Pague por sexo 7

Sigo con mi vida en africa disfrutando a todo place

PAGUE POR SEXO

7º PARTE

Sola, sentada en una silla en mi habitación, pensando las últimas horas trascurridas del día. En estos momentos si todo hubiese sido todo normal ya estaría disfrutando una noche con dos hermosos negros, solo para mí.

Pero la noticia de la detención de George y su amigo, dieron vuelta lo que iba a ser una noche esplendida para mí. La aparición del conserje, contando lo sucedido con ellos y la oferta, según él, del comisario invitándome a una fiesta privada, era todo un misterio por develar. Hube de aceptar presionada por las circunstancia y encima pagando 2.500 dólares mas de lo acordado. Acepte más por miedo porque no sabía quien estaba del otro lado, aparte del comisario, al que le seria muy fácil fabricarme algo en mi contra y hubiera sido peor. Me encontré en un callejón sin salida.

Me sobresalto el timbre del teléfono, que si bien esperaba la llamada, estaba distraída  pensando todo.

CLAUDIA: (temerosa) hola, diga

CONSERJE: hola señora (ese señora, ya me parecía burlón) va a subir una señorita a ayudarla a vestirse y maquillarse para luego acompañarla a la fiesta. El coche que las llevara ya esta aquí. La señorita ya esta subiendo.

CLAUDIA: bien, gracias.

Me envían una persona a vestirme y maquillarme, que fiesta será esa?

Abrí la puerta y me encontré con una mujer de unos 40 años, negra y vestida con ropa de fajina policial.

Sin abrir la boca y sin esperar la invitara a entrar se mando adentro, para luego decir.

MUJER: supongo estará bañada no?

CLAUDIA: si oficial

MUJER: ahora soy señora no oficial, entendió?

CLAUDIA: si señora.

MUJER: desnúdese y parece acá delante de mí (ella se había sentado en la silla.)

Así lo hice, rojas mis mejillas, empezó a pasar sus manos por mis piernas primero, mis axilas

MUJER: bueno por lo menos veo esta depilada, desde cuando.

CLAUDIA: ayer

MUJER: bien siéntese, (levantándose ella) acá.

Así lo hice, mientras ella tomaba dos bolsos que había traído. De una de ella, la más pequeña saco una caja de cosméticos. Tomo una tijera y sin preguntarme nada arremetió contra mi cabellera. Yo muda la dejaba hacer. Saco mucho pelo. Cuando termino con eso, tomando un espejo me enseño lo que había hecho.

Tenia el pelo bien cortito, tipo varón y la verdad me gusto el corte. Ni siquiera comente nada porque seria inútil, a ella la mandaron hacer eso y si me tenía que cagar a trompadas para hacerlo, lo hubiera hecho.

Luego se paro a mi lado y empezó a maquillarme. Me delineo las cejas, puso color verdoso a mis parpados. Un poco espolvoreo por mis mejillas y pinto mis labios con un rojo estridente.

Me hizo para y me puso una bata tipo monje, que cubría desde mi cabeza hasta mis pies

Ella hablo por teléfono y empezamos a bajar.

Había mucha gente subiendo y bajando la escalera y el la recepción. En la puerta del hotel había parado una camioneta policial y hacia allí fuimos. Entramos las dos en la parte posterior y no sentamos frente a frente. Ella golpeo el vidrio que separaba con la cabina y la camioneta se puso en marcha. Me vendaron los ojos y luego de unos 20 minutos la camioneta paro y me bajaron, entramos en una casa aparentemente grande.

Me llevaron a un sótano y encerraron en una jaula. El lugar era muy espacioso y tenía una pantalla, circuito cerrado encendido. Al quedar sola me puse a mirar y vi. A unas 20 o 25 personas de ambos sexos reunidas en el salón. Alguna ya estaban cogiendo, otras mamando y otras bailando apretadas a un hombre, que parecían una sola persona. Yo seguía vestida igual con la cabeza cubierta tal cual llegue. Era un festín similar a lo que leímos o pudimos ver en alguna película sobre Sodoma y Gomorra.

Mujeres en el suelo mamando una pija y recibiendo otra por cualquiera de los dos agujeros. Entre los que vi. Y conocía estaba la oficial que me trajo, en una escena tremenda de lesbianismo.

Pasaron dos o tres horas y me vinieron a buscar. Yo ya estaba mojada de tanto ver sexo por todos lados. Me llevaron por un largo pasillo apenas iluminado y salimos detrás de un escenario. Quede sola con la persona me condujo hasta ahí.

De pronto un silencio total y una persona que tomo el micrófono para hablar

HOMBRE: amigos, llegamos al momento más esperado de la noche y tenemos para todos ustedes una sorpresa magnifica para subastar por turno a cinco personas, que podrán usarla a gusto, durante una hora cada uno. Hoy tenemos una mujer blanca, extranjera (hizo una pausa por los vivas y aplausos de la gente) hermosa, de 35 años. Pero hagámosla pasar para que la vean, tengan en cuenta que la base es de 1.000 dólares por una hora.

Aparecí yo en medio del escenario mirando molesta, por las luces que caían sobre mí, a la gente allí reunida.

A una señal del hombre me sacaron la ropa y se escucharon gritos eufóricos de la gente. Conmigo parada ahí, desnuda por completo empezaron a subastarme. El hombre de la subasta era el comisario.

COMISARIO: vieron que no exagere, es verdaderamente una belleza, buenos haber quien ofrece 1.100

Se armo una puja entre la gente. Al cabo de una hora ya tenía los cinco padrillos que me iban a servir. Haciendo un recuento de la subasta más los 3.500 que pague yo, el comisario se llevo más de 15000 dólares. Me llevaron con el primer comprador, a una habitación contigua. Era un tipo de unos 55 años, fuerte de cuerpo y entre con él quedando solos los dos. Se acerco a mí y apoyando sus brazos en mis hombros me obligo a ponerme de rodillas al tiempo que él introducía en mi boca su pija. Comencé a chuparla y el me tomo de la nuca empujando a meterla bien dentro de mi boca. Me estaba cogiendo por la boca, hasta que estallo dentro de ella. Me atragante de semen y algo cayo sobre mis tetas. Luego se fue sin ningun comentario.

Entro otro mas o menos de igual edad y me cogio por el culo. Tras ese entro otro casi de la misma edad y primero quiso una mamada y luego me cogio por la concha.

Me faltaban dos más que quisieron entrar juntos. Eran  dos hermanos de 21 y 23 años, hijos del que paso primero de 55.

Eran muy parecidos entre si y los dos portaban enormes penes. Aproximadamente de25 cmcada uno. Empezaron los dos a apretarme el cuerpo entre ellos, metiendo mano por todos lados. Luego me tiraron en la cama y cada uno tomo cada una de mis tetas y la estrujaban y me daban chupones en ellas. Luego como estuvieran de acuerdo succionaron mis pezones. Tenia ya mis tetas doloridas, parecían dos animales con su presa. Luego uno de ellos se tiro boca arriba en la cama y me hizo chupar su pija mientras que con una mano acariciaba mi cabeza con el pelo recién cortado y la otra mano retorcía mi pezón derecho. El otro inserto su pija en mi concha y empezó a cogerme, al tiempo que sus manos golpeaban mis nalgas en forma continua. Yo estaba desesperada de placer y ellos me azuzaban más.

UNO: mira a la pupita blanca como le gustan las pijas de dos negros jóvenes.

DOS: si, dale así, puta no pares.

El que cogia por la concha cada vez golpeaba más fuerte mis nalgas y yo aceleraba más y el otro estaba extasiado como su pija entraba y salía de mi boca. Con el movimiento del que daba por la concha, ya era tan frenético mis tetas bamboleaban de arriba abajo. Sentí estábamos los tres al borde del orgasmo

Mientras el semen de uno estallaba en mi boca y cara y el otro inundaba mis entrañas, yo loca como estaba gritaba

No parennnnnnn, soy su perra blancaaaaaa, siiiiiiiii, ayyyyyyyyy, ahhhhhhhhhhh, sigan por favor.

Quedamos los tres exhaustos tirados en la cama.

UNO: que buena coneja tenes blanquita y bien calentita

DOS: viste vos, esta de rechupete y eso que para nosotros es un vieja.

UNO: pero un vieja puta caliente, encima blanca.

CLAUDIA: me dejaron muerta de placer

UNO: espera lo que sigue y vas a pedir por favor.

CLAUDIA: que me van hacer.

DOS: te vamos a empomar juntos uno atrás y otro adelante.

Dicho esto se lanzaron hacia mí, uno se acostó y me hizo entrar en mi concha su ya duro garrote, de espaldas al otro. Este me tiro un poco adelante hasta mandar su pija a lo más profundo de mi culo.

Sentí que parecía me partían en dos partes. Los tres parecíamos los engranajes de una maquina, me tire enseguida mi primer orgasmos y seguí con ellos dándole fuerte, hasta que los tres volvimos a acabar juntos. Sentí mi concha y mi culo inundados del semen de esos dos potros.

Se fueron, me bañe y me llevaron al hotel.

Esa noche dormí como un angelito, tranquila

A la mañana siguiente vino NORA a buscarme como de costumbre para ir a la empresa. Me pregunto se sabia cuando me iba y le respondí que esta semana era seguro, ya que habían conseguido una gerenta de acá. Además que tenia deseos de volver a mi país, llevaba 12 días y extrañaba a mi familia, en especial mi marido.