Padel
Un partido de pádel cambió mi vida.
Un saludo queridos lectores. Me llamo Alfredo, tengo cuarenta y cinco años, felizmente casado y padre de familia. A continuación paso a contaros unos hechos que estuvieron a punto de trastocar mi monótona vida.
-¡Vaya faena!, exclamé, espero que no sea nada y se recupere pronto.
Me encontraba en el gimnasio, Pedro y yo teníamos concertado un partido de pádel con otra pareja. El hijo pequeño de mi amigo estaba malo y no podía acudir al partido. Se lo dije a mis rivales, los cuales mostraron su desilusión.
-Yo jugaré contigo, escuché una voz a mis espaldas.
Me giré, era Rubén quien se ofrecía como pareja. Rubén era muy popular en el gimnasio, alto rozando el metro noventa, pelo negro cortísimo cortado a cepillo, anchas espaldas, brazos y piernas muy robustas. Asiduo a la sala de pesas y el spa, tendría entre veinte y veintidós años. Su padre, dueño de varias industrias químicas en el país, le había montado un concesionario de vehículos de alta gama. No era raro verle cambiar de coche frecuentemente y cada cual más caro.
-Por mí no hay problema, contesté.
Nuestros rivales acogieron con entusiasmo el ofrecimiento de Rubén y nos dirigimos a la zona de pistas. La primera bola que toqué la estampé contra la red.
-¡QUE COJONES HACES!, vociferó Rubén.
-Lo siento, se me ha escapado la bola, repliqué.
No me considero una estrella del pádel pero aquel día erré bolas muy fáciles. A cada fallo mío, Rubén me lo echaba en cara, increpándome delante de nuestros rivales.
-¡ALFREDITO, COMO PUEDES FALLAR ESE GOLPE!.
-¡ALFREDITO, LOS NIÑOS DE DIEZ AÑOS GOLPEAN MAS FUERTE LA BOLA QUE TU!.
-¡VETE A TOMAR POR CULO, ALFREDITO!.
-¡ALFREDITO, QUE MIERDA DE VOLEA ES ESA!.
Como no podía ser de otra forma perdimos por mi culpa el primer set. Nos sentamos en las sillas a descansar.
-No tienes ni puta idea de jugar a esto, no tienes ni estilo, ni pegada, ni nada eres un inútil de mierda, se encaró Rubén conmigo.
-No es más que un partido, no lo pagues conmigo, me estás poniendo en evidencia delante de todo el mundo, respondí enfurecido.
Con disimulo, la manaza del joven se posó en mi muslo derecho apretando con mucha fuerza hasta hacerme daño.
-¿Qué coño haces?, pregunté intentando sacarme la mano de encima sin conseguirlo.
-Escucha gilipollas, -contestó con un tono muy duro de voz-, nunca he perdido un partido y menos contra la mierda de nuestros rivales, sino ganamos me veré obligado a …..
En ese instante la otra pareja saltó a la pista para iniciar el segundo set. Las cosas empeoraron, estaba muy nervioso, me entró el miedo a fallar y a los hirientes comentarios despectivos de Rubén. Nuestros contrincantes aprovechándose de mi pésimo juego, literalmente, nos barrieron de la pista. Finalizado el partido, deportivamente, nos saludamos en la red y los cuatro subimos a tomar unas cervezas al club social.
-¡AFLOJANDO LA CARTERA ALFREDITO, QUE HEMOS PERDIDO POR TU CULPA!, se mofó Rubén.
Pagué las consumiciones y los cuatros nos sentamos alrededor de la mesa. Como era de esperar la conversación giró entorno al partido. Rubén no dejó pasar la ocasión de humillarme ante nuestros adversarios con comentarios despectivos:
-¡LE DAS A LA BOLA COMO UN NIÑO DE DIEZ AÑOS!.
-¿PORQUÉ NO TE APUNTAS A LA ESCUELA INFANTIL DE PADEL?.
-¡NUNCA GANARAS UN PARTIDO CON TU MIERDA DE JUEGO!.
Intentaba replicar a Rubén pero lo único que salía de mi garganta eran tímidos balbuceos de disculpa, mientras mis contrincantes reían cada ocurrencia del joven.
Divisé a mi esposa e hija, y dando por zanjada la conversación, me acerqué a ellas.
-Vaya, vaya, Alfredito quienes son estos dos bombones, escuché a mi espalda.
Mi esposa Alba y Elena, mi hija, se rieron graciosamente ante el halago de Rubén. Hice las presentaciones percatándome como Rubén devoraba con los ojos a las mujeres de mi familia.
-¿Qué tal el partido?, ¿y Pedro?, inquirió mi esposa.
No tuve ni tiempo de contestar.
-Nos han barrido por culpa del flojucho de tu marido. Alfredito no ha tenido su día en la pista y hemos perdido por su culpa, espero que en otras cosas sea mucho mejor, contestó Rubén mirando con descaro a mi mujer.
Alba y Elena rieron sin disimulo su comentario, mientras me empequeñecía cada vez más ante la imponente presencia del joven.
-El chaval de Pedro se ha puesto malo, catarro, y no ha podido venir, comenté intentando desviar la conversación. Voy a ducharme, ¿me esperáis aquí?.
Me dirigí a los vestuarios de parejas, Rubén me alcanzó en el momento de abrir la puerta.
-Tu hija y tu esposa están tremendas, vaya follada que las daba Alfredito, comentó jocosamente Rubén.
-¡Vete a la mierda!, repliqué enfadado mientras cruzaba el umbral.
En ese instante noté una fortísima nalgada, la carísima raqueta modelo Akkeron de Rubén impactó contra mi culo.
-¡AYYYYY, ….!, ¿ESTAS LOCO?, exclamé con furia intentando empujar a Rubén.
El joven se hizo a un lado y con un rápido movimiento inmovilizó mis brazos contra la espalda.
-¡Suéltame, me haces daño, suéltame!, grité.
-SILENCIO GILIPOLLAS!, ordenó Rubén cerrando la puerta. En este gimnasio tengo una reputación como jugador de pádel y por tu culpa se ha ido a la mierda. No se como admiten como socios a imbéciles como tú.
-Suéltame maldito cabrón, grité.
-¿QUE ME HAS LLAMDO HIJO DE PUTA?, me ha parecido escuchar un insulto, se rió jocosamente el joven mientras incrementaba la presión de sus grandes y fuertes manos sobre mi espalda.
-Me haces daño, suéltame.
-No te oigo Alfredito, susurró Rubén a mi oído.
-Suéltame.
-¿COMO SE PIDEN LAS COSAS ALFREDITO?, dijo en tono autoritario.
-Por …. por favor, Rubén suéltame, me haces daño, supliqué humildemente.
De un fuerte empujón Rubén me lanzo contra el fondo del vestuario.
-Eres un mierda Alfredito, se rió el joven mientras abría su taquilla.
Me dio mucho miedo replicarle, tenía los brazos muy doloridos. Me desnudé y cogiendo mi toalla me dispuse a ducharme.
-¡VAYA MIERDA DE POLLITA QUE TIENES ALFREDITO, SI PARECE UN CLITORIS!, ¿Y CON ESA COSITA PREÑASTE A LA MILF DE TU MUJER?, se mofó el joven.
No tuve el valor de contestarle, totalmente humillado me encaminé a las duchas. Al pasar por su lado, Rubén me propinó una nalgada y de un fuerte empujón hizo que me sentase en uno de los bancos.
-¡AYYYYYY ….!, exclamé indignado.
-¡MIRA Y COMPARA, ATONTADO!, ordenó el joven.
Rubén se desnudo, dejando a mi vista su musculoso cuerpo trabajado en interminables sesiones de gimnasio y pesas. -Me considero heterosexual pero como casi todo el mundo he tenido fantasías con gente de mi propio sexo-, aún así no pude ocultar mi admiración por el depilado cuerpo de Rubén tapado, únicamente, por un ceñido slip de color rojo muy intenso. Sus anchas espaldas, sus fuertes brazos y piernas, unos abdominales muy desarrollados.
El joven se sacó por los pies su ropa más íntima dejándola en el húmedo suelo. Rubén también tenía depilada su zona púbica, una enorme verga, más de quince centímetros en reposo, se bamboleaba de un lado a otro con el movimiento. Sus tremendos cojones colgaban de la entrepierna de ese macho alfa.
-¡ESTO SI ES UNA BUENA VERGA Y NO ESA MIERDA QUE TIENES TU ALFREDITO!, comentó en tono despectivo agarrando su miembro con la mano derecha.
Rubén se fue a la zona de duchas mientras notaba un cosquilleo en mi estómago. No puede ser maldije para mis adentros, ¡ESTABA EXCITADO!.
Recogí del suelo el slip del joven, su parte delantera estaba manchada de un líquido trasparente. No se porqué lo llevé a mi nariz, olía a sudor y orín, a verdadero macho.
-¡QUE OSTIAS HACES!, oí rugir a Rubén desde el umbral de la zona de duchas, ¡ALFREDITO AHORA RESULTA QUE ERES UN PUTO FETICHISTA!.
-Yo, …..yo ….., apenas pude balbucear, estaba en el suelo y pensé que podría mancharse.
-¡SEGURO QUE ES ESO!, ¡ESPERO QUE SEAS TAN COMPLACIENTE EN OTRAS COSAS!, se mofó el joven, ¡VEN A DUCHARTE ALFREDITO NO SEA QUE COJAS UN FRIO!.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al entrar en la zona de duchas.
-He olvidado el gel y la toalla, así que me prestarás la tuya, ¿VERDAD ALFREDITO?, dijo el joven accionando el mando del agua mientras cogía mi frasco de gel.
Ni siquiera pude oponerme. De reojo y de forma disimulada observé el cuerpo del macho que compartía duchas conmigo, mi cuerpo era insignificante en comparación con el suyo, noté como mi pequeña pollita empezaba a dar señales de vida cuando aseé mi zona íntima.
-¡ALFREDITO, TE ESTAS EMPALMANDO!, ¡TIENES UNA MILF EN CASA Y TU CLITORIS SE PONE DURITO AL VERME DESNUDO!, se mofó el joven.
-No, …., no es cierto, repliqué débilmente.
Sin esperarlo, la enorme mano derecha de Rubén se deslizó a mi entrepierna agarrando y sacudiendo mi pollita y mis testículos. Intenté zafarme pero no pude, al instante noté como mi verga se ponía muy dura manchando de líquido preseminal la mano del joven.
-¡VAYA, VAYA, VAYA …..!, se vanaglorió con deprecio Ruben, ¡PERO QUE TENEMOS AQUÍ, UN CASADO MADURITO CON UNA MILF Y UNA HIJITA A LAS QUE HABRIA QUE REVENTAR A POLLAZOS EMPALMADO EN LAS DUCHAS DELANTE DE OTRO HOMBRE!.
Agaché la cabeza totalmente humillado mientras el joven me lanzó mi toalla contra la cara.
-¡SECAME CABRON!, exigió Rubén.
-¿QUEEE? …… ¡TU ESTAS LOCO!, repliqué tratando de recuperar la poca dignidad que me quedaba.
-¡QUE ME SEQUES OSTIAS, NO QUIERO VOLVER A REPETIRLO PUTA!, ordenó autoritariamente el joven.
Cogí la toalla, empecé secando su cortísimo pelo pasando posteriormente a sus anchas espaldas. Rubén se giró, mis manos tapadas por la toalla secaron los poderosos brazos del joven pasando a continuación por su musculoso tórax y abdomen. Nuevamente, el joven se giró y en cuclillas procedí a secar sus musculadas piernas y en especial sus duras y firmes nalgas que quedaron a la altura de mi cara. Posé mi mano en sus glúteos, pero Rubén de un fuerte manotazo me la retiró.
-¿TE GUSTA LO QUE VES, VERDAD PICHAFLOJA?, se jactó el chaval.
No contesté y seguí dedicado con esmero a mi labor. Mi excitación era tremenda, el morbo de verme sometido ante un joven al que doblaba en edad, ante un verdadero macho alfa hizo que mi pollita endureciese y creciese como nunca antes lo había hecho, ni siquiera con mi esposa.
Rubén se giró nuevamente, su enorme y gruesa verga, empalmada y curvada hacia arriba quedó a escasos centímetros de mi cara.
-¡SECAME LOS PIES CON TU LENGUA CABRON!, ordenó de forma áspera mi hombre.
Sumisamente me postré ante el joven, muy lentamente empecé a besar los pies Rubén, mi lengua lamía la planta de sus pies introduciendo sus dedos en mi boca para chuparlos con glotonería. Mi lengua subió a lo largo de sus muslos hasta llegar a la enorme verga del chaval, con los dedos pulgar e índice levanté un poco su verga para lamer las gotas de agua de sus testículos. Sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo.
Sin aviso, un chorro de orina impactó en mi cara. Al intentar cubrirme, caí hacia atrás mientras Rubén manchaba todo mi cuerpo.
-¿QUE HACES?, acerté a preguntar indignado.
-Lo siento, pobre Alfredito te he manchado, es que no podía aguantarme, joder que meadorra he echado, se rió jocosamente el joven.
Rubén se inclinó hacia mí y cogiéndome en brazos, como si fuese un pelele, me llevó a los vestuarios. Me depositó al lado de uno de los bancos.
-¡DE RODILLAS CABRON Y PON LOS BRAZOS SOBRE EL BANCO!, ordenó el chaval.
Me incliné apoyando las manos sobre el banco quedando mi culo hacia fuera en posición de L. Las poderosas manos de Rubén descendieron a lo largo de mi espalda hasta llegar a mis nalgas.
El joven asió su raqueta de pádel propinándome una tremenda nalgada, grité de dolor.
-¡SILENCIO PUTO ERES UN MARIDO MUY VICIOSO Y MERECES UN CASTIGO!, ordenó mi hombre dándome un segundo azote.
Rubén me nalgueó sin ningún miramiento y compasión, el dolor se fue sustituyendo por oleadas de placer, mientras jadeaba como una yegua en celo.
-¡TE GUSTA PUTO VICIOSO, LO ESTAS DESEANDO!, se jactaba el chaval humillándome con sus insultos.
-¡SIIIIII!, ……!MAS ……!, ¡DAME DURO CABRON!, grité enloquecido de placer.
Rubén comenzó a masturbarme mientras continuaba azotando mi dolorido y culo con su raqueta de pádel. El joven alternaba los cachetes y mi paja con fuertes apretones en mis testículos, lo que incrementaba mi placer y mi entrega total a mi joven macho
Transcurridos unos minutos, el chaval me ordenó:
-¡ABRETE EL CULO PARA MI CERDA!.
Con mis manos separé mis nalgas quedando el agujero de mi intimidad a disposición del joven. Rubén sacó de su taquilla un bote de gel para el afeitado y un cepillo de pelo.
-¡VOY A DILATARTE EL CULO ZORRA PARA MONTARTE COMO A LAS YEGUAS!, se rió el chaval.
-Con cuidado por favor, soy virgen, imploré inclinado la cabeza.
Noté como Rubén vaciaba parte del bote del gel de afeitado en la entrada de mi ano, estaba muy frío. Sus dedos recorrieron la raja de mis nalgas, el dedo índice jugueteó un momento en la entrada de mi ano, y sin ningún miramiento me penetró de un solo golpe.
-¡AYYYYYY ME HACES DAÑO!, me quejé de dolor.
-¡SILENCIO PUTO VICIOSO NO QUERRAS QUE NOS OIGA TODO EL GIMANSIO!, ordenó el joven.
Un segundo y un tercero dedo profanaron mi culo, entrando y saliendo rápidamente. Sin percatarme, Rubén untó el mango de madera de su cepillo de pelo y de un solo golpe me penetró hasta que las cerdas del cepillo hicieron tope con mi entrepierna.
-¡AYYYYYY!, aullé de dolor.
Rubén sin dejar de follarme el culo con el mango del cepillo cogió del suelo su slip rojo y me lo introdujo en la boca. El joven usaba el cepillo con verdadera maestría lo sacaba casi en su totalidad para volver a incrustarlo hasta lo más profundo de mi intimidad y moverlo de forma circular dilatando las paredes de mi intestino. Mis jadeos y gemidos quedaron apagado por el slip de mi macho.
-¡YA TIENES BIEN DILATADO EL CULO PUTITA, DEBERIAS AGRADECERMELO CABRON!, se ufanó el chaval sacando el cepillo de mi ano.
-Gra …. Gracias Rubén, acerté a decir entre jadeos.
Rubén se sentó en el banco, su gruesa y enorme verga ligeramente curvada hacia arriba quedaron a mi vista. Cogió mi bote de gel de ducha y se embadurnó su durísimo miembro.
-¡SIENTATE ENCIMA DE MI POLLA PERRA, TE VAS A FOLLAR TU MISMO!, ordenó el joven.
A horcajadas y mirando a la cara de Rubén me puse encima de la verga del macho, abrí mis nalgas y lentamente me fui dejando caer. El glande del joven penetró mi esfinter mientras yo daba un alarido de placer. La gruesa y enorme verga entró centímetro a centímetro en mi dilatado ano. Sentí dolor, pero fue soportable, hasta que Rubén agarrando de mis hombros tiró hacia abajo de mí y de un fuerte empujón me penetró hasta el fondo del culo.
-¡AYYYYY!, grité.
-¡CALLA ZORRA, ABRETE DEJA QUE TU CULO SE COMA LA POLLA QUE TE HA DESVIRGADO, CABRON!,…, se mofó mi hombre.
Las manos de Rubén cogieron mis testículos y mi pollita masturbándome lentamente, yo por mi parte con fuertes golpes de cadera me ensartaba cada vez más y más, hasta lo mas íntimo y profundo de mí intimidad, el enorme pollón del macho. Me corrí como una cerda sobre el vientre del chaval entre jadeos y gemidos de placer, mientras Rubén me empalaba y bombeaba cada vez con más fuerza.
No se el tiempo que me folló mi semental, sus fuertes dedos tiraba con mucha fuerza de mis pezones, alternando con otra serie de nalgadas. Rubén me atrajo hacia así, pensé que quería besarme y abrí la boca, mi hombre me escupió dentro obligándome a tragar su saliva, se arqueó y borbotones de leche inundaron lo más profundo de mi intimidad, mientras me insultaba:
-¡COMETE MI SEMILLA PUTA BARATA, TE HE PREÑADO Y PREÑARE A TU HIJA Y A TU ESPOSA!, gritó en pleno orgasmo mi semental.
Quedamos dos los dos exhaustos, pasado un rato desmonté a mi hombre notando como el semen salía de mi ano manchando mis testículos y entrepierna. Lascivamente, saqué con los dedos parte de la leche que emanaba mi culo, lo olí y lo llevé a mi boca degustando la simiente de Rubén. Un verdadero nectar pensé para mis adentros.
-JODER que polvo te he echado Alfredito, me has dejado todo pringado, te has comportado como una perrita insatisfecha deseosa de un verdadero macho, todos los maduritos casados aparentáis ser felices con vuestras esposas pero lo que en el fondo ansiáis es que un hombre os someta y satisfaga vuestro deseos, -se vanaglorió Rubén-, voy a ducharme y cuando salga quiero ver todo bien limpio y recogido.
El joven se encaminó a las duchas, oí accionar el grifo del agua caliente. Mientras limpiaba los restos de nuestro encuentro recapacité sobre las últimas palabras de Rubén. Era cierto, en lo más profundo de mi mente ansiaba y necesitaba que un macho alfa superior me dominase a su entero antojo, que me sometiese a sus caprichos siendo mi función la de cumplir todos sus deseos.
Rubén salió de la ducha ignorándome por completo, mientras se vestía no pude evitar admirar de nuevo el cuerpo de mi hombre. Mi morbo y calentura me dominaron. Humillándome me arrodillé y a cuatro patas, -como hacen los buenos perritos-, me acerqué al chaval.
-Parece que mi casado vicioso no ha tenido suficiente con su ración de leche, ¿Quieres más Alfredito?, se jactó Rubén.
Como respuesta abrí sus piernas, mi lengua lamió la parte interna de sus muslos dirigiéndome al enorme bulto que apenas podía contener su boxer negro. Chupé levemente por encima de su ropa íntima que se manchó con gotas de líquido preseminal, lo así por los laterales sacándolo por sus pies.
Ante mí apareció la enorme y gruesa verga de Rubén, muy dura y ligeramente curvada hacia arriba. Besé sus enormes cojones introduciéndolos de forma alternativa en mi boca.
-¡ESO ES ZORRA!, …… ¡COMETE MIS HUEVOS HIJO DE PUTA!, …..!ASI PUTITA MIA!...., jadeaba mi macho.
Ensalivé sus testículos dejándolos mojados de mis babas. Mi lengua subió por el grueso tronco de la verga del joven hasta llegar a su glande, agarrando con mi mano la enorme y gruesa polla de mi semental empecé a masturbarlo lentamente. Rubén gemía y jadeaba mientras la piel de su pollón subía y bajaba.
-¿Deseas que tu putita te coma el rabo?, ¿quieres follarme la boca?, pregunté mimosamente al chaval mirándole a la cara.
-¡COMETELA CABRON, PUTA CERDA TE LA VOY A INCRUSTAR EN LA GARGANTA!, ordenó Rubén.
El macho agarrando mi cabeza introdujo de un solo golpe y hasta el fondo de mi garganta su gruesa polla. Sentí que me quedaba sin aire y que una arcada me ahogaba, la saqué de mi boca y tosí. Me introduje el glande en la boca lamiendo y succionando mientras mi mano derecha pajeaba al joven. Rubén bufía y jadeaba de placer.
-¡QUE BIEN LO HACES CERDA!, …. ¡SEGURO QUE TU ESPOSA Y TU HIJA NO LO HACEN MEJOR QUE TU! , …..!ERES UN JODIDO MARIDO VICIOSO!, se ufanaba mi amante.
La mención a mi esposa e hija hizo que me excitase sobremanera. Bajé mi mano a mi pollita y comencé a masturbarme mientras mi macho me follaba la boca hasta lo más profundo de mi garganta. No tarde ni diez segundos en correrme como el verdadero cerdo que soy.
Rubén me folló duramente la boca durante bastante tiempo, me tapaba la nariz y cuando estaba a punto de quedarme sin aire sacaba su gruesa y enorme verga de mi boca para introducirla de nuevo hasta lo más profundo de mí. Noté como la espalda de mi hombre se arqueaba, su orgasmo era inminente. Tirándome del pelo sacó su polla de mi boca, lo masturbé rápidamente, muchos trallazos de lefa caliente impactaron en mi boca, cara y pelo mientras mis manos acariciaban sus tremendos cojones para vaciarlos por completo.
-¡TOMA MI SEMILLA CALIENTE FIEL ESPOSO!, ….., ¡TE HE MARCADO CON MI ORINA, SALIVA Y AHORA CON MI SEMEN! ….. ¡ERES MI PUTA!, gritó Rubén corriéndose como un animal sobre mi cuerpo quedando exhausto.
Servilmente, y postrado ante mi macho, limpié con mi lengua la verga del hombre que había sacado lo más puta que hay en mi interior.
Se había hecho tardísimo y mi esposa e hija esperando en la cafetería, al salir de la ducha mi hombre ya no estaba. Me vestí pero no encontré mi ropa íntima, supongo que Rubén se la llevó como trofeo después de haberse follado a un casado supuestamente heterosexual.
Las semanas siguientes busqué de forma obsesiva al joven. En los vestuarios intentaba cambiarme a su lado y ducharme junto a él, insinuándome mientras enjabonaba mi cuerpo. Sólo obtuve su más absoluto desprecio en forma de ignorancia.
Tiempo después me enteré que Rubén tuvo problemas con la justicia, su padre lo envió a una de las fábricas en Brasil. Desde entonces busco con desesperación un hombre, un verdadero macho que me trate como lo que realmente soy, UN ESPOSO ANSIOSO DE VERGA, UNA PUTITA SUMISA MUY CALIENTE NECESITADA DE UN MACHO DOMINANTE.
Ansioso espero vuestros comentarios.