Otra loca historia de espías (capitulo 10)

Continuamos...

En esta ocasion me decidi a subir solo uno. Creo que voy muy rapido y no me esta dando oportunidad de pasar todo en limpio asi que probé eso de hacer los capitulos una nadita mas largos a ver si funciona.

CAPITULO 10

TAN FRIO COMO TU CORAZÓN

Nos preparamos durante el vuelo. Eso implicaba el dormir bien, dar rienda suelta a nuestras bajas pasiones, tener buena ropa contra el frio, trazar el plan a seguir y armarnos discretamente.

Ada se quejaba constantemente del frio y yo me jactaba de poderlo resistir mientras me burlaba de ella.

-          Lo bueno del frio es que si te abrigas bien, tienes esa sensación de calor tan agradable.

-          Estas completamente loca. Por cierto – cambio a una expresión mas seria – Sam me llamo y será nuestro asesor de rastreo.

-          ¿Bueno o malo?

-          Es el mejor en su trabajo. Según el reporte actual que me envió, el guardaespaldas estará en la taberna del pueblo más cercano. Tiene como costumbre el estar ahí desde las ocho hasta las diez. Te harás pasar como Harika Bozkurt para reunirte con el contacto y que él te presente con el objetivo. Recuerda que estas interesada en comprar armas y pase lo que pase después, seguirás con improvisación por tu cuenta pero te estaremos siguiendo de cerca.

-          ¿De donde soy?

-          Eres turca y vienes por armas para tu guerrilla sin sentido.

-          Debo hablar primero con el guardaespaldas y el me contacta con el general, ¿no es así?

-          Exacto.

Colocamos dispositivos de rastreo, temperatura, presión, etc. Me plantaron en un supuesto avión comercial en un hangar cercano donde hizo parada solo para despistar ya que había una tormenta de nieve que no permitía ver dos palmos más allá de tu localización. Me recibieron unos guardias armados hasta los dientes para posteriormente, llevarme a una habitación y dejarme en ropa interior. Como era de suponerse, revisaron mis cosas y con ello sacaron mi 9 mm personalizada y mi navaja. Afortunadamente los medidores estaban en lo que aparenta ser mi Smartphone.

-          No puede pasar con armas – me dijo un guardia con un ingles muy forzado.

Llega otro y me informa que veré al jefe dentro de unos minutos en el comedor del pueblo, que me vistiera y lo esperara afuera del lugar. Tardo pocos minutos en recuperar toda mi ropa y regreso a la puerta principal. Fui acompañada de escoltas hasta una casa pequeña que hacia las labores de comedor. Pocas sillas y pocas mesas pero estaba a una temperatura deliciosa. El olor inconfundible a borsch inundaba el sitio. Únicamente había una persona en ese lugar. Alguien de chaqueta verde descansaba de espaldas a mí. Vaya sorpresa que me llevo al sentarme frente a este sujeto. Lo que esperaba que fuese L. Popov resulto ser L. Popova. Carecía de especificaciones sobre el primer objetivo en cuanto a aspecto y procedencia, por ende me lleve una grata sorpresa. Era una mujer alta, de complexión gruesa, una cabellera rubia y ojos azul profundo.

-          Permítame presentarme, soy  Harika Bozkurt. Me informaron que maneja mercancía que puede ser de mi interés.

-          ¿De que?

-          Interés.

-          ¿De donde eres, estúpida?

Esto si era comenzar con el pie izquierdo.

-          Turquía.

-          ¿Por qué eres pelirroja y pálida?

-          Soy tercera generación de… - ¿Dónde carajos localizaba Turquía en un mapa mental? Estaba congelada  no hay muchos griegos ni bulgaros pelirrojos. Menos en Irak o siria – de abuela francesa.

Me miraba con algo de desconfianza.

-          ¿Quién te contacto?

-          Antosha Kozlov.

-          El cocinero. Bien, ¿Qué te dijo ese maldito hablador?

-          Tenia que verle a usted antes de contactar con el capitán.

-          Me llamo Elena Popova pero dime Lena. Ya tengo tus datos.

-          ¿Procedemos?

-          No. Espera.

Llama a uno de los guardias y le articula algo que no pude escuchar por mas atención que puse. El tipo se ríe y dice un “da” en voz alta. Me indica que los siga y terminamos en una habitación angosta cerca de la salida del pueblo. Ya comenzaba a ponerme bastante nerviosa con cada minuto que pasaba. Pasa otro hombre por mí, subimos a una moto de nieve y partimos hacia el puesto de avanzada. Atravesamos una montaña congelada y terminamos en un enorme bunker en la superficie de un espacio de puro hielo. Entramos al bunker y me lleva hasta una confortable habitación con la leyenda “Popov” en la puerta.

-          No mueva – me advirtió.

Aproveche el tiempo para conectarme con Sam.

-          ¿Noticias?

-          Es quien dice ser. Elena “Lena” Popova. Hija del coronel Vladimir Popov y esta a cargo de la seguridad del puesto. Mano derecha del capitán Alexey Kuznestov. Te hare llegar mas información cuando la tenga. Ada me dejo el mensaje de que no dejes que se te acerque ni que te toque ya que puede ser fatal. Esta mujer es peligrosa. Podría acabar contigo aun si tiene una mano atada a la espalda.

Escucho la puerta y corto la comunicación de inmediato. La mujer se veía por demás imponente en este sitio.

-          Disculpa por hacerte esperar.

-          No hay problema.

-          Vamos al punto. ¿Qué es exactamente lo que necesitas?

-          Armamento de mediana potencia y algo más grande por si las dudas.

Me lanza una mirada extraña, se acerca y en un abrir y cerrar de ojos, me lanza contra la pared con toda su fuerza.

-          ¿Segura? No me gusta que me mientan.

-          S-si, lo-lo juro – estaba que me cagaba del miedo.

-          ¿Y solo por eso llevas rastreador, localizador e intercomunicadores en tu maldito teléfono? – saca mi arma de su bolsillo – y ni hablar de esta belleza.

-          Este lugar no es muy seguro que digamos. ¿Qué tal si me ataca un oso o una foca?

-          El único animal feroz aquí soy yo y no pienso atacarte todavía.

-          Solo dame mis cosas y déjame cumplir mi encargo. Te lo agradecería mucho ya que mi cabeza esta en juego. Con mi gente no hay segundas oportunidades - Ya había logrado recuperar un poco la compostura y mi frialdad en la situación.

-          Ni loca. Mira que trofeo tengo frente a mi.

Se acerca y me levanta por el cuello de la chaqueta sin la mayor dificultad. Me apunta con mi propia arma luego de bajarme.

-          Quítate toda la ropa y rápido.

Obedecí de inmediato.

-          Si gritas o algo, te vuelo esa linda cabecita pelirroja que tienes,

-          No pensaba hacerlo – reí nerviosa mientras me quitaba los pantalones.

-          Más te vale. Pero si estas como me gustan.

-          ¿Ah si? ¿Cómo?

-          Así

Me carga y avienta contra su cama. Saca mi navaja y se acerca peligrosamente a mí. Me realiza varios cortes en los brazos, piernas y espalda. Procede a colocarse encima de mí y comienza la acción. Me hizo  a su antojo por un largo tiempo. Mordía, lamia, succionaba, apretaba y cortaba por todos lados posibles. Me embestía como si fuese un maldito animal a un ritmo q

que era incapaz de seguirle. Sus dedos entraban y salían tan rápido que solo me quedaba gemir bajito ante el dolor que me provocaba dicho acto tan sádico. De la nada, deje de sentir sus dedos y la vi apoyándose contra mi vientre y comenzando a restregarse en mi para terminar.

Acabe con muchos cortes, mordidas y magullones en todo el cuerpo así como con ardor en todo el cuerpo, una sensacion de vacío e imposibilitada para cerrar las piernas y caminar bien. Me dolía absolutamente cada centímetro de mi

glorioso y bien formado

cuerpo.

Lo primero fue llamar a Sam,

-          ¿Sam? Responde – hablaba muy ronco y muy bajo ya que grite y gemí demasiado y ahora mi garganta reclama y duele - ¿Me escuchas con un carajo? Respóndeme ahora.

-          Soy Ada. ¿Por qué te perdimos y que rayos paso en esta hora?

-          ¿Dónde están?

-          Cerca de tu ubicación

-          Te veo en el hangar ahora, ¿me copias?

-          Te escucho mal.

No le respondí y corte la comunicación. Lena e había ido pero dejo mi arma y mi navaja en la cómoda por lo que las tome y me retire despacio de la habitación. Pedí al guardia que me llevara al hangar. El hombre me mira aguantando la risa.

-          ¿Qué es tan gracioso? – le dije mientras subíamos a la moto de nieve.

-          Había visto chicas así pero a tal grado como usted.

Ignore completamente en comentario y me arroje sollozando a los brazos de Ada.

-          Sácame rápido de aquí, ¿quieres?

-          ¿Qué puta mierda te paso? – me miraba preocupada y enojada – mira como estas. No puede ser.

-          Solo vámonos.

Llegamos al lugar que usábamos como base. Explique todo lo que había pasado a grandes rasgos mientras ella curaba mis heridas, me hacia tomar un baño caliente y se comunico con Sheridan.

-          ¿Qué le paso a Blackwood?

-          Mujeres – respondí desde la cama.

-          Menos mal. Ya la tienes en tus manos. Si abuso de ti es porque el siguiente paso será que veas al capitán para llevar a cabo el trato. Hablaras con ellos mientras Wolffburg de infiltra y coloca las cargas explosivas en los puntos designados.

-          No dejare que le haga lo mismo que a mi

-          No te preocupes por ella. Sabe lo que tiene que hacer.

-          Ya escuchaste cariño, no pasara nada.

Se corta la comunicación. Voltea hacia mí y se lanza a mis brazos.

-          Gracias pequeña.

-          ¿Por qué?

-          Por demostrar que te importo.

-          Prométeme que te cuidaras de esa maldita bestia, Ada.

-          Soy una sombra.

Después de ser acosada por teléfono, logre concretar una cita con el capitán al día siguiente junto a mi supuesta socia recién llegada Akasma Topal.

Llegamos puntuales a la oficina de Lena Popova y nos recibe efusivamente

-          Que maravilla tenerlas aquí. Vayamos al punto.

-          Mi socia y yo buscamos…

-          Basta – me interrumpe –las llevare con el capitán.

Después de un comentario furtivo sobre los escasos modales que tiene esta mujer, nos reunimos con el objetivo principal. Era un hombre bastante alto, cabello cano, postura impecable, mirada azul fría, nariz recta y una seriedad sepulcral.

-          Buenas tardes capitán. Soy Harika Bozkurt y ella es mi socia Akasma Topal.

-          Bienvenidas. Lena me ha dicho que quieren aumentar su arsenal en Turquía.

-          Así es. ¿Que nos ofrece?

-          Tenemos de todo.

Nos lleva al lugar donde tiene guardadas las armas.

-          Con todo me refiero a armas cortas, largas, de grueso calibre, escopetas de todo tipo, rifles de precisión, de francotirador, bazucas, lanzacohetes, dinamita, granadas, ametralladoras ligeras, ametralladoras rápidas como la micro uzi, la type 25, TMP, C4, EMP, explosivos con sensor de movimiento… lo que necesiten.

-          Tendríamos que contactar con nuestros superiores las cantidades exactas de cada uno pero le aseguramos una venta superior a los 20 millones de euros en mercancía.

Dimos un recorrido básico por todo el puesto y nos quedamos en uno de las habitaciones de visitas para esperar a que Lena se desocupara para atendernos y sacarnos del lugar.

-          Ya tengo acceso a las cámaras por lo que todo esta listo. Blakwood se encargara de distraer en lo que Wolffburg planta las cargas. Tienen 10 minutos para completar todo y salir rápidamente de ahí.

-          Es demasiado para mi. No pienso estar mucho tiempo con ella a solas. Aun no puedo caminar bien tras lo que me hizo.

-          Blackwood, te recuerdo que ella es objetivo secundario junto al transportista.

-          Entonces, cuando me someta, ¿le doy un tiro directo entre los ojos?

-          Claro.

Sam se despide y corta la comunicación con nosotras,

-          Ada, ¿sabias que hasta llevo años sin matar directamente a nadie?

-          ¿Directamente?

-          Han sido explosiones y accidentes amañados pero no con armas de cerca.

-          Pues tienes que hacerlo de nuevo.

Armamos el nuevo plan y me reuní de nuevo con Lena en su habitación. Ya estaba esperándome.

-          Pasa Harika, o debo decir Helena. Se te cayo el teatrito, perra.

-          ¿De que me hablas?

-          Se de tus intenciones y para quien trabajas. Esto no tendrá el final que piensas.

-          Exacto.

Le apunto a la cabeza con el arma.

-          ¿Crees que me intimidas con tu juguetito?

-          Deberías suplicar al menos.

-          Mejor suplica por la vida de tu amante. Acabo de encontrarla en el pasillo. Andaba husmeando las instalaciones,

-          ¿Qué?

-          Tengo a Wolffburg – se burlaba – tráiganla.

Los dos guardas de la puerta salieron unos segundos y regresaron escoltando a Ada.

-          Por fortuna solo me he enterado yo hasta ahora. Que mi capitán no lo haga por que las haría pedazos con sus propias manos. Así que por ahora, yo misma me encargare de este trabajito.

-          Muy tarde – exclama Ada.

Los mismos solados que custodiaban a Ada, la dejan libre y se van del lugar.

-          Lamento mucho las molestias causadas pero alguien ya pago por verlos muertos y nos toca cumplir nuestra parte del trato. Vámonos Helena.

-          ¿Pero…?

-          No hay pero. Vámonos.

Hago casi pero antes de salir, mi compañera se voltea y le pega un tiro directo a la frente del objetivo.

-          Eso es por meterte con mi mujer, zorra.

Salimos con calma del lugar. Tomamos la moto para nieve y comenzamos la huida. Ada saca de su bolsillo un pequeño control remoto y presiona el botón. Escuche una explosión muy fuerte detrás de nosotras. Caso resuelto. Tomamos nuestras cosas y en menos de una hora ya estábamos de camino a casa.

Nos llamo Sheridan para felicitarnos por el estupendo trabajo realizado.

-          Se lucieron agentes. Estupendo trabajo. Ahora, no volverán a sus casas como tenían planeado; la segunda etapa las lleva al majestuoso puerto de Rotterdam. La información les llegara mañana. Liquidaran a un mafioso.