Padre, nuera, hijo, madre (2)
A pesar que la relacion padre, nuera, hijo madre era mas que satisfactoria, sorprendentemente, un padre serio y formal, termina follandose a su hija.
No era mi pretensión hacer una segunda parte del relato de mis experiencias, ya que la relación entre mi padre y mi esposa, ya por sí sumamente morbosa, y la posterior entre mi madre y yo, totalmente inesperada e infinitamente gratificante, se trataba de algo que pensé no podría pasar de ahí, y que en la práctica se trataba de algo en lo que mejor no participara nadie más por motivos obvios, unos días antes a la publicación del primer relato ocurrió algo que alteró por completo esta relación.
Mi padre, lejos de contentarse con poder gozar de su nuera, y poder observar como su hijo disfrutaba como un loco con su propia madre, comenzó a comentarme que sospechaba que mi esposa también fantaseaba con su propio padre, y que aunque ni siquiera conociendo mi relación con mi madre, se había atrevido a reconocérselo abiertamente, alguna vez mientras la follaba la había llamado "hija mía", y reaccionaba aumentando en excitación.
Ni que decir tiene que si me excitaba saber y ver como mi padre se follaba a mi esposa me provocaba un morbo brutal, la simple imaginación sobre que fuera su propio padre el que se la follara, me provocaba uno muy superior.
No obstante no lo creía posible, mi suegro se trataba de un hombre más que serio y formal, y ni de lejos me lo imaginaba deseando a su hija, y menos practicar algo real con ella, por lo que aconsejé a mi padre que no siguiera en aquel camino, ya que nuestra relación iba demasiado bien en todos los sentidos como para ponerla en peligro.
Mi padre se rió de mí, diciéndome:
- ¿De verdad crees que si tu suegro tuviera la oportunidad de follársela no lo haría?, ¡los cojones!, ¿tu suegro serio y formal?, ¿no has visto como mira a tu madre?, ¡lo único que pasa es que tiene miedo!.
Se apostó conmigo una cena, afirmándome que si mi madre se le insinuara se la follaría sin pensarlo un segundo.
Perdí la cena al día siguiente, mi padre y yo nos fuimos a tomar una copa a un bar cercano, después que mi madre llamara a mi suegro por teléfono, con la excusa de estar sola y haber escuchado un ruido raro.
Solo tardó 10 minutos en llegar, pero casi dos horas en irse.
Mi padre y yo nos follamos después a mi madre, mientras nos contaba los detalles de cómo mi suegro tras verla apenas envuelta en una toalla, con la excusa que acababa de ducharse, se le abalanzó y terminó follándola.
Me costó una cena, y las copas de aquella noche, pero me demostró que aquel hombre que había tomado por persona formal y sería, en unos minutos se había transformado en un ser morboso que no tenía problemas en follarse a su consuegra.
A partir de aquel momento, mi padre ideó la forma de provocar una situación para dar rienda a nuestros morbos, ¡que fuera capaz de follarse a su hija!.
A favor contábamos con el conocimiento de mi mujer de mi relación incestuosa con mi madre, que fuera capaz de follarse a su suegro habitualmente, e incluso a algún amigo de edad similar del mismo, y su no reconocida sumisión a él.
En contra, que una cosa es que en el momento de hacer el amor se excitara con que la llamara "hija mía", y otra que le excitara realmente se propio padre, y la que más me preocupaba es que una cosa es que mi suegro se volviera loco con mi madre, cosa que solo demostraba que tenia buen gusto, y otra desear a su hija.
A pesar del morbo que me provocaba aquello, continué con mis "peros" y miedos, y ni siquiera sé cómo me dejé convencer por mi padre para provocar una situación que de haber salido mal, hubiera desembocado en escándalo.
Provocó otra situación como la primera, es decir, dejar a mi suegro la oportunidad de follarse a mi madre, pero esta vez sin que mi mujer estuviera al tanto de lo que íbamos a ver, nos presentamos los tres en nuestra casa.
Sin hacer ruido, con la curiosidad de mi esposa por conocer el motivo de nuestro silencio, mi padre aguardó en el salón, nosotros nos dirigimos al dormitorio, donde yo sabía perfectamente mi suegro se encontraría en aquellos momentos en una situación sumamente "embarazosa".
Al principio mi mujer no reconoció el culo peludo que rítmicamente subía y bajaba para introducir una polla de considerable tamaño en el coño de mi madre.
Ni siquiera reconoció sus gemidos, pensó que se trataba de algún otro "juego" nuestro, y no le importó que me pusiera tras ella y comenzara a acariciarla subiéndole el vestido.
Mi suegro a punto de correrse de gusto, escuchó el sonido de mis caricias sobre la ya semidesnuda de su hija, la cual pensaba iba a participar en algún tipo de orgia con mi madre y su amante.
Volvió la cara y se aterrorizó al comprobar que su propia hija lo había sorprendido follando como un loco con una mujer que no era su madre, y para colmo se trataba de su consuegra.
Mi esposa también se llevó la sorpresa de su vida y soltó un "¡Papa!, ¿Qué haces?" que resonó por las paredes de la habitación.
Aquello empezó a ser casi cómico, ya que mi suegro totalmente desnudo, tumbado sobre mi madre, sin llegar a sacarle la polla del coño, y diciendo:
- ¡Hija mía!, ¡no es lo que imaginas!. ¡yo no quería!...... es que .
Era algo para morirse de risa, ya que le faltaban segundos para inundar de leche el coño de mi madre, y aun así buscaba una escusa para negar lo evidente
Por fin se dio cuenta de lo inútil que era negar aquello.
- ¿no se lo contarás a mamá?, ¿verdad?
El muy cabrón, no le le puede llamar de otra forma, a pesar de haberse llevado el susto de su vida, continuaba empalando a mi madre, aunque sin mover las caderas, y comenzó a percatarse que yo en aquellos precisos momentos me encontraba introduciendo la mano bajo las braguitas de su hija.
- ¡So cabrón!, termina de follarte a mi madre, que yo me voy a follar a tu hija en la misma cama.
Mi suegro alucinó viendo que era verdad, y que la desnudé ante su sobresaltada mirada antes de tumbarla a unos centímetros de donde se encontraban.
MI mujer se encontraba tan excitada que no tuve que precalentarla, y en unos segundos la penetré, comprobando que mi suegro no perdía detalle y que incluso lentamente comenzó a bombear las caderas sobre mi madre como si hubiera perdido el miedo en un instante.
- Mira como se follan a tu hija, ¿alguna vez habías imaginado algo igual?. Le decía mi madre, al tanto de nuestras intenciones reales.
- Nunca había imaginado que te iba a follar a ti, ¿Cómo iba a imaginar verla a ella?. Dijo mi suegro.
- ¿Esta buena mi madre cabron?, ¡no te puedes ni imaginar el coño que tiene tu hija!. Dije yo.
- Papá, no te preocupes, fóllate a mi suegra, no te cortes
Mi suegro por supuesto no se cortaba, loco de excitación, y para aumentar el morbo le dije a mi mujer que mientras la follaba, acariciara los pechos de mi madre, a lo que ella respondió de igual forma.
Casi me corro de gusto cuando en el momento en que mi madre ocupaba las manos en arañarle la espalda, mi suegro aprovechó para tímidamente ocupar su lugar, y acercar una mano a los pechos de su propia hija.
Mi suegro no pudo aguantar más e inundo el coño de su consuegra de leche mientras apresaba una teta de su hija.
Mi alucinado suegro no solo tuvo que observar como terminé de follarme a su propia hija, sino que también cómo apareció mi padre poco después y lejos de recriminarle por haberse follado a su esposa, se folló a su nuera delante de todos nosotros.
Mi mujer se encontraba al borde del desmayo, inundada por mi semen y el de mi padre, pero fue mi madre la que lo "invitó" a poseer lo que a todas luces estaba deseando, ¡el coño de su propia hija".
Para hacerle más fácil el paso de superar el incesto, me incitó a follármela a ella, y cuando mi suegro me vio montarme sobre mi madre, no dudó en hacer lo mismo con su hija.
No puedo expresar con palabras cual de las dos cosas me provocaba más excitación, si sentir como se contorsionaba mi madre, u observar a mi esposa gritar como una loca mientras la follaba su padre como un poseso.
- ¡Hija mía que buena que estas!.
- ¡Papá, que pollón tienes!
- ¡Mamá, te la estoy metiendo!.
- ¡Hijo mío me estas dejando el coño en carne viva!.
Mi suegro a pesar de encontrase con la boca pegada a la de su hija, gritó su orgasmo a los cuatro vientos, provocando el mismo desenlace en los demás, incluido a mi padre que se masturbó vertiendo su semen sobre nosotros cuatro.
Se perfectamente que mi suegro se va a unir a nuestros juegos, ya que en su rostro vi cualquier cosa menos arrepentimiento ..
Un saludo