Pablo, Lucía y Jamal. Capítulo 3: Liberación

Borra tus prejuicios sobre el sexo y vive en primera persona esta historia de amistad y sexo compartido que abrirá tú mente para siempre

CAPITULO 3.- “LIBERACIÓN”

Jamal salió de casa de Lucía después de recibir la supuesta noticia de que su padre se encontraba mal. Pablo por su parte se despidió a la carrera de su vecina, dándole las gracias por la cena de bienvenida y por una velada tan agradable. En cuanto se despidió de Lucía, Pablo salió corriendo para ver qué pasaba con el padre de su amigo.

  • ¿Cómo está tu padre Jamal? ¿Qué le ha pasado exactamente? – Dijo Pablo muy acelerado y preocupado.

  • Tranquilo Pablo, en realidad no le ha pasado nada a mi padre. Siento mucho haber hecho que te preocuparas tío, perdóname por favor. - Dijo Jamal con la cabeza agachada y en un tono muy calmado.

  • ¡¡No me jodas Jamal!! ¡¡Eres un cabrón tío!! ¡¡Por poco me da un puto infarto!! Al ver tu cara pensé que había pasado algo muy chungo joder. Se puede saber, ¿por qué cojones te has inventado eso?

  • ¡¡Lo siento mucho de verdad Pablo!! Pero no encontré otra forma de salir de esa casa, lo último que quería es que pasaras un mal rato por mi culpa.

  • Vale ok perdonado, ya me tranquilizo. Pero Jamal, hermano, nosotros siempre nos lo contamos todo. ¿Qué te ha agobiado tanto para querer salir de casa de Lucía de esa manera?

  • Tienes razón hermano, nosotros siempre nos lo contamos todo, así que voy allá. ¿Recuerdas el primer día que conocimos a Lucía? Me resultó súper atractiva y me quedé embobado mirándola. En ese momento empecé a fantasear con ella pero… ¡¡Sorpresa!! Tú también estabas en todo momento en aquella fantasía. ¡¡Nos la estábamos follando los dos Pablo!! Y aunque entre nosotros no pasaba nada, fue muy raro. De repente verme ahí contigo follándonos juntos a una tía no sé.

  • ¡¡¡Joder Jamal!!! Yo también fantasee con ella ese día pero si te soy sincero en mi fantasía no estabas tú. Pero tío, ¿por qué te rallas tanto? ¿Te excitó pensar que yo estaba allí? ¿Sentiste deseo hacia mí en aquella fantasía? Necesito que seas muy sincero con esto Jamal. Sabes de sobra que yo no juzgo nada, pero necesito saber qué sentiste.

  • Pablo, sabes de sobra que sólo me gustan las tías y mucho además. Pero sí, me excitó mucho la idea de vernos a los dos follándonosla. No fue algo directo hacia ti, era más por la situación en general, ¿sabes? Pero a la vez era raro, algo que nunca había existido en mi cabeza apareció de repente. ¡¡Joder!! Lo que menos quiero es que nuestra amistad se joda por algo así. ¿Lo entiendes?

  • A ver Jamal claro que lo entiendo. A mí también me excitó y me resultó raro a la vez cuando estuvimos tocando los dos a Lucía. Es una situación totalmente nueva para nosotros y encima con nuestro mejor amigo al lado. Pero es un hecho que a los dos nos pone muy cachondos Lucía, eso está claro. Pues tío, quitemos los putos prejuicios sociales y disfrutemos de esto mientras que no nos haga sentir mal a ninguno o nos haga joder nuestra amistad. Simplemente dejémonos llevar sin pensar nada y más ahora que los dos nos hemos sincerado con el otro. Para mí lo primero es nuestra amistad y que nos sintamos bien, lo demás es secundario. ¿Qué te parece? ¿Estás de acuerdo?

  • Sí tío, estoy de acuerdo contigo. No tiene sentido rallarse por algo que todavía no hemos probado. Si no nos mola a alguno o nos hace sentir raros pues lo dejamos y punto. Para mí también está nuestra amistad lo primero pero lo cierto es que nuestra vecina me pone muy cachondo y ella ha elegido follarnos a los dos a la vez, al menos eso parece de momento. Así que juguemos sin miedo y a ver qué pasa.

  • ¡¡Ese es mi hermano joder!! – Dijo Pablo dando un abrazo muy efusivo a Jamal.

A la mañana siguiente, después de haber hablado, todo volvió a la normalidad. Los chicos pensaron que ahora les tocaba a ellos invitar a Lucía a cenar en casa para intentar arreglar el desastre de la noche anterior. Aunque no sabían si estaría receptiva o no, tenían que intentarlo. Jamal creyó que era él quién debía hablar con Lucía. Era casi la hora de comer y pensó que podría estar en casa. Llamó a su puerta, Lucía salió con una camiseta ajustada pero no llevaba sujetador. Sus pezones se marcaban perfectamente y Jamal no pudo evitar mirarlos de reojo.

  • ¡¡Hola Jamal!! Al fin te veo, ¿qué tal está tu padre? ¿Todo bien? Me quedé muy preocupada anoche pero prefería no molestaros.

  • Todo genial Lucía, al final quedó en un susto y no fue nada. Muchas gracias por preguntar, eres un amor. Por cierto perdona por salir de tu casa de esa forma. Lo estábamos pasando genial y fue un corta rollos, pero ya sabes me preocupé.

  • No tiene por qué disculparte, son cosas que pasan. Me alegro mucho de que no haya sido nada y que tu padre esté bien. Por cierto yo también lo estaba pasando muy bien con vosotros, sois muy divertidos jeje.

  • Pues no sabes cuánto me alegro que tú también estuvieras a gusto. Para compensar el desastre del otro día, queríamos invitarte esta noche a cenar en casa. ¿Qué me dices vecina, aceptas la invitación?

  • Jeje por supuesto que sí acepto, faltaría más. A dos chicos tan guapos invitándote a cenar, no se les puede decir que no. – Dijo Lucía guiñándole un ojo a Jamal.

  • ¡¡Genial entonces!! Pues si te viene bien, ¿nos vemos a eso de las ocho y media?

  • ¡¡Me parece estupendo Jamal!! Esta noche os veo entonces y gracias por la invitación.

Los chicos, entusiasmados, se pusieron a preparar la cena y a arreglar la casa. A eso de las siete y media ya lo tenían todo a punto para recibir a su vecina por lo que empezaron a ducharse y a arreglarse para la ocasión. Los dos iban con pantalones vaqueros y zapatillas pero Jamal eligió camiseta y Pablo camisa. Habían hablado que esta vez tenían que ir a por todas y dejarse llevar porque no habría muchas más oportunidades. A las ocho y media en punto apareció Lucía. Llevaba un vestido blanco y corto con un estampado informal y divertido. Un escote escandaloso y unas sandalias de tacón. Su melena pelirroja y rizada la llevaba suelta. Iba tremendamente sexy y divertida. Cuando los chicos abrieron la puerta se quedaron impresionados de lo increíblemente guapa que iba Lucía.

Antes de cenar, hicieron un picoteo informal y empezaron con las cervezas. Enseguida empezaron las risas y el tonteo entre los tres. Los chicos tenían claro que en cuanto notaran que ella estaba cachonda pasarían a la acción. Estaban los tres sentados en el sofá y hubo un momento en que el que Lucía pilló a Jamal mirando su escote, ella lo miró a él mordiéndose el labio inferior y sonriendo. Notó como sus pezones se endurecían y su cuerpo se calentaba al momento. Jamal cogió las manos de Lucía y la levanto del sofá suavemente hasta dejarla enfrente de él. Se quedó mirándola fijamente y empezó a pellizcar con su boca los labios de Lucía. Pablo se puso por detrás de ella, levantó su melena y empezó a morder y a chupar su cuello mientras bajaba la cremallera del vestido. – Joder chicos tenía muchas ganas de vosotros, me ponéis muy cachonda. – Estás buenísima Lucía, nos vuelves locos. – Dijo Jamal. Con el vestido en el suelo, Lucía le quitó la camiseta a  Jamal y él bajó lentamente hasta ponerse de rodillas. Pablo hizo lo mismo y se quitó la camisa. Jamal Apartó el tanga de Lucía pudiendo comprobar que estaba chorreando y empezó a morder sus labios. Mientras, Pablo pasaba la lengua por la espalda de Lucía y al llegar a la altura del sujetador lo desabrochó dejándolo caer al suelo. Lucía estaba cada vez más cachonda y su coño cada vez estaba más mojado. Giró su cuello para encontrar la boca de Pablo y éste agarraba sus tetas y pellizcaba sus pezones mientras sus lenguas calientes se fundían. Jamal se bajó el pantalón y quitó del todo el tanga de Lucía.

Además de su boca introdujo un dedo en su vagina y con su mano izquierda agarraba con fuerza su culo, ella se retorcía de placer. Pablo se quitó también el pantalón y se puso de rodillas. Empezó a morder el culo de Lucía y abrió sus cachetes para humedecer su ano con la lengua. Lucía empezó a tocarlos a través de la ropa interior y pudo comprobar que estaban muy duros. Se puso de rodillas entre los dos y bajó sus bóxer. Agarró sus pollas con las dos manos y empezó a hacerles una paja. Los dos se acercaron y ella empezó a chupar sus capullos hasta que no pudo más y se metió los dos a la vez. Sus pollas se hundían por turnos en la garganta de Lucía y cada vez estaban más cachondos. – ¡¡Joder chicos estoy muy cachonda!! Creo que me voy a correr ya y quiero que os corráis los dos encima de mí. Lucía se metió dos dedos y empezó a moverlos fuerte dentro de ella mientras los chicos terminaban sus pajas. Después de un gemido brutal Lucía empezó a correrse y eso hizo que los chicos aceleraran el ritmo de sus pajas. El siguiente en correrse fue Pablo, su corrida llenó de semen las tetas de Lucía mientras ella la restregaba con sus manos. Jamal estaba a punto de correrse y metió su polla en la boca de Lucía para terminar explotando dentro de ella. Los tres se miraron agotados y con caras de verdadero placer.

Por fin llegó la liberación y los tres supieron que quedaban por delante muchas veladas llenas de risas y mucho sexo.