Pacto de amigos

Mi mejor amigo me propone un pacto muy excitante y no puedo decirle que no a algo así.

Mi amigo y yo teníamos plena confianza. Nos lo contábamos absolutamente todo, no había problema en hablar de cualquier tema con él, incluso los temas más comprometidos. Él mejor que nadie sabía que yo ultimamente no estaba pasando por un buen momento con mi pareja, y me propuso un pacto: mira, se que estás en dique seco y quiero ayudarte, te propongo darte lo que no te da tu novio...pero será solo sexo, sin malos rollos, sin hablar siquiera. Follar y y está. Como lo ves?

Es un pacto de colegas, sin complicaciones...Sin preguntas, no quiero que hablemos nunca de esto, nos sentiríamos incómodos y la amistad se iría a la mierda. -Y como lo haríamos?- pregunté yo lleno de curiosidad. -Es fácil, dijo él. Dame las llaves, cuando tengas ganas, envíame un emoticono al móvil, siempre el mismo, y yo lo entenderé. Vendré, follaremos y me iré como si no hubiera pasado nada. -Sin hablar?- le dije. -Si, sin decirnos nada, solo sexo. Le dije que vale, que me daba mucho morbo. En el fondo, dudaba que fuese a hacerlo de verdad, era solo en el calentón del momento que se sentía tan gallito. Seguro que se rajaría. Pero le di las llaves y le dije que le enviaría el icono de la berenjena. Más obvio imposible. Pasó el fin de semana y no volvimos a comentar más el tema. Un pacto era un pacto. Mi pareja se fue de viaje, y yo me subía por las paredes.

Muchos meses sin hacer nada y encima me quedaba solo en casa...y caí. Envié el icono de la berenjena. Y pasó una hora...dos. No hubo respuesta. Pensando que mi amigo era un rajado, me duché y me fui a dormir. A media noche oí como se abría la cerradura. Alguien entraba en casa. Era imposible que fuera mi pareja así que solamente podía ser él. Se había atrevido? Me puse tan nervioso que no se me ocurrió otra cosa que fingir estar dormido. Noté que entraba al baño, oí la ducha y luego fue a la cocina...no tenía prisa al parecer. No entendía si me estaba vacilando. Oí que comía algo...luego entró en la habitación. Se quedó inmóvil en silencio. Supongo que dudaba si estaba dormido o no. Noté su peso en el otro lado de la cama, yo me giré dandole la espalda, él se deslizó bajo las sábanas y se encontró con mi cuerpo desnudo. La verdad no le estaba esperando, pero suelo dormir así, me resulta más cómodo. Noté su cuerpo caliente, acercándose a mi, y sus manos recorriendo mi espalda.

Yo no hice nada, quería ver hasta donde era capaz de llegar. Sentí sus dedos explorándome, tocando mi culo. Supongo que le gustó notar mi piel suave, yo no soy peludo y eso suele gustar...y más cuando el tío no es gay. Noté sus dedos, ahora húmedos de saliva, jugando con la entrada de mi culo. Jugaba con suavidad pero con firmeza, y notava como sus dedos se hundían con avidez, abriéndome una y otra vez. Yo seguía inmóvil, sin hablar, era el pacto. Él se acercó más a mi, y agarrando mi cadera, empujó su polla dura contra mi entrada, metiéndola profundamente. No pude evitar jadear, delatándome, ahora sabía perfectamente que estaba despierto, con lo que él gimió embistiéndome con más fuerza, me agarró por el cuello acercándome a él, podía notar todo su cuerpo pegado el mío, el calor que desprendía, y poco a poco el ritmo se fue acelerando, y el placer aumentaba cada vez más. Notaba como sus manos expertas guiaban mi cuerpo, hasta el punto que cambiamos de postura, ahora él estaba encima de mi, y yo boca abajo, sintiendo más profundamente que nunca como nos uníamos en cada movimiento. Agarraba fuertemente mis brazos, inmovilizándolos contra mi espalda, y yo no podía hacer otra cosa que dejarme llevar por aquella follada en silencio, tal y como habíamos acordado. Notaba perfectamente su polla entrando y saliendo una y otra vez, sus huevos chocando contra mi culo, todo su cuerpo en contacto con el mío, era muy excitante.

Seguimos así bastante rato, hasta que noté que aceleraba el ritmo y todo era más violento, más animal. Estaba aprovechándose que yo no me quejaría,  sabía que yo aguantaría lo que fuese con tal de no romper el acuerdo, y me follaba como no podría jamás follar con ninguna mujer con la que habría estado. Estaba descargando toda su energía en mi y eso me estaba llevando irremediablemente a un clímax que provocaría que los dos nos corriésemos sin remedio. Empezó a jadear y sus fuertes manos me agarraron con fuerza, haciendo que su polla se clavara muy profundamente en mi. Noté como empezaba a vaciarse dentro de mi, notaba como me llenaba con su semen caliente... no había usado condón, pero por suerte ambos sabíamos que no teníamos nada que temer. Yo también empecé a gemir y correrme sin siquiera tocarme, todavía tenía las manos inmovilizadas en mi espalda, y noté como empapaba las sábanas, que tendría que cambiar más tarde.

En cuanto acabó, sin decir nada, la sacó, se levantó...y se fue. Tal y como habíamos pactado no dijo una sola palabra, y eso lo convirtió en la mejor follada de mi vida. Fue una experiencia casi mística, solamente sexo y ya está. Me había hecho sentir mucho mejor y dormí como un tronco.

Él sabía lo que necesitaba y me ayudó, por que como se suele decir, ¿para qué están los amigos sino?