Otro beso

¡Ay los besos! ¡Cuánto nos calientan!

Aquí va un microrrelato por si no tenéis mucho tiempo para leer. ¡Que lo disfrutéis! Lo pongo dos veces porque si no, la web me dice que es demasiado corto.

Una vez más, voy pasando muy despacio mi lengua entre tus labios. Después de tantos besos están húmedos, y el sonido viscoso de mi lengua al rozarlos me calienta aun más. Me recreo en cada rugosidad de esas dos carnosas puertas del paraíso. Me inundo de tu aroma y retengo el aire para saborear otra calada de ti. Pronto llegaré al final y me zambulliré de lleno en ellos con ansia, con hambre lasciva. Pero eso será luego, ahora quiero disfrutar de cada instante, de cada tremor de tu carne y de cada pequeño gemido que escapa de tu boca. Finalmente llego a la comisura, y ahí está ese botón que te hará perder la cabeza. Me tomo un segundo para alzar mi cabeza de entre tus piernas y confirmar que tu mirada me está rogando silenciosamente que lo apriete. Con una sonrisa juguetona extiendo la punta de mi lengua para empezar a jugar con tu clítoris.

Repetición:

Una vez más, voy pasando muy despacio mi lengua entre tus labios. Después de tantos besos están húmedos, y el sonido viscoso de mi lengua al rozarlos me calienta aun más. Me recreo en cada rugosidad de esas dos carnosas puertas del paraíso. Me inundo de tu aroma y retengo el aire para saborear otra calada de ti. Pronto llegaré al final y me zambulliré de lleno en ellos con ansia, con hambre lasciva. Pero eso será luego, ahora quiero disfrutar de cada instante, de cada tremor de tu carne y de cada pequeño gemido que escapa de tu boca. Finalmente llego a la comisura, y ahí está ese botón que te hará perder la cabeza. Me tomo un segundo para alzar mi cabeza de entre tus piernas y confirmar que tu mirada me está rogando silenciosamente que lo apriete. Con una sonrisa juguetona extiendo la punta de mi lengua para empezar a jugar con tu clítoris.