Pablo, Lucía y Jamal. 2: Dudas, prejuicios y deseo

Borra tus prejuicios sobre el sexo y vive en primera persona esta historia de amistad y sexo compartido que abrirá tú mente para siempre

CAPITULO 2.- “DUDAS, PREJUICIOS Y DESEO”

Después de conocer a sus nuevos vecinos de enfrente, Lucía tenía una extraña sensación. Los dos por separado le habían resultado encantadores y muy atractivos pero lo cierto es que juntos formaban una combinación explosiva. Lucía notó como los dos la miraban con deseo y no pudo evitar que ese juego de miradas a tres bandas le excitara mucho. Por un lado estaba Pablo, de piel clara, alto y con cuerpo atlético. Tenía un corte de pelo moderno, el color de su cabello castaño con unas mechas más claras y sus ojos azul intenso, su barba bien recortada le daba un toque de chico malo a esa cara de niño que tenía, aspecto que no pasó desapercibido para Lucia y que hacía que Pablo fuese irresistible para ella. Por otro lado Jamal, algo más bajo que Pablo, era de complexión fuerte y su cuerpo estaba bien definido, su piel oscura y brillante, llevaba el pelo muy corto, sin barba, sus ojos color miel acompañando a una mirada penetrante. Era ese tipo de chico que podía seducir a una mujer con su sonrisa y Lucía no paraba de pensar en cómo se había derretido con la mirada y la sonrisa de Jamal.

A ver Lucía céntrate, son tus vecinos, probablemente les saco más de diez años a cada uno y además me pone muy cachonda la idea de hacerlo con los dos a la vez cuando ellos solo parecen amigos, algo que por cierto nunca me había pasado, ¿un trío con tus dos vecinos, estás loca? . Olvídate de ellos y haz como si no hubiera pasado nada, será lo mejor.

Lucía hacía todo lo posible por intentar olvidar aquel encuentro con sus vecinos pero lo cierto es que su cabeza no paraba de repetir aquella escena una y otra vez, algo que hacía que sus labios empezaran a mojarse al instante y terminara masturbándose pensando que los dedos que tenía dentro tocando su clítoris eran los de Pablo y Jamal.

A la mañana siguiente Lucía mantuvo una conversación con una compañera de trabajo que le hizo reflexionar sobre muchas cosas de su vida y en especial en el deseo irremediable que sentía por sus dos vecinos de enfrente.

  • Sabes Lucía estoy haciendo balance de mi vida y creo que no la estoy disfrutando como realmente quiero. Siento que las personas y en especial las mujeres vivimos presas de todos esos prejuicios que están instalados en nuestra sociedad y que tanto nos limitan, no hacemos libremente lo que queremos y creo que al final eso pasa factura porque vivir así nos hace ser infelices. – Dijo María haciendo una reflexión en alto

Mientras volvía a casa en el coche Lucía pensaba en la conversación que había tenido con María en el trabajo, decidió que ya era hora de dejar de pensar en que pudieran opinar los demás y que iba a dejarse llevar según viera en cada momento. Según subía las escaleras hacia su casa tenía claro que iba a cambiar el rumbo de su vida y que lo primero que quería era dejarse llevar con sus nuevos vecinos así que llegó hasta su puerta, se giró y llamó al timbre.

  • Hola, ¿qué tal, necesitas algo Lucía? – Dijo Jamal con su sonrisa seductora.

  • Eh no, en realidad era para proponeros una cena de bienvenida este sábado en mí casa, ¿tu nombre era Jamal, no? – Preguntó Lucía para quitar importancia a la invitación.

  • ¡¡Ala que guay!! Te lo agradezco mucho Lucía, así da gusto que te reciban tus nuevos vecinos jeje. Pues se lo comento a Pablo porque teníamos algún plan pendiente y te decimos algo cuanto antes para confirmarlo. –Dijo Jamal algo pensativo y confuso.

Esa respuesta y la cara de Jamal desconcertaron un poco a Lucía que esperaba ver a su vecino más receptivo pero a la vez seguía pensando que su sonrisa y su boca la volvían loca y esperaba que al final decidieran aceptar la invitación.

  • Tal vez he sido demasiado directa o no tendría que haberlo propuesto tan pronto porque en realidad es la segunda vez que hablamos pero bueno ya está hecho y es lo que me apetecía. – Pensó Lucía mientras miraba sin parar la boca de Jamal.

  • ¡¡Genial!! Pues entonces ya me decís algo concreto para ver que preparo de cena y demás en caso de que podáis venir, pero de verdad sin ningún compromiso eh Jamal, aquí los vecinos no suelen ser muy acogedores con la gente nueva y me pareció buena idea hacer una cena de bienvenida pero si os apetece se puede hacer en otro momento que os venga mejor. – Dijo Lucía intentando quitar tensión al momento

  • Claro que sí Lucía, la intención es lo que cuenta y te agradezco mucho la invitación, en cuanto hable con Pablo y sepamos algo te concretamos. – Dijo Jamal con media sonrisa.

Lo cierto es que Jamal se sentía muy atraído por Lucía pero dudaba mucho en decirle a Pablo lo de la invitación para cenar con ella porque tenía miedo de afrontar la situación de estar los tres juntos después de la fantasía que tuvo al conocerla. Finalmente decidió lanzarse y tras comentárselo a Pablo decidieron aceptar y ver qué pasaba en esa cena.

Llegó el sábado y a eso de las nueve, Pablo y Jamal llamaban a la puerta de Lucía. Ellos cada uno con su estilo, vestían elegantes pero informales sin saber cómo los recibiría su imponente vecina. Lucía abrió la puerta saludándolos con una sonrisa, vestía con pantalón vaquero ajustado y una camiseta negra de tirantes con un escote que mareaba sólo con mirarlo, estaba espectacular y los chicos se quedaron boquiabiertos. La cena fue bastante fluida y transcurrió entre charlas y risas, la verdad es que se notaba que los tres conectaban muy bien a pesar de la diferencia de edad ya que Lucía era una mujer muy juvenil y de mentalidad muy abierta con la que se podía hablar de todo sin problema. A medida que el vino iba subiendo las miradas se sucedían con más intensidad entre los tres hasta que de repente empezó a sonar la canción favorita de Lucía y ésta se levantó para ponerse a bailar en medio del salón de una forma divertida y sensual. Pablo y Jamal la miraban fijamente mientras bailaba, con deseo, ella sabía que sus miradas recorrían su cuerpo y sin dudarlo les dijo que se acercaran a bailar. El primero en acercarse a Lucía fue Pablo que la cogió por la cintura moviendo su cintura de forma sensual a lo que ella respondió rodeando su cuello con los brazos, en ese momento los dos miraron a Jamal indicándole con la mirada que se uniera al baile a lo que éste no pudo decir que no. Jamal se acercó y también agarró a Lucía de la cintura, ella cada vez estaba más cachonda y sus movimientos cada vez eran más eróticos a lo que los chicos respondieron pegando sus cuerpos mucho más al de Lucía hasta que ella notó sus pollas duras rodeando su cuerpo algo que hizo que sus braguitas ardieran y empezara a chorrear. La tensión sexual entre los tres iba subiendo de tono cuando Jamal miró a Pablo y sin saber por qué no pudo continuar con aquello.

  • Lo siento chicos, tengo que ir al baño, es urgente. – Dijo Jamal muy apurado.

Al salir del baño y sabiendo que de momento tenía que poner en orden su cabeza y una conversación pendiente con su amigo, Jamal les dijo que mientras estaba en el baño había recibido una llamada urgente de sus padres y que sintiéndolo mucho tenía que marcharse. Pablo y Lucía se quedaron muy sorprendidos por la reacción de Jamal y sin saber muy bien qué decir ante aquel coitus interruptus dijeron que lo habían pasado muy bien y que estaría genial repetirlo aunque en el fondo los dos lo veían poco probable.