Paisaje de un amor

Son estas las primeras lineas que escribo en este sitio(como autora) y espero sea de su agrado. Bienvenidos seran todos los comentarios, gacias...

Paisaje de un amor

Eran la 10:00pm y hacia un frio que muy seguido provocaba que mi piel se erizara aun así me encontraba fuera de casa vestida tan solo con short un tanto corto y una camiseta que no lograba cubrir gran parte de mi pecho, recostada en una hamaca observaba el cielo estrellado que se vuelve aun mas perceptible al carecer de luz (durante la tarde y si motivo aparente la planta eléctrica que nos proporcionaba electricidad dejo de funcionar). Jugaba con mi lacio cabello negro, al tiempo que imaginaba lo que seria caminar entre las estrellas y percibir de cerca la luminosidad de la luna… poder tocarla. ¡Vaya, seria genial!

Es una hermosísima noche, -pensé- y minuto tras minuto continuaba en esa especie de hipnosis, agradecí el viaje de mi madre,  no le agrada la idea de que este afuera tan tarde… mi padre, por su parte no tiene problema con eso e incluso muchas veces me sirve de compañía; hoy la faena estuvo algo fuerte y el cansancio se lo impidió.

Luego de un tiempo y sin saber la hora pensé que ya debía meterme a la casa (distante al lugar en el que me encontraba) pero… definitivamente no era lo que deseaba hacer. Decidí quedarme unos minutos más. Cuando de pronto

Puaj, puaj, puaj, puaj, puaj…un ruido que parecían ser pisadas sobre las caídas hojas secas se gano mi atención aun recostada intentaba identificar de donde provenían y el dueño de aquellos… pero después, ya no escuchaba nada… solo un silencio ensordecedor que comenzaba a asustarme.

¿Papa… eres tu? -pregunte con voz fuerte- espere un par de segundos y… el silencio continuaba. ¿Quién esta allí? Responda por favor…- dije esta vez con menos fuerza en mi voz- y al no obtener respuesta mi corazón comenzó a acelerarse de forma descontrolada y mi cuerpo parecía no entender la gravedad de aquello ya que por mas que lo intentaba… no podía moverme. Estaba paralizada y siendo asechada por alguien o algo que desconocía. Tras varios intentos… al fin mi cuerpo me obedeció y pude levantarme, Salí en veloz carrera y sin mirar atrás, estando a pocos metros de la casa y debido a la poca iluminación tropecé con un objeto extraño que provoco que cayera al suelo. Casi de inmediato me levante y retome mi carrera hacia la casa.

Una vez allí, fui rápidamente a la cocina a buscar una linterna de mano que siempre se guarda en uno de los cajones y me dirigí al cuarto de mis padres abrí la puerta y… allí estaba mi padre, profundamente dormido. ¿Qué fue todo aquello? -me preguntaba- ¿Quién o que estaba allí? Mi corazón aun estaba agitado, no comprendía nada. Definitivamente y aunque ya no era una niña no podría dormir sola estaba muy asustada como para dejarle el trabajo a mis sabanas (siempre que siento temor en las noches oculto todo mi cuerpo bajo las sabanas y eso me tranquiliza) hoy no podría, no… me acomode al lado de mi padre y poco a poco me fui calmando hasta que no supe mas.

Al rayar el día tuve un despertador natural. El sol, sus rayos se colaron por la ventana logrando acariciar mi rostro y provocando con esto mi despertar. Ya papa se había levantado, Salí en su búsqueda y lo encontré en la cocina.

-         Buen día mi niña, -dijo al verme- acercándose para abrazarme y darme un par de besos en las mejillas ¿como amaneces?

-         Buen día papa ¿ya te había dicho que eres el mejor padre del mundo?- dije sonriendo- ¿Qué hay para desayunar? - con cara de ternura.

-         MMMM.… ya decía yo que tanto amor tenia una oscura intención……- dijo con una sonrisa- ya sabes que la cocina no es mi fuerte, pero, hice arepitas con queso, huevo revuelto y por supuesto café con leche. Negro para mí.

-         ¡Mi desayuno favorito! MMMM.…Papa se ve muy rico.-dije tomando  mi plato y sentándome para comer.

-         A propósito… vi que  dejaste colgada la hamaca afuera, ¿paso algo que no me has contado?- mirándome como si buscara una respuesta en mis ojos.

-         Eh… ¿la hamaca? -agregue antes de tomar un sorbo de café- veras papa… pues… tenia mucho sueño y no pude traerla- mentí, no quería preocuparlo.

-         Sabes que no puedes mentirme -me reprocho-  dime que fue lo que paso.

-         No paso nada papa… todo esta bien, no veas problemas donde no los hay.

-         ¿ah si? Si como tú dices “todo esta bien” ¿Por qué te quedaste a dormir conmigo? Desde hace muchísimo tiempo no lo hacías y si mal no recuerdo solo lo hacías cuando sentías mucho miedo. ¿a que le temías anoche? -Pregunto preocupado.

-         Te preocupas demasiado papa, no pasa nada-mantenía firme mi decisión de no decir nada, si le cuento no querrá que salga en la noche.

-         Esta bien -dijo resignado-  cuando quieras contarme estaré para escucharte.

Ambos nos mantuvimos en silencio, mientras desayunábamos

-         Bueno ya termine… deja me cambio y te acompaño- dije levantándome de la mesa y avanzando en dirección a mi cuarto. Cuando

-         Espera… ¿Qué te paso en el brazo?- acercándose a mi.

-         ¡Papa! No tengo nada.

-          A ver, déjame ver tu brazo derecho - casi ordenándomelo.

-         Mira todo lo que quieras, no hay nada - le dejaba ver mi brazo-  ¿ves que no tengo…me sorprendí al mirar un raspón en mi brazo, pero… ¿Cómo, cuando paso esto?-pensé-. Papa yo….

-         Te escucho… ¿Qué fue lo que paso? - sin apartar su mirada de la mía- y no quiero mentiras.

-         Esta bien- dije resignada, no me queda de otra- vamos a sentarnos y te cuento.

Le hable de lo ocurrido y no se hicieron esperar los reclamos de porque no le había despertado, aunque era muy seguro el lugar podía haber alguien o tal vez un animal salvaje…yo le escuchaba y al tiempo pensaba que era justo eso lo que quería evitar.

-         Papa solo fue un susto, no paso nada mas… estoy bien, ¿ves? -dije levantándome y mostrando mi cuerpo con mis manos.

-         Me preocupo porque no se que haría si te pasa algo… eres mi niña,  mi único y gran tesoro -se paro frente a mi tomando mis manos-.  A partir de ahora no quiero que salgas sola de casa durante la noche.  Por lo menos no… estando sola.

-         ¡Papa! No puedes…-soltándome de sus manos-  no puedes estar hablando en serio.

-         Mi amor entiende, solo quiero protegerte- intentando acercarse a mí.

-         ¿protegerme de que papa? -me retire bruscamente-  ya no soy una niña… aunque te empeñes en verme de esa manera, ya no lo soy y no te permito que intentes controlar lo que hago o dejo de hacer. Sabes que adoro salir en las noches, que me encanta observar el cielo y eso… no me lo puedes prohibir.

-         Luego de lo ocurrido es lo mejor mi amor, entiende.

-         Lo único que entiendo… es que jamás debí decirte nada -agregue-  avanzando rápidamente a mi cuarto-  una vez dentro, cerré la puerta tras de mi.

-         Se que no es fácil, pero hazlo por mi, si…-dijo desde el otro lado de la puerta.

No respondí nada… estaba muy molesta, fui directamente a bañarme y prepararme para trabajar.  Cuando Salí de mi cuarto la Sra. Clara ya había llegado (nos ayuda en la cas).

-         Buen día Sra. Clara. ¿Cómo esta hoy?

-         Buenos días  Srta. Zandra estoy bien, gracias. Su papa le dejo dicho que se tomara el día de hoy para descansar-dijo amablemente.

-         ¿queee?  -algo alterada-  pero… ¿Qué le pasa a mi padre? Yo… no necesito descansar.

-         Eso fue lo que dijo el Sr. Darío, yo solo le informo.

-         Esta bien, gracias… voy a hablar con el.

Salí alterada de la casa…  porque mi padre hacia esto… ya se comportaba como mi madre,  sobrepasando el límite de la protección. Me dirigí a las caballerizas a preparar mi caballo, un hermoso fox trotter que recibí como regalo9 en mi cumpleaños numero 15, cuando mi padre lo presento ante mi no lo podía creer… era apenas un potrillo, un pequeño muy inquieto. De inmediato se robo mi corazón y mas allá del cuidado de su madre y del veterinario  he sido yo quien se ha encargado de su crianza y viéndole puedo decir que… ¡hemos hecho un gran trabajo! Lienzo ¡eres hermoso! –Le hablaba a mi caballo- al tiempo que le acariciaba. Una vez listo lo dirigí hasta estar muy cerca del portón, lo monte y seguido empezó su cabalgata con un trote paso (muy lento y cómodo de cabalgar) para luego pasar al trote sentado (intermedio entre el trote paso y el galope (se avanza rápido y se cansa menos que al galope, ideal para viajar a cortas y largas distancias) nos dirigimos hacia donde se supone estaría mi padre (revisando el nuevo ganado que recibimos apenas, ayer) conforme avanzaba y observaba el paisaje a mí alrededor cambiando de aspecto ante la llegada del verano; también se discipaban las ganas de discutir  y estaba segura que así terminarían las cosas si continuaba mi camino.

¡Oh! ¡Oh! –dije a modo de orden para que detuviera - mire a mi alrededor-  hay muchos lugares a los que podría ir en este momento, pero… primero vamos a ver a Lucero (es una becerrita de apenas una semana de nacida) debido a una  emergencia del veterinario me toco recibirla en el momento de parto de su madre(Blanca), fue algo difícil de describir… maravilloso, excitante, tierno, conmovedor; tantas emociones entre ellas la preocupación debido a que desde antes ya sabia que no seria fácil recibirle puesto que el veterinario nos lo había advertido.  Afortunadamente y a pesar de que no tenia experiencia el ello, el haber presenciado varios nacimientos de reses me daba un poco de ventaja ante la situación. Fue una larga faena, pero, cuando tuve la oportunidad de verle agradecí enormemente la improvisada situación… era tan pequeña pero tan fuerte y había heredado el color de su madre, blanco, pero el suyo se veía mucho mas brillante. Por ello le di el nombre de Lucero…  cuando por fin llego el veterinario y luego de examinarlas a ambas declaro que estaban en perfecto estado, me sentí aliviada Si, fue una experiencia increíble.

Mira Lienzo…-dije- señalando después de haberlo desmontado, allá esta Lucero… y… pues se ve saludable al igual que los demás becerritos, luego me acerque a hablar con uno de los trabajadores quien me confirmo que a pesar de lo fuerte de la entrada del verano su peso al igual que el de los demas se mantenía bien.

Mi trabajo es ocuparme de la administración,  soy Lic. en  Administración; pero, es algo que estudie mas para ayudar  a mi padre que por otra razón. No me arrepiento ya que me sirvió para mejorar y hacer negocios que han favorecido en gran manera este pedazo de tierra que tanto amamos mi padre y yo. Mi madre se mantiene en este lugar gracias al gran amor que siente por su esposo (mi padre) cosa que le agradezco enormemente.

Durante el tiempo de la realización de mis estudios aproveche para tomar clases de pintura. El arte es una de mis pasiones y también una de las más hermosas formas de expresión  a mi parecer. Gracias a mi talento mis cuadros gustaron mucho y fui recomendada por Esteban (mi profesor) a Gino Di Luzio  (dueño de una prestigiosa galería de arte); que luego de conocer mi trabajo compraba todos mis cuadros. Aun después de culminar mis estudios y regresar a mis tierras continúo pintando y se los envió. Me  interesa compartir mi talento, mi arte y darme a conocer, me ha tocado viajar en ocasiones en las que se requiere mi presencia obligatoria en alguna exposición.

Cuento con 22 años, de tez morena, flaca, ojos chocolate con destellos ocre… un lacio cabello negro que da poco mas debajo de los hombros con un corte grafilado, 1.65 de estatura y me siento inconforme con el pobre crecimiento de mis senos (son muy chicos), lo que me hace falta en la parte de adelante lo tengo muy bien puesto en la parte de atrás.

Seguí conversando con aquel muchacho llamado José, es muy agradable y por su forma de hablar se nota que no ha recibido una educación adecuada, pero, eso no ha sido impedimento para conocer a la perfección las labores que le han sido encomendadas.

Después de transcurrir un tiempo y anticipándome a mi partida le encargue con especial ahínco el cuidado de Lucero a lo que asintió con la cabeza… mientras caminaba hacia donde estaba Lienzo voltee para atrás y pude ver que José aun estaba al lado de la cerca… mirándome ¿Qué?  -Me interrogue a mi misma-  volteé nuevamente y comprobé que aun mantenía su vista en dirección hacia mi, ¿Qué significaba eso? Acaso el… pero… no, no debe ser eso; el siempre  se ha mostrado muy respetuoso jamás me ha insinuado nada. Han de ser ideas mías –pensaba-  mientras Lienzo comenzaba su cabalgata.

¡Vamos amigo! Hoy voy a complacer a mi padre tendré un día de descaso como quiere y tu me vas a acompañar;  pero obligatoriamente… tenemos que volver a la casa, si… -a lo que relincho en forma de protesta.

¡oye!... tranquilo sólo pasaremos en busca de provisiones alimenticias. Digo,  tu alimento esta por doquier, pero, el mío no…. descuida que también traeré algo para ti. Si.

Dicho y hecho luego de tomar lo necesario para nuestro día nos fuimos al rio; es un lugar donde se pueden apreciar grandes formaciones rocosas… muchas de ellas siendo acariciadas por las claras aguas del rio, arboles que se extienden por el horizonte con sus hojas amarillentas debido al poder del incesante sol que se acentúa en este tiempo. Es un lugar muy seguro y tranquilo, pero no nos pertenece solo a nosotros nuestro vecino el Sr. García es propietario de las tierras vecinas y de una parte del rio, el hecho de que posea muchos brazos ha evitado problemas en este caso.

Al llegar coloque las cosas a un lado y de inmediato saque mi pantalón y la camisa que llevaba; antes me había cambiado en casa colocándome la parte de arriba de mi traje de baño rojo tipo top con tirantes atrás y un corto muy corto short naranja que dejaba ver el nacimiento de mis pompis. Asumí que mi compañero se le antojaba lo mismo que a mí así que le quite la silla y le lleve a la orilla para que pudiera disfrutar del agua. Luego de un rato le conduje hasta debajo de un árbol, le di algo de comer y le deje para que descansara mientras yo regresaba al agua… quera seguir disfrutando de su frescura. Así paso el tiempo y yo seguía en el agua, hasta que… mi estomago n un intento desesperado me reclamaba en forma de gruñido el de hecho de haber ingerido alimento desde el desayuno. Salí del agua en búsqueda de una toalla para secarme un poco y mientras secaba mi cabello en un movimiento de mi cabeza me pareció ver a alguien, mire bien esta vez y…no había nadie. No le di mayor importancia y busque mi reloj,… ¿Qué?... las 3:00pm, razón tienes –dije acariciando mi barriguita-  vaya que rápido se pasa el tiempo cuando la pasas bien. Después de saciar mi hambre me tendí boca arriba sobre la manta que había traído y ya cuando sentí algo de sueño me acomode boca abajo que es como suelo dormir y pues ya no supe más

Abrí mis ojos y te busque con la mirada… no estabas,  donde te deje no estabas. Me levante rápidamente y recorrí los alrededores del lugar y

Nada, ni un rastro de ti. Amigo… ¿Dónde estas? Gritaba esperando pudieras escuchar mi voz y regresaras a mi, pero, nada sucedía. ¿Qué… que es lo que ha pasado? -Me preguntaba con desconcierto y dolor- ¿acaso alguien te ha llevado de mi lado? Mis lagrimas comenzaban a salir apresuradamente… ¿Dónde estas?... ¿Dónde? ¿Donde? ¿Dónde? Gritaba mientras caía al suelo de rodillas. Ha sido mi culpa, todo esto ha sido mi culpa… jamás debí descuidarte, nunca debí quedarme dormida

Mientras decía esto el relinchar… tu relinchar me trajo de vuelta, abrí mis ojos lentamente con cierto temor y… allí estabas, justo donde te había dejado antes –un suspiro de emoción se escapo de mi ser-  te observo un par de segundos y noto que estas intranquilo, algo te inquieta. Me levanto rápidamente para asegurarme que todo este bien. Cuando doy la vuelta….

¡Aaaaaaaaaaaah! –Grite- la impresión que me causo lo que veían mis ojos fue tremenda… me miro sin inmutarse en lo absoluto y rápidamente bajo su mirada a mi pecho, fue en ese momento que me fije que mi traje de baño ya no estaba –me sonroje-

Yo…pero como… me volví hacia mis cosas y tome la camisa que traía antes, me la puse rápidamente. Lo  hice dándole la espalda. Comprendí el comportamiento de Lienzo, ¿desde cuando esta acá? ¿Ahora que hago? ¿Qué se supone deba decir o hacer? –me pregunte rápidamente.

Le volví a mirar de frente y solo estaba allí… con una mirada que parecía tan ausente.

-         ¿Quién eres? –Dije por fin- ¿acaso me estabas expiando? ¿Andas por ahí asustando a las personas?  Espere una respuesta, pero… de sus labios nada salió.

-         ¿Quién eres? –Pregunte nuevamente- alcanzando a ver lo que parecía un cuaderno de dibujos entre sus brazos, lo apretaba contra su pecho. ¿Acaso eres familia del Sr. García? Esperando nuevamente alguna respuesta pero nada sucedió…  me tenia nerviosa la situación nunca antes le había visto por aquí y su aspecto me causaba un poco de desconcierto