Otra sesión de Cine

En la sala de Cine X, encontre la forma de tener sexo con mi otro yo.

Aunque no me considero una persona que haya tenido muchas experiencias sexuales suficientemente excitantes como para que los lectores puedan ponerse a tono con ellas, me gusta escribir las aventuras que e tenido fuera de mi pareja, porque es una manera de que mis sentimientos no queden reprimidos dentro de mí, ya que por mi condición (etéreo), ni amigos, ni compañeros de trabajo he podido explicar, (me ha follado un hombre).

Poco a poco me fui aficionando a las salas de Cine X, ya que era un lugar en el cual pasabas bastante desapercibido, y casi siempre encontrabas alguien dispuesto a hacerte una mamada o una buena paja.

Después de las salas de cine, pase a las Saunas, ya sé que puede parecer muy cutre, pero no tenia otra posibilidad si quería tener sexo con otros hombres. Todo esto me sucedió entre los 36 y 41 años, ahora la verdad es que llevo mucho tiempo de sequía, pero no pierdo la esperanza de que algún día pueda tener una pequeña aventura sin malos rollos, solo sexo.

Bueno a lo que íbamos, era una tarde de primavera, no tenia demasiadas ganas de trabajar, así que las visitas de clientes que estaban programadas las anule, y me dirigí a un cine que se encontraba en una travesía que da a la Rambla de las Flores (Barcelona). Digo que se encontraba pues ahora ya no sé si existe, ya que todos estos locales los han ido cerrando.

Pague mi entrada y me senté en la ultima fila, normalmente siempre me situaba en la parte trasera, pues es donde más opciones tenias de pillar.

La película era como todas con un gran argumento y mucho dialogo. Al rato de estar sentado me levante para ir al servicio, y así aprovechar para dar una mirada al personal, me encendí un cigarrillo, mientras me encontraba en la antesala a los baños y así contemplaba la gente que entraba y salía.

Me fije en un chico de unos 25 años, moreno, pelo corto, estatura mediana, buenas espaldas, pectorales bien marcados, por una camiseta ceñida, un buen culo sostenido por unas buenas piernas que estaban enfundadas en un vaquero. Como tardaba en salir, me decidí a entrar y me lo encontré de pie en un mingitorio y dos hombre mayores a su alrededor intentando contemplar que se ocultaba en esos vaqueros.

Al oír la puerta se giro para ver quien entraba y se cruzaron nuestras miradas por un instante, pero al ver la situación decidí regresar a mi butaca y esperar que pasaba.

Fueron pasando las escenas de la película y yo más solo que la una, pero al poco se sentó alguien a mi lado, al principio no me gire pero mi curiosidad no pudo esperar mucho, era el chico de los servicios, mi corazón dio un vuelco y otra vez se cruzaron nuestras miradas, me sonrió y yo le correspondí.

Nos hallábamos en la ultima fila del cine, así que detrás nuestro solo se encontraba un pasillo que daba a la salida.

Lentamente me fue acariciando mi pierna, deslizándola desde la rodilla hasta llegar a mi ingle, en esta situación estuvimos un rato. Como vio que no oponía resistencia se animó y coloco su mano encima de mi abultado paquete, restregando y aprisionando fuertemente para lograr el máximo de tacto posible.

Lentamente me bajo la cremallera del pantalón y me desabrocho la correa, yo me incorpore un poco y me baje la ropa para sacar libremente mi pene y así mi contrincante pudiese actuar con más libertad, al momento se arrodillo enfrente de mí para no llamar demasiado la atención, y poco a poco se la introdujo en su boca, haciéndome estremecer de placer con su mete y saca.

Me encontraba sumido en un éxtasis y contemplando la faena que me estaban haciendo cuando me di cuenta que en la parte de detrás de pie se hallaba un hombre que no dejaba de tocarse su paquete, y que lentamente se acerco a mí sacando de su interior su pene y poniéndomelo a la altura de mi cara para que yo empezase a chupar como una gran golosina.

Me la estaban mamando, yo estaba mamando y el mundo lo perdí de vista, incorpore a mi compañero que se encontraba arrodillado, para alcanzar su polla con mis manos, pues deseaba tocar y manipular ese instrumento mágico. Yo lo masturbaba, él me masturbaba, y a la vez estaba mamando, todos empezamos acelerar nuestros movimientos, señal de la gran corrida, primero el adversario trasero se retiro de mi boca y se masturbo rápidamente hasta correrse en pocos minutos, seguidamente mi mano noto la gran venida de mi compañero de butaca oyéndole susurrarme, eso es bueno, sí, sí, sí, me viene, oh me viene, y así fue, la gran eyaculación de esperma.

Me encontraba tan excitado por la situación que solo tuvo que efectuarme un par de sacudidas y allí fui con toda la leche que se encontraba retenida en mí. Que placer, que delicia, que tranquilidad después de una sesión intensa.

Transcurrió unos minutos y poco a poco nos fuimos componiendo, y desfilando hacia otros lugares.

El sexo no es lo más importante en esta vida, pero es una maravilla.

Besos.