Otra vez con Antonio

Antonio es un hombre estilo oso, que tiene un local en el mercado y desde que lo conoci, no he podido resistirme a salir con el, aunque soy un hombre casado de 56 años y antonio debe tener 65 y tambien casado , es tremendo amante_ esta es otra de esas veces que sali con el y no puedo evitarlo_

Antonio me ha estado llamando varias veces y cuando le contesto, le digo que mañana y nunca voy, pero realmente no podía seguir llevándolo así y acepte que nos viésemos el domingo_

Nos encontramos en una cabaña y cada uno llego en su carro, ya adentro me dijo que lo tenía enojado y que yo parecía una calientapollas, porque hoy si y mañana también y nunca iba, pero que lo importante era que ya estaba ahí y me tenía una sorpresa_

Saco una bolsa con un vestido de colegiala y me pidió que me lo colocara, que siempre me recordaba como una bebecita de colegio deseosa de sexo_ me lo coloque y estaba hecho a mi medida, realmente al mirarme al espejo, me veía toda espectacular_

Él estaba sentado en un sillón en la sala y fui hasta donde estaba y  Uff.. Me senté encima de él y Tenia mi culito justo encima de su entrepierna... y a los pocos momentos note como empezaba a crecer. “Moví el culito, acoplando su entrepierna entre mis nalgas.

Entonces ya comencé con el paso definitivo... "Sabe, Antonio, la verdad es que sí que me he portado mal". "Ah sí?" pregunto. "Sí. "Y  la verdad es que tiene razón", continúe. "Creo que merezco un castigo, por calientapollas"

"La verdad es que creo que si lo mereces, putita" "Siempre estas calentándome, y siempre me masturbo pensando en tu culito." Permaneció callado unos segundos, y empezó a sujetarme por la cintura apretándome contra su polla, y yo me restregaba lentamente y me dijo, eres toda unas calientapollas, y creo que voy a pagarlo todo contigo, zorrita”. Seguía cogiéndome de la cintura, y me levanto con fuerza. "Ahora túmbate en mi regazo, nenita, que te voy a dar unos azotes.". "Si, mi hombre" Y así hice: me tumbe sobre él, con mi cintura encima de su guevo, mirando hacia abajo.

Empezó a acariciarme el culo. "y le dije, bb con suavidad y respondió". "Cállate, zorra". Me metió la mano por debajo de la falda y observo que no llevaba ropa interior. Y dijo-"las niñas de hoy en día son unas auténticas putas" Me levanto la falda y me dio el primer azote. Zas! , Me dio con decisión, aunque tampoco muy fuerte. Entonces me cogió del cuello, y me levanto bruscamente, dejando mi cara justo delante de la suya. Tenía cara de pervertido, "Te gusta esto.. Eh putita?" Y me lamio la cara. Qué asco, pensé. Poniendo cara de preocupación, le dije "Antonio.. No se pase.. Por favor".

Y me dijo fuertemente  calla, puta" y, después de lamerme otra vez, me bajo hasta la antigua posición.

Zas! "Esta te la doy por zorrita" Ahora ya me pegaba más fuerte, y yo soltaba algún gemido/grito. Entonces, mientras seguía azotándome, pensé para mí. Siempre te pasa lo mismo, ahora ya no puedes dar marcha atrás. Decidí, pues, dejarme llevar, para hacer de esta experiencia lo mejor posible."

"La verdad es que me lo merezco, "Lo sé" contesto él. "Así me gusta, perrita: ahora, cállate y ponte de rodillas" Alejo un poco la silla, para dejarme sitio, y yo me puse de rodillas. Antes de empezar a desabrochar su cremallera, me arranco la camisa y me toco los pechos sin ningún tipo de tacto y comenzó a morderme con desesperación las tetillas y me las chupaba fuertemente, en ese momento hubiese deseado tener unas de verdad, al menos de talla 36_. Baje la cremallera y él se acomodó en la silla, apoyando las espalda en el respaldo. "Ya sabes lo que toca, putita" Le baje los pantalones y bóxer  y su pito salió disparado, apuntando hacia mi cara. Era jodidamente grande, Le mire y, metiéndome un dedo en la boca, y poniendo cara de zorrita, le dije: "que quieres que te haga bb " No te hagas la tonta y come" dijo medio sonriendo. Entonces saque la lengua y empecé a comerle los huevos, sin dejar de mirarle a la cara. Los lamí al principio: sus huevos botaban sobre mi lengua. Luego empecé metiéndome uno dentro de la boca, y después, el otro. El empezó a golpearme la cara con su verga, sin piedad. Entonces en un momento se levantó y fue a la mesa y dijo "Espera un segundo, putita." Saco una cuerda del cajón, se puso de pie y fue hacia mi espalda. "Sigue de rodillas, puta." Se agacho, me cogió las dos manos con violencia y las puso en mi espalda, y comenzó a atarlas. "Antonio bb, que hace?!!" Apoyo su cabeza en mi hombro y me dijo al oído "A ver, zorrita, no habíamos quedado en que no te quejarías?" Asentí con la cabeza. Volvió a sentarse en la silla y, mirándome a los ojos, me dijo: "Empieza a tragar zorra. No tengo todo el día”, Con las manos en la espalda empecé lamiendo su enorme polla, de abajo a arriba, y empecé a introducirla en mi boca. "A ver si te la puedes tragar entera" Empecé a tragar todo lo que pude, pero no podía con ella entera, casi me llegaba hasta la garganta. El saque y le dije: "No puedo, es demasiado grande". "Inténtalo de nuevo" contesto.

Volví a meterla en la boca. Entonces, sin previo aviso, me agarro de la cabeza y me apretó contra su verga, con fuerza. "Ves como sí que podías, puta "  Me dijo riendo mientras  Me ahogaba al metérmela fuertemente y sentía que pasaba de mi garganta, cuando creía que no podía mas, me soltó. Tosí un poco. "Ves, zorrita, no te esfuerzas lo suficiente." Se puso de pie rápidamente, y le mire a los ojos. "Ahora pídeme que te folle la boquita" Quede cavilando unos instantes, y mirando hacia arriba, al final me decidí.

"Viólame la boquita" Se rio. Me agarro la cara y, metiéndome la polla en la boca, empezó a follarme los labios. No me dejaba descansar, y dado que tenía las manos atadas a la espalda, no podía hacer nada. Volvió a aguantar mi cabeza cuando tenía toda su polla en la boca, ahora hasta el fondo, y con mi lengua por fuera, lamiendo sus huevos. Hice fuerza hacia atrás, pero no podía.  Al cabo de unos segundos me soltó. "Ahhhh..." Cogí aire. Se agacho, cogiéndome de la nuca, y empezó a decirme "Te gusta esto eh puta?  Sé que te gusta." Y me azoto con

fuerza en la cara, y me golpeaba con su verga muy duro, fue tan brusco que me hizo llorar y le dije, por fa no más, suéltame o no estaré contigo y le causo risa y siguió golpeándome y ahora más fuerte y le pedía que no me hiciera daño, pero se sentía mi amo al verme llorar, en ese momento me decía, es un hp, para que vine, pero ya estaba ahí y atada de manos, Se agacho un poco más, me bajo la falda hasta las rodillas mientras me besaba y, cogiéndome de una mano por mi penecito me puso de pie.

"Estas hecha toda una cerda"

"Lo sé"

y dijo  "Aun tienes ganas de mas, eh putita?"  Me volvió a coger del cuello y me puso, con violencia, la cabeza sobre la mesa, con mi culito apuntando hacia él. Me agarro de la cintura, dispuesto a meterme su verga que estaba totalmente grandísima. "Por favor, vaya despacio, lo tiene muy grande y va a hacerme daño"

Pero por favor... no me la meta bruscamente, " intente resistirme otra vez, pero seguía con las manos atadas a la espalda, y estaba a su merced. "Tranquila perrita, intentare no hacerte daño" pero no te lo aseguro, sabes que te gusta que te domine con mi verga, Me acerco sus dos dedos para que los lamiera, y así hice, mientras le miraba a los ojos con cara de zorrita. Entonces empezó a meterme los dos deditos por el culito, para abrírmelo. Entonces, se impaciento, y le dije por favor Antonio lubrícame y aunque su condón estaba húmedo, sabía que al entrar me rasparía t me dolería y sin más ni más empezó a introducirme la verga por el culito_

"Lo estas deseando, perrita" Me dijo. Al instante, me la clavo. Que dolor!! Grite fuertemente "Pare... me duele! Pare!" Ni caso. Me metía la polla entera en el culito, sin piedad, pero paro enseguida otra vez. "Al suelo, putita", me ordeno. Al ver que no le hacía caso (todavía sentía el dolor en mi culito) me agarro, y me lanzo contra el suelo. Caí de rodillas, sin hacerme daño. Me cogió de la cabeza y me la aplasto contra el suelo, dejando mi culito totalmente en pompa. "Te voy a reventar ese culito de colegiala que tienes, perrita". No podía hacer nada... seguía con las manos atadas. Se puso detrás de mí, y antes de comenzar, le dije: "bb por favor aun me duele". Echo una carcajada, y sin cavilar, empezó a follarme el culito como si se acabara el mundo. Ahora me azotaba lo más fuerte que podía, mientras seguía diciéndome cosas. Yo, con la cabeza contra el suelo, tenía cara de dolor y de placer mientras gemía como una perrita. Ufff eran tan fuertes sus embatidas que gritaba de dolor y lloraba y lloraba y sentía que me traspasaba y sentí que me rompía, pero de igual, nada podía hacer, el únicamente estaba como una bestia en celo y no paraba de follarme fuertemente y no me escuchaba que le decía que no mas_

Al mismo tiempo, me empezó a masturbar con una mano, mientras seguía reventándome por atrás. Tuve un orgasmo y sin derramar semen, era interno. "Te gusta eh puta?". "Si" dije como pude, pues no tenía casi voz del dolor, pero me gustaba al mismo tiempo, me sentía toda una mujer, ya que mis orgasmos eran hacia adentro: era maravilloso sentir, lo que toda mujer siente y yo ya era una mas_

Me ordeno que me tumbara bocarriba, en una mesa de menos altura. Yo le hice caso y me tumbe, con la cabeza algo salida de la mesa. No sabía que iba a hacer ahora. Se puso de pie, detrás de mi cabeza, flexiono algo con las rodillas "Quiero que saborees tu culito " me dijo. Me metió la polla en la boca antes de yo poder decir nada, y estuvo follandome la boquita hasta la garganta. A veces no podía más, pero a él no le importaba y no paraba de follarme. "Trágatela

puta, estabas deseando esto " Me cogió de la cabeza otra vez, y me la metió hasta el fondo, volviendo a aguantarla sin yo poder oponer resistencia. La única diferencia con antes es que ahora sus huevos me tapaban la nariz, y no podía ni respirar por ningún lado. La saco, acerco su cara contra la mía, y me lamio otra vez la cara, abofeteándome mientras me insultaba, me humillaba. Y volvía a hacer lo mismo, otra vez me metía la polla en la boca hasta el fondo, con sus huevos tapándome la nariz. "Huéleme los huevos putita, te pasa por calientapollas" Casi me ahogaba cuando me soltaba, y volvía a coger aire. Agarro el hilo que llevaba puesto y como siempre, se limpió el culo de el con ellos y también su verga y me lo metió en la boca, por momentos me daba asco el olor de su culo_ luego y nunca pensé que esto iba a suceder, acerco su culo a mi cara y abrió sus nalgas con sus manos y me dijo, chúpamelo y así fue, aunque su culo era todo velludo ,me retire un poco y entonces, se enojó y me abofeteo y me dio varios golpes con el cinturón en las nalgas y me humillaba diciéndome vulgaridades, nuevamente comenzó a llorar y le dije, no seas así de ordinario amor, sabes que me gusta que me folles, pero con delicadeza y sin decir nada se fue al baño y pensé : parece que se conmovió, pero no fue así, salió al rato y me dijo, eres mi puta y mi mujer y vas a limpiarme el culo y todo se lo limpie, definitivamente ese gordo es un cerdo asqueroso y ahí seguí haciendo lo mismo hasta que se aburrió.

"Ponte de rodillas, puta zorra" Me ordeno esta vez. Esta vez hice caso a la primera. Se acercó a mi cara y me dijo con cara amenazante: ahora sonríe hasta el final, "Lo que usted quiera y sonreí. Me abofeteo la cara, ahora más suave, y me escupió. Empezó a masturbarse. "Cómeme los huevos mirándome a los ojos, putita" Empecé a lamérselos, como mejor sabia, mientras le miraba a los ojos. Se masturbaba y me daba golpes, a veces, con la verga. Empezó a masturbarse con más fuerza. "Me voy a correr zorrita...” Yo seguía comiéndole los huevos/

"Me voy a correr, zorrita... para" Pare y me quede mirando hacia arriba, a sus ojos, esperando. "Sonríe, puta" Sonreí, y se corrió, gimiendo como nunca había visto gemir a un hombre. Me lleno la carita de su leche: las mejillas, las cejas, los labios, la boca, los ojos. Cuando paro restregó su polla por mi cara, recogiendo la leche, y metiéndomela en la boca. "Ahora límpiamela enterita, putita de mierda" Sin parar de sonreír, seguí sus órdenes, succionando y tragando cada gota hasta que no quedo nada.

Entonces no dijimos nada durante un rato fui y me cambie y la camisa de la colegiala  había quedado rota y mi falda llena de semen. Me cambie, y sin mediar palabra, me dirigí a la puerta, para irme. Abrí la puerta, y justo antes de salir, oí detrás: "nena" me gire, y me dijo. Espero volverte a ver,  Me fui y cerré la puerta y, antes de alejarme, oí como se reía.