Paja en la ducha
Siguiendo con mi vida a los 16 años, un día después de clases, Felipe y yo nos pajeamos en las duchas del colegio.
Bienvenidos nuevamente a mi mundo.
Hace unos días les conté sobre una paja en círculo que hice con dos amigos míos cuando tenía 16 años. La historia que viene ahora ocurrió ese mismo año, pero algunos meses después.
Ya les conté sobre nuestra agenda donde anotábamos las pajas diarias, sobre el reto de pajearse en el baño del colegio y finalmente la paja en círculo. Pero esa no fue la última vez que tuve una paja digna de relatar. No creo que esta también está al nivel de la anterior
Como les decía, Francisco y Felipe eran mis mejores amigos del colegio, hacíamos muchas cosas juntos, íbamos al cine, salíamos y también practicábamos natación por las tardes. Bueno, eso en realidad no lo hacíamos los tres, sólo Felipe y yo nos quedábamos, era una especie de actividad extracurricular de nuestro colegio, te quedabas después de clases a diferentes deportes, una o dos veces por semana.
Pues bien, la natación era lo nuestro. No digamos que éramos profesionales, pero al menos la pasábamos bien, eso era lo importante. Ese día por la mañana Francisco llevó una revista porno que le había sacado a escondidas a su hermano mayor. Los tres nos sentamos en el último lugar en la sala de artes, esa era la primera clases que teníamos ese día, y mientras todos comenzaban a dibujar y hacer sus cosas, nosotros mirábamos tetas, piernas abiertas y todo el material típico de una porno con una mezcla de nerviosismo y calentura, miedo de que nadie nos fuera a pillar viendo eso, menos el profesor! Recuerdo que se me paró demasiado, y se me notaba debajo de los pantalones ya que eran de esos típicos grises y delgados de colegio, pero creo que nadie me miró en ese minuto, nuestros ojos estaban fijos en otro lugar.
La foto que más nos llamó la atención fue una que ocupaba 2 páginas, de una chica rodeada de unos 20 tipos, todos desnudos y ella haciendo mamadas y recibiendo el semen de quien sabe cuantas vergas. "Me gustaría ser uno de esos" pensé en voz alta, pero creo que lo dije a nombre de todos.
A esa edad uno se excita fácilmente, y esas pocas fotos bastaron para tenernos calientes todo el día. Durante los cambios de hora y todo momento libre que tuvimos ese día, lo único que hicimos fue hablar de sexo y recordar esas fotos.
Las horas pasaron rápido, eso fue bueno, al menos ya sólo quedaba la parte entretenida del día: natación. A la hora de salida nos despedimos de Francisco, y entre risas con un "trata de sacarle otra revista a tu hermano!", que fue más en serio que en broma.
Ese día había estado lloviendo en la mañana, y al parecer eso fue suficiente para ahuyentar a la mayoría de los nadadores. A la hora de ir a la piscina (alberca en Méx.) sólo estábamos Felipe, yo y 3 chicas. Normalmente éramos 15 en total. Quizás era mejor así, menos gente, más espacio. Si no recuerda, Felipe era un chico alto, medio rubio, flaco y vergón.
Al ser los únicos 2 hombres estuvimos solos casi todo el tiempo, ya que nos separaban por sexo, porque las chicas tenían una rutina más liviana y menos agotadora.
"10 vueltas para ustedes dos" nos dijo el entrenador
Y entre vueltas y vueltas, de espalda o como fuera se fue pasando el rato.
Una cosa que siempre hacíamos con Felipe en natación era decirnos cosas calientes cuando uno de los dos tuviese que salir del agua, para lograr que se tuviera una erección y hacerle pasar un mal rato no es muy cómo salir del agua teniéndola dura, sobre todo si hay otras personas que te puedan ver!!
Este día no fue la excepción, Felipe me empezó a decir: "recuerdas la foto de la chica cubierta en semen? Imagínate que te la está mamando, la tiene toda en su boca, sientes su respiración, te la chupa más fuerte, y empieza a gemir" "no empieces!!" le dije casi enojado, pero en realidad me daba igual porque generalmente a él también se le paraba y tampoco podía salir del agua. Me alejé nadando, tratando de pensar en cualquier cosa que no fuera sexo, porque ya sentía que se me estaba parando de a poco, pero por suerte logré controlarme y cuando llegué al otro extremo de la piscina, salí rápidamente y tomé mi toalla para cubrirme y evitar cualquier riesgo. ¿Riesgo? No me había fijado que las chicas ya se habían ido y el entrenador estaba ordenando sus cosas. Podría haber salido del agua desnudo y no lo habría notado! Felipe salió del agua con una erección digna de recordar, lo molesté mucho tiempo por esa escena que armó. Hubiese tenido una cámara podría haberle chantajeado! Pero sólo yo lo vi, se cubrió con la toalla y ese "momento Kodak" pasó a la historia.
Entramos al camarín, un lugar bastante standard, baños, asientos, y las duchas tenían unos pequeños muros que las separaban, podías ver la cara de la persona que estaba a tu lado si eras alto, no había cortinas. No nos secamos mucho ya que en seguida nos mojaríamos de nuevo en las duchas, como no había nadie más nos quitamos el traje de baño (bañador en varios otros países) y nos pusimos la toalla en la cintura.
"Al final te cagaste tu mismo tratando de calentarme" le dije a Felipe riéndome por lo que había pasado hace un rato.
"Da lo mismo! Igual nadie me vio" me contestó "Es como si me parara aquí, nadie lo sabría"
"Si pero estoy yo para reirme si te pasa!! Es más apuesto sigues caliente por la revista y entre eso y hablar del tema ya se te paró de nuevo y por eso te pusiste la toalla tan abajo, así te lo apretaste y no se te nota! Jajajaja" le dije después de notar que de hecho tenía la toalla extrañamente baja, casi se le podían ver los pelos de esa zona, y muy probablemente lo había hecho para aplastarse su erección con el nudo de la toalla así que ZAZ!!, apenas terminaba de decírselo estiré mi brazo y le bajé la toalla. Y para mi sorpresa bueno, no tanto, pues ya lo había deducido, Felipe estaba igual de duro que cuando había salido de la piscina (alberca)
No pareció importarle haber sido desenmascarado y se vengó inmediatamente quitándome mi toalla. Para ser sincero la conversación ya había logrado que se me pusiera dura a mi también y quedé totalmente expuesto, peor que él en realidad, porque yo sólo le bajé la toalla, ¡ahora él me la había quitado!
"Ya para" le dije "luego me la devuelves cuando termine de ducharme" y me fui a las duchas todavía riéndome.
Entré al semi cubículo de las duchas comencé a ducharme, el agua estaba bastante caliente, pero no tanto como para quemar. Felipe comenzó a ducharse en el cubículo de al lado. "Todavía estás duro?" me dijo "sí, la revista todavía me tiene caliente" le respondí.
"Mira, toma un poco de shampoo y ponlo en tu verga, vas a ver como corre de bien"
"No traje" le dije
"Yo te doy un poco, tiene que ser shampoo, el jabón no es igual" me respondió.
Felipe tenía una especie de sobre de shampoo, de esos de muestras gratis que vienen en revistas o a veces te regalan las promotoras en la calle. Siempre andaba con cosas así, o frasquitos de hotel, detestaba andar con envases grandes en su mochila.
"Ya, pásamelo" le dije.
"No! Estás loco? Viene super poco, ven y te echo la mitad" me contestó.
No lo pensé dos veces y fui casi corriendo, porque salir del agua era como entrar a un congelador, el resto del camarín estaba bastante frío.
Suena raro ahora que lo recuerdo, pero para nosotros era bastante normal pajearnos juntos, entre la paja en círculo y esto que les estoy contando ahora, Felipe, Francisco y yo nos habíamos pajeado muchas veces juntos. No era algo habitual, pero al menos una vez al mes lo hacíamos. No siempre los tres juntos, la mayoría de las veces éramos Felipe y yo, y un par de veces Francisco y yo. Aclarado eso, sigo mi relato:
"Échame rápido que me estoy congelando!!" le dije a Felipe para que se apurara al echarme el shampoo en mi verga.
"Puta, no exageres" me dijo haciéndose el enojado "ponte ahí" agregó, haciéndose a un lado y señalando con su cara el espacio libre que había dejado bajo el agua para que yo no me enfriara.
Me acerqué y estábamos los dos bajo el agua caliente de la ducha. "Muévete un poco" me dijo ahora empujándome un poco fuera del agua para poder echarme el shampoo sin que se fuera a salir con el agua. Apretó la bolsita y salió una cantidad normal de shampoo sobre mi verga. "ahora espárcelo, pero no te la corras todavía". Le hice caso y esparcí el shampoo sobre mi verga tiesa, mientras él repetía el mismo procedimiento en la suya.
El espacio en el cubículo de la ducha era justo para una persona, como en las casetas de los baños, pero para dos se hacía bastante pequeña. Estábamos de pie dándole la espalda a la ducha y de lado uno al otro, sentía su hombro izquierdo pegado a mi hombro derecho. Nos hablábamos sin mirarnos, cada uno preocupado de su propia verga y tratando de esparcir bien el shampoo. No estaba nervioso, sólo caliente, y me parece que él estaba igual.
"Ya, ahora empieza a corrértela como loco!" me dijo, y los dos comenzamos a pajearnos como enfermos. La sensación fue extrema. No recuerdo haberme hecho una paja más rica en la ducha. Primero: nunca me había echado jabón, shampoo ni nada para pajearme, segundo: estaba en una ducha en el colegio, y tercero: me estaba pajeando con mi mejor amigo al lado.
Se sentía muy bien pajearse tan cerca de otra persona, hasta ese momento es lo más cerca que había estado de alguien más mientras hacía algo sexual. Las imágenes de la chica rodeada de tipos pajeándose sobre ella, semen sobre sus tetas, escurriéndole de la boca, el agua caliente, escuchar los gemidos y la respiración agitada de Felipe a mi lado, mi mano llena de espuma y la paja corriendo mejor que nunca, sentía como si fuera a explotar en cualquier minuto, pero no quería, no aún. Estaba demasiado rico como para querer terminarlo tan pronto. En ese momento sentí que Felipe me agarró el muslo derecho con fuerza con su mano izquierda y me lo apretó mientras se pajeaba. Yo tenía mis ojos cerrados cuando lo sentí, dentro de mi sabía que era él, pero pensé en la chica de la foto y la imaginé a ella apretando mi pierna, entonces me empecé a pajear con la mano izquierda, así mi mano derecha quedó libre y con ella agarré la verga de Felipe (que les recuerdo era más grande que la mía, siempre me entretuvo pajearlo por esa misma razón) y empecé a pajearlo. No fue necesario que le dijera nada, él empezó a hacer lo mismo conmigo. La paja no podía estar mejor, estábamos lado a lado, yo pajéandolo con mi mano derecha y él a mi con su mano izquierda.
"Me falta poco" me dijo Felipe
"A mi también" le contesté.
Al decir eso cada uno volvió a pajearse su propia verga, nos pusimos de frente uno al otro, nuestras vergas casi se tocaban por la falta de espacio que había. Estaba demasiado caliente, en ese minuto no podía pensar en ninguna otra cosa que no fuera sexo y en cuánto quería soltar la carga que llevaba dentro. Entonces me dice "ya me voy, ya me voy, me voy " y antes de que terminara de decirme eso vi como le empezó a saltar semen descontroladamente y todas direcciones, creo que más de algo llego hasta mi cuerpo, pero con el agua de la ducha es difícil decir, y es seguro que algo del mío también debe haberle saltado a él, cuando me salió el primer chorro cerré los ojos, sentí que me salieron unos 4 o 5, no recuerdo bien, pero la calentura fue extrema.
Vaya tarde! Entre nadar y la paja extrema que acabábamos de hacernos me sentía exhausto. "Estuvo demasiado la raja" (genial) me dijo Felipe "lejos la mejor que nos hemos hecho"
Y era cierto, había sido la mejor. Al menos hasta ese día