Padre insatisfecho e hija curiosa
Un hija preocupada por el bienestar de su Padre, inicia un tratamiento que la hace participé de su satisfacción y su estabilidad, sin poder dar marcha atrás a eso que propició, sin planearlo ni desearlo.
Este relato es de una persona que conocí en un foro de relatos filiales, lo convencí de enviarme su relato con la promesa de que yo lo editaría de modo que fuera una historia muy candente, conservando los detalles originales. Voy a relatarla en primera persona. Los nombres fueron cambiados a petición suya.
Mi nombre es Carlos, soy un hombre de 58 años, moreno claro, delgado, mido 1.80 m, soy divorciado en común acuerdo, sin problemas con mi ex, tengo tres hijos dos varones, que son los mayores y una hermosa mujer, que es la menor. Su nombre es Rosario. Todos son casados. Mi pequeña Rosario cuenta con 31 años, tiene un hijo de 3 años, ella se ve hermosa como mamá, es como de 1.58 m, su cuerpo ha sido reenbellecido después del alumbramiento de su hijo, ha madurado y sus formas tienen gracia y estética, no es muy delgada, sin embargo no tiene grasa de más, para mi es perfecta. Ella es blanca apiñonada, cabello chino natural y de color castaño oscuro. Su rostro es muy hermoso (ojos grandes, pestañas largas naturales, labios medianos delineados y pómulos ligeramente resaltados) como el de su madre, que es de una localidad donde la gente se reconoce que es bella.
Mis hijos cuando decidieron casarse, se marcharon con sus respectivas parejas, la madre de ellos y yo acordamos vivir juntos un tiempo aún después de habernos divorciado. Sin embargo después de algún tiempo ella también decidió marcharse y rehacer su vida ya que nada la ataba a mí, ni siquiera en lo económico por que su profesión la ha respaldado siempre. Entonces comencé a vivir solo, aparentando con mis hijos no tener ningún problema por ésta situación, empecé una batalla conmigo mismo, buscando mi estabilidad emocional y el nuevo rumbo en mi vida. A veces pasaba algunos días con alguno de ellos, sin embargo éstas visitas no eran muy prolongadas, ya que a mi no me gusta estar mucho tiempo fuera de mi casa. Como es normal a veces tenía depresión por la soledad y mi hija por ser mujer y por su natural susceptibilidad lo notaba. Esto le preocupaba y entonces tomaba la iniciativa de visitarme por un par de días con su adorable hijo, aprovechando la ausencia de su marido que por razones laborales faltaba en su casa.
Sus visitas se hicieron muy frecuentes, esto de verdad me servía, mi casa se sentía animada por la visita de ambos y como nosotros siempre hemos tenido muy buena comunicación, ocupábamos mucho de éste tiempo en charlar acerca de lo que fuera. En una de esas charlas ella me hizo la observación de que le agradaba ver que yo estaba tranquilo y mejorado en mi estado emocional, sin embargo me invitaba a conocer gente y a relacionarme más para adquirir mayor estabilidad. Yo le agradecí su sugerencia y le prometí asistir a un club deportivo.
Paso el tiempo, después de estar en el club deportivo, en otra de sus visitas me preguntó nuevamente sobre mi estado emocional, le comenté que el club me había ayudado para conocer nuevos amigos y que mi estabilidad era buena. Ella con cierta prudencia me preguntó que si había la probabilidad de que yo tuviera una pareja, lo cual yo no lo había pensado aún, así que le dije que de momento yo me sentía muy bien y que bueno lo pensaría, pero que no lo creía necesario. Ella me respondió que eso me ayudaría a descargar ciertas tensiones naturales, por que algunas veces le daba la impresión de verme algo nervioso. En ese momento caí en la cuenta de que tal vez ella notaba que yo la veía morbosamente, y por eso hacía su comentario, por lo que yo le pregunté si la había hecho sentir incomoda en algún momento, ella me dijo que no le decía por eso, sino por la ansiedad o irritabilidad que de pronto en mi surgía, que me veía muy estable y tranquilo, pero a veces algo ansioso o irritable. Tenía razón, mi sexualidad era pobre, pocas veces me masturbaba y hacía mucho que no estaba con una mujer. Traté de evadir su comentario argumentando que a veces me sentía muy estresado debido al ruido y los apuros de la ciudad, ella rápidamente me indicó que usaría uno de los productos antiestrés que había adquirido recientemente para su esposo, que le habían funcionado de maravilla, que lo aplicaba con un masaje, ya que así se recomendaba aplicar el producto y ella se ofreció a hacerme éste masaje relajante en su próxima visita. Yo le agradecí y no comenté más.
En su próxima visita yo olvidé completamente lo del masaje, ella me lo recordó cuando llegó con su pequeño. Así que llevó a tomar una siesta a mi pequeño nieto y me pidió aceite mineral para iniciar el masaje en mi espalda y brazos. Me llevó a mi cuarto, me pidió que me desnudara y que solo me quedara con mi calzón, para lo cual me entregó una bata que había adquirido, como las que se usan en algunas clínicas de salud y empezó el masaje mezclando su producto con el aceite. Me dio un masaje primero en la espalda y brazos y al último en las piernas. Me relajé bastante y empezó un diálogo entre nosotros bastante acalorado, cuando aún masajeaba mis piernas:
Papi, la masturbación ¿no te relaja también?
Pues creo que sí, pero a mí la verdad no me gusta hacerlo me siento tonto y raro. (La verdad me daba pena que supiera si yo me masturbaba frecuentemente o no, así que fue lo primero que se me ocurrió contestar).
¿Por qué tonto?, si es una necesidad no hay por que sentir tal cosa.
Mira es que no sé que decirte, ese tema me parece muy íntimo, creo que no lo deberíamos tocar.
No te cierres, tenemos muy buena comunicación, como para que ahora me salgas con que eso te da pena, ¿sabes como hacerlo? ¿si lo has hecho verdad?
La verdad es que no, nunca me he masturbado. (Por supuesto era mentira, lo que si era verdad es que no me gustaba hacerlo muy seguido, sentía que era una actitud puberta).
No puedo creerlo, si tú eres una persona muy abierta y culta.
Yo le contesté:
Tengo una idea de cómo se hace, pero bueno deja eso ya, no tiene sentido, no te preocupes, estoy bien.
Es que si me preocupo, por que yo quiero que seas feliz y te sientas bien. Mírate, te has molestado, estás irritado, has caído en una situación que no te deja ser feliz, déjame ayudarte, quiero que te intereses y descubras esa parte que te has negado. Si te quieres, debes luchar por hacerlo, ¿si?
Te prometo que lo intentaré. (esto último lo dije con cierta pereza, por que no quería seguir hablando de éste pudoroso tema).
Cuando terminé de contestarle lo anterior sentí que masajeaba la parte interna de mis muslos, un poco más abajo de mis huevos, y esto me empezó a poner nervioso, ya que era una caricia deliciosa, sentí ganas de un masaje en mis testículos, sus manos eran realmente diestras y mi virilidad empezó a crecer. De ahí paso a la parte interna de mis rodillas y pantorrillas y me pidió que me volteara para darme masaje a mis brazos y pecho en la posición boca arriba. Traté de disminuir mi erección pero fue imposible, entonces le pedí una toalla para poder voltearme, a lo que ella me respondió:
¿Tuviste una erección? Lo puedo notar aún con la toalla. Papá, tienes una urgencia bastante notable, no tengas pena (y no pudo contener una risa nerviosa que trató de tapar con su mano).
Perdóname Rosario, realmente tus manos son expertas y mi cuerpo respondió por reflejo.
Papi, no te apures, quítate la toalla, tienes tu trusa, te tranquilizarás en un momento, no te preocupes. (siguió riéndose nerviosamente).
Me quité la toalla y sus nervios se hicieron más presentes, aunque trataba de disimular, no se rió más, y dirigió sus ojos a mi pecho, yo cerré mis ojos tratando de pensar en otra cosa, pero mi mente no podía separarse de las caricias tan agradables que mi brindaba mi hermosa hija y su excitante aroma delicado. De pronto comentó:
Tu pobre pene se ve tan presionado, que me da pena su estado.
Pronto pasara, por favor no voltees. Es una reacción normal, tiene que aguantarse en esa posición por respeto a ti.
Bueno lo acomodaré
Sorprendentemente metió la mano a mi trusa y jalo mi pene hacia el lugar que ella pensó se sentiría más cómodo. El contacto con su mano fue electrizante, abrí los ojos y vi que su pequeña mano tomaba la parte media de mi macana y la dirigía hacia mi lado derecho y agregó:
¿Te sientes mejor?
Sí, bueno no
Caray papí, mi mano apenas pudo cerrar en circunferencia tu pene, debes estar orgulloso de tu amigo, lo que palpe se sentía muy grande y muy ancho.
Observé que había mojado ya mi trusa con líquido preeyaculatorio debido al atrevimiento de mi hija, y dije:
No es tan grande, lo que pasa es que todo es proporcional, yo soy muy alto y tú eres bajita de estatura, por lo tanto tus manos son pequeñas.
No papá, no es la primera vez que agarro un pene y créeme como el tuyo no había agarrado. Mis manos son pequeñas, pero aún así la diferencia es bárbara, mira
Y nuevamente metió su mano adentro de mi trusa, pero ahora fue más allá y sacó por completo mi verga y dejo su mano rodeándola para demostrarme que era verdad. Mi verga es ancha, tal vez en lo largo no es descomunal, pero tengo lo suficiente. Traté de desaprobar su acción, y apenas pude decirle:
Rosario no deberías hacer eso.
Es que mira es muy gorda y aún sigue creciendo en longitud, ¿alguna vez la has medido?
A estas alturas su otra mano me tomaba la verga desde la base y la otra permanecía en el mismo lugar, de tal modo que sus manos cubrían casi toda mi verga, solo sobresalían tres cuartas partes del glande o cabeza y una gran gota aparecía en la punta. Yo estaba como somnoliento, no podía creer que mi hija tomara mi verga con tanta naturalidad, así que continúo ella diciendo:
Ya sé, voy a empezar a hacer esto a ver que pasa, ¿qué te parece? (había tomado un poco de aceite y lo distribuía en todo el tronco y cabeza de mi verga y posteriormente con las dos manos subía y bajaba lentamente a todo lo largo de mi virilidad).
Me parece bien, ¿pero estás segura?, probablemente no sea muy correcto esto, pero que bueno que me ayudas, siento muy raros mis testículos, me duelen un poco
Es normal, tus testículos me lo agradecerán, también les daré un pequeño masaje, te sentirás muy bien, tu tensión bajará y tú lo podrás hacer solo, cuando lo creas conveniente.
La expresión de mi hija, era como si tuviera mucho calor, como si estuviera dándole el sol en su linda cara, estaba muy colorada y sus pupilas muy abiertas. Me dijo:
Sabes, nunca pensé decirte esto pero huele muy rico el líquido que despides, como se mezcla con el aceite hace un aroma poco común y como tu humor es agradable, supongo que por eso mezclado huele así. (Su boca se había abierto un poco y su mirada no se quitaba de mi verga, mientras seguía con éste lindo masaje y yo sentía que no aguantaría éste tratamiento mucho tiempo, alternaba sus manos con una ligera sobada circular de huevos que me hacía ver estrellas).
Es muy rico lo que me haces, gracias.
Está muy caliente tu pene papi y muy duro, realmente me ha sorprendido mucho, no sé que más decir
Bueno, tal vez te gustaría estar un poco más cerca de él, para que veas a detalle lo que no conocías, ¿por qué no acercas más tu cara, mientras me estas apoyando con este masaje?
Se quedó un momento callada, pensé que se había molestado, éste tiempo se me hizo eterno y era clave, por que tal vez ella decidiría entre continuar o detener éste atrevimiento. Por lo que solo me obedeció y acerco su linda cara a mi verga, por lo que estando yo acostado vi su hermoso rostro no perder detalle de mi virilidad, ahora la frotaba más lentamente con una mano, era un marco perfecto digno de lo más excitante que he vivido. De momento su atrevimiento se hizo más fuerte y me dijo:
¿Es verdad que los hombres sienten mucho placer cuando sienten el calor de la boca femenina?
Probablemente mi amor, como yo nunca he sabido que sea eso, no te lo puedo responder. (Obviamente mentí)
A ver entonces vamos a descubrirlo. (Su lengua se poso en mi glande y viéndome a los ojos la paseo por toda su curvatura). -Estando por reventar, le dije:-
Rosario mi amor, por lo que más quieras métela a tu boca, lo más que te quepa, me voy a venir pronto
Sin dejar de mirarme hundió mi verga en su boca, hizo un gran esfuerzo por tragar la mitad, me dio tres mamadas y en la tercera descargué el primer borbotón en su garganta, ella sintió la venida, sacó mi verga de su boca y el resto de la venida lo saco con su mano, diciéndome:
Así papi, así saca toda esa tensión, toda esa leche afuera.
Yo grité de placer, me sentí liberado. Después de que derrame gran cantidad de leche, me limpió y me tapo con la toalla y se recargó en mi pecho sin mencionar palabra. Rompí el silencio y comenté:
Gracias hija, te amo, me siento mejor.
De nada papi, me alegra que te sientas aliviado, sin embargo conozco algo más que te puede ayudar a descansar después de tu alivio, es más sencillo solo mantén tu posición y yo haré lo demás. ¿Estas de acuerdo?
Por supuesto, tú dime qué hago.
No te cansarás, más bien es para que tu descanso sea pleno.
Entonces lo que vi fue tan perturbador que nuevamente me quedé mudo. Se quitó su pantalón de mezclilla y su blusa y solo en ropa interior me indicó que me daría un masaje con sus rodillas y muslos en mi espalda primero y posteriormente en mi pecho y piernas. Me recosté nuevamente boca abajo y al sentir el contacto de sus lisas rodillas y muslos en mi espalda, mi pene nuevamente empezó a despertar, en un momento dado, cuando se detuvo a tomar más aceite, su entrepierna quedó por encima de mi espalda baja, sentí un calor intenso en esa área, además de una abultada vulva, podía adivinar cierta humedad en ésta área también, sin embargo ésta posible humedad no quedó en mi espalda. Después de haber terminado con espalda, me pidió cambiar mi posición a boca arriba y de nuevo notó mi erección:
Papi, nuevamente estas arriba, no te preocupes, mi masaje te dejará tranquilo.
Aquí pude apreciar a mi pequeña Rosario más detalladamente, se notaba un gran bulto en su entrepierna, detenida por una minúscula tanga, no de hilo dental, pero si pequeña y unos generosos senos, contenidos en un hermoso y escotado brassier. Empezó entonces a pasar sus rodillas en mi pecho y sus muslos daban también masajes en mis costados. En uno de estos masajes con sus muslos, su vulva quedó encima de mi pene, yo cerré los ojos, sintiendo como se endurecía y crecía debajo de mi hija, me dijo:
Te ayudaré un poco. (Entonces comenzó a deslizarse hacia atrás y hacia delante sobre mi pene, era muy placentero, sentir su vulva subir y bajar en mi verga y solo estar separados por dos finas telas).
Me atreví a preguntarle:
Rosario, hija, ¿puedo tocarte?
No estaba en mis planes, pero solo toca mis piernas y mi espalda.
Por lo que ni tarde ni perezoso me abalance a su espalda y piernas, las toqué sin pudor y la abrace para hacer el contacto más fuerte entre mi verga y su vulva, por lo que mi cadera también ayudo a éste movimiento y pronto nos encontramos rozando nuestros sexos salvajemente, los dos gemíamos fuertemente, y mi pene se había salido completamente del calzón, por lo que yo mismo me quité mi trusa y tomando nuevamente sincronía con mi hija, la restregaba totalmente en su vulva. No me importo su opinión y pase mis manos a sus nalgas, por encima de su calzón. Sus pelos rizados se asomaban invitándome a morderlos, por lo que no pude más y tratando de ser sutil, le dije:
Me ha lastimado un poco la tela de tu tanga, si te la quitas me sentiré más a gusto.
No sé, hemos llegado muy lejos, ¿no te da miedo?
No, por que no voy a penetrarte si eso te preocupa, es solo por comodidad. (
Estaba tan caliente que ya no me importaba nada, yo quería comerme su vulva a chupadas y metidas de verga, y ese era mi primer paso, desalojar su calzón)
Está bien, entonces no tiene ningún sentido dejar mi brassier, por que también me lástima.
Mis ojos nunca habían estado más abiertos, poco a poco se despojo de ambas prendas quedando a mis ojos desnuda, le pedí se quedara de pie un momento, de frente y luego de espaldas, mientras yo me jalaba mi verga ante semejante espectáculo. Y me aventuré a pedirle:
Hija, ¿te podrías agachar y recostarte en tus codos y rodillas lo más que pudieras? Obviamente con tu trasero hacia mí.
Pero ¿para qué papá?, ¿qué quieres ver? (me lo preguntó con una risa muy picara, sellando nuestra travesura)
Por favor no me lo niegues.
Sin decir más, se agacho en la cama hacia mis pies, se apoyó en sus rodillas y codos y pude observar completamente su vulva, sus rizados bellos y sus labios mayores. Me acerqué y su vulva tan expuesta, me estaba poniendo realmente mal, quería abrirle esos labios, olerla y hundirle mi lengua y me dijo volteando por encima de su hombro:
¿Satisfecho?
No realmente. ¿podrías colocarte encima de mi cara en ésta misma posición? Quiero contemplarte desde otro ángulo.
¿Papi?, ¿no es demasiado sucio lo que me pides?, ni mi esposo me ha pedido tal cosa. (en ese momento se incorporó y se sentó en la cama con las piernas cruzadas.
No claro que no, nada de lo que tienes es sucio, es muy hermoso y ya que llegamos hasta aquí, quiero verte más de cerca.
Pero, tal vez te pueda desagradar, por el olor, tu sabes la transpiración natural de esa área
No mi pequeña, toda hueles riquísima, si hay algún olor fuerte creo que también lo disfrutare, por que se trata de ti.
No lo sé es que mejor terminamos tu masaje y si estás mal nuevamente te ayudo con mis manos.
Por favor hijita, aún si me ayudas con tus manos, no me sentiré satisfecho, es una necesidad que acaba de nacer, no me niegues la tranquilidad.
Mamá nunca lo hizo, ¿verdad?
No hija, es mucha mi curiosidad, mi vida ha sido muy limitada en ese aspecto, mi misma educación y tabúes no me han permitido ir más allá y ahora que te veo, soy otro, me siento diferente y ansioso.
Hay Papi, no me gusta esto, pero solo será ver, no más.
Ya que te confesé todo esto, como puedo conformarme con solo ver y no tocar, y si te dijera que quiero también olerte.
¿Papá?, ¿en verdad desperté en ti eso?
Si amor, estoy siendo muy honesto contigo, como me pediste que fuera desde un principio, ¿me lo vas a negar?, te recuerdo que tu me probaste.
Lo que pasa es que estamos alejándonos del objetivo del inicio, solo era que te sintieras bien, no que me exploraras y si me atreví a ayudarte con un poco de oral, fue por que quise aliviar tu deseo con algo más placentero, pero creo que me equivoqué, desperté en ti mucho más deseo.
Te aseguro que no estamos abandonando el objetivo, realmente me estoy sintiendo muy satisfecho, esto estaba guardado, no es que tu lo hayas propiciado todo, te repito que con tu madre esto era limitado y tal vez esa haya sido una de las razones de nuestro fracaso, de nuestra monotonía.
La parte de tocar no me agrada, solo me pondré en la posición que me pides y yo misma te enseño lo que quieras.
¿Y la parte de olerte?
Bueno estando tan cerca, creo que será suficiente ¿no?
Está bien, me recostaré y en la posición que estabas solo acércate hacia mi cara para que me muestres lo que te pido.
Recuerda que yo te lo mostraré.
Solo necesito que me dejes apoyar mis manos en tu cadera, solo para eso para apoyarme.
Pero solo en mi cadera, o más especifico por los lados de mis nalgas, ¿de acuerdo?
De acuerdo.
Así que se volvió a poner en cuatro primero y girando su cara se fue haciendo hacia atrás hasta que quedó su vulva justamente encima de mi cara y sus muslos en mis extremos. Se veía como cuando vas a entrar a un lugar que sabes que te emocionará de sobremanera, llamas a su puerta para entrar y disfrutas al máximo el preámbulo. Yo sabía que estaba a punto de comerme a mi hija, que solo restaba ser paciente y envolverla con mi gran necesidad sexual. Habíamos sido honestos el uno con el otro y estábamos concientes de lo que hacíamos y de lo excitante que resultaba, yo sabía que ella se había excitado con mi pene, se le notaba, y a mi me había puesto muy caliente con tanta atención, con su hermoso cuerpo, su olor y con sus masajes de manos deliciosas. Ella sentía que tenía el control, pero era falso, su excitación la traicionaría y por eso dejaría que sucediera el resto.
Me quedé inmóvil, aún con mis manos a los lados de la cama sin tocarla, solo observando lo hermoso de su sexo, sus vellos castaño oscuro ensortijados deliciosamente a todo lo largo de su vulva, observé como también se extendían por sus ingles, como su cabellera, muy abundantes, por que se veía que ella nunca había hecho siquiera un corte estético, no le hacía falta, era perfecta su vulva así. Sus labios se notaban un poco abiertos, extendidos a todo lo largo de su entrepierna y ligeramente abultados, signo de excitación, buscaba humedad en ellos pero no lograba observar más allá. Estaba en shock, hasta que me dijo:
¿Y ahora?
Ah es que es tan hermoso esto que tú tienes. Voy a colocar mis manos en tu cadera para apoyarme mejor, ¿ok? (Mis manos tomaron la parte alta de sus nalgas, tal como me lo había permitido hacer)
Bien y ¿luego?
Ábrete los labios por favor.
Empezó a abrir sus labios exteriores pasando una de sus manos por debajo de su cuerpo, la operación no era cómoda y su mano solo alcanzaba a abrir muy poco de su feminidad, haciendo una especie de "V" con sus dedos. Los mantenía unos segundos y los soltaba, hasta que le dije:
¿No sería mejor si con tus dos manos lo hicieras, pero por arriba de tu cuerpo?, abre tus nalgas y yo podré ver el paraíso.
En silencio quitó mis manos de sus caderas de donde supuestamente me apoyaba y con sus dos manos delicadamente abrió sus nalgas por los laterales de su cuerpo y entonces vi el cielo, describirlo no es fácil, sus labios menores estaban también ligeramente abiertos, apenas húmedos, dejando ver una carnosidad rosa agrietada, su clítoris invertido debido a su posición boca abajo adornaba estos pequeños labios, y sus vellos permanecían afuera y ahora eran bruscamente retirados por la acción de las pequeñas manos de Rosario. Acerqué mi nariz lo más que pude e inhalé tratando de obtener lo más acertado posible el olor de ésta área que me volvía loco. Era un olor muy delicado e intenso, no hay comparación y quién gusta de estos manjares y ha tenido éste tipo de oportunidades sabe a que me refiero. Ésta operación la repetí un par de veces hasta que mi pequeña me interrumpió.
Papi, me voy a retirar, creo que has quedado satisfecho.
No por favor chaparrita, estoy realmente sintiéndome como nunca en el paraíso. (No sabía que más decirle, para retenerla o para meter mi lengua en su parte y la verga la sentía a reventar, además retiró sus manos y quiso enderezar su cuerpo).
Ya papi, ya tuvimos bastante es todo.
Mi pequeña, no vas a dejar así a tu papi, ya viste mi pene.
Sí, está totalmente erecto tienes un macanón. Ahora ayúdate tu mismo con tus manos, ya te di una muestra.
Pero mi reina, ¿llegar hasta aquí y trabajar a mano?
Entonces ¿cómo te ayudo?, ¿con otro masaje?
Te propongo lo siguiente: No más masajes, solo déjame probarte en la posición que estabas con mi lengua, solo con mi lengua aclaro, y yo hago el resto del trabajo, mi autosatisfacción.
Sabía que si aceptaba esto, estaría en otro nivel a un paso de cogérmela. Solo desvío la mirada pensativa y como intuyendo que algo iba a pasar y que aunque se resistiera no había marcha atrás. Solo hizo un gesto de negación con su cabeza y rió disimuladamente sin verme a la cara. Lo sabía, ella lo deseaba, pero era natural su resistencia. Hubo un silencio y luego se atrevió a hablar:
Es que con nadie he hecho eso, nunca mi esposo me ha pedido tal cosa. El piensa que es algo sucio y de mal gusto, sin embargo tengo curiosidad y miedo. Eres mi papá y no estaría bien
No, no pienses eso, el placer y el sexo son eso nada más, ahora yo te lo digo, no te niegues a algo que no conoces.
Hay algo no sé que tienes, nunca imagine llegar a esto contigo, ahora me siento nerviosa, no sé pero solo eso no más, por favor papi.
Mi rostro ardía de deseo, me quedé sin habla de cómo mi nena me pedía lengua sutilmente. Estaba tan emocionado que mi cara se ha de ver visto conmocionada, fue hasta ese momento que hice conciencia de que permanecíamos desnudos, negociando nuestro placer, entonces me adelante a decirle antes de que se retractara:
Por favor nena ponte de pie aquí en la cama, sube tu pierna derecha en la cabecera (es alta), inclínate un poco hacia adelante y acércate a la orilla. (De esta forma su culo quedo ligeramente expuesto y su panocha en un ángulo excelente para la exploración). Le continué diciendo: Piensa que es una cita al ginecólogo y que te va a examinar con un aparatito mojado que te va a gustar.
Hay papi, que imaginación tienes. (Y se colocó en la posición que le indique)
A ver vamos a ver le dije-
Hincado, detrás de ella, empecé la inspección, ahora yo mismo abrí sus labios mayores, observé nuevamente y no resistí colocar mis labios por encima de ellos, como si realmente los besara y sin sacar mi lengua, pidiendo permiso para entrar en esa área prohibida, me retiré un poco y los abrí, pude notar por fin cierta humedad en la intimidad de sus labios menores, al abrirlos un poco más noté algo viscoso y transparente como se asomaba, e inicié un juego de palabras que aceptó muy bien, por lo que empezamos a jugar al ginecólogo:
Pero señora Rosario ¿que es esto? y en ese momento toqué y probé con la punta de mi lengua el precioso líquido que destilaba esa hendidura, luego me separe para saborearlo, mientras ella suspiro un poco y me dijo:-
No sé, es por eso que necesito que me revisé, por que a veces me pongo nerviosa y siento raro e incomodo en esa parte, ¿por qué será doctor?
Es muy normal a su edad y se arregla sacando lo más posible de él, con el instrumento de inspección, ¿me permite?
Por favor hágalo con cuidado, es algo incomodo.
Y en ese momento metí lo más que pude mi lengua, mi nariz chocaba con su ano, le daba pequeños piquetitos con mi lengua a su vagina y también la metía totalmente moviéndola de un lado a otro dentro de ella. No pudo contenerse y empezó a mover sus caderas y a hacer jadeos bastante calientes, para facilitarme la tarea use mis dos manos abriendo sus nalgas para succionar el néctar prohibido. Ella misma restregaba su vulva en mi cara, y acaloradamente me dijo:
¡No sabía que supiera una exploración así!, se siente bien
Si mi reina es delicioso y he leído que si tú me lo haces al mismo tiempo puede ser más, ¿te gustaría?
Acuéstate papi
Entonces lo que siguió es que nos acomodamos para iniciar un 69. Sabía que a estas alturas el resto sería más sencillo y si mi hija seguía teniendo curiosidad, terminaría mi verga en su interior, eso me volvía loco, ya que su vagina se veía algo estrecha y ya podía intuir el calor de sus entrañas y una fuerza deliciosa presionando mi pene. Me recosté y quité todo lo que me estorbara, ella ya estaba en cuatro lista para colocarse nuevamente encima de mí, obviamente con su cabeza invertida, yo sentía mi barbilla húmeda del tratamiento anterior que le había propiciado, no me limpie, cuando estuvimos listos volví a hundir mi lengua entre sus labios y al mismo tiempo abría sus nalgas para facilitarme la tarea. Ella solo tomo mi verga y subía y bajaba lentamente su mano, probablemente la observaba, por lo que le dije:
Vamos Rosario, chúpame hijita.
Y en silencio hundió un poco de mi verga en su boca, prácticamente la cabeza, se daba una buena idea de cómo hacerlo, ya que según lo que me comentó no lo hacia a menudo al menos con su esposo no, tal vez antes de casarse tuvo alguna aventura. Me separe un poco y observe por debajo de su cuerpo como mamaba solo mi cabeza, como aguardando el resto para el plato fuerte. Yo regresé a lo mío, pero sentía que no podía sincronizarse conmigo, cuando sobaba su clítoris con mi lengua y la hundía, ella se separaba un poco y respiraba, hasta que finalmente dijo:
No puedo papi, la sensación es muy intensa o me chupas o te chupo, pero no al mismo tiempo definitivamente es muy placentero es delicioso.
Está bien, déjame hacerlo solo a mí (así que seguí paladeando tremendo manjar algunos minutos más hasta que le pedí otra posición, mientras ella solo bajaba lentamente su mano en mi verga, haciéndome una ligera masturbación.
Rosario, por favor colócate boca arriba, con las piernas lo más atrás que puedas, dóblalas y échalas hacia atrás.
Obedeció al instante se recostó y tal como se le pedí subió sus piernas flexionadas a lo alto y hacia atrás de ella, de ésta forma tuve un nuevo ángulo de su vulva, quedaba completamente expuesta y cerrada a mi merced. Tome sus pequeñas manos para colocárselas justo donde flexionaba sus deliciosas piernas, así no se cansaría tanto. La visión era estupenda, su cara colorada y traviesa me veía con una sonrisa tenue, su cabello se perdía entre la almohada alborotado y mordía un poco su labio inferior. Su vulva me decía cómeme, me incliné para mirarla mejor, ella no perdía ni un detalle de mis acciones, había un silencio morboso flotando en el aire, abrí sus labios mayores y volví a ver el cielo, hermoso. Le volví a pedir:
Amor, abre tus labios con tus manos, quiero verte. Me dijo:
Así (y me mostró ella misma el interior de su vulva, jalando con ambas manos sus labios mayores, era estupenda la visión).
Si, así mi amor (y volví a hundir mi lengua y mi cara en su interior, sus jugos no dejaban de producirse, deliciosos, mi lengua ahora era un pequeño pene que la penetraba furiosamente y ella me sujetaba de mi cabeza sincronizando los movimientos).
A estas alturas ya no podía esperar, quería estar dentro de ella, así que se me ocurrió solicitarle que me mamara para ver si se le antojaba un poco más y hacer más sencilla su disposición para el siguiente paso, me separe de ella y le dije:
- Por favor amor mámame ahora tu (y me adelante a ponerle mi verga cerca de su cara, ahora ella permanecía boca arriba con sus piernas extendidas a lo largo de la cama, colocó una almohada bajo su cabeza para tenar más altura y yo de rodillas frente su cara).
La colocó en sus labios, la beso, la puso a lo largo de su hermosa cara y con dificultad tragó la mitad, la llenó completamente de saliva y la recorría con sus dos manos y su respiración era de evidente excitación, creo que sirvió mi plan, a ella le encantaba mi verga, mientras me mamaba con los ojos cerrados yo la veía, mientras ideaba sensibilizar más su calentura para poseerla, hasta que se me ocurrió comentarle:
Hija ¿eres estrecha de tu vagina?
¿Por qué papi? (se separo un poco de mi verga para contestarme mientras la sostenía)
Por que recuerdo que cuando tuviste a tu hijo, comentaste que había sido por cesárea y yo nunca te pregunte por que razón.
Si, esa es la razón soy estrecha y para no padecer, ni cansar al bebé me recomendaron eso.
Pero no hiciste ejercicios para abrir más tus músculos y tener flexibilidad.
Si los hice, pero aún así papá sé por donde vas no quiero hacerlo contigo, no es correcto solo quiero que te vengas y terminar yo también, estoy muy excitada, te voy a seguir mamando hasta que te vengas y después me vas a tener que ayudar con tus dedos, no puedo más.
Tranquila mi pequeña, yo creo que ese marido que tienes nunca te ha hecho el amor como se debe, no me digas si estoy o no en lo cierto, ahora yo quiero ayudarte si esto te esta gustando, no tienes por que huir de él, yo te ayudaré a venirte también, pero yo creo que lo correcto no es con mis dedos, ni me lengua, tu necesitas otra cosa
No, no lo necesito (y veía mi verga colgando entre mis piernas, como aterrada a aceptar que no la deseaba).
Dime la verdad, ¿tu marido tiene algo como esto? (Se quedó en silencio y luego contesto)
No, pero no es lo más importante en un hombre, el me llena totalmente.
Si y yo no lo dudo, ni niego que se amen, pero mira, si tu no quisieras continuar ya te hubieras levantado desde que iniciamos y te hubieras ido, no quiero que lo hagas ahora, escúchame, ni tu, ni yo sabíamos que íbamos a llegar a esto, a mi hasta se me había olvidado el dichoso masaje, han sido las circunstancias y ambos tenemos necesidades muy grandes. Déjame adivinar, tu marido tiene algo de dimensiones suficientes y en tu subconsciente has deseado algo diferente.
Pues si, el es lo mejor, sin embargo cuando lo hemos hecho siento que queda algo en mi aún por explorar, siento que desde mis anteriores experiencias que fueron dos antes que el, fue así, entonces hace rato que te vi, no lo podía creer yo no lo buscaba, lo juro, yo te amo y te quiero ayudar, pero no quiero hacer algo monstruoso y que después me arrepienta. (Esto último lo dijo casi a punto de llorar, así que la abrace)
A ver, a ver, no es para que te sientas así. Hija, cuantas veces te he dicho que si quieres ganar a veces hay que arriesgar, solo es placer, no te compliques, yo jamás te haría daño, si tienes ganas de probarlo, hazlo.
No sé, estoy muy confundida
Y caliente también, con tanto jugo que he visto y tú mirada tan expresiva. Mira, te voy a proponer algo, sé que el placer en la mujer aumenta cuando el órgano sexual masculino es ancho y abre más sus paredes, sobre todo la entrada que es donde realmente sientes placer. Permíteme colocar solo mi glande en tu entrada y comprobamos que tan cierto es lo que te digo.
No papá, si estoy muy caliente, pero te repito no.
Está bien, entonces terminemos esto. Solo dime, dijiste que lo que tenía era muy grande, sin embargo yo veo tu vulva grande también tus labios son deliciosos y grandes, déjame colocar mi pene cerca de tu vulva para ver si se ve grande al lado de ella o se ven compatibles. De lado lo probaremos con el espejo de frente
No cedes papi
Yo sabía que me vería más grande, solo quería usar esto último para tratar de cogerla de una vez por todas. Así que nos acercamos al espejo en la orilla de la cama, me coloque detrás de ella pero de lado, sentía nuevamente su respiración, nos acomodamos bien y mi verga salto de entre sus piernas, ella la tomo, como para prevenir algún accidente mientras yo levante una de sus piernas al aire para presentar su sexo libre al espejo.
- Papi, esto va a ser todo ¿ya ves que te ves enorme?
Hay mi pequeña, solo déjame rozarte con mi verga tu pequeña vulva y de una vez descartamos si se ve muy grande al lado de ella, solo déjame frotarla así
Entonces muy lentamente con mi mano guié mi verga y con mi glande empecé a darle un ligero masaje a su clítoris, obviamente el resto de mi verga lo que sería el tronco tocaba también el resto de su vulva, sus labios mayores. Ella estaba estática, con los ojos muy abiertos y apoyada en uno de sus codos y el tronco de su cuerpo estaba ligeramente levantado, observando por medio del espejo los roces de mi pene en su vulva, sin perder detalle, sentía muy húmeda su raja, hasta que decidí atreverme:
Amor, esto es lo que te decía hace rato (y coloqué mi glande en la entrada de su vagina, apenas le abría sus pequeños labios, tenía que hacer un poco más de presión para que mi glande se perdiera en su interior, pero primero quería observar su reacción)
¿Ah sí?... este de verdad es muy grande tal vez sí (ésta era mi oportunidad debía arriesgar ahora todo, estando confundida y excitada, no podría resistirse, el espejo me ayudaba a que ella se calentara más)
Sí, tal vez si estuviera así (y empujé mi cabeza en su interior, con un poco de dificultad avancé, pero no titubeé, soltó un pequeño suspiro y no opuso resistencia. Estaba mi cabeza adentro por fin, la sensación era deliciosa, sentía sus pelos picando precisamente donde se perdía mi glande). Me dijo:
Ahh estas muy ancho, me siento diferente.
¿Pero te gusta Rosario?
pero no es correcto, es que cuando se ha visto que el buen papi haga esto con su hijita no. (Pero no se quitaba, sus pupilas estaban dilatadas, sus mejillas seguían coloradas, sus jugos me mojaban ya el tronco y su vista seguía clavada en el espejo, como si posara para una escena porno y ella misma pudiera observarse en la misma grabación, yo sabía que no había retorno, me la iba a coger, de hecho ya había empezado, solo debía tener calma, su excitación estaba al borde y el jueguito también a mi me gustaba, de un empujón me hubiera hundido en ella, sin embargo quería que lo disfrutara a lo máximo, tanto como yo).
Yo creo que te gustaría que yo fuera un poco más adentro, por que imagínate, sentir eso mismo pero en toda tu vagina y hasta lo más recóndito de ti y en un vaivén lento o rápido, ¿qué dices? (y la voltee a ver a la cara, me sorprendía mi control, estaba caliente pero tenía absoluto control, y eso sabía que la volvía loca, probablemente el que me haya hecho venir me relajó y controlo. No decía nada solo se contemplaba, hasta que me dijo:)
Si ahora lo empiezo a creer que sí.
Y con ésta pequeña aprobación empecé a sumergirme en ella, lentamente. Yo sé que la entrada de la vagina en la mujer es lo más placentero, así que en éste punto me deleite mucho, mi glande hacía mucha presión en sus paredes, sentía así mismo las contracciones que hacía con su vagina, apretaba el primer tercio de mi verga como si lo quisiera ordeñar, empecé avanzar a su interior, de una forma lenta pero segura, hasta que estuve totalmente adentro de ella, era delicioso el calor de su sexo, sentía como pulsaba, ella apenas había respirado un poco más rápido, y ahora cerraba sus ojos, como aceptando comerse esto que le ofrecí y yo aún permanecía inmóvil, le dije:
Y bien ¿qué opinas?, estoy dentro de ti
Me siento llena, como nunca lo he estado, todas mis paredes tienen contacto, es una sensación muy dominante me siento tan excitada no me preguntes más y muévete hazme explotar.
Y entonces empecé a moverme primero lento y después más rápido, hasta que mi cadera estaba fuera de control por los movimientos, empezaron a salir de su pequeña boca, deliciosos quejidos que me volvían loco, ahora yo sujetaba su pierna y mi verga invadía de una forma violenta su pequeña vagina, mi mano tocaba su clítoris, lo cual la enloquecía, el espejo ya no lo observábamos, estábamos concentrados cada uno en nuestro propio placer. Me salí de ella y le pedí que me montara. Me acomodé apuntando mi verga hacia el techo y me sorprendí mucho al ver como no se iba a sentar como convencionalmente se hace, sino que se puso de pie en la cama, de frente hacia mi, colocó sus pies a los laterales de mis gluteos y empezó a descender en cuclillas, como si ejercitara una sentadilla, tomé sus manos para ayudarle a guardar equilibrio y cuando hizo contacto con mi verga, con una de sus manos lo guió directamente hacia la entrada de su vagina, y nuevamente ambos nos deleitamos mucho con la introducción de mi glande, subió y bajó un par de veces en esa primer parte y después empezó a tragar el resto con más rápidez, dio varios sentones en lo que considere más excitante de éste encuentro con ella, (quien ha disfrutado de ésta posición sabe que es muy placentera, sin embargo no se puede mantener por mucho tiempo por obvias razones, no es muy cómodo para ellas, no tienen equilibrio, que fue lo que exactamente le paso a mi pequeña) después se incorporo con sus rodillas a los lados de mi cuerpo, descansando más la posición, controlando totalmente la penetración y haciendo movimientos hacia atrás y hacia delante, no dijimos mucho en éste lapso de tiempo, solo los sonidos naturales de una cogida tan placentera.
A veces se quedaba en la parte más alta y de momento se dejaba caer hasta lo más profundo de ella, cuando estaba totalmente dentro, apretaba los ojos, después me comentó que hubo un momento que se mareo un poco y vio como estrellitas. Su orgasmo vino de una manera tan salvaje e inesperada para mi, de repente acelero más sus movimientos, hizo círculos y movimientos hacia atrás y hacia delante y gritó que no podía más, me apretó fuertemente las muñecas y como si estuviera sufriendo se convulsionó un momento, a mi parecer nada corto.
Por mi parte también tenía mi venida en la puerta, por lo que después de que se relajó, le pedí que se colocara agachada en cuatro y después de jugar un poco nuevamente con su entrada vaginal y mi verga, en unas cuantas embestidas me vine abundantemente. No usamos condón por lo que mi leche le salía abundantemente por su hermosa vagina, que quedó levemente abierta, como atestiguando que algo grande la había abierto y le había dejado sus pequeños pétalos expuestos. Le ayudé a limpiar mis restos de líquido combinados con los de ella, no la notaba arrepentida, al contrario notaba cierto brillo en sus ojos de felicidad, yo estaba algo preocupado por embarazarla, sin embargo después me confirmó que usaba el dispositivo intrauterino y que de todos modos compraría un tratamiento para prevenir cualquier imprevisto.
Mientras nos vestíamos, me comentó que el contacto piel con piel, no tiene comparación y que había disfrutado enormemente éste encuentro. Me juró que no lo había planeado, que solo quería darme un masaje, sin embargo la presente ausencia de su marido por razones laborales y su curiosidad dieron paso a lo que experimentamos. Me dijo que sería nuestro secreto y que nunca más lo volveríamos hacer, yo solamente la escuché y la miré fijamente, ella no soportaba mi mirada y con un poco de nervios se rió, en eso mi nieto despertó y la llamó, por lo que ella me dejo un momento en la habitación. En unos minutos regreso con mi nieto, se veía hermosa, se despidió y me dijo que luego me hablaría.
Pasaron algunos días, nos llamábamos a veces para platicar un poco y mantenernos al día sobre trivialidades, sin embargo ya no tocábamos el tema de nuestro encuentro. La siguiente vez que vino lo hizo con su marido y una vez más vino con mi nieto, sin embargo solo vino a prepararme un poco de comida y con la excusa de un compromiso se marchó temprano.
Mi deseo sexual incrementó y ahora me masturbaba frecuentemente pensando en lo que viví con ella. Hasta que cierto día en una pequeña reunión con su madre volvió a suceder, ese día yo la notaba con mucha inquietud y en un momento en que su madre se alejó con el niño, le pregunté directamente:
Rosario, ¿te encuentras bien?
Completamente papi, ¿por qué?
Te veo algo rara
No para nada estoy bien, ¿tu te has sentido bien?... ¿satisfecho?.
Pues satisfecho no por que lo que me regalaste fue algo de lo que uno no se satisface en un solo evento bueno no me hagas caso, si estoy bien.
Hay papi, quedamos en que eso quedaría olvidado, no puede ser
Pero ¿tu estás satisfecha?, ¿ha mejorado tu relación?
La verdad no ha mejorado mi relación, mi esposo es muy ausente y poco preocupado por mí, pero me siento bien, debo entenderlo, el trabaja y está preocupado por nosotros, no debo ser desconsiderada.
No me gusta ese pensamiento, tu necesitas atención, no es desconsideración, ni egoísmo, tienes necesidades, sin embargo sabes que cuentas conmigo, yo te entiendo, quiero que sigas viniendo como antes, te has ausentado un poco, no hablaremos más de eso que acordamos.
Gracias papi, te necesito, si te necesito (y apretó con una de sus manos, mi mano).
Yo sentí como mi virilidad crecía, y al mismo tiempo vi como sus mejillas cambiaban de color. Me dijo permíteme, se levantó de donde estábamos sentados, se dirigió a la puerta, como buscando algo, pero más bien buscó donde se encontraba su madre y su hijo, los ubicó, vio como jugaban en el patio y regresó, pero antes sacó por debajo de su falda (que era algo pequeña y que la hacia verse tan buena), sus minúsculas pantaletas, emparejó la puerta, me llevó hasta un rincón en el suelo, me bajo el pantalón hasta las rodillas, tomó mi verga y en cuclillas dándome la espalda y en silencio, se empezó a dar unos deliciosos sentones, que me nublaban la mirada. Si oíamos un ruido se incorporaba e iba a verificar que estuvieran lo suficientemente lejos, para continuar, hasta que en uno de sus chequeos, no los vio, por lo que se apresuró a decirme que me levantará y me acomodara y como el baño estaba cerca y la verga la sentía a mil (no la iba a poder esconder si subían), por lo que me metí al baño y justo cuando cerré la puerta oí la voz de mi ex, que entró platicando con mi nieto a la pequeña sala, mi hija se sentó en uno de los sillones, simulando leer y argumentando que no soportaba el calor. Su madre se llevó a mi hija a la cocina, diciéndole que era hora de servir la comida. Me tranquilicé un poco y baje al comedor. Mi hija sentó a su madre y la convenció de que ella le serviría, mi ex aceptó y yo viendo la oportunidad le dije que la ayudaría, por lo que sin decir palabra al entrar a la cocina, me sentó en una silla del desayunador y observando por la ventanita de la puerta de la cocina y aprovechando que su madre seguía jugando con el pequeño, me empezó a cabalgar nuevamente en silencio, de momento se levantó para llevar algunas cosas y que su madre no sospechara, regresó y ahora se agachó y se abrió la vulva, la embestí furiosamente, tomó un trapo para no gritar en su orgasmo, que tuvo al mismo tiempo que yo. Después salimos y el resto de la visita transcurrió normal.
En otra ocasión se quedó conmigo toda la noche, nunca lo había hecho desde que se casó, y argumentando soledad en uno de sus viajes de su marido, cayó en mi casa. Acostamos a mi nieto en la habitación de a lado y en mi cama matrimonial, la que fue la cama de su madre y mía, hicimos el amor tres veces en esa noche, era de un viernes para sábado, los dos estábamos excitadísimos, tuvimos una gran sesión de sexo oral, diversas posiciones y cerramos con penetración anal, ella me lo pidió, para saber que se sentía y por caliente, fue una gran experiencia, cuando se la estaba metiendo me decía que su marido no la llenaba ni la mitad de lo que yo le hacía, que estaba enamorada de mi verga y que no podía parar, que me amaba con todo su ser. El niño a veces se movía y ella lo iba a checar, esa última noche fue de locura, también le confesé que yo tampoco puedo dejar de probarla, sus sabores, su calor, su tacto, su cara, toda ella me hacen sentir como nunca.