Pago por amor (2)

La segunda parte del relato.

Esta es la segunda parte del relato "pago por amor".

Llevaba toda la mañana con ganas de que llegase la tarde para llamarle, y mas ganas aun para que llegase la noche para estar juntos. Las horas me parecían eternas, que nunca acababan hasta que por fin llegó la tarde. No sabia si llamarle ya o esperar un poco más, hasta que por fin me decidí. Cogí el teléfono y marqué su número. Al rato lo cogió y por fin pude oír su voz.

Alberto: Si?

Yo: Hola Alberto que tal estas?

Alberto: Hola, muy bien, y tu?

Yo: Yo bien, con ganas de llamarte ya.

Alberto: jejeje, no iba a tardar mucho en llamarte.

Yo: Bueno te viene bien entonces quedar esta noche?

Alberto: si, pero no puedo llegar muy tarde, porque mañana salgo con los amigos y no me dejan llegar 2 dias seguidos muy tarde.

Yo: bueno da igual, que te parece si quedamos para cenar, y así estamos mas tiempo.

Alberto: por mi bien, pero a algún sitio barato.

Yo: vale, tu no te preocupes. Te va bien a las 9?

Alberto: Perfecto.

Yo: Bueno, nos vemos a las 9.

Alberto: vale, adiós guapo.

Yo: jejeje, guapo tu, adiós.

Colgué y desee que fueran las 9 de la noche, pero aun me quedaba la tarde. Para pasar la tarde me fui a casa de un amigo. Allí estuvimos escuchando música y jugando a la video consola y también hablando de nuestras cosas. Nadie aun sabia que me gustaban los chicos. En parte me daba un poco igual que lo supieran algunas personas pero tampoco tenía prisa de que nadie lo supiera así que ya llegaría el momento de que se enterasen.

Me fui a casa pronto para que me diera tiempo a prepararme. Le dije a mi madre que me iba cenar con unos amigos y luego a dar una vuelta y a tomar algo, pero que no saldría de fiesta. Y que me llevaría su coche.

Me duche, me vestí, mirando de estar guapo para Alberto. Me puse unos vaqueros que me quedaban bastante bien, según las chicas, una camiseta no muy apretada pero tampoco ancha de manga larga y de ropa interior unos boxers blancos con la cinta elástica de color rojo, que me marcaba bien el paquete y el culo. Me puse unas deportivas y me fui a peinar. Cuando me peine mire la hora y cogí lo necesario para irme y baje a coger el coche, no sin antes ponerme un poco de colonia para oler bien.

Cogí el coche y me dirigí hacia casa de Alberto. Por el camino, paré delante de una farmacia estaba cerrada pero al lado de la puerta tenían una máquina de preservativos. Con un poco de vergüenza, fui a comprarlo, ya que no quería cogerles más a mis padres. Entonces ya fui directo a su casa. Llegue un par de minutos antes de las nueve, cogí el móvil y le envié un mensaje diciéndole que cuando estuviese listo que bajara. Mientras esperaba puse la radio para no ponerme nervioso, parecía otra vez la primera vez que quedaba con él. Puse un cd de maleta de cds que llevaba, a mi siempre me ha gustado el house. Miré al portal, y vi que se encendió una luz y que alguien venía hacia la puerta, no podía distinguir bien quien era. De pronto se abre la puerta y vi al chico más maravilloso que había visto jamás. Era Alberto, mas guapo que ayer, estaba buenísimo y guapísimo. Iba con unos pantalones piratas blancos que estaban de moda, una camiseta azul celeste, mas bien pegado, que le quedaba estupendamente y unas zapatillas muy chulas. También llevaba un colgante en el cuello, y un peinado genial. Yo me quede mirándolo sin parar casi con la boca abierta. Al acercarse se notaba que llevaba slips, ya que al ser el pantalón blanco se notaba un poco el borde, y eso me encantó. Supuse que también serian blancos los slips. Estaba muy guapo la verdad.

Llegó al coche abrió la puerta y fue a sentarse, yo no paraba de mirarlo y pude notar como se le marcaba el culo con esos pantalones. Era fenomenal.

Yo: Hola, que tal?

Alberto: hola, bien bien, algo nervioso.

Yo: yo también, joer tío estas muy guapo, y buenísimo, solo al verte me he quedado alucinado.

Alberto: (se sonrojo) no será para tanto, tu también estas muy guapo y ese pantalón parece que te queda muy bien, te marca el paquete.

Yo: jajaja, gracias, a mi me gustan también como te quedan esos pantalones. Bueno te apetece ir a una pizzería?

Alberto: vale, vamos.

Nos dirijimos a la pizzería.

Yo: te gusta esta música?

Alberto: Si, tranquilo pon lo que quieras.

Llegamos a la pizzería y pedimos para cenar. Mientras cenábamos íbamos hablando de nosotros, nos contábamos y nos preguntábamos cosas. Me dijo que le gustaba también ese tipo de música que escuchábamos en el coche pero no le gustaba tanto como a mí. Me contó sus hobbies, y yo los míos. Hablamos de muchas cosas, aunque yo no podía dejar de mirarlo de lo guapo que estaba. La cena se hizo muy amena. Ya habíamos acabado de cenar y Alberto fue al baño. Entonces aproveche para pagar todo. Cuando llegó Alberto fui yo al baño y luego volví a la mesa.

Yo: Nos podemos ir ya si quieres.

Alberto: Vale pues pedimos la cuenta.

Yo: No hace falta esta todo pagado.

Alberto: que dices, lo has pagado tú?

Yo: si, hoy invito yo.

Alberto: no hacia falta hombre, pero gracias.

Yo: bueno nos vamos?

Alberto: si.

Salimos de la pizzería y fuimos al coche. Entramos en el coche y me quedé mirando a Alberto. Él se dio cuenta y me miro con cara de no saber que pasaba. Yo miré que no hubiera nadie por los alrededores y le bese. Estuvimos un rato besándonos.

Yo: joder desde que te he visto lo estaba deseando.

Alberto: yo también, pero aquí nos pueden ver.

Yo: ya lo se, vamos a otro sitio.

Pensamos de ir a un sitio donde iba bastante gente con los coches, que se veía el puerto y tal y también pensamos dar antes una vuelta con el coche. Fui a donde dijimos, pasando por la zona donde suele salir la gente para ver el ambiente que había.

Yo: te apetece un helado?

Alberto: vale.

Aprovechando que por el camino había un mc donals paramos en el mc auto, y pedimos cada uno un mc flury de esos, de helado con trozos de chocolate, y además de que estaba cerca de donde íbamos.

Llegamos al sitio y vimos que había demasiados coches. Nos paramos con el coche y nos fuimos comiendo el helado y hablando.

Yo: aquí hay mucha gente no?

Alberto: si, mucha.

Yo: bueno nos comemos el helado e iremos a otro lado.

Era un sitio donde iba la gente a ver el mar y tal, y también parejas con el coche para hacer sus cosas, pero ese día había ya muchos coches. Pensé en un sitio que tampoco estaba muy lejos de allí, que el camino llega a una playa. Arriba había un terreno para aparcar los coches y por unas escaleras bajabas a la playa. Nos dirigimos allí y al llegar vimos que por suerte solo había 2 coches. Es un sitio ideal porque si aparcas mirando al mar, aunque hay bastantes pinos, pero se ve todo el mar y parte del puerto de la ciudad.

Aparcamos el coche alejados de los otros. Al principio hablábamos, parecía que no sabíamos que hacer.

Yo: hoy estas muy guapo.

Alberto: y tu también. Esos vaqueros te sientan muy bien.

Yo: y a ti todo.

Le puse una mano en su pierna y empecé a acariciarla, él al rato hizo lo mismo. No tardó mucho en notarse la excitación de Alberto en esos pantalones blancos.

Yo: mmm veo que la cosa empieza a crecer.

Alberto: jejeje si, y lo tuyo creo que también, porque se te marca mucho el paquete.

Alberto me empezó a sobar el paquete, y a mi me dio como una especie de escalofrió en el cuerpo, ya que me había gustado. Yo hice lo mismo que el me hacía a mi. También le tocaba su paquete. Que a través de esos pantalones se notaba muy bien, ya que eran bastantes finos.

Me acerqué a él y nos besamos, mientras nos sobabamos.

Yo: que tal si nos vamos a la parte de atrás.

Alberto: vale.

Primero pasó entre los 2 asientos de delante Alberto, el cual al meterse pude ver perfectamente su culo. Como se marcaba en ese pantalón. No me resistí y puse mi mano en el y lo toque mientras iba al asiento de atrás. Luego fui yo.

Yo: vaya culo que tienes tio.

Alberto: me gusta como me lo tocas.

Abrí uno de los asientos de atrás para coger unas cosas del maletero. Saqué unas mantas que tenía. Eran para tapar un poco las ventanas, abrí un poco la ventana de mi lado y metí hacia fuera un poco la manta y luego cerré la ventana y así se quedaban pilladas. Alberto hizo lo mismo en su lado. La parte de atrás y adelante puse unos típicos parasoles que se ponen en verano de cartón. Pero para las ventanas laterales de delante no tenía nada pero como empezaba a ponerse el típico bao pues lo dejé.

Alberto: te lo habías preparado eh.

Yo: si jejeje, por si hay algún entrometido. Espera que cierro el seguro por si acaso.

Alberto: vale.

Cuando ya estaba todo preparado, me acerqué a Alberto y empezamos a sobarnos otra vez.

Alberto: me encanta tu paquete, te gusta como te lo acaricio?

Yo: si mucho, sigue no pares.

Yo le pasé la mano por detrás y le empecé a acariciar el culo.

Alberto: te gusta mucho mi culo eh.

Yo: si mucho, te gusta como te lo toco?

Alberto: si me encanta.

El calor iba creciendo solo tocándonos. Nuestros pantalones parecían que iban a reventar.

Yo: joder es que esos pantalones que traes me ponen mil, que se notan los slips pero no se ve nada y te marca todo.

Alberto: jejeje, sabia que te iba a gustar.

Nos quitamos los zapatos, y aproveché para desabrocharle el pantalón. Salió su bulto en el slips blanco, de una tela fina también. Le acaricié el paquete por encima pero no aguante más y le quite los pantalones.

Yo: Puff como te quedan esos slips. Quieres ver los mios?

Alberto: claro.

Me puse un poco de pie como pude, y me desabrocho los vaqueros y al principio solo me sacó el paquete.

Alberto: ya ves menudo paquete, como te marca. Ahh que es un boxer.

Me bajo los pantalones y me los quité, enseguida me empezó a tocar por todo, el paquete, el culo, todo. Nos empezamos a morrear y a tocar por todo. Nuestras manos no paraban de moverse. Le metí mi mano por dentro del slip para tocar mejor ese culo. Él la metió en mi paquete para sobarme la polla. Eso me calentó un montón, lo cual hizo que se me pusiera la polla a mil. Le quité la camiseta a Alberto y le dejé solo con el slip y el colgante. Y le tumbé en los asientos.

Yo: no me cansaré de repetirlo, eres fantástico. Como te quedan de bien ese slip y ese colgante.

Me quité la camiseta y fui directo a besar a Alberto. Me puse encima de él. Alberto cabía tumbado con las piernas dobladas con las rodillas hacia arriba, yo puse mi paquete encima del suyo, con una pierna en un lado de su cuerpo y la otra en el otro lado. Me tumbé un poco y nos besamos otra vez. Como podíamos nos movíamos para que nuestras pollas se rozasen. El calor iba aumentando. Todos los cristales estaban empañados. Le quite los slips y yo me quite el boxer. Juntamos nuestras pollas y Alberto las cogió las 2 y las empezó a pajear las 2 juntas. Los 2 empezamos a gemir mientras no parábamos de tocarnos por todo y besarnos. El éxtasis iba en aumento, cada vez gemíamos más, y él estaba masturbando las pollas como nunca. Nuestros cuerpos no paraban de rozarse.

Alberto: joder menuda polla que tienes.

Yo: sigue no pares lo haces muy bien, no tardaré en venirme.

Alberto: déjamela chupar quiero comértela.

Me acerque a su cara, el se acomodó un poco y se la metió en la boca sin pensar, directamente se metió media polla. Empezó a chupar como un desesperado. A mi me volvía loco, verlo como me la chupaba, verlo desnudo con ese colgante. A la vez me acaricia los huevos. Mi polla no paraba de entrar y salir de su boca. Se puso lo mas dura posible y noté que no iba a tardar en correrme.

Yo: dios Alberto creo que ya me corro. No pares.

Alberto aceleró más el ritmo. Yo no paraba de gemir. Le cogia de la cabeza y le acariciaba sus pelos. Llegó el punto de máximos placer y gemí como un loco echándolo todo dentro de su boca. Creo que nunca me había corrido tanto. Alberto empezó a tragar. Pero le salía un poco por los labios. Cuando había acabado de salirme leche, se la sacó de la boca. Acabó tragándoselo todo.

Yo: veo que te ha encantado.

Alberto: todo lo tuyo me encanta.

Yo: ahora quiero comértela yo a ti, esa pollita que tienes.

Alberto: ehhh pollita nada que aunque sea mas grande la tuya, la mía no es pequeña. ( lo decía de cachondeo)

Yo: ya lo se, era una expresión, tu polla me encanta, y no es para nada pequeña.

Me puse a besarle el pecho, su barriga y poco a poco fui bajando hasta su polla. Al principio fui jugando, masajeándola y lamiéndola un poco. Su polla estaba durísima y sus huevos se notaban que estaban preparados para lanzar un buen chorro de semen. Cada vez que pasaba la lengua por su polla Alberto se retorcía de gusto. De pronto me metí todo lo que pude en la boca, y poco a poco me fui metiendo más polla. Chupe su polla como un desesperado para darle el mismo gusto que me dio el a mí. Acaricié esos huevos que tenía. Se oía a Alberto gemir sin parar y gozando como nunca. Yo no paraba de chupar esa maravillosa polla que tenía. Noté como su polla de puso tensa, y como Alberto se arqueó, entonces empezaron a salir chorros de leche de su polla dentro de mi boca. Tragué toda la que pude pero como siempre se corría un montón. Me la saqué de la boca y cayó semen en su barriga y aun salió un chorrito que cayó también en su barriga. Cuando me tragué lo que tenía en la boca, empecé a chupar lo que había en su barriga. Cuando lo acabé me puse encima de él.

Yo: esto ha sido mejor que el helado de antes.

Alberto: jajaja si mucho mejor.

Yo: me dejas debajo.

Alberto: vale.

Me puse debajo y el se puse encima mía. Así podía cogerle de ese culo que tanto me gustaba.

Alberto: así me puedes tocar el culo ehh.

Yo: Claro.

Alberto: Pues toca lo que quieras.

Yo: Es que me encanta, y tu piel es muy suave.

Alberto: la tuya también, y me gustan que tienes pelitos ya por las piernas y un poco por el pecho.

Yo: Sip, alrededor del ombligo.

Alberto: Me gustaría que me la metieras como ayer, lo que aquí es un poco incomodo.

Yo: Ya.

Alberto: Tu puedes quedar el domingo?

Yo: si, por?

Alberto: mis padres se van a comer al campo, yo les diré que me quedó en casa y así podemos estar solo en mi casa.

Yo: no es mala idea.

Alberto: Y allí me lo haces como me lo hiciste ayer.

Yo: vale, y tu a mí. Por cierto, he comprado condones hoy.

Alberto: vale, guárdalos para el domingo.

Yo: vale. Ahora estoy super bien contigo encima. No quiero que acaba este momento.

Alberto: Yo tampoco.

Yo: Alberto.

Alberto: dime

Yo: Creo que me he enamorado de ti, eres increíble.

Alberto: En serio? De verdad te gusto tanto?

Yo: si me encantas, me gusta todo de ti.

Alberto: A mi también me gustas mucho. No sabia si decírtelo, creo que también me estoy enamorando de ti pero creo que aun es un poco pronto.

Yo: ya. Creo que te voy a comprar el ordenador directamente.

Alberto: jajaja y eso?

Yo: para poder hablar contigo cada día. Pero una cosa te pondrán Internet?

Alberto: si, es que, lo que no quiere mi madre es comprarme el ordenador y según ella que aprenda a ahorrar, pero me dijo que si me compraba un ordenador que me pondría Internet.

Yo: ya ves, para ahorrar para un pc.

Alberto: Hombre muchas cosas del otro que tenía las puedo usar así no sale tan caro.

Yo: ah vale. Pues un día vamos y compramos las piezas que necesites, y le dices a tu madre que ahorraste para comprar las piezas mínimas para que funcionara.

Alberto: joer es que me sabe mal que te gastes tanto dinero.

Yo: bueno no querías el dinero para comprártelo pues te lo pago directamente.

Alberto: vale. Mi familia no es adinerada pero tampoco pobre, pero se le ha metido en la cabeza eso a mi madre y no hay quien la saque.

Yo: ya, ya, pero si puedo comprártelo para eso esta el dinero hombre, tu no te preocupes que no te are que me lo devuelvas aunque nos enfademos algún día que espero que no pase.

Alberto: yo tampoco.

Yo: que bien te queda ese colgante sin nada de ropa.

Alberto: jejeje.

Yo: Te gustaría que llegásemos a ser pareja o novios.

Alberto: pues si mucho.

Yo: Entonces el domingo en tu casa no?

Alberto: si.

Yo: será un día genial.

Alberto: no lo dudes.

Mientras hablamos estuve todo el rato acariciándole el culo, hasta que llegó la hora de que nos teníamos que ir. Ninguno de los 2 nos queríamos mover de lo bien que estábamos. Al final nos empezamos a vestir y a recoger todo. Y nos dirigimos a su casa. Antes de arrancar el coche nos dimos un buen beso. Al llegar a su casa, nos despedimos no sin antes tocarnos un poco por encima. Me dijo que el me llamaría para decirme cosas del domingo. Llegué a casa y me fui a dormir, y me costó dormirme solo podía pensar en él.