Otro encuentro Ardiente

Cuando el cuerpo te reclama calor, no hay razón para ignorarla. Eso lo saben bien esta pareja de cómplices. Que aprovechan como nunca de arder en el deseo; que están decididos a disfrutar el uno del otro con todos los sentidos posibles. Dispuestos a entregar placer de todas las formas posibles.

El tiempo corria sin piedad cuando estaban  separados y los juegos en la oficina se habían congelado y se había consumido  por el miedo a ser descubiertos, pero, sus cuerpos se necesitaban con desesperación. Ella extrañaba sus besos con locura y el anhelaba tenerlo entre sus brazos una vez más.

Es por esto que en cuanto ella recibió un mensaje con una dirección y hora no dudo ni un segundo en asistir. Necesitaba de sus manos frías en su cuerpo, sentir el deseo en sus ojos, la reacción de sus cuerpos al deseo y ser consumidos por la pasión que generaba el roce de sus labios.

La dirección la llevaba a un hermoso departamento, inmediatamente pensó que era perfecto para entregarse al deseo en cada uno de sus rincones. Podrían  coger en la cocina;  Follar en el baño y hasta podía ser penetrada mientras veía las luces de la ciudad a sus pies, ya que su cómplice había elegido el último piso de la torre más alta en la ciudad. Querían probar  cada superficie y textura y sobre todo querían sentir el cuerpo del otro ardiendo en su interior. Por fin estarían libre de las miradas, no estarían pendientes de que sus compañeros de trabajo los identificaran. En esas paredes ninguno de los dos les debía explicaciones a otros. En ese lugar y por unas horas serian libres de saborear, sentir y poseer el cuerpo del otro.

El decidió comenzar y se acercó a ella, con la mirada ardiente y se apodero de sus labios. Los lamio como uno de la más dulce golosina que podría haber probado en su vida. La tomo de sus caderas y la atrajo al interior de su reciente guarida. Por cada paso que daban al interior del departamento era una prenda menos. Para cuando ella logro desabotonar el pantalón de el para liberar su gran erección se le hizo agua la boca, y aunque a su cómplice le encantaba sentir sus labios alrededor de su pene erecto no se lo permitió de inmediato. Aprovecho de que la atención de ella estaba en su miembro y muy ágilmente aprovecho de despojarla del vestido que no lo dejaba sentir el calor de su piel. Para cuando llegaron al baño solo les quedaba la ropa interior.

Él tenía que ver a su compañera salirse de control, adoraba su cara de placer y la reacción de su cuerpo al tocarla. Por lo que abandono sus labios y comenzó a darle pequeños besos y mordiscos en el cuello. Se aseguró de  ella pusiera la palma de sus manos en el lavabo, agarro sus caderas y le sugirió que se inclinara y se posiciono detrás de ella, observando su rostro en el espejo. Se acercó a su oído y con esa voz que la encendía a mil le dijo “quiero ver tu rostro cuando te vallas en mis manos”. Inmediatamente le mordió el lóbulo de la oreja y un gemido sin represiones salió desde los más oscuros deseos de ella, continuo con su ataque de besos; mordiscos y chupones por su cuello, su clavícula y sus hombros. Con ambas manos acerco el trasero de su amante a su abultado y ardiente pene para que cada uno de sus movimientos intensificara el roce en su pene. Cuando ella logro captar su intención con una ardiente sonrisa aumento la presión en la parte inferior. Lo que le dio el pase para liberar sus manos y lentamente desabrochara su brasier. Bajar sus tirantes y liberar sus pechos, los aprisiono con sus heladas manos y piñizco sus pezones lo más fuerte que podía. Fue Inevitable para ella liberar un grito de placer, él sabía precisamente sus áreas más sensibles y que le encantaba que la poseyeran sin piedad. Sus mejillas rojas; los gemidos y esa mirada de necesitar más placer lo tenían absorto en un solo objetivo, llevarla a su primer orgasmo. En el cuerpo de ella todo se movía por inercia, sus caderas solo buscaban el calor de su pene, tenía su braga empapada y preparada para ser penetrada. Lo necesitaba, pero su amante había sido específico, la llevaría al cielo pero ocuparía otros medios para provocar ese orgasmo. Ella cerró sus ojos para disfrutar, ya no le importaba que su amante dejara marcas en su blanco cuerpo. Toda su atención estaba puesta en el placer que le estaban regalando. Sin darse cuenta su compañero la había dado vuelta y los mordiscos ya no estaban en su espalda sino que en sus pezones, y su miembro a través de sus  ropas interiores podían sentir la humedad.

Él la tenía a su completa disposición sin siquiera pedirlo ella le facilitaba el paso a donde él quisiera tocar, besar o mordisquear. Con la respiración a mil, sus ojos empapados con lágrimas de placer y él acallo los  gemidos con unos besos apasionados. Quedo aprisionada entre el lavado y su cuerpo, cuando por fin su amate por fin la libero de sus bragas tenía el área totalmente empapada y sentía un hormigueo que solicitaba atención urgentemente. Su cuerpo ardía cada vez que su compañero abandonaba un área para dedicarle atención a otra.  Sus piernas temblaron cuando sintió sus dedos alrededor de su entrepierna, ejercía la presión precisa para provocar más excitación aun, sabía que él estaba decidido a mantenerla excitada todo lo que el estimara necesario y que el orgasmo llegaría solo cuando él lo quisiera. Perder el control era su mayor placer. Pero su cuerpo se movía por si solo y su vagina reclamaba ser penetrada. Él sabía precisamente sus necesidades y que en ese momento podría hacerle lo que él quisiera, que ya no tendría restricciones.

Con una mano en su cuello con la que le restringiría el movimiento, bajo sus besos a sus pechos nuevamente, aprisionaba sus pezones entre sus dientes para tirar y soltarlos sin aviso y para estimular aún más una vez que los liberaba les daba aire helado para endurecerlos aún más.

Con su otra mano comenzó a hacer pequeños círculos alrededor de su vagina y a penetrar lentamente. Cuando los movimientos circular de sus dedos la llevaron a  suplicar por que la penetrarán. En cada movimiento su interior temblaba, su vagina estaba totalmente empapada y ella ya no controlaba sus gemidos y gritos de placer. No se dio ni cuenta cuando el soltó su cuello para sostener su trasero y darle mayor accesibilidad a su otra mano con la cual la estaba follando sin compasión. Ya la sutileza no era parte del Juego, la penetraba con fuerza, con dos o tres deudor en su interior, su cuerpo ya no se dominaba, mientras su amante se concentraba en extraer el placer que de su cuerpo emanaba ella se desplomaba en su hombro dominada completamente por el placer. Tal como le había  advertido ella se corrió en sus manos y disfruto una vez más de un orgasmo recargado de erotismo y pasión.

Todo indicaba que ella quedaría rendida después de semejante orgasmo, pero, era tanto tiempo que llevaban separados que su deseo jamás se terminaba. Besando sus labios y entre suaves caricias ella poso sus manos en su abultado miembro, haciéndole cariño por encima del bóxer. Decidida a devolverle el placer que le acababa de dar en ese cuarto de baño, ella le bajo el Bóxer y lo condujo lentamente hasta la ducha, donde se aseguró que la tibia agua les limpiara el sudor. Al igual que su amante quería sentirlo, saborearlo y darle el placer que él le había dado. Y aunque él se contuviera el juego anterior lo había dejado excitado a más no poder. Ella le acaricio el cuerpo lentamente. Hasta que llego a su grueso pene, lo aprisiono en su mano y con un sutil agarre comenzó con movimientos verticales, mientras que le devoraba la boca a besos. Cuando sus gemidos comenzaron a notarse, fue lengüeteando su mentón, mordiendo su cuello y besando su pecho y logro ver su miembro erecto  se arrodillo frente a él y lo introdujo en su boca, disfrutaba de su sabor; disfrutaba sentir el palpitar en el paladar; succionaba hasta mas no poder mientras que con su mano masturbaba la parte en la cual su boca no podía otorgarle placer. Y con su otra mano acariciaba su cansado clítoris, el cual aún estaba expectante a las atenciones que podría recibir en aquel cuarto de hotel.

Sentir su pene en su boca se siente maravilloso y para otorgarse mayor placer la toma de los cabellos y fija un ritmo que lo enloquece, podría irse en su boca y esperar a que ella se trague todo su semen, pero necesitaba penetrarla de todas las formas posibles esa noche. Aprovechar que por esa hora ella era totalmente de él. Por lo que aprovechado el agarre en su cabello la dejo con las manos contra la pared y con sus brazos alzo sus caderas para dejar su vagina a la altura de su caliente y grueso miembro. La penetro lentamente para disfrutar de su mojada y estrecha vagina. Ambos podían volver a sentirse completos, comenzó a otorgarle grandes y bruscas estocadas, esperando en cada una de ellas en su interior para sentir como temblaba y se humedecía aún más. Otro orgasmo estaba por llegar cuando de pronto él se detiene la guía fuera de la ducha y se encaminan a la habitación, los roces y la excitación presente en el aire solo aumentaba aún más su sed de sexo.

Se comían a besos como si no tuvieran un mañana, En cuanto ella entro a ese departamento tenía solo un propósito y ese era tener sexo en cada superficie disponible. Y lo Haría, aprovecharía a su cómplice hasta el final, por lo que no dudo en incitarlo a que se recostara en la alfombra en vez de la cama. Y sin previo aviso se arrodillo encima de él e introdujo su erección entre sus piernas. Procuraba que en cada estocada el roce le calara hasta el fondo y que el roce los llevara a ambos al máximo de su excitación. Estaban en ese magnifico segundo donde no exsitian las palabras, donde solo se consideraban los gritos y los gemidos. Cabalgaba encima de el a un ritmo brutal. Hasta que ambos alcanzaron en tan anelado orgasmo y aunque se seguian deseando sus cuerpos reclamaban un descanzo. Por lo que ambos se tendieron en la cama mirandose fijamente a los ojos, con una sonrrisa en sus labios y sus ojos llenos de lagrimas placenteras. Aun le quedaban unas horas para disfrutar de su compañía. Para ignorar por completo al mundo que seguia girando fuera de esas paredes. Ignorando que debian volver  a sus hogares para compartir una cama fria, nada parecido al fuego que los rodeaban en ese momento.

Nota de autor:

Una vez mas mi imaginacion se dejo llevar por los deseos mas ardientes. De corazon deseo que al leer este relato lo disfruten tanto como lo disfrute yo al imagina y escribir.