Pague por sexo 2

Comienza mi primera noche con el

PAGUE POR SEXO

2ª PARTE

La verdad he dormido muy mal, pensando toda la noche en lo ocurrido en ese hotel y en este también. Parecía una chiquilina de 17 años, caliente que no se cuantas veces me masturbe esa noche. Acababa y los cinco minutos de vuelta a tocarme, ni en mi época de adolescente había hecho tanto.

A las 8,00 AM Nora vino a buscarme, de acuerdo a lo concertado, pero la verdad no tenia deseos de ir a trabajar. Me llevo hasta la empresa, íbamos conversando sobre su vida en la ciudad, que estaba felizmente casada y era madre de dos hijos. Llegamos a la empresa y entramos, presentándome, ella, a las distintas empleadas y empleados de la gerencia en que me venia a hacer cargo yo, transitoriamente... la verdad me pareció un lindo grupo de gente de trabajo. Se me paso el día volando y Nora vino a buscarme para llevarme al hotel. Me comento que tenia, esa noche, la fiesta aniversario de sus suegros, pero que si necesitaba algo la llamara al celular. Baje en el hotel y fui rápido a mi habitación a darme una ducha. Solicite cenar en mi habitación y mirar un poco de televisión

Pasada ya la hora de la cena me disponía a irme a dormir, pero era muy temprano para ello. Me vestí con una pollera marrón hasta un poco más arriba de las rodillas, una blusa blanca. Debajo de ella ropa interior blanca también y una botas marrones haciendo juego. Me puse algo de sombra en mis parpados, marque bien mis cejas con un delineador y  pinte mis labios tenuemente.

Me saque la alianza de casada, por cualquier cosas, pero en mi dedo quedaba la marca de ella y me puse unos aros, que pese a ser fantasías me habían costado mis buenos dólares. Baje por la escalera, ya que mi habitación esta en el primer piso y mientras bajaba vi. muchas mesas ocupadas por mujeres solas. En lugar de ir al comedor, fui a recepción para saber si había algún mensaje o carta para mí. No había nada y me quede por ahí, mirando algunas vidrieras del hotel. Entre en uno de ellos y compre un anillo fantasía para cubrir mi dedo marcado por la alianza.

Sentía en mi nuca las miradas no solo de los hombres, sino también de mujeres. Luego de unos minutos de indecisión me dirigí hacia el comedor. Había más mujeres que antes y la barra estaba plagada de hombres negros de20 a60 años. Ya habían terminado de cenar y todos estaban pidiendo café y bebidas. Me acerque a una mesa que había dos mujeres mayores que yo y pedí permiso para sentarme. Así  lo hice y charlamos trivialidades. Después ellas enfocaron su atención en lo que habían venido y yo a observar disimuladamente.

Una de ellas, llamo disimuladamente a uno de la barra. El tipo de unos 35 años se acerco a mi mesa y se sentó al lado de ella, quedando él entre ella y yo. Vi que él ponía su mano derecha sobre la pierna de ella y le acariciaba el muslo de arriba  abajo. Yo observaba todo. Ella saco de su cartera unos quinientos dólares que el atrapo y contó. Hizo un gesto con sus dedos, como que era poco, y ella saco de su cartera unos 300 dólares más y se los entrego. El asintió sonriente y tomándola de la mano se levantaron y desaparecieron de mi vista. Unos minutos después hizo lo mismo la otra mujer y quede sola en la mesa.

Pedí otro café mirando las distintas mesas de mujeres. Me sentía inquieta y mojada. A mi espalda sentí aproximarse una persona, miro y era un negro de unos 25 años, que miro fijamente a mis ojos, provocándome rubor en mis mejillas.

En perfecto ingles me dijo

Hola, mi nombre es George y te estaba observando que miras pero pareces no tener interés en nada

CLAUDIA: solo baje a tomar un café, estoy hospedada en este hotel.

GEORGE: y como te llamas y que edad tienes divina

CLAUDIA: Claudia, tengo 35 años y soy casada

GEORGE: eso de casada no lo pregunte. Mira a tu alrededor, todas son casada, algunas son abuelas y vienen acá a que uno las haga mover un poco sexualmente. (Y tomándome la mano que enseguida retire. Se llevo en su intento el anillo recién comprado.) Veo que tienes la marca de la alianza. Te lo sacaste por algo en especial.

CLAUDIA: no, solo temor a los robos.

GEORGE: y bien que hacemos?

CLAUDIA: como que hacemos?

GEORGE: no me tomes por estupido, sabes lo que pasa aca. Ademas tengo mucho prestigio y no lo puedo tirar con una reventada cualquiera.

Yo estaba turbada, desconcentrada. Pense que hago aca ahora. En lugar de levantarme e irme, abri mi cartera y ante su atenta mirada saque cuatro billetes de 100 dolares. Los conto y dijo

GEORGE; esto solo tienes? Es poco

Yo ya estaba asustada y sin poder dominar la situación, con ganas de salir corriendo, pero su mano acariciaba mi muslo derecho. Estaba paralizada por su mirada.

CLAUDIA: no tengo mas que eso

GEORGE: (arrancándome los aros de mi lóbulos) bueno 400 dólares, unos aros y un anillo fantasía, por hoy esta bien lo hago porque sos hermosa y joven y te voy a atender 3 horas mas o menos, pero la próxima trae mas verdes.

Muda, mis piernas temblando, solo miraba que el trato estaba cerrado. Me agarro de la mano tiro de mí. Parecía una locomotora y yo el vagón de cola. Fuimos a la recepción, me dio vergüenza delante del conserje. Pidió una habitación, menos mal no me llevo a la mía. El le dijo que cargara eso y algunas bebidas a la cuenta de mi habitación. El hombre pidió el número de habitación y yo como una autómata dije 112

Subimos al noveno piso y abrió la puerta de la habitación 903 y me empujo suavemente adentro. Tiro de mí hasta el dormitorio

GEORGE: y,  que esperas no usas el baño en suite o tengo que llevarte yo.

Entre rápidamente y debo haber tardado, porque enseguida golpeo mi puerta.

GEORGE: vamos nena, no tengo todo el día, ven que quiero disfrutarte

Estaba espantada, sin salida, pensaba como me había metido en eso. Abrí la puerta del baño y no se veía a nadie. Pensé se habría marchado y sentí un alivio.

Estupida de mi pensar esa boludez, siento que alguien me toca mi hombro derecho a mis espaldas y me doy vuelta asustada.

Parado delante de mí, completamente desnudo, parecía una estatua de Ebano. Con su cuerpo negro, brilloso y musculoso en medio de la semipenumbra de la habitación. Alto, mas que yo y muy sonriente, con unos dientes perfectos que parecían de marfil.

Mire hacia abajo y me asuste. Estaba desnudo totalmente y tenía colgando una tremenda pija de más o menos 23/25 cm y un grosor de 4 o 5. Estaba espantada, cuando siento que sus manos arrancan mi blanca blusa., quedando en sostén.

GEORGE: es la primera vez que engañas a tu maridito? Es tu fantasía acostarte con un negro para que llene todos tus agujeros. Jajaja

Trate de cubrir mis tetas, pero ya era tarde. Con velocidad desbrocho mi sostén y quedaron al aire mis tetas.y me apretó mi pecho contra su pecho, inmolizandome.

Asentí que si, que era mi primera vez y se río.

GEORGE:     son todas iguales. Primero se hacen las tímidas y decentes y después se arrastran para que se las cojan.

CLAUDIA: no se como me metí en esto, me parece estar soñando.

GEORGE: ahora dices un sueño, luego una pesadilla y terminas rogando de rodillas que te cojan.

A todo esto su mano derecha, mientras la izquierda me mantenía agarrada, bajaba y subía por mi pierna tratando de llegar a la concha. Bajo la cremallera de mi pollera que cayo enseguida al suelo, dejándome solo con una diminuta bombacha, que arranco enseguida, poniéndola en mi boca. Estaba sola ante él con una mezcla de temor, vergüenza, rubor y también esperando me hiciera suya.

Me apretó contra la pared de la habitación, me saco la bombacha húmeda de mi boca y la tiro al suelo.

Me miro fijo a los ojos, que tuve que bajar los míos. Con sus dos manos me apoyo en mis hombros y empujo hacia abajo. Trate de resistirme, pero era muy fuerte quedando de rodillas ante él. Su puja al alcance de mi boca. La esgrimió, golpeo con ella mi boca hasta que la abrí y la metí en mi boca.

Me hizo chuparla de arriba abajo, incluidos los testículos. Yo le chupaba a mi marido la pija, pero no los testículos y menos semejante pija.

segui chupando, observada por el, hasta que estallo en mi boca, mi rostro y mis tetas. hasta salpico de demen mis cabello.