Pagando el alquiler

Una chica mantiene relaciones con el casero a cambio del alquiler del piso. Una noche descubre que el acuerdo no era tan ventajoso como ella se pensaba.

Vivo en un piso de lujo, pero no pago nada por el alquiler.

El acuerdo con mi casero es que, a cambio del precio del alquiler, puede tomarme todas las veces que quiera, pero solamente mientras esté en la cama, es decir, que durante el día no puede tocarme, pero cuando me voy a dormir y mientras yo estoy en la cama, sea de noche o por la mañana, puede entrar libremente en mi habitación y hacer el amor conmigo.

Por supuesto que debo dormir todas o casi todas las noches en mi cama, no pretendo hacer trampas, sé que debo pagar el alquiler y cumplo con mi parte del trato.

Yo me acuesto alrededor de las 11 o 12 de la noche y duermo completamente desnuda, normalmente hasta las 8 de la mañana, que me levanto para ir a la universidad.

La cama de mi habitación es una cama de matrimonio muy ancha, lo que viene bien cuando mi casero viene a acostarse conmigo.

Mi casero es farmacéutico y suele llegar muy tarde de su trabajo, por lo que muchas veces no me despierta cuando entra en mi habitación ni cuando empieza a tocarme. Muchas veces solo recuerdo, como en un sueño, que ha estado encima de mí haciéndomelo.

El dice que no le importa, que de hecho le gusta mas poder tenerme así, dormidita y dócil y que procura no despertarme pero que si me despierto y me es posible, que le ignore y siga durmiendo, ajena a lo que me haga, que lo prefiere así. Para mi es genial, solo tengo que cerrar los ojos y dejarme hacer.

Por otra parte me cuida muy bien, me trata con mucho cariño y no me deja destapada cuando termina.

Ya me he acostumbrado a irme a dormir limpia, peinada y maquillada, y con mi cosita bien untada en vaselina para evitar irritaciones y molestias.

Cada noche antes de ir a dormir, mi casero me deja preparada una buena taza de té con pastas en la mesa de la cocina, es muy amable.

Me tomo el té muy a gusto, porque está muy bueno y me ayuda a dormir, noto que ahora duermo aún mejor y me levanto mas descansada y fresca, como decía, algunas noches no sé si lo ha hecho o no conmigo porque no noto ni recuerdo nada.

Pero esa noche, tras una cena con mis amigas, para celebrar que habíamos aprobado un examen muy difícil, regrese a casa algo mas tarde de lo normal, y no me daba tiempo de tomar el te, tampoco me apetecía, así que lo vacié en la fregadera para que el casero no se ofendiera al ver que no lo había tomado.

Cuando llevaba como una hora en la cama, medio adormilada, oí correr el agua de la ducha (uno de los baños está justo al lado de mi habitación) y un rato después escuché ruidos cerca de la puerta de mi habitación.

Era mi casero hablando con otra persona, abrieron la puerta de mi habitación pero solo encendieron la luz del pasillo así que mi cuarto estaba solo ligeramente iluminado, yo me hice la dormida, suponía que el casero vendría a cobrarse el alquiler, pero me extrañó porque no venia solo.

  • "Esta es la chica, adelante, pasa", oí que el casero le decía a su acompañante

  • "¿No se despertara?", pregunto el hombre que venía con él

  • "No tranquilo, esta bien dormida", le aseguro mi casero

Entraron ambos en mi habitación, curiosa como soy, me hice la dormida a ver qué pretendían, el segundo hombre se acerco a mi cama y cuidadosamente aparto las sabanas hasta el pie de la cama, dejándome totalmente destapada. No me molesta que los hombres me vean desnuda, me gusta que me miren.

  • "Que jovencita que es", dijo el hombre que examinaba mi cuerpo, luego añadió "es verdad que esta súper buena y que es guapiiisima, joder, es una niña preciosa", hizo una pequeña pausa mientras me acariciaba suavemente el cuerpo, "trato hecho!, a cambio de follármela quedará cancelada tu deuda y ya no me deberás nada"

  • "Adelante, es toda tuya", dispuso alegremente el casero

  • "pero que se han creído", pensé, valorando entre si me despertaba o me dejaba hacer, porque la situación me estaba resultando excitante

  • "Si, toda mía!", contesto el extraño, "joder!, voy lanzado, ahora que la tengo así a mi disposición ni entre varios tíos conseguirías impedir que me la tire"

  • "Ja, Ja y si fuese ella la que no quisiera", contesto el casero

  • "¡Nada, ni aunque la tuviese que violar por la fuerza!, se me ha puesto la polla dura como una piedra y los huevos los tengo tan hinchados que me van a explotar".

Al oír todo esto me entró algo de miedo y no quise contrariar al extraño, además que la mención de su pene y sus testículos me había excitado, así que decidí seguir haciéndome la dormida, total, si ya estaba dispuesta a dejar que me lo hiciese el casero, uno por otro me debería dar igual quien me lo hiciera, me dejaré hacer y esperaré a que se vayan.

Como estaba durmiendo de lado, el hombre me giro suavemente el cuerpo para ponerme boca arriba, cuidadosamente aparto a ambos lados el cabello que me había caído sobre la cara, delicadamente sitúo mis brazos por encima de mi cabeza, con lo que mis pechos quedaron mas levantados y expuestos.

Las manos suaves del extraño se deslizaban por todo mi cuerpo.

Me separó las piernas y se tumbó sobre mi, entonces noté que venia desnudo, su cuerpo se apoyó levemente sobre el mío, noté su aliento en mi cuello.

Yo seguí haciéndome la dormidita con los ojos cerrados, alucinando con lo que estaba pasando e intentando asimilarlo.

Por lo que había escuchado, mi casero tenia una deuda con este señor y le cedía su privilegio conmigo para pagar su deuda, "bueno, esta bien", pensé, "le puedo hacer este favor, pero hubiera estado mejor que lo consultara antes conmigo ¿no? porque a este señor no lo conozco de nada, pero bueno, hasta ahora he confiado en mi casero y se ha portado muy bien conmigo, quiero creer que es un hombre responsable y que si hace esto ha sido forzado por las circunstancias, decidí seguir haciéndome la dormidita y ver que resultaba de todo esto".

Dejé repentinamente de pensar en cuanto noté como el extraño me penetró suavemente, su pene se introdujo con suavidad y profundidad dentro de mi cuerpo y luego me folló con suavidad pero sin pausa, lo hacia con tanto cuidado y pasión que le deje hacer, en realidad me gustó.

No se puso preservativo así que al cabo de un rato se corrió directamente y con mucha fuerza, dentro de mí, lo sentí entrar todo.

Cuando terminó se levanto y volvió a la puerta donde esperaba mi casero

  • Ha estado mejor de lo que pensaba, volveré mañana para repetir

  • siempre que quieras, le contesto mi casero

Yo pensé "pero que se han creído, eso será si yo quiero ¿no? que morro tienen"

Se fueron juntos sin taparme ni apagar la luz del pasillo, yo me quede sin moverme, pensando en lo que había sucedido y disfrutando de las sensaciones que ese hombre había despertado en mí, al poco rato oí que volvían otra vez dos personas, era la voz del casero pero esta vez se trataba de otra persona diferente

  • "Ya sabes que te has de lavar antes", decía el casero

  • "Si, por supuesto" le contesto el otro hombre, "toma, aquí tienes los 100 euros", reconocí la voz de un vecino de la escalera, un señor mayor, divorciado, y con una hija de aproximadamente mi edad.

Muchas veces me había cruzado con él en la escalera y parecía una persona amable y educada, precisamente la última vez que me lo encontré en el ascensor me comentaba lo mucho que me parecía yo a su hija que se había ido a vivir unos meses antes con su madre, poco después de su divorcio.

Oí la puerta del baño y luego correr el agua de la ducha y, como me imaginaba, poco tiempo después sentí al vecino entrar en mi habitación y tumbarse sobre mi.

Estaba completamente desnudo, actuaba con familiaridad y naturalidad, sin hacer preguntas al casero, como si ya conociera mi cuerpo y hubiera hecho esto muchas veces antes, directamente me la metió hasta el fondo y se puso a follarme con ansia y sin temor a que me despertase, abrazándome por los hombros.

Se me hizo extraño que quisiera hacer esto conmigo cuando siempre me comparaba con su hija. No pude evitar pensar si se trataba de un pederasta y esto mismo lo habría estado haciendo con su hija todo este tiempo. La situación era muy extraña, pero también muy excitante.

Mientras el vecino me follaba a gusto, pude oír otra vez voces en el pasillo y el correr del agua de la ducha, ya no podía creer lo que me estaba pasando, "¿otro hombre?", pensé, pero como tampoco lo estaba pasando mal, simplemente me dejé hacer, todo esto me tenía muy intrigada.

El vecino terminó corriéndose también dentro de mí y tras un breve descanso abrazándose y frotándose contra mi cuerpo, se fue.

Antes de que pudiera reaccionar, otra persona ocupó su lugar y, por supuesto, también me penetro y me folló en la misma posición que estaba, pero colocando mis piernas sobre sus hombros, de este no obtuve ninguna referencia para saber de quien se trataba.

En el fondo resultaba excitante ser utilizada de esta manera.

Mientras este tercer hombre, completamente desconocido, se desfogaba conmigo, oí una conversación en el pasillo, el siguiente hombre le pagaba a mi casero para poder tenerme, pero esta vez eran 200 euros.

  • "Y que pasa si con tanto movimiento se despierta", le preguntaba al casero

  • "Tranquilo que si eso pasara tengo esta mordaza y estas cuerdas preparadas para atarla y entonces nos la follaríamos en vivo, con ella despierta"

  • "¿Pero luego no nos denunciaría?"

  • "No, porque al terminar le daría esta otra droga mas potente que tengo aquí, que le haría olvidar las últimas 8 horas, pero esto solo lo haré si no hay mas remedio porque es una droga muy fuerte y no podemos usarla todos los días, se nos acabaría la diversión"

Al oír esto me entró miedo de que se dieran cuenta de que estaba despierta e hicieran eso conmigo, y no solo por la dureza de la violación o los efectos secundarios de la droga sino sobretodo porque entonces no lo recordaría y nada evitaría que siguieran haciendo esto mismo conmigo todas las noches.

A estas alturas ya era evidente para mí que el té de todas las tardes era en realidad un sedante que mi casero me daba para poder vender mi cuerpo por las noches a quien él quisiera sin que yo me enterase.

Cuando el hombre de los 200 euros entró en mi cuarto, me dio la vuelta cuidadosamente y me puso boca abajo sobre la cama, noté algo frío en el ano, supongo que vaselina, y luego note su miembro penetrándome poco a poco por detrás, lo hizo lentamente y con cuidado, pero cuando me tuvo completamente penetrada se dejó caer sobre mi y se puso a darme por el culo a gusto.

Mientras me enculaban, oí la voz de un chico hablando con mi casero en el pasillo, reconocí su voz, era Juan, un chico muy tímido, que un año antes se había enamorado de mi y me propuso ser novios, me supo muy mal después, pero en aquél entonces le dije que no, porque el chico no era muy guapo, y yo entonces era muy creída y orgullosa.

Mientras el chico le pagaba los 100 euros a mi casero, oí que le agradecía a mi casero que le hubiese avisado y le preguntaba como supo de su existencia.

  • "leyendo su diario", le contesto mi casero, "de hecho estoy intentando localizar a todos los tipos que haya rechazado, seguro que todos ellos, como tu, tienen un especial interés en ella y están dispuestos a pagar bien", mientras oía estas palabras, sentí un chorro de semen entrar a presión en mi culo y luego varios mas mientras el desconocido que estaba sobre mi terminaba de correrse dentro mío a gusto.

En ese punto me sentí humillada, utilizada y vulnerable, sobretodo al enterarme que había leído mi diario y que todos mis secretos estaban ahora al alcance de este hombre.

Estaba desolada e indignada, pero ahora más que nunca no podía dejar que me descubrieran y la verdad es que, por otra parte, me estaba excitando mucho todo lo que me hacían.

Era el turno de Juan, entró en la habitación, me dio la vuelta primero y volvió a dejarme boca arriba, se tumbo sobre mi, tocándome por todas partes, me penetro y su polla era muy gruesa, me llenaba completamente, que gusto me daba, me lo hacía con pasión contenida, besándome suavemente en el cuello, la cara y los labios.

En ese momento me sentía tan vulnerable que era un consuelo que fuera Juan quien me lo estuviera haciendo, ¿quien me iba a decir, unos meses antes, que iba a tener que dejarme follar por el?, en esa época no le dejaba ni cogerme de la mano, y ahora me tenia completamente suya, follándome a gusto, por supuesto también se corrió dentro de mí.

Humillada y vulnerable como me sentía, aprecié especialmente este semen, fruto de un hombre enamorado, me sabía mal que ese semen se mezclara con el de todos los demás, ya que todos se corrían dentro mío, sin preservativo.

Salvo por sentirme utilizada, y el hecho de no saber qué desgraciado, de los muchos que había rechazado en mi vida, podía presentarse a disponer de mi cuerpo, no me desagradaba la experiencia que estaba teniendo, y después de varios hombres haciéndomelo tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no correrme, con lo que se descubriría que no estaba sedada.

El siguiente hombre debió de notar algo, porque fue el único que me hablo directamente

  • "Hey! despierta! ¿Puedes oírme?" me susurro el hombre al oído tumbado desnudo sobre mi

Lentamente abrí los ojos, temerosa de que se descubriera que estaba consciente. Pude ver que en el pasillo no había nadie en ese momento.

  • "Hola, soy policía", me dijo, "¿estas bien?, ¿haces esto voluntariamente?, si no es así te puedo sacar de aquí en cuanto termine", añadió mientras me penetraba y comenzaba a follarme como los demás, me sorprendió que siendo policía me lo estuviese haciendo como los otros, por mi mente cruzó la posibilidad de terminar con todo esto sin riesgo para mi integridad física, pero ahora no podía pensar con claridad y mi único pensamiento era poder correrme a gusto sin que me descubrieran.

  • "No pasa nada", susurre, "estoy bien", luego añadí "¿me puedes hacer un favor?, ¿podrías taparme la boca con la mano?, con fuerza, no quiero que me oigan correrme"

  • "Si claro", me dijo, "aprovechemos ahora que estamos solos", me tapó la boca con una mano, sujetándome la cabeza con la otra y me folló con mas energía y rapidez, tal cual parecía que me estuvieran violando, pero era justo lo que necesitaba en ese momento, tuve un orgasmo fuertísimo mientras me abrazaba al policía con brazos y piernas y me corría arqueando el cuerpo entre espasmos, luego de esto me quedé mucho mas relajada.

  • "Esto me ha gustado mucho mas", me dijo el policía, "volveré todos los días, y si necesitas algo mas me avisas", añadió mientras terminaba dentro mío como los demás, quizás tenía que haberle pedido que me sacara de allí pero estaba desfallecida del esfuerzo y no pude contestarle, me quedé con la mente en blanco y cuando me dí cuenta ya se había ido.

Ahora mas relajada, me volví a hacer la dormidita cuando entro el siguiente hombre a tomarme, este me dio la vuelta y tirando de mis caderas me puso de rodillas con el culo en alto, me puso vaselina en la entrada del culo y colocó mis brazos cruzados en mi espalda y sujetándolos allí con una mano, me penetró por detrás y empezó a follarme bien fuerte, alternando entre penetración vaginal y anal.

El siguiente hombre me dejó boca arriba sobre la cama, yo esperaba que me penetrara como los demás, pero en lugar de eso, se dedicó a tocarme los pechos hasta que al cabo de un rato noté que me colocaba la punta del pene en los labios, entreabriéndome la boca ligeramente.

Su semen no salió con mucha fuerza pero entró directamente al interior de mi boca, y sin que yo pudiera evitarlo, resbaló lentamente hasta mi garganta.

Antes de esta noche jamás hubiera pensado que pudiera acostarme con tantos hombres uno detrás de otro.

El último fue mi casero, después de limpiarme, cerró las luces y se abrazó a mí por detrás, penetrándome vaginalmente, luego mientras me follaba me susurraba en el oído

  • "Así me gusta, que rico es follarte y ver como te follan una y otra vez ... que bueno ... me has hecho ganar mas de mil euros esta noche ... tendré que regalarte algo especial ... Ah si, toma, Ahhhh, te regalo toda esta rica leche, Ahhhh, que gusto, como disfruto contigo"

Después de correrse dentro de mí, y sin sacar su pene de mi cuerpo se quedó abrazado a mi, durmiendo conmigo, yo no sé cuando, pero me quedé también dormida y por la mañana cuando me desperté el casero ya se había ido y no había rastro ni pruebas de lo que había pasado allí esa noche, menos mal que, esta vez, podía recordarlo todo.