Pagando por el pasado (2)

La abogada sigue al merced de los caprichos de su chantajista.

Al llegar al aeropuerto me dirigí al cuarto de baño que me había indicado Juan. No me podía creer lo que me estaba sucediendo. Hace unos días mi vida era muy buena y ahora estaba en un infierno. Al llegar allí encontré el sobre y lo abrí dentro había una llave de una taquilla y una nota que me indicaba que lo llamase en cuanto hubiera ido a recoger lo que había en la taquilla de la consigna del aeropuerto que se habría con la llave del sobre.

Hice lo que me indicó Juan. En la taquilla había una bolsa de viaje que cojí y llamé a Juan.

Hola Anita ¿Qué tal te lo estas pasando?¿estoy pensando en colgar el video de tu mamada en internet?

No, por favor, para ya ¿no has tenido suficiente?

Esto no ha hecho más que comenzar. En la bolsa de viaje hay una ropa que has de ponerte y un billete de avión que vas a coger en un ratito. Ve a cambiarte al cuarto de baño. Quiero que me llames mientras te cambies. Por videoconferencia. Así te podré ver.

Colgó y yo me fui al cuarto de baño. Lo llamé y comencé a desnudarme. Abrí la bolsa de viaje y saque la ropa que había en su interior. Para mi sorpresa solo había una falda blanca y un top del mismo color. La falda era larga pero el top era muy pequeño y además era de una talla menor a la que yo uso por lo que marcaba mas que notablemente mis grandes pechos dejando un escote mucho mas que generoso y marcando considerablemente mis pezones. En la pantalla de mi movil, Juan me indicó que no llevase ropa interior de ahora en adelante y me ordenó dejar allí la bolsa con mi ropa. Solo podía llevarme mi bolso. Me indicó que fuese a coger el avión.

Cuando llegué a la sala de espera no sabia a donde mirar me moría de vergüenza. Un montón de tíos no quitaban sus ojos de mis pechos. Juan me llamó al rato.

Hola Anita. Quiero que te fijes en la gente de la sala de espera, Verás que entre la gente hay un ex cliente nuestro.

No me había fijado, porque llevaba mi mirada fija en el suelo por la vergüenza., pero allí estaba Jaime. Un antiguo cliente, se trataba de un hombre mayor y bastante desagradable. Siempre estaba contando chistes machistas, en una ocasión me había dado un azote al pasar a mi lado, a lo que yo le había contestado dándole una bofetada. Había sido un momento desagradable pero Don Francisco me había defendido y desde entonces ya no era cliente nuestro. No me lo podía creer. No podía ser una casualidad.

¿A que el mundo es un pañuelo? el otro día me lo encontré y me contó que hoy iba a viajar en avión. Pensé que querrías volver a verlo.

Esto cada vez se ponía peor. Seguro que Juan me iba a pedir algo asqueroso.

He pensado Anita que tienes que pedirle disculpas Jaime. Así que acércate a él y dile que sientes mucho lo de aquel día y que te encantaría compensarle. Haz lo que te pida y grábalo todo con el movil.

No me pidas eso por favor.

Haz lo que te digo o acabarás en la carcel.

No tuve más remedio que ir hasta él. Al verme no pudo evitar quedarse mirando a mis pechos estrujados en aquel minúsculo top.

Hola Jaime. Hace mucho que no nos veíamos.

Hola Ana. Estas preciosa, espero que no me vuelvas a agredir.

No pude evitar decir

Aquello no fue una agresión – pero recordando lo que me había dicho Juan me tragué mi orgullo – Pero siento mucho lo ocurrido y me gustaría compensarte por lo ocurrido.

¿De veras?

Si Jaime, haré lo que quieras para compensarte por aquello.

No me lo puedo creer. Está bien, a mitad de vuelo ire al cuarto de baño y nos veremos allí. Espero que no sea un truco o lo pagarás caro.

Subimos al avión y a mitad de vuelo ví como el cabrón de Jaime se iba al cuarto de baño guiñándome un ojo. Me levanté detrás de él y entre al cuarto de baño. Cerró la puerta cuando entré y me dijo.

No tenemos mucho tiempo antes de que las azafatas sospechen algo.

Acto seguido se bajo los pantalones y sacó su polla semirrecta y me ordenó chupársela. Yo puse discretamente el movil sobre la pila grabando todo, me arrodillé y empecé a besarsela poco a poco. Me dijo:

Así no. Métetela entera guarra.

Obedecí y me la metí entera por suerte no era tan grande como la del taxista y estaba bastante mas limpia. Tras un rato chupándosela me mando parar, me quitó el top y metió su pene entre mis pechos obligándome a hacerle una cubana en toda regla. Tras un poco se corrío llenando mi pecho y mi cara de semen. Me mando limpiarle los restos de semen con la lengua y tragármelo. Yo obedecí aguantando las lágrimas. Luego se fue. Yo me limpie como pude, me volví a poner el top y volví a mi asiento. Cuando llegamos a nuestro destino Juan me llamó pidiéndome el video. Se lo envié.

Estás hecha una guarra Anita. Estoy deseando que me la chupes y luego metértela hasta el fondo. Ahora quiero que cojas el bus 7 y pares en la séptima parada. Desde allí llámame.

Hice lo que me dijo. El bus paró en una zona bastante animada.

Quiero que entres en el pub que hay a tu derecha. Luego quiero que bailes insinuantemente, ten el manos libres conectado y te dire lo que tienes que ir haciendo.

El pub estaba lleno de adolescentes medio borrachos que pegaban brincos. Al poco de empezar a bailar ya tenía varios jóvenes a mi lado. Aunque mi baile no era muy sensual mi top los atraía como a moscas.

Busca en la barra a un chico que este solo y que parezca que no le gusta mucho la marcha. Acercate a él y susurrale al oido que te gusta.

Miré a la barra y después de un rato vi a un chico gordito sólo. No encajaba para nada en el pub. Me acerque a él e hice lo que me dijo Juan. El chico se quedo muy sorprendido y apenas supo esbozar una sonrisa.

Pregúntale si le pareces bonita – me dijo Juan

El chico se puso colorado y me dijo que estaba buenisima.

Preguntale si le gustaría ver tus tetas.

El chico estaba impresionado y no sabia que hacer o decir. Movió afirmativamente la cabeza.

Dile que vaya contigo al baño. Al llegar allí cierra la puerta. Quítate el top y deja que te coma las tetas.

Hice lo que me dijo. El chico se afanaba en comerme torpemente los pezones. Probablemente nunca había hecho algo así. Yo tampoco. No se como pero el chico me estaba consiguiendo excitar a pesar de la situación.

¿Te gusta que te coman las tetas Anita? Ya te las comeré yo. Dile que si le gustaría que se la chupases.

El chico me dice que por supuesto.

Pregúntale cuanto estaría dispuesto a pagar por que se la chupes.

El chico se queda algo cortado y me dice que solo lleva 20 euros encima.

Acéptalos y cómesela bien comida.

Le pedí el dinero al chico y empecé a chupársela. Primero despacio y luego rapidamante hasta que pronto se corrió en mi boca.

Tragatelo y dile que mañana vaya con un amigo y 100 euros al cine hay a doscientos metros a la sesión de 11 y lo de hoy le parecerá poco.

El chico se fue del baño entre avergonzado y feliz y me dijo que nos veríamos mañana. Yo me recompuse y salí del baño. Juan me dijo que me fuera a un hotel en el que había reservado una habitación a mi nombre. Cuando subía a la habitación el botones no quitaba los ojos de mi top. Al llegar a la habitación Juan me dijo que descansase que mañana iba a ser un día duro. Me duche y ví que en al armario había una camisa blanca y una minifalda supertorta. Me metí en cama y me quedé dormida pensando en lo mucho que había cambiado mi vida en pocos días y lo que tendría que sufrir mañana.