Pagando una deuda
Hace un par de años me prestaron dinero para pagar la reparación de mi auto... después tuve que pagar
Pago
Hola, soy Marisela. Para quienes no me conozcan, me presentaré de nuevo. Soy morena clara, Tengo el cabello castaño, ojos negros y almendrados, mido 1.65 m, no soy delgada pero me mantengo en forma, senos medianos muy firmes; mis pezones son claros y bien definidos, caderas generosas, cintura delgada, piernas torneadas y delineadas por mis años de practicar danza, y un trasero que rompe piedras según dice mi esposo.
Hace algunos años tenía un Volkswagen sedán. Un “escarabajo”. Quienes han tenido este tipo de autos sabrán que normalmente no dan problemas y que su mantenimiento es muy simple y económico, desafortunadamente tuve un periodo de vacas flacas y no había forma de reparar la caja de velocidades que se descompuso después de años de servicio. En ese tiempo estaba auditando (Soy auditora fiscal) una empresa de refacciones y el dueño, Don Chema, se enteró de mi problema y me ayudó consiguiendo las refacciones y recomendándome un excelente mecánico. Quien al enterarse que Don Chema me enviaba, no quiso cobrarme ni un quinto.
Obviamente le dije a Don Chema que en cuanto pudiera le pagaría la deuda que era alrededor de Diez mil pesos. Incluso insistí en pagarle un pagaré. Él sólo me decía
—No se preocupe, cuando tenga oportunidad me lo paga.
De todos modos insistí hasta que le firmé un pagaré en el que Don Chema no puso fecha de pago como muestra de buena fe.
Por azares del destino, terminé la auditoría y no volví pronto al negocio, pero siempre recordé la deuda que tenía con Don Chema.
Cuando me asignaron nuevamente la empresa de Don Chema, recordé que tenía que pagar y fui unos días antes de que comenzara la auditoría para pedirle un plazo de pago. Ese día no fui a trabajar por lo que iba vestida de manera informal: Blusa blanca de algodón, mini falda de mezclilla y zapatillas abiertas de tacón.
—¡¡Contadora!! ¡Qué milagro!—dijo don Chema—¡Qué guapa!, ¡Pase por favor!
—Buenas tardes Don Chema—dije—¡Gracias!
—¡¡En verdad está usted guapísima!! ¿Adelgazó?
—Unos cuantos kilos—repuse—Por fin retomé mi rutina de ejercicios
Don Chema es un señor de unos 45 años, mide alrededor de 1.75; corpulento, no gordo. Tiene las manos grandes y ásperas de alguien que está acostumbrado a realizar trabajo rudo con ellas.
—Pase a mi oficina por favor—dijo
—Que nadie me interrumpa Martha, por favor—Le dijo a su asistente
—Sí Don Chema—respondió.
Cuando pasé a su oficina me percaté que estaba amueblada con buen gusto a pesar de ser más funcional que elegante. Tenía un sofá grande y cómodo, una silla muy amplia y un escritorio perfectamente ordenado y amplio de madera sólida… de esos que ya no se encuentran. También Tenía un… ¿sofá? muy extraño, tenía una forma rara, como si fuera un tobogán o resbaladero. Era de unos 50 cm de ancho. Empezaba a la altura de mi cintura como si fuera la cima de una loma y hacía una curva hacia abajo hasta casi tocar el piso donde volvía a subir manteniendo esa curva y formaba otra cima de menor tamaño.
—Qué sofá tan raro!—dije—Nunca había visto uno así.
—En serio?—respondió con una sonrisa—es muy cómodo ¿No quiere sentarse en él?
—Mmmm y cómo le hago?
—Siéntese!!—dijo señalando la parte más baja de la “onda” la que estaba casi a nivel del piso
—Ok—contesté—déjeme intentarlo
Para poder sentarme en el sofá abrí las piernas y las coloqué una a cada lado del mueble y comencé a sentarme como si fuera una resbaladilla. Poco a poco me fui bajando hasta que quedé sentada y la verdad es que efectivamente era muy cómodo.
De lo que no me di cuenta es que al ser tan bajo y curvo el mueble, le estaba dando una perfecta visión de mi ropa interior y mis piernas abiertas a Don Chema. Yo traía puesto una tanga de hilo dental negra que apenas alcanzaba a cubrirme los labios vaginales.
Cuando me percaté que Don Chema no me quitaba la vista de la entrepierna intenté levantarme pero resultó peor porque estaba muy abajo y resbalé quedando con las piernas abiertas mostrando mi coño en todo su esplendor.
—Ay! Perdóneme Don Chema!!—dije apenada e intentando levantarme
—No se preocupe contadora!!—contestó mientras se ponía en cuclillas para ayudarme a levantar
—Qué pena!—dije—estoy muy apenada con usted
—No hay por qué tener pena contadora, si fuera usted de esas mujeres feas y gordas podría apenarse, pero una chulada de mujer como usted… por Dios!! Con todo respeto tiene usted un cuerpo verdaderamente escultural!!—contestó
—No diga eso—contesté sonrojada—Vine a hablar de otra cosa
—Claro, claro, discúlpeme, siéntese—contestó mientras me ayudaba a bajarme la falda que había quedado subida de la parte de atrás y me guiaba hasta la silla frente al escritorio
—Mire—comencé—sé que usted me apoyó hace más de un año con lo de la caja de velocidades para mi auto y con el mecánico ¿Puede esperarme un poco más para poder cubrir la deuda?
—Híjole contadora—repuso—Ahora la cosa está muy difícil y la verdad yo creí que usted venía a liquidar su deuda!! No creo poder esperar más tiempo!!
—No me diga eso!!—dije preocupada—deme un poco más de tiempo…
—No es que no quiera, pero usted sabe que tengo compromisos y que no es lo mismo una deuda que el pago de un servicio, si fuera el pago de un servicio, la cosa sería diferente—dijo
—Pero es que no tengo dinero!—dije sollozando
—Mire… —dijo él—usted me cae muy bien y creo que podemos llegar a un acuerdo, pero tendríamos que cambiar los términos de la deuda.
—¿Qué quiere usted decir?—pregunté con sospecha—¿Cómo cambiarían los términos?
—Mira…—dijo comenzando a tutearme—Si fuera cuestión de un adelanto por servicios, podríamos hablar de que devuelves el adelanto o prestas el servicio prometido…
Como no contesté, me dijo
—Vamos a empezar… siéntate en el escritorio
Como no me moví, me tomó de la mano y con amabilidad, pero con firmeza, me llevó hasta el escritorio y tomándome de la cintura, me sentó en él.
—No!—reaccioné—Déjeme!!...
—Mira hermosa—interrumpió—Más vale que cooperes o si no, le pondré fecha al pagaré que me dejaste y te voy a acusar de intento de chantaje en el SAT… no quiero hacerlo, pero me obligas a ello
Me quedé petrificada…. Y el aprovechó para abrirme las piernas y me dijo
—Siempre he querido comerte el coño!!
Yo no pude reaccionar. Si me acusaba de chantaje, podrían correrme de mi trabajo por la pura sospecha, y si no lograba demostrar mi inocencia, hasta me meterían presa.
Don Chema literalmente arrancó mi ropa interior quedando ante él con las piernas abiertas mostrándole mi depilado coño.
—MMM! Estás riquísima!!—dijo, y se acercó para poder comenzar—Más vale que te relajes, quiero que lo disfrutes, no creas que soy un monstruo… yo te quiero bien.
Comenzó a lamerme delicadamente la parte interna de los muslos mientras me acariciaba las piernas desde la pantorrilla hasta la rodilla con la punta de sus dedos.
Poco a poco se fue acercando a mi coñito y primero me besó como si me besara en la boca… después me tocó los labios mayores con la puntita de la lengua como lamidas de gatito. Eso hizo que a pesar de mi miedo, comenzara a sentir un hormigueo muy familiar…
Su lengua cada vez iba más profundamente hasta que me tocó los labios menores y entonces… lentamente recorrió con la lengua amplia desde mi perineo hasta mi clítoris… fue una sensación indescriptible!!
—Ah! Mm!—gemí involuntariamente
—Te gusta?—dijo—te va a encantar
Lentamente fue bajando nuevamente hasta que llegó a la entrada de mi vagina. Una vez ahí metió lentamente la lengua saboreando mis flujos, que a estas alturas ya eran abundantes. Entraba y salía como si me estuviera cogiendo con la lengua… y de hecho es lo que hacía!!
—mmm… aaaah….jmmmhh!!—yo gemía como loca
Subió la lengua hasta alcanzar mi clítoris y con la punta de la lengua trazaba círculos alrededor… me volvía loca!! Rozaba mi clítoris y movía la lengua cada vez más rápido.
—Aaaaah, ah, oh! Mmm!!—no podía contenerme. El saber que me estaba haciendo la mejor mamada en mucho tiempo hacía que me excitara aún mas..
Tomó con sus labios mi clítoris y lo presionó…—mmmm—dije
Succionó mi botoncito despacio, sin perder el ritmo… succionaba y soltaba, succionaba y soltaba… una y otra vez. Después presionaba con los labios y dejaba que resbalara su lengua mientras me soltaba y lo hacía una… y otra… y otra vez… no sé cuánto tiempo pasó, pero yo me sentía en un vaivén… como una marea que cada vez se volvía más intensa…
AHHH!!—grité mientras sentía que venía el orgasmo. Yo empujaba mi pelvis para que pudiera comerme a su gusto y más profundamente
Ahora se ayudaba con los dedos…. Me introdujo dos en mi puchita mientras no dejaba de lamer, succionar, presionar y mordisquear mi clítoris!!
—Ssssssí!!! Así!!!! Me vengo!! Aaah!! Síiii!!—grité sin importarme quien me escuchara
Tuve uno de los orgasmos más intensos de toda mi vida!! Don Chema sí que sabía hacer sexo oral!!
—¿Te gustó?—preguntó y yo no me atreví a contestar… sólo moví la cabeza asintiendo
—No tienes por qué avergonzarte—dijo—Quería que disfrutaras mucho
—Y así fue—susurré—Me encantó…
—Bueno… en cuanto te recuperes quiero que continúes pagando tu deuda—dijo
—Eh?—dije sorprendida
—Claro!!—dijo él—¿Crees que sólo tú vas a gozar?
—Ah!—dije entendiendo—Claro! ¿Qué quieres que haga?
Se sentó en el sofá grande y se sacó la verga… era una verga sorprendente. Gruesa, con muchas venas, hinchada y grande. Lo que más me impresionó fue que se veía apetitosa!! En cuanto la vi me dieron ganas de mamársela.
—Ven—dijo—hazme gozar
Sin decir palabra, me acerqué y le desabroché el pantalón para bajárselo hasta los tobillos. Así tenía acceso a sus huevos, y a toda su gloriosa verga.
Comencé a lamerle los huevos succionándolos ligeramente… después lamí la totalidad de ese maravilloso pene, desde la base hasta la punta jugueteando un poco con mi lengua y acariciando los huevos con mis manos.
Me introduje con algo de trabajo la punta ya que era bastante gruesa. La metí cada vez más profundo hasta que casi la engullía por completo. Subía y bajaba con ritmo mientras Don Chema me fotografiaba con su teléfono. A mí no me importó, estaba disfrutando como hacía mucho no lo hacía.
Me concentré en la punta que lamía y mordisqueaba mientras lo pajeaba suavemente y le acariciaba los huevos… Sentía mi boca llena de él y eso me prendía más… Yo era una mujer con una misión: Hacer que me diera su leche. Esa era mi recompensa, era mi pago por ser tan buena mamadora.
Subía, bajaba y lamía toda esa verga deliciosa… succionaba sus huevos y en un momento dado lo acaricié en el perineo (La zona que está entre su ano y los testículos) y lo sentí contraerse
—Ay cabrón!!—dijo—nunca me habían hecho así
No contesté y seguí subiendo y bajando cada vez más rápido… en eso, se abrió la puerta y apareció el mecánico que me había reparado el auto!!
Imagínense el espectáculo: Yo tenía la falda enrollada en la cintura hincada con el culo al aire enfrente de Don Chema y haciéndole una espectacular mamada.
—Chema….—dijo. Y se quedó sin habla
—Ven Moy—dijo Chema—Vinieron a pagar una deuda
Yo ya estaba muy caliente y sólo me levanté parando el culo sin dejar de mamársela a Chema
Moy sin tardarse más de unos segundos, se quitó la ropa y me acariciaba desde el culo hasta mi coñito
—Mmmm! —decía yo con la boca llena
Moy se acercó y también se la mamé a él… olía a sudor y a trabajo duro, pero no era desagradable. Se notaba que era aseado y lo que olía era el sudor natural del día… Tenía la verga un poco más larga que Chema, pero era más delgada. La mamé sin dejar de pajear a Chema y siempre subiendo y bajando a un ritmo cadencioso y acelerando cada vez más.
Moy no se anduvo con contemplaciones. Se separó y sin mediar aviso alguno me enterró su deliciosa verga en el coño!!
—Aaaaaah!!! Cabrón!—dije y seguí mamando
Pero Moy sólo me la metió para lubricarse, porque después de un par de veces, la sacó y apuntó a mi culito… Yo sentí la punta y relajé el esfínter… no me importaba lo que me quisieran hacer!!
Me detuve un momento para que la acometida no me empujara demasiado. Moy metió la punta y de inmediato me la dejó ir toda completa!!
—MMMMMM!!—gemí
Moy se sorprendió porque esperaba hacerme gritar. Lo que no sabía él es que mi culo está acostumbrado a ser invadido con frecuencia y que me encanta que me den por el atrás
—Que rico aprietas!!—dijo Moy… y ese fue el detonante para que Chema se viniera en mi boca
—AAh! Que rico!!—dijo Chema—tómatela toda!!
Yo no hablaba. Me concentraba en tomarme toda la leche de Chema casi toda cayó en mi garganta, pero dejé que saliera un poco en mis labios para que Chema viera como disfrutaba de su leche.
—Delicioso!—dije relamiéndome… —que rica leche tienes papacito, quiero bañarme en ella!!
Moy continuaba bombeándome con furia mientras yo empecé a sentir que me veía otro orgasmo… cuando sentí que era inevitable apreté el culo para intensificar la sensación. Eso hizo que Moy sintiera mucho más y se precipitara su venida al mismo tiempo que yo.
—Ay papacito que rico me coges!!—le dije a Moy—Que rica lechita tienes!!
—MMMM sí! Así me gusta mamacita!!
Yo sentía los chorros de semen en mis entrañas y se me doblaron las piernas mientras Moy me la sacaba.
Así nos quedamos los tres un rato recuperando el aliento.
Me bajé la falda mientras aún me relamía los restos de semen de Chema
—Delicioso—dije—Creo que con eso tengo abonados 100 pesos no? ¿Cuándo quieres que venga a seguir abonando?—le pregunté a Chema
—Eeeh… este... mmm…? —dijo sorprendido y sonriente
—Quieres que te abone sólo a ti o tú me dices quien más puede cobrar en tu nombre?—le pregunté con la mejor cara de puta que pude poner
—A quien yo te mande mamacita—repuso Chema—Pero necesito evidencia de que cobraron bien… ¿Tienes inconveniente?
—Ninguno—respondí—Y me gustaría abonar 100 por sesión, no por persona dije con malicia… dejémoslo en 100 por venida por sesión
—Ok—Dijo Chema
Me despedí de ellos y salí a la calle satisfecha de que al fin podría abonar a mi cuenta. No me percaté que me acababa de meter en una vorágine de sexo y video del que no querría salir. Pero esa es otra historia.