Otra loca historia de espías (capitulo 13)
Esa relación amor-odio puede ser fastidiosa para los demás.
CAPITULO TRECE.
CONFESIONES
Nos reunimos con Dean en otra habitación. Era más que evidente que no estábamos en condiciones de hablar y tampoco teníamos muchos ánimos. La joven se veía con ligeras heridas pero nada de importancia. La que tenía mas heridas obviamente era yo.
- Al menos mi capacidad de razonamiento no se vio del todo afectada.
Las sorprendí con lo que seria nuestra salvación.
- El botón de emergencia. ¿Cómo se supone que funcione si nos han tirado a nuestra suerte?
- Este botón contacta directamente con el director de gestión. Ese hombre me debe un favor enorme.
Oprimí el botón del aparato para activarlo y enviar una señal de radio que es captada directamente en las oficinas centrales.
- Confió en que el vejete se acuerde de ello – dije con algo de esperanza.
- ¿No has aprendido la lección? No puedes confiar ni en tu sombra – me contrarresto Ada.
- Pero si en este stiletto que alcance a esconder.
- ¿Traficabas drogas o que?
- Papá me revisaba siempre para evitar que llevara cosas fuera de las reglas a casa. Era un hombre estricto.
- ¿Qué podríamos hacer con eso? – pregunto Dean.
- En esa mesa solo hay vinagre y unos frascos viejos. Repasa todos los frascos y dime que encuentras.
Tras una exhaustiva revisión al material solo encontró una batería con acido afuera, algo de papel aluminio y alcohol.
Puedo hacer algunas molotov pero necesito fuego. Lo único factible eran las lámparas de combustible que iluminaban el lugar.
- Ada, quítate la blusa.
- Estamos a punto de morir, ¿y solo piensas en “eso”?
- No es juego, quítate la blusa.
Prepare un coctel molotov y lo lance por una de las ventanas del lugar. Todas comenzamos a gritar “fuego” hasta que aparecieron dos guardias. Ada se coloco a un lado de la puerta y Dean al otro. Justo en el momento en el que entraron los tipos, se lanzaron encima. Ada termino por romperle el cuello de un solo movimiento al objetivo y Dean solo lo noqueo. Tomaron las armas y aseguraron el pasillo para preparar la salida. Para su desgracia, no podía moverme muy bien y eso seria bastante fastidioso.
- Me jodes Blackwood. Si hubieras pensado un poco mejor las cosas, no estarías tan golpeada.
- Y tu me jodes quejándote, Wolffburg. Continuemos.
Dean solo miraba y callaba. Fuimos a dar a la parte superior de la finca cuidando bastante nuestras espaldas. Dejamos a lo mucho cinco o seis guardias abatidos en nuestro camino hacia arriba pero debido al ruido de los disparos, llegarían más y la munición estaba casi agotada.
- Creo que si corremos por toda la parte baja del muro, saldremos en más o menos dos minutos justo por donde entramos.
- Imposible – conteste – Dean, por favor. Mira que a penas y puedo caminar, ¿y quieres que corra? A demás tengo un asunto pendiente con estos bastardos.
- Y piensas ir a balearles el culo tu sola, con tres balas en la recamara y un brazo inservible. Eres un genio.
- Tienes razón, lo dejare para después. Pero si no lo hacemos ahora, viviremos en una cacería donde nosotros seriamos las presas.
- Ahora si ya entendiste el recado de….
Ada se vio interrumpida por el ruido de algunos helicópteros y un ejercito de hombres desplegándose por toda la finca. En un segundo me encuentro recargada en la pared sucia de la finca y en otro, un tipo me lleva cargando. Era la primera vez que algo así me pasaba.
Los recuerdos de aquella noche se abarrotaban ante mí mientras observaba en cámara lenta todo lo que sucedía. Ada me hablaba de algo que no lograba entender, la gente corría de un lado a otro y se mezclaban con los gritos y las suplicas de dos personas distintas pero conocidas, todas aquellas palabras que me atormentaban cada noche, un disparo, mi arrepentimiento y al final, la nada.
Desperté algo apesarada en el interior del hotel donde nos esperaba Sam.
- Hola. ¿Cómo te sientes? – tenia el rostro de Sam encima del mío.
- Bien.
- Bueno, en marcha.
Seguía con la misma ropa, nadie me había tocado para nada y aunque ya podía moverme un poco, resultaba bastante doloroso.
- Agentes – era otro agente enmascarado – llamada del jefe Van Gaal.
Sam abre su portátil y de inmediato aparece el rostro del tipo en la pantalla.
- Serán escoltados hasta D.C. ya que es el único lugar donde Sheridan no tiene permitido el acceso. Desde ahora y hasta que sea capturado, todos ustedes son testigos protegidos de La Agencia en contra de Maxwell Sheridan, por lo tanto, los mantendremos en vigilancia todo el tiempo.
- ¿Seremos carnada? – pregunta Sam.
- No precisamente.
- Se escapo y si alguien conoce a ese hombre, soy yo. Es capaz de buscar hasta debajo de las piedras para no dejar testigos. Lo de hoy fue una mera coincidencia y supongo que no volverá a pasar.
- Difiero de usted, Blackwood. Quiere llegar al director y eso es lo que haremos. Le pondremos todo en charola de plata. Lo que caracteriza a tu ex-supervisor es que tiende a ser muy sentimental. Ahí entraras tú. Eres su objetivo principal.
Se corto la comunicación.
- ¿Debajo de las piedras? ¿lo crees tan idiota como para…?
- En una misión de hace dos años, se me escapo el objetivo con unos archivos de alta prioridad. Me obligo a usar todos mis recursos para encontrarle.
- ¿Qué recursos?
- Hay que dejarlo en “favores”.
- ¿Lo encontraste?
- Claro y recupere los archivos. Así comencé la lista de asesinatos que terminamos en Rotterdam.
- ¿Tienes la lista? – pregunto Sam antes de que Ada continuara.
- No.
- Entonces, deja de quitarnos el tiempo, niña.
Sam se va y nos quedamos las tres chicas en lo que preparan el transporte para llevarnos hasta la cede principal de La Agencia.
- ¿Qué demonios sucede entre ustedes? Primero se comportan como si se amaran locamente y después se odian como si fuera a pasar de moda.
- Es el tipo de amor de Ada.
- Mentira. Al menos yo… - creo que no se le ocurrió nada.
- ¿Al menos que?
- Nada – dijo molesta – necesito que hablemos.
Interrumpieron nuestro intento de plática para informar que ya teníamos que partir. Subimos al avión y rápidamente llegamos a nuestro destino. Bajamos y es precisamente Marcus Van Gaal nos recibe.
- Bienvenidos agentes. Soy Marcus Van Gaal y se encuentran por ahora en las instalaciones norteamericanas de La Agencia. Supongo que ya saben por qué están aquí, se los explique cuando les llame.
Nos hace entrar a una sala privada.
- Muy bien, hora de la verdad. Kyle Novak, mejor conocido como Maxwell Sheridan, solía trabajar para esta agencia pero desde el año pasado cambio su modo de operar…
Y vaya que había cambiado. Llevaba cinco años trabajando para el mismo hombre y dos antes de comenzar a trabajar directamente para La Agencia, me encontraba en los laboratorios en diseño sistemas y experimentos con medicamentos recién creados.
- … lo que nos sorprendió fue que se ocultara todo este tiempo engañándonos para hacer su trabajo sucio con nuestro apoyo.
- ¿Tienen idea de por que?
- No pero por ahora, Dean queda fuera de su equipo hasta nuevo aviso. Y todos son relevados de sus cargos.
- Pero… - el primero en saltar fue Sam.
- Así esta decidido Mason y no vamos a cuestionar ordenes directas, ¿verdad?
- No señor.
- Ahora, si son tan amables de lavarse y cambiarse de ropa. No me gustaría que se presentaran de esta manera ante el director general. Tienen dos horas. Hasta entonces.
Genial. Ahora veríamos al excéntrico anciano que dirige esta cosa.
Algunos asistentes de llevaron a Dean en lo que otros, nos escoltaban a Ada y a mi a los vestidores. Se desnudo lentamente y entro al cubículo de la regadera.
Tengo cuidado al quitarme la ropa ya que ahora si, a penas y puedo moverme. Creo que tengo un par de huesos rotos. Que medo sentada en una banca frente a los casilleros hasta que siento el cuerpo mojado y desnudo de Ada que se pega a mi espalda.
- Me encanta tenerte así.
- Y a mi me lastima.
- Perdóname por ser tan cruel. Te quiero pero no me gusta ser tan débil.
- No lo entiendes, me lastimas. Literal. Me estas apretando demasiado y me duele mucho por los golpes.
Me observa ya son ropa y con una expresión de “mira que jodida estas”.
- dúchate y ve a que te revisen. Estas hecha mierda.
Me ayudo gentilmente a tomar una ducha rápida. Era un lado de ella completamente desconocido para mí. Se comporto de una manera tan protectora, dulce y tierna que me asusto. Estaba acostumbrada a la soledad, a la independencia, a ser solo yo pero su llegada me sacaba de mi zona de confort.
Mientras realizaban las curaciones y colocaban la escayola en mi brazo izquierdo, ella me miraba con… ¿amor? Tenía una cara de estúpida que no podía con ella. Eso era reconfortante.
- ¿Sabes que descubrí hoy?
- Ni idea.
- A pesar de que te comportas como si nada te importara, en el fondo eres una nena, Blackwood.
- Lo tomare como un cumplido de la mujer que me mira como colegiala enamorada.
- Te equivocas – dijo con una risa nerviosa – vamos a ver al director.
Nos obligaron a pasar hasta el último piso de la instalación que por cierto es subterránea así que en vez de subir, bajamos. Cosa rara. Entramos a una oficina enorme donde un hombre alto de cabello cano, ya esperaba por nosotros: Larry Hook, el director general y fundador de La Agencia.
- Creo que se preguntan por que las he mandado llamar.
- Así es.
- No interrumpa, Blackwood – me dijo Ada.
- Deje que hable, agente Wolffburg. A quien mas le interesa la información es a ella – se voltea dejando ver sus espesas cejas negras - ¿Qué le paso?
- Mi primer encuentro con mi ex-jefe.
- Entonces seré breve. Los tres están en la mira de Kyle Novak. Fue un agente magnifico. Era capaz de hacer hablar a las piedras, de encontrar a cualquier persona y de idearse las mejores y más eficientes maneras de acabar con sus objetivos. Antes de continuar, Mason y Wolffburg, ¿me pueden dar el perfil del objetivo que buscaban en Reino Unido desde hace casi un año?
- El sujeto correspondía a alguien alto y delgado, no estaba confirmado el sexo ni demás detalles. Frio, calculador, vida completamente nocturna, sin familia y capaz de camuflarse como fuese necesario. Se le vio rondando diversos centros nocturnos tanto en Inglaterra como en Escocia – termino Sam con la descripción.
- ¿Le suena familiar, agente?
- No – la verdad es que solía ser demasiado estúpida para esas cosas.
- ¿De que más disponemos, Wolffburg?
- Poco a poco en mis andanzas me encontré con alguien que coincidía con gran parte de la descripción y le seguí hasta un bar under de Londres. Lo único que teníamos seguro era su procedencia de Escocia.
- Ouhh… - ahora si ya entraba en razón.
- Al localizarlo y darme cuenta de que estaba en lo correcto créame que me sorprendí. Hice “tratos” con el sujeto y obtuve información filtrada de algunos objetivos – voltea a verme – elimine al verdadero agente al que le tenias que dar la información. A mi no me tenias que entregar nada. Sheridan se dio cuenta pero decidió seguirnos la corriente. Esa era la verdadera razón. Aunque nunca entendí que te hacia seguirme.
- Algo muy normie. Solo me gustaste y ya. Te había puesto el ojo encima y sabes que lo que quiero, lo tengo.
- Creo que eso no es de nuestro interés – replico el señor Hook – el caso es que Kyle se dio cuenta de lo que sucedía por lo que las envió a realizar los encargos para darnos a entender que sus amenazas iban en serio. Nos jugo una mala pasada matando a cuatro testigos en su contra. Todo lo que hicieron fue para encubrir una mentira.
- En pocas palabras, fui utilizada por She… ¿Novak? Para quitar del camino a varios testigos. Vaya… - miro fijamente a Ada - ¿tu también me usaste para tus fines?
Eran intereses generales. Espero que no te moleste.
- Más bien, me sorprende mucho.
Permanecimos en un silencio incomodo y tras un buen rato, el jefe tomo la palabra de nuevo.
- Ahora, tienes la oportunidad de remendar tus errores. La clave y tu único trabajo por ahora será eliminar a tu ex jefe.
- Suena fácil pero, supongo que esta bien escondido.
- ¡¡Ay estos niños!! – ahora se reía – presta atención y déjame terminar. Tendrás que buscarlo, tenderle una trampa o como quieras pero lo quiero muerto y esa es mi ultima palabra… a menos que desees que se le procese legalmente. Tú decides.
- ¿Tendré que matarlo de frente?
- Creo que si.
- ¿No es más fácil que haga las cosas como acostumbro?
- Ya te di la orden.
Contaba con recursos ilimitados en cuanto a personal de asalto pero solo me otorgaron a tres agentes para la planeación. Me faltaba uno pero ya estaba signado y llegaría al día siguiente. Obviamente estaría Ada y ¿Sam?
- Pero me odia.
- Tendrán que dejar sus diferencias de lado y sus rencillas pasionales. A nadie le importa quien se quedo con la mujer de quien. ¿escucho Mason?
- Afirmativo.
- Tienen dos meses como máximo.
Nos retiramos de la oficina. Los médicos me dieron dos semanas de completo reposo y un mes sin actividades pesadas. Mi diagnostico nos daba ese mes completo para la planeación y localización de nuestro objetivo. Seria una tarea dura dados los tiempos pero nada es imposible. Ahora necesitaba que Sam me mostrara toda la información recopilada hasta ahora.
- La última vez que lo vimos fue en México pero estamos seguros que no se ha ido de ahí. Tenemos una localización probable en una pequeña ciudad donde todo el gobierno esta protegiéndolos y la policía no hace nada. Tenemos cero apoyos en ese lugar. Podríamos comenzar a comprar influencias pero no creo que sea conveniente ya que tiene ojos y oídos por todos lados. Tiene programadas varias reuniones para concretar tratos y eso nos permite tenerlo vigilado.
- Estupendo, avísanos cuando tengas algo mas.
- Claro, jefa.
De ahí se agarro y ahora no me va a soltar. Por ahora era tiempo de irse a dormir. Ya había tenido suficientes emociones por un rato. Cada quien se marcha a su habitación y fin del asunto.
Ya casi terminamos y eso me emociona. Este capitulo podria tomarse como el penultimo de esta historia. Gracias por haberme dejado llegar hasta aqui.