Otra Vida: Capítulo Cinco - El trío

Puse mis manos en sus tetillas y comencé a pellizcarlo. Le saqué la playera. Comencé a lamerlo. Me excitaba mucho su pecho. No era como el de los otros dos, Jared tenía vello, no era mucho ni muy grueso, pero era una capa sobre todo el pecho.

A la mañana siguiente desperté. Daniel, Santiago y Jared estaban despiertos, platicaban sobre la fiesta de la noche anterior. Jared me dio un beso en los labios y yo me dirigí directo al baño. Me cepillé los dientes y salí. Ninguno traía ropa puesta, así que sus pollas flácidas estaban a la vista de todos.

Me puse el primer bóxer que encontré, que al parecer era de Jared. Y bajé hasta el cuarto de lavado. Tomé la ropa de mis amigos, que ya estaba seca y la llevé hasta arriba. Los tres sonrieron pero ninguno se comenzó a vestir, seguían hablando de la fiesta.

Me senté en la cama y traté de seguir la corriente pero la verdad estaba un poco adormilado todavía. Escuché que la puerta de mi alcoba se abrió y era papá, llevaba un bóxer negro y una playera blanca. Nos miró y se quedó helado, nos veía pero no decía nada.

Mis amigos comenzaron a vestirse, y yo hice lo mismo. Papá cerró la puerta y se marchó de mi habitación.

—Espero no tengas problemas — dijo Jared. Yo me encogí de hombros.

—No se preocupen.

— ¿Quieres que me quede? — preguntó nuevamente.

—Podemos irnos en autobús nosotros, ya es de día y no está lloviendo — sugirió Daniel.

— No hace falta, pero gracias. Los veo después.

—En la noche iremos a jugar Smash a casa de Santiago — dijo Daniel nuevamente. Santiago asintió.

—Puedes venir si quieres, ¿sabes jugar al Smash?

—Sí.

—Entonces, ¿nos vemos en la noche? — preguntó Jared y yo asentí.

Los acompañé hasta la puerta de la entrada. Mi padre no estaba ahí, supuse que estaba encerrado en su habitación, lo supuse y lo esperaba porque no sabía cómo mirarlo a la cara. Me despedí de mis amigos y luego regresé a mi alcoba. Limpié la cama, que estaba manchada de semen y otras cosas, llevé las sábanas al cuarto de lavado y las metí a la lavadora.

Fui a la cocina y me serví un plato con cereal y leche. Papá salió y me saludó sonriendo.

—Alex… intento no meterme mucho en tu vida porque prácticamente ya eres un adulto, pero, ¿puedes explicarme?

—La ropa de mis amigos estaba mojada, les dije que la pondría en la secadora, se desvistieron y dormimos. Eso pasó.

—Vale, la verdad si te hubieras acostado con todos ellos al mismo tiempo, no me importaría, de hecho es algo excitante, pero por favor, siempre cuídate.

—Claro, siempre me cuido.

—Bueno. Iré a la oficina, me llamaron por unos papeles que no encuentran. ¿Saldrás?

—Por ahora no, en la noche iré a casa de un amigo a jugar Smash.

—Bien. Entonces, te veo en un par de horas. — se acercó y me dio un beso en la mejilla.

Seguí comiendo, papá me había dejado solo, y no tenía mucho por hacer. Estaba arrepentido por haberme adelantado con los trabajos de la escuela porque ya no tenía nada que hacer. Pensé que hubiese sido buena idea decirle a Jared que se quedara en casa, si tan solo hubiese sabido que papá se iba a ir.

Fui por mi teléfono celular y le mandé un mensaje.

Papá se marchó a la oficina y ahora estoy solo. Ojalá te hubieras quedado. –Alex

Esperé unos minutos.

Acabo de dejar a Santiago en su casa. ¿Quieres que vaya a la tuya? –Jared

Estaba comenzando a calentarme.

Claro. Te invito a desayunar. – Alex

Bien, llego en quince minutos. – Jared.

Me dispuse a hacer desayuno. No sabía qué hacer, preparé huevo revuelto con verdura y champiñones. Hice limonada y luego fui a bañarme.

Me recosté en el sillón, sólo vestía un bóxer. De repente pensé que la influencia de mi padre era mucha. Ahora era yo el que no usaba ropa al menos que saliera fuera de la casa.

Escuché el timbre. Caminé y abrí. Era Jared. Cerré y le di un beso en los labios. Fuimos al comedor y desayunamos. Yo comí poco porque ya había comido un plato de cereal. Jared tenía mucha hambre, terminó de comer antes de que yo pudiera servirme.

—No es justo, tú ya te duchaste y yo sigo oliendo a marihuana — dijo avergonzado.

—¿Has consumido marihuana? — pregunté.

—No. Me da mucha curiosidad, Daniel y Santiago a veces fuman antes de tener sexo, pero nunca me he atrevido a hacerlo. ¿Tú?

—No, tampoco. La verdad es que nunca había tenido amigos… quiero decir, de esos amigos que vienen a mi casa. Mis amigos se limitaban a estar en el colegio y ya.

—Nadie que te mal influenciara, entonces. ¿Habías hecho algún cuarteto alguna vez?

—No. Claro que no, digo, no me arrepiento, pero fue muy intenso ahora que lo pienso. Tenía mucho miedo porque pensaba que Santiago iba a molestarse.

—Sí, no parecía muy contento, para ser honestos — confesó.

—Daniel empezó — hice un puchero.

—Yo tampoco estaba muy contento. Pensé que te gustaba — dijo agachando la cabeza.

—Me gustas… me gustas mucho, de hecho.

—Entonces, ¿por qué follaste a Daniel?

—Daniel se me aventó a mí y tú no. Yo no tenía compromiso con nadie.

— ¿Puedo pasar a tu baño?

Le dije que pasara al baño de papá. Entró y escuché cómo hacía gárgaras con el enjuague bucal. Regresó conmigo y comenzó a besarme. Me sentó sobre la mesa y me agarró del cabello.

— ¿Quieres? — preguntó. Asentí.

Puse mis manos en sus tetillas y comencé a pellizcarlo. Le saqué la playera. Comencé a lamerlo. Me excitaba mucho su pecho. No era como el de los otros dos, Jared tenía vello, no era mucho ni muy grueso, pero era una capa sobre todo el pecho. Lo mordisqueaba mientras él pasaba sus manos por todo mi cuerpo. Le desabroché el pantalón y luego se lo sacó. Se acercó más a mí y sentí su polla enorme rozar con la mía. Estábamos moviéndonos para darnos place. Me tomó de las piernas y me levantó de la mesa.

Me llevó hasta la pared junto a la entrada de la casa y siguió besándome.

—Lamento no haberlo hecho contigo anoche — dije con la respiración entre cortada.

—No importa, ahora sí serás mío — dijo mordiéndome los labios.

Me bajé y lo llevé hasta el sofá. Le quité el bóxer y él me quitó el mío. Se subió sobre mí, y comenzamos a hacer un 69. Sentía cómo me follaba la boca y yo me movía rápidamente también para llenarle la boca con mi polla.

Escupí mi mano y la llevé hasta la entrada de su ano. Comencé a juguetear ahí y escuchaba sus quejidos. Eso me calentaba más, así que seguía follándole la boca mientras le metía un dedo por el culo.

La puerta de la entrada se abrió y Jared se recostó a mi lado tapándose con un cojín del sofá. Miré hacia la puerta y miré a un muchacho parado en la entrada, nos estaba mirando, me resultaba familia pero no podía recordar quién era.

—¿Alex? — preguntó.

—¿Quién eres?

—Soy Sebastián, el pasante… de tu padre. Venía… a firmar unas cosas…

—Papá salió. No está en casa. — Ne puse de pie con un cojín sobre mi polla. — No sé si quieras dejarle un recado.

—Están bien ricos — dijo tocándose la polla. Me giré hacia Jared y él se encogió de hombros.

—No estoy seguro… — comencé a decir.

—Por favor… seré su puta, pero déjenme coger con ustedes. — Me giré nuevamente hacia Jared y él asintió tratando de convencernos.

Dejé el cojín sobre el sofá nuevamente y Sebastián caminó hasta donde estábamos nosotros. Se arrodilló frente a mí y comenzó a chuparme la polla. Jared se levantó y le sacó el short de mezclilla que llevaba. Llevaba un suspensorio. Jared me guiñó un ojo. Se agachó y comenzó a lamerle el culo a Sebastián.

Yo agarré a Sebastián del cabello y comencé a darle duro en la boca con mi polla. Sentía su lengua recorrerme todo. Sacaba mi polla de su boca y me lamía las bolas. Me volteaba a ver y sonreía.

—Tienes la polla igual de rica que la de tu padre.

Jared y yo nos volteamos a ver sorprendidos. Lo tomé de las mandíbulas y le di con más fuerza. Jared sacó la cartera de su pantalón y tomó un condón de ella.  Caminó hasta mí y yo me agaché. Le chupé su polla, él ponía su mano sobre mi cabeza.

Después se puso el condón y caminó hasta el culo de Sebastián. Le abrió las nalgas y comenzó a meter su polla. Sebastián se atragantaba con mi polla y se quejaba cuando sentía que Jared lo follaba con fuerza.

Al mismo ritmo, Jared le daba a Sebastián por el culo, mientras yo le follaba la boca. Me senté en el sofá y Sebastián se quedó en cuatro patas. Jared le daba por el culo y le daba nalgadas. Yo lo agarraba del cabello y le sacaba la polla de la boca para luego meterla nuevamente.

—Fóllame también tú — me dijo suplicando.

Jared me lanzó su cartera y tomé otro condón. Eso me hizo soltar una risita, ¿cuántos condones tenía en su cartera? Me puse el condón y luego caminé hasta donde estaba Jared. Jared se hizo a un lado y yo comencé  a follar a Sebastián. Lo agarraba del cabello y lo traía hasta atrás para besarlo. Jared también se acercó y los tres nos estábamos pasando la lengua sobre la del otro.

—Qué rico lo hacen — decía Sebastián —, métemela también tú — le dijo a Jared. Nos miramos sin entender —, sí, al mismo tiempo — dijo con una sonrisa pícara.

Le saqué la polla del culo. Jared se sentó en el sofá y Sebastián se subió sobre la polla, poniendo sus piernas a un lado de los muslos de Jared. Pegué mi pecho con la espalda de Sebastián. Puse mi polla en la entrada de su culo, donde estaba la de Jared bien metida. Empujé mi polla con fuerza y entró. Los tres soltamos un quejido.

Jared y yo no nos movíamos mucho, porque Sebastián nos estaba cabalgando a ambos. Dejamos caer la cabeza para atrás mientras Sebastián se encargaba de sacarnos lo que quería.

— ¿Te quieres venir? — le preguntó Jared a Sebastián. Este asintió y Jared le sacó la polla para después masturbarlo.

Estábamos sudando. Yo estaba a punto de venirme. Sebastián no dejaba de moverse, estaba dejándome sin aliento. Jared masturbaba a Sebastián con fuerza.

—Ya me vendré — dijo Jared.

—Igual yo — dije.

—Y yo.

Seguimos moviéndonos hasta que los tres al mismo tiempo comenzamos a contraernos. Jared y yo nos estábamos viniendo dentro de Sebastián y él se estaba viniendo sobre el pecho de Jared.

Sebastián se quedó recostado sobre el pecho de Jared y yo me hice a un lado para besar a Jared. Sonreímos y nos quedamos así hasta que nuestras pollas hubiesen salido.

— ¡¿Qué demonios?! — los tres nos giramos y miramos a mi padre parado en la puerta.

Este capítulo es más corto, pero da entrada a los últimos dos capítulos que escribiré. Espero que les guste. Ya saben que pueden enviarme su correo a AlexSalazarTR@gmail.com

Un beso