Pagando por sexo (3)

Mi esposa quiere tener sexo con oyto hombre, yo no me opongo, pero tengo que estar presente.

Pagando por Sexo Capitulo Tres

El primer encuentro con Raúl y mi esposa fue todo un éxito, éxito en el sentido de que nuestra vida sexual entre mi esposa, Inés y yo, tomo otro carisma, otro rumbo, toda vez que la fantasía que habíamos imaginado muchas veces, fue convertida en realidad. Pero aun no se me había concedido ver a mi esposa ser penetrada por un hombre, verla en el acto sexual, verla tener un orgasmo con otro hombre, solo la había visto mamarle la verga a un chico, que por cierto fue una maravillosa experiencia. Ese punto incumplido de verla tener sexo con otro hombre, nos inquietaba y nos mantenía muy calientes a los dos, pero la solución a este deseo y fantasía iba muy pronto cumplida, en unos días seria real. La cita para encontrarnos con el chico seria el próximo miércoles y apenas era sábado. La espera se me hacia eterna.

Ese sábado por la noche fuimos invitados a cenar en la casa de nuestros amigos, la anfitriona, Berta, que así se llama, es la amiga intima de Inés que la puso en contacto con Raúl. Su esposo, un hombre de mi edad, lo veía yo, por lo menos una vez a la semana, para jugar golf en nuestro club. La reunion con estas personas y otros invitados me causo unas impresiones curiosas y que disfrute mucho mentalmente, porque al ver y platicar con la amiga de mi esposa, una mujer guapa de unos 48 años, de facciones finas, senos grandes (operados), buenas nalgas y piernas torneadas y muy bien conservada, me produjo un morbo muy especial y sentí que la verga se me paraba, pues inmediatamente me vino a la mente y me imagine a esta decente, educada, fina, conocida y pulcra señora en todos sentidos, mamandole la verga a Raúl, además de que este, "nuestro" chico, ya se la había cogido muchas veces. Mientra conversábamos Berta y yo de tonterías sin importancia, percibí o senti, que Inés ya le había relatado nuestro primer encuentro con el chico, pero ignoraba si le había dado los detalles de mi participación en el encuentro a su amiga. A ver a esta señora y sentirla cerca, mis pensamientos e imaginación me produjeron una fuerte erección, creo que ella se dio cuenta y se sonrío con un poco de malicia y algo de sarcasmo, en otras palabras ambos sabíamos de este secreto y lo disfrutábamos Esta señora siempre se me ha antojado para comérmela y cogérmela, pero ese sueño estaba como a mil años luz de convertirse en realidad, pues que mujer en su sano juicio cambiaría a un chico de 22 años por un viejo de 58, como yo es algo imposible.

Ya de regreso en nuestro apartamento, ya en cama acostados listos para dormir, le relate a Inés mi conversación con Berta y que esta me había echo tener una erección durante mi platica, esto la calentó mucho, y me insinuó que a lo mejor habría ciertas posibilidades de tener, Berta y nosotros dos un encuentro con Raúl, si esto se hiciera realidad seria increíble, porque Inés ya me había manifestado su deseo de verme coger con otra mujer, esto también formaba parte de nuestras fantasías. Berta seria la mujer ideal para llevar a cabo la realidad de este sueño erótico. Con esta calientísima conversación y los dos fantaseando que me cogia a Berta delante de Inés después de haberle mamado su delicioso chochito y también habérsela ya cogido primero Raúl. Esta deliciosa y caliente fantasía nos llevo a que Inés me obligara a mamarla hasta que acabo en mi boca, y que yo me masturbara de rodillas, a horcajadas arriba de ella, arrojando mi semen en su cara y senos. Cabe aclarar que Inés siempre es la que ordena y me manda e instruye a detalle el que hacer y como llevar a cabo nuestras relaciones sexuales, y yo obedezco en todo, pues me siento muy a gusto cumpliéndole sus calientes deseos. Me consta que Inés también fantaseo con mamarle su chochito a Berta y hacerle un 69 y otras cosas, pero aunque nunca me no me lo confeso abiertamente, y no quiso admitir sus gustos y deseos lesbicos al preguntarle yo si se animaría a tener una relación de este tipo con Berta, pude comprobar que sus deseos se dirigían a esa orientación, ya que cuando le estaba mamando su vaginita, la oí murmurar "Así mi amor, así mi Bertita, mamane rico, así, así…"

Para no desgastarme sexualmente, ya que en unos días nos veríamos con Raúl, nos abstuvimos, Inés y yo, de fantasear y coger, lleve a cabo lo que hice la vez pasada durante la espera, me dedique a jugar golf, trabajar y comer mariscos. Por fin llego el esperado día del encuentro y puntualmente pasamos por Raúl al mismo sitio de la otra vez. Fuimos al mismo Motel y ahora tuvimos la suerte de rentar la suite que estaba libre, esta suite es mas amplia que el cuarto normal y además de dos sillas y una mesa, tiene un cómodo sillón, y Serví-Bar, que facilita el poder tomar lo que uno quiere sin estar llamando a la asistente, por supuesto tiene un televisor con películas pornográficas en varios canales diversos, con películas de encuentros hombre-mujer, lesbicos, homosexuales y de grupo, muy calientes todos. Las imágenes se sucedían en silencio, pero nunca les prestamos atención. Esto es un lugar dedicado al placer sexual, solo de pensar en lo que sido llevado y pasado a cabo en esta habitación es para escribir una novela o hacer una película.

Entramos los tres al cuarto, nos servimos, ellos refrescos y yo un whisky, me senté en el sillón y ellos dos en la cama, al cabo de unos minutos comenzó la acción, todos estábamos ya puestos para comenzar. Inés me ordeno diciendo "tú no vas participar a menos de que yo te lo ordene, solamente vas a vernos sin moverte de tu lugar y ya cuando hallamos terminado podrás mamarme y cogerme, antes no… esto te hará gozar mas, yo se lo que te digo"

Inés, saco de su bolsa un tubo de lubricante "K", que puso en la mesita de noche junto a la cama, este lubricante lo usamos ocasionalmente para estimularnos el ano introduciendo un dedo en ese secreto lugar, sobre todo cuando la estoy mamando y quiere acabar en mi boca, he sentido en mi dedo, cuando le lo he introducido por allí, hasta seis contracciones en su ano cuando tiene un orgasmo intenso, a mi me lo hace en las ocasiones cuando me masturba con una mano y con la otra me estimula el ano penetrándome con el dedo y masajeando mi próstata, debo de confesar que me encanta este juego y siento un gran placer, pero no lo practicamos seguido, no queremos recurrir a otro tipo de estímulos fuera de los normales, porque sino caeríamos en la costumbre de hacerlo cada vez que tenemos sexo y perdería su encanto de lo prohibido. ¿Que estaría tramando Inés al tener a la mano este lubricante?

Mi esposa le ordeno a Raúl que se desvistiera, mientras ella también se quitaba su ropa y la ponía en la silla, me puse a observar al chico que aun tenia la verga flácida y los testículos colgantes, pero no mucho, mas bien tiene un escroto recogido, ya estando ambos totalmente desnudos y de pie, se abrazaron y se besaron en la boca, como se acordaran mis estimados lectores, mi esposa es bajita y no era muy cómodo para los dos el besarse de pie, por la diferencia en estatura. Inés le recorría el cuerpo a Raúl con sus manos, sobretodo acariciándole las nalgas, se separaron y vi que el chico ya lucia una erección completa. La verga de Raúl, es como dos centímetros más larga que la mía, que solo tiene 16 cms. y más gruesa, además tiene una ligera curvatura hacia arriba. Ya estando esa verga erecta, el prepucio le cubre solo la mitad de la cabeza de su miembro. Inés se sentó al borde de la cama, quedándole la verga del chico a la altura perfecta para poder mamasersela cómodamente, le tomo el pene erecto y le bajo el prepucio, o sea le pelo la verga, descubriendo una cabeza de un color morado oscuro y mas gruesa que el tronco, le comenzó con calma, pero deliciosamente, a lamerle la cabeza y todo el tronco del muy bien proporcionado pene, llegándole a los testículos que se metió a su boca, han de recordar mis estimados lectoras y lectores, que Raúl esta totalmente afeitado en su área genital, esto además de ser esto mas cómodo para la mujer, ya que evita que algunos pelos se metan en la boca, cosa muy desagradable, hace que la verga se vea mas grande de lo que en realidad es, por eso a Raúl se le ve una verga de 20 centímetros, cuando solo tiene unos 18.

Mi esposa continúo lengüeteando la verga y se la metió todo lo que pudo en la boca, con una mano lo guío a que pusiera una pierna en la cama, descubriéndole el espacio entra los testículos y el ano, adonde dirigió su lengua, recorriendo el pequeño espacio, pero sin llegar al ano, mismo que acaricio con su dedo índice de la mano derecha, estimulando a Raúl de tal forma, que le brotaron de la verga unas gotas de liquido seminal que se le escurrieron por el tronco del pene, al sentir esto, Inés le limpio con su lengua los hilillos de liquido y nuevamente se metió la cabeza del pene en su boca, pero temiendo que el chico tuviera un orgasmo, le ordeno que se volteara, dándole la espalda, y que no se tocara en ninguna de sus partes, las nalgas de Raúl, que son no grandes o amplias, bien paradas y duras, le quedaron a mi esposa a la altura de su boca y ella procedida besarlas y recórrelas con la lengua, le abrió los glúteos con sus manos y con su inquita lengua recorrió la raja de las nalgas, era tal la estimulación que estaba recibiendo el chico, que se separo de la cara de Inés diciéndole, "párale por favor, o me voy a venir, ya no me mames ahora, déjame que yo te mame."

Mi esposa se tendió en la cama y le abrió las piernas al chico, como yo estaba sentado al pie de esta, en el sillón, pude ver la vagina de Inés que brillaba por los deliciosos fluidos que se producen por la excitación, el chico, se deslizo entre las piernas de mi mujer y separándole los labios vaginales con sus pulgares, metió su lengua en todos los rincones del chochito, así también dirigió su lengua mas abajo, hacia el ano, mamandole ese delicado lugar entre la vagina y el ano, para esto Inés, que estaba ya calientísima, le dijo al mismo tiempo que lo separaba, "espérate, me voy a lubricar el ano para que me metas el dedo mientras me mamas". Así lo hizo y el chico deslizo en su apretado anito el dedo índice de la mano derecha, haciendo un movimiento de meta,-saca mientras proseguía su rica manada, ahora exclusivamente en el clítoris, Inés gemía de placer y no tardo mucho en tener un fuertísimo orgasmo, Raúl separo su cabeza de ese lugar, limpiándose con el dorso de la mano sus labios que estaban empapados con los fluidos de mi es esposa, se coloco entre sus piernas y así arriba de ella, le metió la verga suavemente y hasta el fondo, Inés comenzó a hablar diciendo su expresiones usuales, ya muy conocidas por mi, pero que me continuan estimulando y estimulan a cualquier hombre, decía con su voz plena de sensualidad: "así mi amor dame verga… dámela toda… soy tuya… que rica la tienes… métemela hasta el fondo, gózame mi amor, lléname de tu lechita, dame, dame…mi amor, dame tu leche , lléname…".

Raúl, continuo con su mete saca, yo veía perfectamente bien como le metía la verga en la vagina a mi esposa, mi fantasía se estaba cumpliendo, un hombre se estaba cogiendo a mi esposa delante de mi y además la estaba haciendo gozar de una forma increíble, para esto yo ya me había desnudado y tenia una erección que ya me estaba doliendo, no me atrevía a tocarme porque sabia que me produciría un orgasmo, me tenia que aguantar, era un espectáculo increíble y fascinante.

A los pocos minutos el chico hablo diciendo, "ya no pudo mas, me voy a venir", Inés le contesto, "si mi amor, vente, vente, lléname de tu leche,dámela toda…así…así…" Vi como al chico se le recogían los testículos al casi tener el orgasmo, acelero un poco sus movimientos, se repente se queda quieto sin moverse, aprieto las nalgas, dio un par de embestidas profundas y descargo su semen adentro de mi esposa. Casi sentí en carne propia su orgasmo, era la primera vez en mi vida que veía aun hombre terminar dentro de una mujer, y esa mujer era mi esposa.

Despus de un corto ratito, Raúl se separo de mi esposa, vi como le sacaba la verga, aun firme y le dejaba un hilillo de semen de la punta de la verga a su vagina, se tendió al lado izquierdo de Inés, y ella me ordeno, "ven, acércate, ve como me dejo este chico, disfruta la vista de cerca, pon tu cara entre mis piernas…" La obedecí y me acerque, puse mi cara entre sus muslos, lo primero que sentí fue el fuerte y penetrante olor a semen y a sexo, su vagina escurría el blanco semen de Raúl junto con sus fluidos vaginales, pero predominaba el abundante semen del chico, que fluía hacia abajo hasta llegar a la comisura de las nalgas de Inés y a la sabana, esto me estaba produciendo algo diferente a lo que es una calentura normal, era demasiado fuerte. En eso Inés de ordena, no me pide, me ordena, con voz firme: "mamame, límpiame el semen del chico, méteme la lengua, me quiero venir en tu boca, hazlo, y rápido, quiero sentir tu lengua en mi vagina, hazlo ya…" Yo sin pensarlo mas hundí mi cara en su vagina plena de semen, comencé a mamar y al probar nuevamente el semen de un hombre, tuve una sensación increíblemente erótica, nunca me había pasado, ni me imagine que iba a disfrutar los fluidos de otro hombre, me estaba sucediendo en es ese momento, no podía pensar ni racionalizar mis pensamientos, solamente sentía un placer indescriptible, en eso oí que Inés me pedía que le metiera el dedo en su ano, lo cual hice sin dificultades puesto que ya estaba lubricado, y me pedía también que le mamara ahora su clítoris, lo cual hice y en un fugaz tiempo me di cuenta del intenso orgasmo de mi esposa al sentir las contracciones de su ano en mi dedo índice que estaba bien metido en su anito.

Cuando sentí que Inés se relajaba, le saque mi dedo de su anito, me separe y me subí encima de ella para meterle mi verga que estaba a punto de explotar, me recibió y al sentirse penetrada me dijo: "cojéeme mi amor, méteme la verga, estoy llena de venida del otro, disfruta, dame tu lechita, vete mi amor, lléname, dame mas , mas…, mas…, así…, así…" Mi orgasmo no tardo en producirse, fue muy, intenso, pero muy intenso, y sentí como descargaba mi semen en oleada tras oleada, en el interior de la vagina de mi esposa que ya estaba bien llena de semen del chico. Termine de venirme, y al cabo de uno minuto mas o menos, me separe de Inés y me tendí a su lado izquierdo, al otro lado estaba Raúl, que me había observado con mucho detenimiento toda mi actuación con mi esposa, estaba yo rendido y sentí una laxitud y un bienestar físico asombroso y dormite al igual que mi esposa y el chico. No se cuanto tiempo paso, cuando sentí que Inés se movía y comentaba en voz ya normal: "que bárbaros que venida se dieron, me estoy desbordando, las sabanas están empapadas de sus venidas…" Efectivamente pude comprobar que seguía destilando semen por la vagina, yo había eyaculado cantidades formidables, como nunca me había pasado, así también fue le placer que sentí al haberme cogido a mi esposa después de haber sido penetrada por otro hombre.

Como ya este relato se ha alargado demasiado y no quiero cansar a mis cuatro lectores con tanta novela, describiré en el próximo capitulo lo que aconteció el resto de esa tarde maravillosa, que fueron cosas muy eróticas y diferentes. Hasta pronto