Pacto de amor
Una historia de amor en un mundo de fantasía.
PACTO DE AMOR
Preludio: Este relato (por llamarlo relato xD) esta dedicado a una amiga por su cumpleaños. Una parte que nunca supo sobre un personaje, azalea, que, parece, le gusta mucho. Basado en el mundo de Glorantha (gracias Sandy Petersen :p). No diré que está basado en un personaje de rol, ups se me escapó xD (no, no mato a nadie :p). Espero que no os disguste demasiado (si es que aguantais más de dos parrafos xD ) :)
Dramatis personae
Azalea, Sarabanda: Hija del Emperador, culta , bella y de gran y probada inteligencia. Circulan rumores entre los habitantes de Krakorela de que, hace ya 21 primaveras, los mismos antiguos draconuts de la ruinas del sur, los que siempre duermen, acudieron en persona a presenciar su nacimiento. Los de mayor edad en el Imperio afirman recordarlo claramente.
Ulrich: Hijo del capitán de la guardia del dragón. Dicen de él que hace ya tiempo , pese a su edad, que no tiene igual en el dominio de las espadas, superando a su padre largamente. De ahí que a veces le llamen simplemente, el maestro de espadas. Fuerte y de más que probado honor y valentía. La gente comprendió que era tan buena persona como guerrero cuando, en la primera batalla en la que dirigió a tropas, venció a una fuerza muy superior de enemigos perdiendo a sólo un hombre en la batalla: lo enterró el mismo y paso 2 dias y 2 noches llorando a solas en la tumba de ese soldado que ni siquiera llegó a conocer, en silencio, huyendo completamente de las celebraciones por la gran batalla que habían ganado.
Babeester: Esposa amada de Godunya. Madre de Azalea. Famosa por su habilidad en arco.
Godunya: Es el último de una larga lista de Emperadores Dragones, los cuales han dado al Imperio Oriental de Krakorela una tradición cultural muy importante. Valiente, noble, sabio y líder amado de los habitantes de Krakorela. Padre de Azalea.
Aldrya: Aldrya es la diosa de los bosques primordiales y de los elfos. Si no se le rindiera culto , los bosques y las forestas se marchitarían y morirían. Es la diosa ancestral de los elfos y casi todos ellos participan de su religión.
Krakorela: Situada al este del continente de Glorantha, dividida en 4 provincias. Gran imperio basado en el honor y regido por su emperador semi divino, Godunya. Una de las culturas mas civilizadas y avanzadas. Llena de regiones fértiles, junglas y bosques de innegable belleza.
Chi Ting: Capital del Imperio, fundada por el primer Emperador del Dragón. Residencia permanente del Emperador. Una de las ciudades más lujosas , avanzadas y civilizadas de todo Genertela.
VALENTÍA Y PAZ:
La luz del alba bañó las altas torres de Chi Ting y las hizo centellear. Cada torre era de un color distinto y daba mil colores suaves. Había rosados intensos y amarillos de polen, había purpuras y verdes glaucos, malvas y marrones y anaranjados, vagos azules blancos y arenas de oro. Todo parecía hermosísimo bajo la primera luz del día. Azalea dejó de contemplar el siempre bello despertar de la ciudad y acabó de ceñirse la ligera armadura para la sesión de entrenamiento. Salió de su cuarto , acudió al comedor y prontamente la criada, y en tantas ocasiones fiel amiga, Wung yi le sirvió el desayuno.
¿Qué tal has pasado la noche?
Bastante bien, Wung Yi, aunque debo de haber soñado sin saberlo, pues había..., había pequeños miedos en mi mente cuando he despertado. Espero que no sean presagios, pues al despertar sentí una cierta tristeza.
Seguro que no - respondió su amiga con una cálida sonrisa en su rostro.
Azalea le devolvió la sonrisa , dirigiéndole una mirada.
- ¡Debo irme ya! , no quisiera llegar tarde al entrenamiento, dicen que el mismo hijo del capitán, ulrich, acudirá hoy también - comentó con una palpable alegría que su amiga percibió.
Se levantó apresuradamente de la mesa, apuró un par de bocados más al desayuno y salió de casa despidiendo con un par de besos a su amiga en dirección a la torre de entrenamiento.
¡Espera! - dijo la criada levantando ligeramente la voz - ¿no le diras nada hoy tampoco verdad? Dile lo que sientes no puedes ocultar tus sentimientos
¡No! - dijó secamente, interrumpiendola - no, ya hemos hablado de esto, sabes que no puedo decirle nada aunque me duela, pero agradezco tu interés, así como el que me ayudes a llevar esta carga - continuó, sonriendole levemente.
Y se encaminó definitivamente hacia la torre de entrenamiento, en el centro de Chi Ting.
Paseó por las calles de Chi ting que ya, más avanzanda la mañana, empezaban a llenarse del bullicio y la vitalidad que definía la ciudad. Siguió el camino sumida en sus pensamientos y llego a la sala de entrenamiento en la torre del capitán de la guardia del dragón.
¡Buenos días princesa! - dijo el capitán al verla entrar con una leve reverencia.
Por favor, ya sabes que no me gusta que me llames así, azalea está mejor, además en cuanto empecemos el entrenamiento no seré mas que tu alumna ¿vale? - apuntó sonriendo al capitán.
Como usted desee princesa - respondió
Sonrió al darse cuenta que la había vuelto a llamar princesa, nunca se acostumbraría, y ya eran 10 años entrenandola en el arte de la espada. Desde luego nunca se había portado como una orgullosa princesa sino, como ella misma le acababa de decir, como una alumna mas entrenando o como una amiga. Pero posiblemente el respeto que sentía por ella contribuía a que la llamara princesa. Aunque destacase mas en inteligencia, desde luego era una de sus mejores alumnas, solo superada con diferencia por su hijo, Ulrich, al que enseñó desde que era sólo un infante.
- Bien, ponte enfrente mío y comencemos, hoy entrenaremos la forma lenta de espada, la de cielo y tierra, quiero ver tus progresos primero.
Azalea asintió y empuñando el arma comenzo a repetir los movimientos aprendidos, mientras el capitán se paseaba en circulos alrededor de ella prestando atención.
El brazo derecho algo mas alto.
De acuerdo.
No estás muy concentrada hoy ¿verdad? venga, concentración.
Siguió observandola y comentado, aunque no la corrigió muchas más veces pues ya casi era su igual, especialmente en las maestrías de espada.
Azalea continuó entrenando, efectivamente algo desconcentrada, pensando en si su amado, Ulrich, finalmente acudiría hoy al entrenamiento. Y como leyendole el pensamiento Ulrich entró en la sala.
El capitán se dirigió a su hijo y charlaron mientras Azalea seguía practicando.
Esta vez , desde luego, no estaba nada concentrada aprovechando cada pocos segundos para lanzar alguna mirada furtiva. Esperando que no se fuera Ulrich antes de que acabara ella el entrenamiento y pudiese, al menos, hablar un poco con él. Escuchó una parte de la conversación entre Ulrich y su padre, el capitán.
Vaya hijo, me alegra que hayas venido al final al entrenamiento, aunque no hay nada que pueda enseñarte, más bien sería al reves ¿eh?
Padre, tu me enseñaste todo lo que sé.
Sí sí, venga puede que te enseñase pero me has rebasado con diferencia , dominas maestrías que apenas entiendo, por una vez quitate la modestia. Has demostrado tu valía y habilidad en demasiadas ocasiones ya. El pueblo te aprecia y te reconoce como el actual maestro de espadas. Sé que te lo digo mucho, pero quiero que sepas que estoy orgulloso de tí. Noble, humilde, y gran maestro. Desde luego debes haber salido a tu madre.
Y les oyó reir un rato.
- Además, sé que no podías venir y apenas has dormido para viajar muchos kilómetros solo para ver a tu padre.
Pero lo que escuchó despues hizo que su corazón diese un vuelco.
Ya que no puedo enseñarte nada, porque no me muestras tus habilidades un poco......entrena con Azalea.
Azalea, ya es suficiente, entrena un poco paradas altas con Ulrich.
Azalea aprovechó la pausa para dirigirse a Ulrich y hablar un poco con él.
- ¡Hola maestro de espadas! - ¡Hola princesa del Imperio! - dijeron sonriendose.
Siempre se saludaban igual, sabían que ambos odiaban que les llamaran así cuando estaban entre amigos, o , en el caso de Azalea, entre algo más que amigos.
Quisó alargar la conversación, pero posiblemente con los nervios se quedo sin decidirse porque decir después. Ulrich tampocó añadió nada y pronto estaban entrenando suavemente con las espadas.
Entrenaron durante por más de una hora, ante la atenta mirada del capitán. Ella , nerviosa, pensativa y a la vez alegre, con el corazón embriagado por estar junto a él. No podía evitar estar desconcentrada, descubriendose a veces mirando los profundos ojos de Ulrich, o su cicatriz o su rostro, etc... y rápidamente apartando la mirada, para volver a encontrarse mirandole.
Definitivamente no estás nada concentrada hoy Azalea - dijo súbitamente el capitán - encadenas error tras error, venga mejor que descanses por hoy- comentó amablemente.
De acuerdo, si, no dormí muy bien- dijo Azalea disculpandose con una sonrisa amplia, todavía pensando en Ulrich.
Tranquila, hasta Ulrich está cometiendo muchos fallos hoy, pero el tiene mas excusa, ha hecho un viaje muy largo y sin apenas dormir- sugirió para quitarle importancia al asunto.
El capitán comenzó una conversación sobre teoría de espadas, donde participaron los tres y Azalea se relajó un poco. Pasaron un par de horas casi sin que se diera cuenta, feliz de estar hablando junto a Ulrich. Pese a la evidente diferencia entre ella y Ulrich, éste prestaba atención cuando ella mostraba una opinión, y comentaba sus opiniones nunca como si fueran ley. Azalea recordó que era una de las cosas que le habían enamorado de él. No solo sabía escuchar, sino que además , pese a todas las cosas inegables que había conseguido Ulrich, seguía siendo humilde de corazón. Pensó en cambiar un poco el tema de la conversación pero antes de tener oportunidad, el capitán volvió a la sala donde seguían hablando Azalea y Ulrich junto a la madre de Azalea, Babeester.
Entonces, ¿no te importa que te robe a tu alumna un rato capitán?
No, claro que no, de todos modos ya estabamos haciendo una pausa. Así aprovecharé para comentar aburridos asuntos militares a mi hijo. El emperador , en su infinita sabiduría, cree que habría que investigar el poblado del norte. Llevatela el rato que quieras, son asuntos bastante aburridos.
De acuerdo entonces, ¿vienes un rato a pasear con tu madre o te aburriré demasiado? - dijo guiñandole un ojo a Azalea y sonriendo
Claro mama, me alegro que hayas encontrado un hueco, creo que... - hizo una leve pausa- hay algo que querría comentarte. - completó con la voz más suave.
Salieron del la torre hablando de cosas triviales, como tantas otras veces. Azalea siempre había pensando que su madre era una de las mejores del mundo. Y podría tener razón, siempre le había dado cariño de sobra, casi como si la hubiese perdido y ahora la hubiera recuperado y la quisiese el doble y le diese el doble de cariño. Incluso a veces ha visto llorar de felicidad a su madre al abrazarla, sin que hubiese pasado nada especial. Además, dada la habilidad de su madre en el arte del arco, famosa incluso mas alla de las fontreras de Krakorela, la había entrenado personalmente desde pequeña y ahora no lo dominaba el preciso arte del arco sino que además lo adoraba. Se pusieron a pasear por los inmensos jardines del centro de krakorela, plagados de muy diversos colores, como si dibujasen un arcoiris sobre tierra, al tener una ingente variedad de flores, algunas únicas. Finalmente, interrumpiendo a su madre, Azalea se decidió a hablar con ella, de lo que llevaba atormentadole ya varios años.
Mama....hay algo que me preocupa y me produce una gran infelicidad. Me encuentro tan mal que quizá debería comentartelo ya.
¿Qué te aflije hija mia? - respondió su madre , olvidando la conversación anterior completamente, con una sincera y profunda cara de preocupación.
Bueno, es algo que mi corazón lleva ya soportando mucho tiempo, como una carga increíblemente pesada a veces , y otras como si fuera un motor que me da más vida. Pero....no sé si debería decirtelo, temo que te enfades.
Azalea, hija mía, me estás asustando, pero no porque me pueda enfadar, sino por saber que has sufrido mucho tiempo y no he podido ayudarte - dijó con preocupación y tristeza - adelante, cuentame te lo suplico.
Pues....llevo años enamorada de Ulrich, antes que diga nada, lo siento, pero ciertamente le quiero con toda mi alma. Le quiero de verdad, lo pensé hace mucho y le quiero del mismo modo y tanto como tu me enseñaste que os quereis papa y tu. Por favor mama no te...
¿Enfadarme? ¡Claro que no!, me parece una noticia genial. Que hayas encontrado el amor verdadero, lo único...¿Qué razón te llevó a decirmelo antes?
dijo rapidamente su madre interrumpiendo
¿En serio no te molesta? - preguntó Azalea con un tono incrédulo - siempre pensé que, bueno, me enseñaste tanto la importancia del amory el honor, la valentía, que pensé que no le encontrarias digno o que dirías que estoy equivocada.
¿Qué no es digno? ¿Estás de broma?, Es de los mejores guerreros, y la nobleza brilla en su espíritu. Además , creeme , se lo que es el amor y el odio, y noto en tu alma que el tuyo es puro. La pregunta es: ¿Él te corresponde?
No...no lo sé, no se lo he dicho aún. No creo, y confirmar que no soy nada para él...sería más de lo que puedo soportar. - las facciones de su cara pasaron de felicidad a tristeza en sólo unos segundos.
Mi consejo es, diselo cuánto antes, por mucho que pienses que no te quiere, debés saberlo, se valiente. Esta es una de las pruebas más difíciles de valentía. Y sino te corresponde, sino te quiere ni te querrá como tú a él....vuelve a mi y te consolaré y cuidaré por mal que te pongas. Azalea, hija mía, sólo quiero que seas feliz.
Sé que me costará mucho pero....aprecio tus consejos más que lo de ningún otro...te haré caso. Se lo diré pronto. Te quiero mucho mama, gracias.
Babeester abrazó a su hija y permanecieron en silencio, sin más lenguaje que el del cálido abrazo que su madre le daba. No hacía falta más. Y por primera vez, Azalea tuvo esperanza de calmar su corazón.
Pronto , acabaron el paseo, se despidió de su madre y volvió a la torre a acabar la jornada de entrenamiento...quien sabe, quizá se lo diría hoy mismo, si es que aún seguía ahí Ulrich.
Volvió con el capitán y se entristeció y a la vez alivió un poco al ver que Ulrich no estaba...no podría decirselo hoy. Azalea acabó la sesión de entrenamiento, desconcentrada pero algo más feliz en el fondo , al saber que aunque no le fuera a corresponder al menos pronto liberaría su espíritu de la carga insoportable de no poder expresar su amor.
Veo que Ulrich se fue - inquirió sutilmente.
Oh, hubo de partir para investigar un poblado de las afueras, parece que ha habido extrañas muertes ahí. Casi lo olvido, me pidió que me despiese de tí por él. - respondió el capitán.
Azalea se alegró de saber que al menos se acordó de ella para despedirse, aunque era normal, al fin y al cabo habían sido amigos varios años. Finalmente, con un leve nerviosismo, el capitán dijo:
- Por cierto prince..Azalea,lo he estado pensando y creo que igual sería conveniente que le acompañases en la incursión. Entraña poco peligro y sería una buena experiencia de campo. Lo pregunté a su madre y me dió su conformidad, incluso dijo que le parecía una gran idea. Sólo serán un día o dos de viaje a caballo. ¿Qué le parece?
Azalea tardó en reaccionar, dos días paseando con Ulrich por los bellos prados...quizá podría contarselo, si se atrevía. Que suerte, claro que estaba claro porque su madre había estado conforme con la sugerencia del capitán.
- Por supuesto, será un placer, y si mi madre está de acuerdo... - dijo con una sonrisa y un cosquilleo en su corazón se apoderó de ella.
Fue al encuentro de Ulrich y lo encontró con los caballos preparados. La recibió con una franca sonrisa:
¿Lista princesa?
Eso dicen - respondió ella bromeando.
Y pronto partieron en dirección al poblado de liku. Afortunadamente habían decidido no darse excesiva prisa para no castigar a los caballos en demasía y llegar por la manaña del segundo día de viaje. Incluso podría pasar una noche con él bajo un manto de estrellas en la tranquilidad y paz de los prados de krakorela. Pensó en decirle el amor que sentía, pero pronto lo olvidó y pasó el primer día de viaje feliz por la compañía y disfrutando de los interminables prados. Al llegar la noche acamparon, en un claro de especial belleza, desde el que se veían a lo lejos las montañas nevadas y el denso bosque que precedía la jungla. Un lugar tranquilo y silencioso donde dormir a la intemperie, con la abundante luz de miles de estrellas en la noche despejada. Allí, después la cena con Ulrich, que disfrutó profundamente, decidió que debía decirselo, aunque fuera a negarle ese amor, al menos liberaría su alma y tendría el recuerdo de haberlo hecho ahí. Y pese querer dejarlo todo como siempre, comprendió que su madre tenía razón. Quizá con los años, dejaría de quererle y sufrir, pero al menos no estaría ocultándolo. Después de la cena, aprovechando un momento en que se tumbaron para contemplar las estrellas Azalea por fin le habló:
- Ulrich....Ulrich..habría algo que...que llevo tiempo queriendote decir pero no me atrevía - dijo titubeando.
Y entonces decidió que no se lo contaría, que era mejor olvidarle, alejarse de él. Que no necesitaba decirselo para saber que no la quería, era mejor evitarlo. Fue a decirle cualquier mentira, como que lo que no se atrevía a decirle era que era un ejemplo como guerrero para ella o alguna otra tontería así. Pero Ulrich , afortunadamente, le respondió rapidamente, evitando lo que hubiera podido ser un triste futuro para ambos.
- No, escucha tu, no sé lo que ibas a decirme, aunque me ha dado una lejana esperanza por un instante, como la del espejismo de un oasis para un moribundo en el desierto. Azalea yo...he luchado contra criaturas demoníacas, ejercitos superiores, he pasado pruebas de valor y de valentía. Pero la que más me ha costado pasar y casi no supero, es justo lo que voy a decirte. Tu padre me dijo una vez que la valentía no era enfrentarse a enemigos mas poderosos ....ahora le entiendo. Azalea yo...
Hizo una pausa para cogerla de la mano y mirarle directamente a los ojos.
Azalea yo...te amo con toda mi alma. Desde hace ya años, sueño contigo, y si he hecho hazañas fue porque tu recuerdo me daba fuerzas. Si he vencido en los combates, fue porque vivir sin tí me hizo prevalecer en todas las batallas. Si he dominado las maestrías de espadas, fue sólo por intentar ser más digno de al menos merecer amarte en secreto. Si , en definitiva, he mejorado como persona ha sido porque tu misma alma y recuerdo me sirvió de guía, como las estrellas sirven de guía para un marinero en mitad del profundo océano.
Ulrich yo... - fue a responder Azalea, completamente extasiada.
Sé lo que vas a decirme - replicó Ulrich cogiendole mas fuertemente las manos y dejando caer una lágrima - que tu eres una princesa y yo un guerrero, que no me amas ni me amarás. Que, en definitiva, no soy digno. Lo tengo ya asumido, no hace falta que lo digas, solo quería que supieras mis sentimientos para, liberarme por un lado, y que al menos supieras porque me voy a alejar de tí. - concluyó con más lagrimas silenciosas en los ojos.
Ulrich dejo de mirar a Azalea e hizo ademán de soltarle la mano. Entonces Azalea reaccionó y le sujetó fuertemente la mano a Ulrich, tratando de mirarle a los ojos:
Ulrich yo... - dijo secándose las abundantes lágrimas de inmensa felicidad del rostro con la otra mano- ¡ te amo con toda mi alma también!. Hace años que te quiero, si me esforzé por aprender el manejo de espadas fué sólo por ser algo más digna de , al menos, poder amarte en secreto, si estudié la mágia rúnica con tanto ahínco, fue sólo porque, aunque jamás me fueses a amar, al menos fuese algo más digna ante tus ojos, si, en definitiva, he mejorado como persona ha sido porque tu misma alma y recuerdo me sirvió de guía, como la madre oso sirve de guía cuando muestra a sus cachorros como sobrevivir fuera de la caverna.
Te quiero princesa y pienso en tí al levantarme cada mañana, pienso en tí al acostarme cada noche y pienso en tí todo el día. ¿Por qué crees que viaje 200 kilometros sin apenas dormir para un entrenamiento con mi padre sino para poder verte una vez más? ¿Por qué crees que estaba tan desconcentrado en el entrenamiento, sino debido a que tu presencia me turbaba los sentidos? ¿Por qué crees que mi padre te sugirió acompañarme, sino es porque yo le descubrí mi amor por tí?
Ambos sonrieron al unísono, se miraron a los ojos, de cerca, mientras Ulrich acariciaba su cara con una profunda sonrisa. Acercaron los labios poco a poco y justo un instante después se fundieron en un beso largo y suave. Se abrazaron y se quedaron quietos así durante un largo rato, expresandose mejor y más claramente con ese fuerte y cálido abrazo que con mil palabras más que hubieran dicho. Y se sintieron por primera vez plenamente felices. Durante el resto de la noche, hablaron e hicieron el amor sin prisa y tiernamente hasta que Azalea, con la cabeza asentada sobre el pecho de Ulrich, se quedó dormida contemplando el tintineo de la llama de la hoguera, con un cielo cubierto de estrellas como techo y con la frescura del prado impregnandola; feliz y en paz.
LA SOMBRA SOBRE KRAKORELA:
Después de decidir que guardarían las apariencias en la investigación en el poblado, puesto que pensaban que sus respectivos padres deberían ser los primeros en conocer la noticia de su amor y no lejano enlace, emprendieron el resto del viaje hacia el poblado de Liku.
Entraron al poblado sobrecogidos, ante ellos se mostraba un espectáculo dantesco: todos los habitantes del poblado muertos, niños empalados, hombres amputados y partidos por la mitad, mujeres con la piel arrancada a tiras....¿Qué clase de enemigo sería capaz de tanta crueldad? Pero lo que les sobrecogió completamente no fue la crueldad de sus muertes. El poblado se llenaba de un contínuo y profundo lamento. Además del hedor a muerte, cientos de voces gritaban y suplicaban lastimosamente que acabaran con ellos, la liberación. Y es que, de algún modo que desconocian, todos y cada uno de los niños empalados, los hombres amputados, las mujeres sin piel....todos seguían vivos y sufriendo. Como si quienes les hicieron eso, hubiesen usado algún tipo de mágia para que no muriesen y su sufrimiento fuese eterno. Al recuperarse un poco, Ulrich habló:
Por el dragón, ¿que clase de criatura maligna puede haber cometido semejante masacre? esto desde luego no es obra de ninguno de nuestros enemigos conocidos, además, había buenos guerreros aquí, pero ni un solo cadaver enemigo. A pesar de que cada fibra de mi ser clama venganza y dar descanso , de algun modo, a esta pobre gente, deberíamos avisar al emperador cuanto antes.
Y antes deberiamos...- comenzó a decir Azalea.
Sí, antes deberiamos avisar al poblado más cercano por si acaso.
Adelante, no soportaría mucho más la visión de este poblado, rezo al gran dragón porque el otro poblado no haya sido atacado.
Azalea lamentó entonces no haber cogido Ilundir, su arco especial, regalo de su madre.
Partieron al galope en dirección al otro poblado, sin decirse nada, pues ambos estaban aún sobrecogidos sobre la desdicha de la pobre gente del poblado de Liluk. Cabalgaron rápidamente, Azalea tenía la sensación de que no fue alguna criatura máligna solitaria, sino el preludio de un ataque mayor.
Efectivamente, casi llegando al poblado más cercano, escucharon sonido de batalla y gritos de desesperación y socorro. Afortunadamente, el poblado , ya con mucha gente muerta, estaba todavía defendiendose de los atacantes. Una gran cantidad de hombres bien armados, pero de piel muy oscura, además había un hombre que destacaba entre ellos, de casi dos metros, con una armadura que brillaba que parecía guiarlos.
Bajaron de los caballos y entraron en el pequeño poblado de casas pegadas corriendo. Ulrich se dirigió hacía el que parecía el jefe, mitad humano mitad demonio, mientras que Azalea se dirigió hacía la cabaña donde parecía se ocultaba la poca gente aún viva del poblado.
Entró a esa cabaña, y vió a dos mujeres abrazando a unos niños pequeños, como tratando de protegerlos, mientras fuertes sollozos surgían de los niños, algunos apenas recien nacidos. En ese momento la poca gente que defendía la entrada a la cabaña cayó bajo el metal de los atacantes y entraron varios asaltantes, profiriendo una sonrisa macabra al ver los niños que heló la sangre de los presentes. A continuación uno de ellos dijo con una voz grave y siniestra:
- Os mataremos horriblemente, pero no morireis, nuestra diosa os revivirá una y otra vez en un tormento eterno.
Esos hombres, acostumbrados a provocar el terror parecieron sorprenderse al fijarse en Azalea, imponente en su armadura de cuero blando, blandiendo dos espadas , sin un ápice de miedo en su rostro.
- Por encima de mi cadáver - dijo Azalea.
Jurandose que moriría ahí mismo antes que dejar que esos niños sufrieran, acarició con ternura, consiguiendo infundirles esperanza. Se encaró a los hombres, se concentro permitiendose sólo un instante para temer por Ulrich y esperó el ataque. Cuatro guerreros se lanzaron sobre ella haciendo silbar las hachas. Azalea decapitó a uno, abrió un gran tajo en el diafragma de otro, cercenó un brazo y penetró de una estocada en el corazón del último. Aullando como una loba, Azalea se puso en la puerta para evitar que nadie dañase a esos niños, sabiendo que no aguantaría , ni ella ni su querido Ulrich, contra tantos enemigos., y sin embargo, con el ferviente deseo de luchar hasta el último suspiro. Al menos moriría junto a su amado.
Ulrich activó el poder de su espada con su habilidad y ésta pronto se puso a brillar, eso pareció molestar considerablemente a los que se intentaban interponer entre él y el líder del grupo enemigo.Ante eso y la facilidad con que los mataba a todo el que se le acercaba, los atacantes dejaron de acosarle y se concentraron en Azalea, en la ya última cabaña con habitantes del poblado, dejando via libre a Ulrich hacia el capitán enemigo.
Éste, mitad hombre mitad demonio, iba a ser más difícil de derrotar que sus hombres. Cuando Ulrich se aproximó a él, advirtió que su armadura despedía un curioso resplandor, señal inequívoca de que había sido objeto de un encantamiento.
El capitán era alto y robusto, con una perilla cerrada y unos ojos completamente negros maliciosos sin pupilas, sobre una nariz poderosa y ganchuda. Sus labios eran gruesos y encendidos y sonreían macabramente. mientras, con un hacha en una mano y una espada en la otra, se disponía a hacer frente a Ulrich, que ya llegaba hacía él.
El albino asió las espadas con ambas manos y la dirigió al estomago del capitán, pero éste se hizo a un lado y paró el golpe con la espada, al tiempo que descargaba un hachazo con la zurda hacia la desprotegida cabeza de Ulrich. El maestro de espadas tuvo que saltar a un lado, tropezó y cayó sobre el suelo de madera, rodando por el mientras la espada de su adversario se clavaba en los tablones muy cerca de su hombro. Su espada pareció alzarse casi por voluntad própia en un rapido movimiento de Ulrich para parar un nuevo hachazo y su hoja mágica cortó de un tajo el mango del hacha cerca de la empuñadura. El capitán soltó una maldicion,arrojó el mango de madera, asió su espada de hoja ancha con ambas manos y la levantó. De nuevo Ulrich reaccionó una fracción de segundo antes que su atacante y su punta se alzó hacia el corazón del capitán. La coraza protegida por el hechizo consiguió detener la estocada por unos instantes pero, a continuación, Ulrich emitió un grito quejumbroso y escalofriante preparando una complicada maestría de poder y descendió su espada de nuevo sobre la armadura. Esta vez la coraza mágica se partió como una cáscara de nuez, y dejó al adversario de Ulrich con el pecho al descubierto en el instante en que sus brazos se levantaban para descargar el golpe definitivo. El capitán retrocedió, olvidando su arma y con la vista fija en la espada de su contricante, cuando la punta de esta le alcanzó el pecho y se hundió en su carne justo bajo el esternón.Con una extraña mueca, el capitán se tambaleó y soltó su arma, asiéndose en cambio, a la hoja de la espada mágica que le estaba matando.
- ¡Por Cyna, noooooo!
Azalea, luchando ya contra demasiados oponentes, oyó el grito de muerte del capitán enemigo y al saber que Ulrich pronto la ayudaría supo que ganarían esta batalla. Con renovadas fuerzas siguió luchando, saliendo fuera de la cabaña que protegía y, contando con la ayuda de Ulrich, luchando espalda con espalda, consiguieron, efectivamente, eliminar a todos los enemigos.
Ante una treintena de cadaveres enemigos alrededor suyo, y completamente manchados de sangre, exhaustos, hablaron a los niños de la casa y a las dos mujeres, únicos supervivientes del poblado, avisandoles de que, por el momento, estaban a salvo.
Uno de los dos debe acompañarles aunque viaje mas lento y otro adelantarse a la ciudad. ¿irás tu con ellos hasta la ciudad o por el contrario voy yo? - aseveró Ulrich.
Tu caballo es más rapido y eres mejor jinete, parte tu, mi padre y la gente de la ciudad debe saber de estos ataques a los poblados, quizá mi padre sepa si harán más ataques y quien es esa "Cyna" que mencionaron.
De acuerdo, nos veremos en la ciudad, no tardes princesa.
Se dieron un fuerte beso, seguido de un abrazo interminable, Ulrich montó en su caballo y rapidamente se alejó a galope. Azalea se concentró, a pesar de oir todavía los sollozos de los niños. Elimino las distracciones, dejó de notar su cuerpo como si fuera una cáscara vacia y comenzó a dibujar la runa de naturaleza. El brillante simbolo se dibujaba en el aire al compás preciso de sus dedos. Una vez completada, Azalea sonrió, descansó un poco debido al esfuerzo y, apenas pasados veinte minutos, varios caballos aparecieron por el oeste. Uno de ellos se adelantó hacía Azalea y le pego unos tiernos golpecitos con la cabeza. Y así, sin palabras, Azalea supo que los caballos convocados respondían a su llamada deseosos de ayudarla.
Subió a los niños a los caballos, a las dos mujeres y partieron en dirección a la ciudad, lo más rápido posible. Hacia treinta minutos desde que Ulrich se había ido pero ya le echaba de menos. ¿Quienes eran estos atacantes tan crueles? ¿Quien o que era Cyna, capaz de mantener a los muertos vivos solo para crear sufrimiento eterno? ¿Planearían atacar algun otro poblado? Estos pensamientos ensombrecieron la mente de Azalea mientrás emprendían el viaje a la ciudad, con la esperanza de, con la ayuda de los potentes caballos, llegar al menos antes de que acabara la noche.
PACTO DE AMOR:
Fuego y estruendo. Azalea se acongojó al ver todavía a una cierta distancia, columnas de humo en la ciudad, y relámpagos sin trueno por todo el cielo de la ciudad, sintomas inequívocos de que la ciudad estaba siendo atacada, la propia capital del reino, como podia estar pasando esto. Su madre , su padre, sus amigos, sus ciudadanos, todos en peligro. Sólo de pensar que pudiera ocurrirles lo mismo que a los del poblado hacía que se le revolviese el estómago y su corazón se encogiese. Oh, y Ulrich....
Azalea hizo un gesto a los caballos con la mirada:
- Mejor que espereis lejos , cuidad de los niños.
E inmediatamente, comprendiendo la orden de algún modo, los caballos salieron despacio alejándose de la ciudad, con los niños y las mujeres montándolos. (Nota del autor: y no quiero bromas con "montandolos" :p)
- Gracias madre naturaleza por ayudarme una vez más - comentó con humildad bajando la cabeza.
Espoleó su caballo y cabalgó con más rapidez de la que había cabalgado nunca, en dirección a la ciudad.
Alrededor del cinturón interno de la ciudad, un ejército digno de compasión intentaba formar un cordón alrededor de la torre principal, pero no lograba rellenar los huecos entre los hombres, porque había muy pocos. En las casas ardía la lumbre como si fuera por última vez, y la llama de las velas oscilaba con pesar. Casi todo el mundo se había refugiado ahí, no para evitar la muerte, no por esperar el resultado de la batalla sin luchar, sino para tratar de tomar una posición desde la que defenderse hasta el final. Todos preparados para luchar, hombres, mujeres e incluso niños. Pues tal era el ánimo de honor de los habitantes de la capital del Imperio de Krakorela.
Azalea vió un INMENSO ejercito, de humanos sin ojos, gorps pequeños, monstruos semi gigantes, y un sin fin de grotescas criaturas caóticas. Intentó hacerse una idea del ejercito invasor , parándose solo un instante a pensar como habían llegado ahí tan de súbito, sin duda gracias a alguna mágia poderosa de Cyna. No pudo determinar de cuantos enemigos constaba el ejercito pues éste se perdía mas alla de donde alcanzaba su visión.
- ¡Maldición! - profirió Azalea - deben superarnos en proporción 15 a 1 al menos. No hay forma de que podamos ganar esta batalla. Debo encontrar un modo de entrar en el último cinturón defensivo de la ciudad. Al menos moriré con mi familia y luchando por mi ciudad. Por favor , quisiera ver a Ulrich una vez más...si aún está vivo.
Puso una mano en su corazón y cerró los ojos.
¡Sí!, esta vivo aún , lo notó en mi misma alma. Se concentró como le enseñó su madre, sacerdotisa de Yelmalio. Y tratándo de conseguir una interveción divina exclamó:
Yelmalio, dios del sol, protector de Krakorela, si es mi destino morir aquí, hoy, contra estos enemigos...que asi sea, lucharé hasta mi ultimo aliento, mientras quede un ápice de vida en mí , lucharé por la gente, por mi familia, y lucharé agradecida por el amor que el destino me trajo. No es mi intención escapar de esta batalla, ni que salves a unos pocos. Pero si mi cuerpo ha de morir, Yelmalio, te suplico que no sea tratando de llegar al cinturón, sino dentro de él, junto a mi familia, y junto a mi razón de ser, Ulrich - no pudo evitar derramar unas lágrimas.
Nada pareció ocurrir por unos instantes (01 limpio), entonces, súbita y rapidamente, un pequeño claro se formó en el cielo cubierto de nubes, y una luz intensa bañó a Azalea por completó. Lejos de molestarle la luz era agradable. Un instante despues desapareció la luz. Para su alegría, se encontraba en la puerta de la torre central, dentro de la última muralla defensiva de la ciudad.
- Gracias Yelmalio - ahora haré honor a la promesa y lucharé contra esas criaturas hasta que me desangré hasta la última gota. - dijo con una cierta alegría y haciendo una leve pero intensa reverencia hacia el cielo.
Pronto Azalea se vió rodeada de su madre, el capitán y su HERMANO. Todos ataviados en sus mejores armaduras, su hermano y el capitán montados en sus mejores caballos. Se saludaron y abrazaron silenciosamente, con innegable alegría. Alrededor, los escasos supervivientes, se preparaban para cuando las tropas hiciesen un nuevo ataque, al acabar de rejuntarse. La madre de Azalea dijo:
Me alegró enormemente de verte hija mía. Al menos moriremos junto a mis dos hijos y nuestra pena por la pérdida será menor.
Atacaron por sorpresa, aparecieron de la nada, ya es un milagro que consiguieramos hacernos fuertes en la última muralla. Son demasiados, en cuanto rompan las dos puertas de los muros estaremos perdidos. Además Cyna está entre ellos. Moriremos , por mi parte, me llevaré a tantos como pueda.
El Emperador, Godunya, padre de Azalea, apareció detras de ellos, con ropas brillantes y llenas de runas.
- Me alegro enormemente de verte hija. - dijo abrazandola - he convocado a los mejores magos del reino, y a algunos de mas alla, y pedido ayuda a los draconuts del sur. Vamos a intentar neutralizar a cyna desde el tejado de la torre. Babeester, querida esposa mía - suspiro cogiendola de la mano suavemente
sería un placer para mí si pudiesemos contar con tu arco y mágia.
Por supuesto , amor mío, no se me ocurre mejor sitio para morir que a tu lado. Azalea...toma mi arco, es algo que quise regalarte cuando te casaras y temo no tener oportunidad.Como el que te regalé hace tiempo, perteneció a Aldrya, hace ya mas de 5000 años. Adelante, hijo, hija, defended cada uno una puerta, quiero que sepais que estamos y siempre estuvimos muy orgullosos de vosotros.
Azalea interrumpió:
Un momento, ¿Donde está Ulrich? - el miedo se apoderó de Azalea.
No temas - respondió el padre de Azalea - pues tu prometido está dentro de la torre colocándose las mejor armadura y espadas que poseemos.
Azalea suspiró de alivio.
¿Prometido? ¿entonces lo sabes ya?
Si hija mía, un padre preocupado tiene más recursos de los que parecen. Además me lo dijo él al llegar - añadio con una sonrisa - confiad en mí, aún podemos ganar esta batalla, como que soy el Emperador de este Imperio, esta ciudad no caerá. Nada me gustaría más que presenciar tu boda con Ulrich.
Oh padre, gracias por la esperanza y por darme tu apoyo con lo de Ulrich.
Además, he dado la orden de que luche a tu lado, no sólo os lo mereceis sino que además es lo justo.
Azalea sonrió, aunque murieran sería juntos y podría verlo otra vez. Y no ha habido nunca contrincante que haya podido vencer a Ulrich...menos con arma y armaduras reliquias.
Acabo la frase, les miró por última vez y partió con el Emperador hacia el tejado de la torre, antes de que el sentimiento de huir con ellos lejos se apoderase de ella.
Se colocó cada uno en sus puestos, enfrente de los dos portones de entrada, junto al resto de supervivientes, listos para enfrentarse a lo que apareciera por ahí, mientras los portones repiqueteaban y crujían como anunciando su inminente rotura.
Su hermano se irguió en la silla de montar; las lágrimas le resbalaban por las mejillas y hacían brillar su barba. En una mano enguantada empuñaba la enorme hacha de guerra y en la otra sostenía la maza con púas, cruzada sobre la silla. El capitán, aferró el pesado chafarote con el dorado león rampante del pomo apuntando hacia abajo. Con ese acero había logrado conquistar una corona en Loskam, pero dudaba que lograse defender con éxito la paz que había conseguido en Chi Ting. En el tejado, el Emperador Godunya, pálido pero iracundo, contemplaba el implacable avance de la horda de harapientos.
Azalea notó una mano posánose en su hombro, se giró y vió a Ulrich sonriendola afablemente. Saltó a él, y lo abrazo y besó con pasion. Se oyeron unos gritos agudos provenientes del cielo, se giró de nuevo para mantener su posición, con renovadas energías y moral. Ulrich portaba dos espadas con 7 runas ancestrales y un escudo inmenso que parecia no molestarle lo mas mínimo.
De repente, justo un poco antes de que las puertas cedieran, vieron una bandada de murciélagos, de enormes ojos brillantes, que se lanzaba en picado ominosamente. Sólo cuando se hubieron acercado, los hombres se dieron cuenta de que se trataba de unos murciélagos enormes, casi del tamaño de una persona. Sin moverse de su posición, Azalea tensó el arco.
A Azalea sólo le quedaban dos flechas en el carcaj cuando por fin lograron ahuyentar a los murciélagos. Era evidente que los atacantes aéreos no habían sido utilizados nunca contra presas que se defendieran, y por eso, no habían luchado con demasiado lucimiento a pesar de su superioridad numérica.
De repente, el ejercito enemigo se quedo completamente en silencio. Ningun sonido llegó durante unos instantes, creando una inquietante tranquilidad. Pertubada unos segundos después por unas palabras en un idioma extraño, casi gutural, por una voz de joven, casi de niña, al otro lado de los ultimos muros defensivos.Y entonces, de algun modo, supieron que Cyna, estaba detrás de esos muros. Se desató un viento brutal, que tiró las puertas abajo. Cuando se despejo la polvadera, detras pudieron ver una visión poco alentadora. varios demonios de aire, efreets invocados o creados por Cyna, permanecian levitando en el aire, amenazantes. A unos pocos metros, el inmenso ejercito de Cyna, con el camino abierto para entrar en grandes oleadas. Y, destacando , justo en la puerta en la que estaba el hermano de Azalea. Una niña de unos 13 años, de pelo rubio y cara angelical: Cyna.
Godunya , altivo desde el tejado, se echó a reír y con voz de falsete dijo:
-¡Crackhor... pishtasta salallar!
En el cielo negro aparecieron unas enormes bolas de fuego multicolor que fueron adquiriendo unas extrañas formas bélicas que se lanzaron sobre los demonios de aire.
Las formas ígneas quemaron a los enormes efreets y éstos cayeron incinerados al suelo en medio de terribles chillidos.
- Vengas de donde vengas, necesitarás algo más que jugar con los elementos para vencerme. - dijo godunya.
Y su reto surtió efecto, pues cyna fue caminando por el aire lentamente con el rostro de niña imperturbable, en dirección al tejado.
Una lluvia de flechas cayó sobre ella silbando. Cyna sonrió, y pronunció unas cuantas palabras mientras movía las manos de forma descuidada. Las flechas se detuvieron en pleno vuelo, dieron media vuelta y, cada una de ellas fue a clavarse en la garganta del arquero que la había disparado. Azalea se alegró de no haber seguido el instinto de dispararle.
Aullando, las criaturas caóticas echaron a correr hacia el último cinturon defensivo. El ataque final había comenzado.
Aullando como posesos, las criaturas caóticas se encontraron con los guerreros de Chi Ting, y a pesar de que éstos estaban en inferioridad de condiciones, lucharon desesperadamente pues defendían algo más que la vida o los amores: defendían aquello que les había dado un motivo para vivir. Luchaban por el honor y la libertad más pura. La ciudad tronaba con el choque de metal contra metal y los gritos de los que iban muriendo.
Azalea disparó una flecha tras otra y tuvo la satisfacción de comprobar que cada una de ellas iba a clavarse en cada una de las criaturas caóticas a las que apuntaba.
El suelo pronto se cubrió de sangre, grandes manchas primero, y un gran charco que cubría todo el cinturon interior de la ciudad después. A Azalea le repugnó la idea de estar luchando por su vida y morir pisando la sangre mezclada de sus caídos camaradas, diluida con la sangre negruzca de las criaturas caóticas, formando un estanque de color macabro. Pero siguió luchando, Ulrich siguió luchando. Todos siguieron luchando y cayendo con honor.
Paralelamente, Cyna había llegado al tejado de la torre, se posó suavemente y avanzado hacia el Emperador extendiendo la mano. Avanzo un poco hasta estar en el centro y entonces el Emperador gritó:
- ¡Ahora! El hechizo de invisibilidad que había cubierto en secreto a los magos más poderosos de Krakorela se disipó. Y un circulo de magos , presidido por Godunya, rodeaba ahora a Cyna.
Cyna seguía sin expresar nada, si es que sus negros ojos vaciós eran capaces de expresar sorpresa o miedo.
- ¡Ahora veremos cuan poderosa eres Cyna! , lanzad el conjuro.
Godunya dedico una mirada fugaz a su esposa y ésta se concentro. Comenzó el largo ritual de invocar a Hecatonchires, el avatar de Yelmalio en persona. El dios de la luz intensa. Si alguien en Krakorela era capaz de recitar el ancestral hechizo proporcionado por Godunya era ella.
Siguieron y siguieron entrando oleadas de criaturas en la entrada en la que se hallaban Azalea y Ulrich, junto a ya muy pocos guerreros. Luchando compenetradamente, ulrich, maestría tras maestría, mataba decenas de enemigos, evitando que se acercasen demasiado a Azalea, preocupado porque le pasara algo. Y Azalea, libre de entrar en Melee, lanzaba flechas mágicas a diestro y siniestro, matando a todo el que se acercaba a Ulrich, preocupado porque le pasara algo. Juntos , ni Aldrya sabe cuanto hubieran aguantado, quizá, con la habilidad y determinación que tenían hubieran podido con el resto del ejercito o con mil ejercitos más. Pero ocurrió algo que desequilibro la batalla. Apareció...
Mientras, en el tejado, los hechizos coordinados del consejo de magos pareció funcionar, Cyna se hallaba atrapada en un campo de extasis, sin apenas movilidad. Estaban consiguiendo lo imposible, esforzados al máximo, los magos iban cayendo poco a poco, cuando por la tensión su corazon explotaba como si apretases una ciruela en el puño. Otros empezaban a sangrar por las orejas y caían entre estertores para morir después. Pero la invocación de Babeester se había completado casi. Entonces Cyna por fin habló:
- Pts pts, no no - dijo moviendo su dedo esbozando una sonrisa.
Se liberó del campo de extasis , como si sólo hubiera simulado que le afectase para ver morir a los magos por nada. Se movió con increíble velocidad hasta Babeester y con la mano, en un movimiento rápido, le arrancó el corazón. Dejando la invocación incompleta. Babeester miró a Cyna unos segundos , viendo su propio corazón aun palpitante ser estrujado por Cyna y, de no se sabe donde, saco fuerzas para escupirle. Luego cayó al suelo. Y asi murio Babeester, esposa de Godunya, madre de Azalea, reina del imperio de Krakorela.
Godunya lloró y se quedo conmocionado. Cyna habló de nuevo:
- Quiero que sepas que con mis poderes, su alma jamás descansará pues se haya dentro de mí, sufrira tormentos inimaginables para siempre. Dentro de poco le seguirás tu.
Y siguió la frase con una sonrisa aguda falsa, con su voz de niña.
Godunya se colocó dio unos pasos hacia atras hasta notar el borde de la torre, todavía conmocionado y se preparó para agotar sus fuerzas luchando contra Cyna. Entonces, de repente, se dió cuenta que aun no estaba acabado porque....
Abajo, donde Ulrich y Azalea, apareció por el portón abierto un ser de apariencia humanoide, con armadura de placas completa. El ser estaba como en llamas, rodeado completamente de un fuego rojizo intenso.
- Ese debe ser el capitán de su ejercito si le matamos muchas criaturas perderan el control. Quizá aun haya esperanza. - alentó Ulrich.
Y se dirigió hacia el ser de fuego, pues de todos modos el se dirigía a ellos y Ulrich quería alejarlo de Azalea.
Azalea sacó las dos espadas y se encaminó a ayudarle pero las criaturas caóticas parecieron fijarse en ella, posiblemente por orden del ser de fuego. Y apenas conseguía mantenerse con vida. Menos avanzar hacia Ulrich o el ser de fuego.
De la garganta del ser de fuego surgió un rugido. De inmediato desenvainó, empuñó la espada y se encaró a Ulrich. Los ojos se le desorbitaron al ver que Ulrich no se amedrentaba lo más minimo, acostumbrado a que su aura mágica de miedo hiciese más efecto; se abalanzó sobre el maestro de esapdas descargando la espada negra sobre la cabeza de Ulrich. Éste logró levantar el escudo y bloquear el golpe; . El ser de fuego le gritaba algo en una lengua incomprensible. El guerrero no se molestó en entenderle, el tono iracundo le bastó para deducir que aquel ser no le estaba proponiendo una negociación pacífica. Siguió defendiéndose sin atacar al ser de fuego, avanzando palmo a palmo por la larga entrada hasta casi salir del cinturón. Su primera prioridad era alejarlo de Azalea. Cada vez que le golpeaba el Escudo, tanto la espada como el escudo lanzaban notas salvajes de gran intensidad. Implacable, el ser de fuego continuó obligando a Ulrich a retroceder a golpes de espada contra el escudo y contra su acero, con una fuerza fantástica.
Ahí debia protegerse a la vez de criaturas caóticas sobre un suelo inestable de cadaveres semi podridos. Sin la posibilidad de esquivar al iracundo caballero, Ulrich contraatacó con toda la energía que había estado conteniendo hasta ese momento. Usando sus maestrías mas poderosas, con el escudo en alto y revoleando las espadas, tomó la ofensiva y sorprendió al ser de fuego, que evidentemente no estaba acostumbrado a semejante comportamiento por parte de un contrincante. Sintió el golpe de sus magníficas espadas al impactar en la endeble armadura de hierro del ser de fuego, provista de clavos antiestéticos, con una cruz de un rojo deslucido en el pecho que no constituía una insignia adecuada para un ser de tal poder. Pero los poderes del arma del ser de fuego y su habilidad eran innegables porque aunque forjada del mismo modo basto que la armadura, no perdía su filo y amenazaba con perforar el Escudo a cada golpe. Ulrich tenía el brazo izquierdo entumecido por los golpes y le dolía el derecho. Habia algo en el ser de fuego que le drenaba la fuerza lentamente.
El ser de fuego hizo una pausa y gritó algo, pero Ulrich no le prestó
atención, concentrado, y aprovechó para aplastar al ser de fuego con su escudo. El ser de fuego retrocedió tambaleante, mientras su espada despedía un sonido silbante. Ulrich golpeó en la abertura que había entre el yelmo y la colla de Roland con el golpe de tierra, su mejor maestría de espada. La cabeza saltó de los hombros y salió rodando grotescamente, pero de la yugular no manó la sangre. Los ojos permanecieron abiertos, fijos en ulrich.
El cuerpo del ser se limitó a seguir atacando mientras la cabeza reía sin parar y decía:
- No puedes matarme. Como un servidor de Aquella cuyo nombre no debe ser pronunciado, ningún arma física puede matarme.
Azalea por fin consiguió acercarse más , ayudada por algunos camaradas que dieron la vida por ella. La cabeza del ser pronto reapareció en su cuerpo, intacto, con su fuego cubriendole con el mismo color rojizo intenso. Antes de darse cuenta, Azalea tenía al ser de fuego acosándola.
- Pero primero la mataré ella, quiero que justo cuando mueras, Ulrich, lo úlmo que pienses sea que el alma de tu amada sufrirá los tormentos mas retorcidos por siempre.
Ulrich no dijo nada, sólo tenía una cosa en mente, un sólo objetivo enfocado completamente. A él le daba igual morir, pero ni el ni Azalea moririan por causa de Cyna, así sus almas descansarian y, tarde o temprano, se volverian a encontrar. Se lo perjuró a si mismo , por el amor que sentía por ella. Se concentró en una maestría en particular , pero el tener que defenderse continuamente de criaturas caóticas no le permitía reunir el tiempo y concentración suficientes para realizar la maestría: Sacrificio.
Con golpes que la hacían tambalearse, caer al suelo y casi soltar el arma. Apenas soportaba Azalea las embestidas de la espada del ser de fuego. Si no había sido rival para Ulrich, ella no lo aguantaría mucho.
Aguanto lo que pudo hasta que perdió las dos espadas con una maestría hábil del ser de fuego, cayendo al suelo Azalea. Éste sonrió y se preparó para descargar el golpe final contra ella. Choque de metal contra metal, otra espada hábil bloqueó la del ser de fuego protegiendo a Azalea que se aprovechó para alejarse rodando hacia sus espadas, recuperandolas.
- Te tengo dicho que el hombro mas alto en los bloqueos. - comentó irónicamente el capitán de la guardia del dragón.
El ser pareció enfurecerse contra el nuevo oponente que le había arrebatado a su presa. Pero el capitán detuvo los golpes del ser de fuego uno tras otro.
Tu hermano sigue vivo , defendiendo casi el sólo la otra puerta. Tu amiga Wu ying está a su lado, no sabía que fuese tan buena guerrera. Supongo que era tan humilde como para ponerse a trabajar de criada pese a su habilidad. Y mas impresionante aún el hecho de que luche sin armas. Me suplicó tu hermano que viniese a ayudarte, que ellos se arreglarían sólos. Al final me lo ordenó. - dijo mientras detenía con una cierta facilidad los golpes del ser de fuego.
Capitán....-dijo Azalea - ten cuidado con el ser de fuego, ni tu hijo pudo con él.
Sí, no creo que pueda vencerle pero puedo aguantarle eternamente. A mi hijo, le enseñe todo lo que sabe , no todo lo que YO sé - dijo con un guiño. A veces un padre a de menguar para que dejar que su hijo ocupe su lugar.
Arghhhhh.
Se oyó un grito de dolor, Ulrich habia sido herido dejando caer el escudo, sangre a borbotones manaba de su brazo que, casi inerte, pendía de su hombro. Pese a eso, seguía defendiendose con una espada, haciendo pocas paradas con la otra.
¡Ulrich!, capitán...te lo suplico. Ayuda a Ulrich, yo aguantaré al ser de fuego, te lo prometo. Dijo sin importale que el ser de fuego la matase y sufriese un tormento eterno, ante la visión de Ulrich a punto de morir.
No puedo mi deber es defend..
¡Te lo ordenó! - gritó, y mas calmada luego dijo: Por favor maestro, es la mejor forma de servirme.
Grrr de acuerdo.
Lanzó una serie de golpes rápidos al ser de fuego, que ahora se concentraba en defenderse. Y en cuanto pudo se alejo de él, dirigiéndose a su hijo, Ulrich.
El ser soltó una carcajada y con una risa maquiavélica volvió a su objetivo inicial, Azalea. Esta, con la determinación en la mirada se puso en posición de defensa y exclamó:
- ¡Adelante!, ya no lucha solo Azalea, el amor de Ulrich guía mi espada ahora. !Adelante! ataca si estas tan seguro de matarme. Te demostraré como lucha una mujer enamorada.
Y el ser contraataco, y Azalea paró los golpes y contraatacaba con una furía brutal, como si de una fuerza de la naturaleza se tratase, haciendo incluso retroceder a veces al ser de fuego que, sorprendido ante tal potencia se concentró completamente.
El capitán y Ulrich no tenían muchos problemas en desahacerse de los las criaturas que les acosaban. Ulrich aprovechó un momento para decirle a su padre, el capitán:
- Padre, sólo hay una forma de vencerle. Sé que no querrás pero debo hacerlo, sacrifice.
Su padre asintió, sabiendo que no habría forma de convencerle y de que además tenia razón. Ulrich suspiro pausadamente, se arrodillo con la espada apoyada en el suelo como rezando y empezó a concentrarse. Era una maestría de un sólo uso, tanto si la hacía correctamente como si fallaba moriría muy posiblimente. Pero una cosa tenía clara, tenía que hacer lo imposible, incluso sacrificarse a sí mismo antes que dejar que su amada Azalea muriese ante el ser de fuego o cyna. Pasados unos segundos su espada se iluminó, y de su mismo cuerpo salió una luz brillante que pasaba al arma. Tal era la maestría de sacrificio, fundir su propia alma con la espada y asi crear un arma que hiciera no sólo daño físico sino espiritual. Su padre le defendió durante largo tiempo hasta que tuvo la maestría preparada, eso sí, con torrentes de lágrimas cayendo de sus ojos, sabiendo que su hijo posiblemente moriría.
El ser de fuego, acabó la concentración y su fuego se intensificó, dos golpes despues las espadas de Azalea se rompieron, esquivó un tercer golpe, y el cuarto golpe le rompio el torso de la armadura, rompiendole un par de costillas y tumbandola. El ser de fuego, sonrió y Azalea sintió un estremecimiento, una sensación de deja vu como si ya hubiese soñado o vivido esto y antes de que el ser de fuego descargarse el golpe mortal, pudo ver a Ulrich rodeado de la luz de su propia alma, como si un millar de luciérnagas estuviesen revoloteando a su alrededor, acabar de pasar energía al arma y dar un golpe al ser de fuego. El ser de fuego profirió un grito de terrible dolor. Agonizó un tiempo y la armadura metalica y armas cayeron al suelo, como si lo que habitaba dentro de ellas hubiese dejado de existir. Ulrich sonrió a Azalea , cayó de rodillas primero y finalmente el resto del cuerpo cayó tambien al suelo. El ruido de metal al caer Ulrich hizo estremecerse a Azalea. Azalea se acercó a Ulrich rezando porque siguiese vivo y pudo comprobar que estaba...
Godunya estaba al borde del tejado de la torre. Entonces, de repente, se dió cuenta que aun no estaba acabado porque vió algo que le llenó de esperanza.
- Cyna, tu propias ansias de dolor serán tu perdición. Debiste matar a mi esposa rapidamente sin regocijarte en su dolor. Después de arrancarle el corazón, se mantuvo con vida el tiempo justo, sacando fuerzas de su propia voluntad pese a tener el corazón arrancado sus sentimientos seguían estando en su alma, no aguantó para escupirte, sino para cerrar el hechizo aunque no estuviese del todo completo. Invocó a Hecatonchires a este plano. El te vencerá. Perecerás , ante el cadáver de mi esposa juro que morirás y la liberarás de su tormento.
Y dicho eso, Godunya extendió los brazos y se dejo caer de espaldas. Una caida de muchos metros que sin duda le mataría. Pero no era eso lo que tenía en mente, sabía que lo que vió le salvaría de la caida.
Efectivamente, hocico de cicatriz, el dragon mas rápido de krakorela le acunó. La petición de auxilio llegó a los draconuts del sur. Junto a hocico de cicatriz, 2000 dragones, sabios y poderosos llegaban a la ciudad, arrasando con su fuego las legiones de criaturas de cyna. La ciudad estaba prácticamente salvada.
El resto de supervivientes, animados por la visión de los dragones, símbolo del Imperio de Krakolera, renovaron sus fuerzas.
Cyna no se molestó especialmente.
Bah, puedo destruir a todos los dragones igual, no tengo rival, estoy por encima de todos vosotros.
No tan por encima de mí dijo un figura en el tejado. Hechatonchires, el dios de la luz intensa, avatar de Yelmalio por fin había aparecido.
Tienes razón en una cosa no puedo vencerte, camino pausadamente hacía Cyna. Pero con un ejercito suficientemente poderoso sí. Y al menos si puedo expulsarte de aqui temporalmente hasta que lo reuna.
Y conforme acabó esa frase , un portal se abrió alrededor de Cyna, como si el espacio alrededor de ella cambiase y desapareció.
Hechatonchires hizó una pausa para entonar un hechizo cuyo proposito sólo el conocía. Sonrió y desapareció.
En poco tiempo el resto del ejercito invasor fue derrotado y todos los supervivientes gritaron de alegría y aclamaron a Godunya. Todos, menos uno. Azalea.
Azalea comprobó que Ulrich estaba...agonizando, le quedaban segundos tal vez minutos de vida. Y ninguna magía podía salvarle, su misma alma había sido consumida para salvarla, ni siquiera podría ser resucitado. Dejaría de existir, se sacrificó por su pueblo y por ella.
No, no, ¡NO!
Azalea, princesa mía. Me muero, sólo me mantengo porque NO puedo morir sin pedirte una cosa.
¡Lo que sea!- dijó ella con un mar de lágrimas, mientras le abrazaba en el suelo apoyando su cabeza en su pecho, como la noche que se declararon el amor, la noche que pensaron que serían felices para siempre y estarían juntos.
Te propongo un pacto, JURO por todo lo sagrado que de algún modo encontraré el modo en la otra vida de volver a renacer y JURO que te encontraré cuando renazca y entonces NADA, ni cyna ni nadie podrá separarnos indefinidamente. Lo que te quiero pedir es que vivas feliz mientras tanto y me esperes guardando un hueco en tu corazón.
Hizó una pausa y luego añadió:
Siempre que me recuerdes pon una vela el aniversario del día que nos declaramos el amor, como símbolo de la dicha que nos fue arrebatada por Cyna.
¡Claro! - respondió entre sollozos - y entonces no aguantó más y rompió a llorar como nunca había llorado.
En un instante pasaron por su mente todos los proyectos que iban a hacer. Maldijo todo el tiempo que estuvieron enamorados sin decirse nada, tiempo desperdiciado que nunca volvería. Recordó sus sonrisas profundas cuando le veía. Recordó cuando hicieron el amor dulcemente. Recordó cada momento con el que habían pasado juntos y lo atesoró en ese momento. Para seguir recordandolo todo cuando se volvieran a juntar. Finalmente consiguió decir:
- De acuerdo, lo JURO.
Ulrich se esforzó por sonreir, acarició la mejilla de Azalea dulcemente y, como esperando la contestación de su amada para morir, cerró los ojos y falleció. Ulrich, el maestro de espadas, el amado de Azalea, su prometido. Murió en Chi ting, el dia que Cyna eligió atacar este plano. Bajo lágrimas de amor de su amada, rodeado de los cadáveres de todos los caídos. RIP.
EPILOGO:
Azalea pasó 2 dias y 2 noches sin moverse del lugar donde murió Ulrich, como si un pedazo de su alma se hubiese quedado ahí y, nadie dice que no fuese así.
A los 3 días se hizo el entierro y despedida de Ulrich, con los máximos honores que se podían dar en Krakorela, e incluso algunos otros que fueron inventados sólo para el entierro de tan valeroso guerrero. Poco le importaban a ella.
Una gran multitud se reunió junto a la desembocadura del gran rio , en el bosque más bonito de toda Krakorela. De ramas frondosas y colores vivos. Con el sol poniendose en el horizonte. Cada habitante de krakorela reunido ahí, en silencio y profundo respeto, los mas ancianos draconuts sobrevolando el cielo, siguiendo algun rito para honrar a sus camaradas caidos, pues desde entonces le consideraron a Ulrich un igual. El cuerpo inerte de Ulrich con los mejores ropajes y sus armas en su pecho, en la barca mas lujosa posible. Incluso pareció que cada animal del bosque rendía tributo y respeto a su muerte y despedida. Poco le importaba a ella.
Se pronunciaron palabras de despedida, las figuras mas notorias de Krakorela , del reino de Loskam y de la Nación santa pronunciaron los mas bellos discursos, llenos de honra y orgullo para con Ulrich. Ni siquiuera prestó atención a lo que decían, sumida en su dolor. Poco le importaban a ella.
Incluso los bardos habían compuesto algo para que Ulrich fuese recordado para siempre, para que le recordaran como el gran guerrero que fue yse hiciese famoso por toda Glorantha:
Llorando de sus entrañas lágrimas de roja sangre, asi calló en la batalla la más fiera de cuantas hubo Ulrich, maestro de Espada a poco tiempo ocurriera la más alta de sus gestas pues sin empuñar arma alguna que no fuera su destreza aferrose a su valor (mayor que el que nunca vieran) para descubrir su alma ante su amada princesa Amor reciente nacido, principio de gran aventura que por espada balmunga dió con la gran desventura de una muerte enamorada resultando prematura Y su princesa, salvada con la muerte de su amor lo mira con gran tristeza y gran pesar de corazón pues siente que si lo pierde de nada le habrá servido la hermosa vida que dió
No rompió a llorar pues ya no le quedaban mas lágrimas que verter. Pero el dolor dentro de ella creció. No sabía si podría cumplor el pacto, que de todos modos, después de informarse sobre su muerte y consultar a los mas grandes magos, resultaba imposible de cumplir, pues no habia hechizo ni mortal que pudiese traerlo de vuelta. Le pareció muy bien que le compusieran un poema, que los bardos cuentan sus historias en el devenir del tiempo, pero en realidad..en realidad poco le importaba a ella.
Tan sólo recordó una vez más el poema que Ulrich le dedicó aquella noche bajo el cielo cubierto de estrellas tintineantes, cómplices silenciosos de su nacido amor. Y lo recordó con ya un dolor que se acercaba en lo insoportable, mientras la barca con los restos frios de Ulrich era incendiada y se dirigía al profundo e inmenso mar para desaparecer para siempre:
Tanto tiempo esperando a
saborear la ternura de tus labios
ver al mundo por las esmeraldas de tu mirada
sentir la seda de tu piel en mis manos agrietadas
por escarcha, batallas y espadas...
tanto tiempo esperando...
y ahora tu alma apaciguara la mía
ya no serás para mí, estrella lejana en la noche
ya no tendré que gritar mis palabras de amor a la luna
pues podré susurrártelas al oido
mientras acaricio tus delicadas curvas
tus palabras refrescarán mi alma
tan atormentada de llantos y gritos...
tanto tiempo esperando...
tu felicidad y la mía
tu amor...
Tanto tiempo esperando y ahora...
sé que la felicidad ha tocado a mi puerta
la abrí con miedo y apareciste tú
tan resplandeciente como siempre unámonos en un abrazo infinito
y vivamos nuestras vidas
al son de la melodía eterna
Te amé, te amo y te amaré...
Se fueron todos del entierro al principio como un goteo y luego como un torrente , hasta que ,finalmente, al amanecer del día siguiente, todavía sin haberse movido de lugar de despedida del cuerpo de Ulrich, pensó que no lo soportaría que el dolor era demasiado grande y que quizá sería mejor quitarse la vi
- No pienses esas cosas .
Le sorprendió una voz detrás. Se giró sin mucho ánimo al ver a una figura.
Un hombre alto y moreno, de una cierta edad con un diente de oro y rostro afable y sabio.
Crees que el pacto de amor no se puede cumplir, pero te aseguró que sí. Soy HDO, aunque tu me conoces como Hecatonchires. Tengo casi reunido el ejercito para vencer a Cyna en la Gran Batalla. El más debil de ellos es mucho mas fuerte que tu. Serña una batalla dura y sino ganamos tu camino sera más largo y duro aún. Tienes un papel en mi plan. Si vienes te prometo que vuestro pacto se cumplirá. Aquella noche , después de expulsar a Cyna, antes de irme. Cogí una fracción del alma de Ulrich antes de que desapareciera. Puede renacer con eso en otro tiempo y lugar y reencontraros. Tenias razón, ningun mortal o hechizo puede hacer eso. Pero yo NO soy un mortal. - y le sonrió tiernamente.
Ella se sobrecogió de alegría.
¿Vengarme de Cyna, acabar con su amenaza y reunirme con Ulrich? Por todos los dioses, ¡claro que sí!
Genial, vamos pues, acompañame aun debo recoger a otros más como tu para poner en marcha mi plan secundario contra la odiosa Cyna.
Y abrió un portal. Entró al portal, Azalea fue a entrar, miró hacia atras un instante mirando hacia el horizonte donde desapareció el cadaver de Ulrich y antes de entrar afirmó solemnemente:
- Volveremos a vernos querido, cumpliremos el pacto de amor.
FIN
Créditos:
A Zom, por ser coautor del relato, pese a que sea con mi nick con el que se publica el relato. La mitad del relato es suya (casualmente la mitad que esté mejor xD)
A Hunteo, por su aportación poética al relato (gracias!).
A Cyna, por permitirme nombrarla.
A Lucky Strike, por el apoyo moral.
Y a Sandy Petersen, sin el cual, este relato no habría sido posible (es decir, si os entraron naúseas al leerlo, cosa bastante común en mis relatos (por llamarlos relatos), ¡¡¡no me culpeis a mí sólo!!! A Sandy a Sandy) :)