Otra vez con mi sobrino José
Mi sobrino va a estudiar a mi casa, es la oportunidad de repetir nuestro romance.
Me puse feliz el día que Arturo me dijo que José iría a la casa para que él le ayudara con unas cosas de matemáticas, yo sabía que era una buena oportunidad para que acabáramos otra vez en la cama. Mi concha estaba súper mojada, al imaginarme que aquel hermoso pedazo de carne iba a entrar en mí.
El día que mi sobrino fue a la casa, yo vestía un pantalón negro muy pegado, que hace resaltar mis nalgas, y una blusa blanca más chica de mi talla para que mis tetas se vieran más grandes, al llegar José, mi esposo se estaba terminando de vestir, por lo que en cuanto llego José le puse mi mano derecha sobre su verga y le dije:
-En un descuido me la metes.
-Claro tía.
-¿Te gusta como se ve mi culo?
-Si tía que rico se ve.
Lo tome de la mano y lo lleve a la sala, le ofrecí algo de tomar, y mientras se lo servía, llego mi marido lo saludo con un abrazo, pensé pobre de mi marido si supiera que su sobrino me coge.
Le di la bebida a mi sobrino, mientras mi marido acomodaba todo para empezar a resolverle sus dudas. Se sentaron en el comedor el cual es rectangular, mi esposo en la cabecera y mi sobrino a lado, me fui para dejarlos estudiar, después de un rato fui a verlos me senté a lado de José y le agarre la pierna, después la subí hasta llegar a su pene, el cual se empezó a ponerse duro, mi marido sin darse cuenta de lo que pasaba, me dijo que me fuera pues distraía a nuestro sobrino.
Pasaron más de 2 horas y no acababan, yo ya no aguantaba las ganas de llevarme a la cama a mi sobrino, pero cada vez se veía más difícil, estaba viendo la tele, cuando mi marido me aviso que habían acabado, y que iría a cenar con sus amigos, le dijo a mi sobrino que de paso lo dejaba en su casa, pero yo le dije que ya que iba a cenar sola, que se quedara José a cenar conmigo, José dijo que sí, mi marido salió de la casa.
-Listo para cenarte a tu tía.
-Si tía, que rico que te dejes coger.
-Pues que hago si me encanta el sexo.
-Y mi tío no se da cuenta de que te encanta el sexo.
-Si pero no se da cuenta que le soy infiel con todos y a cada rato.
-Eres tan caliente.
-Quítame lo caliente, méteme la verga.
Se desnudó y ya le tenía paradisima, lo jale de la verga hacia mí, le dije al oído.
-Me gusta ser tu puta.
Me hinque y me metí todo su pene en la boca, se lo chupe muy bien, quería sentir su semen en mi boca, el pene estaba todo dentro y mi lengua acariciaba su cabeza, no aguanto mucho y eyaculo, trague todo lo que pude, pero parte de su semen salía por mi boca.
Me pare y lo que tenía en los labios y en la barbilla, lo limpie con un kleenex, él se enojó y me dio una cachetada muy fuerte, jamás me habían pegado.
-Mi semen te lo tragas puta, que sea la última vez que te limpias lo que te debes de comer.
Me excito que me pegara, el sentirme humillada por mi sobrino me gusto, yo había humillado a muchos hombre pero jamás ninguno a mí, y el que fuera mi sobrino me puso súper caliente.
-Perdón, nunca más pasará.
-Más te vale puta, y ya me voy.
-¿Por qué?
-Me hiciste enojar, mejor nos vemos otro día.
-Por favor no te vayas, necesito que me metas la verga, mi concha necesita sentir adentro tu pedazo de carne.
-Pídemelo de rodillas.
Me hinque y le dije:
-Por favor no me dejes sin tu pene, te necesito dentro, quiero que me cojas.
-Te voy a hacer el favor puta.
-Gracias mi amor, sin tu verga no soy nada, solo tú me llenas, te necesito.
Me desnude, me puse en cuatro, él se acercó, sentí como su verga caliente y palpitante se acercaba a mi vagina.
-Por favor ya métemela.
-Ahí te va puta.
Me la metió toda de un solo golpe, fue delicioso, empezó un mete y saca rápido, en menos de 3 minutos tuve mi primer orgasmo.
-Así cabrón, mi haces acabar, que buena verga tienes.
Siguió moviéndose, sentía como su pene cada vez estaba más caliente y mi vagina más abierta, que placer sentía su juventud le permitía darme todo el placer que necesitaba, supe que mi sobrino sería no solo un amante de unos meses sino de años.
Recordé a muchos amantes, pero el estar con mi sobrino fue algo muy especial.
-Tía cambiemos de posición.
-¿Cómo me quieres?
-Me voy a acostar, y te sientas en mí.
-Que rico, así me meto y me salgo como vaya sintiendo placer.
Se acostó, y me senté sobre el me metí lentamente su verga, y me empecé a mover muy rápido, subí y baje, muy rápido el empezó a acompañarme en el movimiento.
-Tía que rico coges.
-Dame verga, dale a esta puta.
-Tía eres la reina de la cama.
-Soy la más puta de las mujeres.
El empezó a eyacular, mi vagina se llenó de su caliente semen, yo seguí brincando sobre él.
-Sí, que rico, hazme acabar.
Tuve un orgasmo, me temblaban las piernas, me recosté sobre su pecho y me espere hasta que su verga saliera sola de mí, me paré y fui al baño, me vi al espejo y vi mi vagina abierta y con semen escurriendo, me excite al ver que estaba así por mi sobrino, salí del baño y el seguía acostado.
-Mi amor, esto tenemos que seguir repitiéndolo muy seguido.
-Las veces que quieras tía.
Nos vestimos y él se fue a su casa, yo me quede pensando en toda mi vida sexual, vi una foto de mi esposo y pensé es un excelente esposo pero no me basta con una sola verga, necesito muchas.