrar de nuevo en el foro. Quizás allí viera Mike o a Pablo, o a Jack....

Hablo de vez en cuando con ellos pero no les he vuelto a ver. A veces sueño que la sesión de pajas se repite, pero me tengo que conformar con los placeres de mi vida diaria. Eso sí, sigo buscando nuevas experiencias, porque ¡Hay que probar de todo! O eso dicen