Otra historia con mi vecino

Yo veía en él, un EMPOTRADOR

Otra historia con el vecino.

Llegué al portal y con mis mejores galas del trabajo,  unos leggins negros manchados de lejía,  y sucios de todo el día en la cocina, camiseta de manga corta negra ceñida también manchada de lejíaa de la barriga de fregar los platos y unos tenis negros también,  que eso si ya que no se que porquería tiene...  Gajes del oficio, ser tan desastre y mancharme tanto cocinando,  es el resultado de yo dándome asco a mi misma al llegar un día de mucho curro a casa.

Habían pasado unas semanas sin que coincidiera con el vecino ni una sola vez,  y justo hoy que mejor olor llevo a freidora,  me lo tengo que encontrar para subir en el ascensor juntos.

Benditas mascarillas,  que nos está salvando la dignidad de vez en cuando.  Al entrar quedamos frente a frente, creo que ni me ha reconocido con las pintas que llevo,  pero con mascarilla y todo la expresión de horror en sus ojos tapó una gran mueca de asco fijo.

Al parar en la misma planta se dió cuenta de quien era y ahí es cuando yo me puse roja y verde de vergüenza. En ese momento me acordé que era la primera vez que nos veíamos después del encuentro de paredes.  Y quise colarme por el Ascensor para bajo. Tan solo un hasta luego tartamudo y una sonrisa agradable en su cara ahora sin mascarilla fue nuestra despedida antes de entrar cada uno por su puerta.

Ya dentro en la intimidad de mi casa,  en la misma entrada me fui quitando zapatos y calcetines mientras andando poco a poco para entrar quitando la camiseta los pantalones el sujetador y las bragas,  lo solté todo dejando un camino de ropa y dejando todo tirado por detrás y solté el bolso en la silla de la entrada.  Cojo un cigarro sentada en el sofá desnuda con una pierna apoyada en la mesita, y reclinada hacia atrás relajando mi cuerpo. Recordé la vergüenza del encuentro con mi querido vecino El empotrador. Lo había escuchado follando con una chica y había hecho que follara por primera vez con una mujer y  me daba mucho morbo pensar en él y la de poyazos que le daría en la garganta.  Me  estaba notando excitada cuando parando el momento erótico,  me dispuse a ducharme y a adecentar un poco la casa.

Soy gordita pero bien repartida, morena, blanquita de piel, ojos marrones, pecas en la cara, tetas y culo grande y mido solo 1.50...

Al  acabar con todo cogí las llaves para ir a tirar la basura y me di cuenta que el pijama discreto no era,  cortito de pantalón, tirantes gris clarito con la cara de un osito en el culo y en las tetas. Pero la hora que era no pensaba encontrarme a nadie.

Dejando la basura y volviendo a entrar ahí estaba él otra vez entrando al portal y cogiendo el ascensor,  venía con una tele enorme que casi no cabe en el hueco tan pequeño que acabemos en en rincón los dos juntos hasta 5° planta,  la situación tan distinta a la de antes hizo que el empotraetor se fijará en mí,  bueno en mis carnes a la vista. Asi tan de cerca me di cuenta que era muy alto, grandote tirando más para gordito, me sacaba dos cabezas, rapado, ojos claros, barba  pelirroja hipster y piercings en la nariz y en la lengua me pude fijar cuando lo ví la primera vez que nos vimos. No es el típico cachas de gimnasio cuadrado ni mucho menos,  pero tiene el porte perfecto como digo yo, espalda ancha y brazos grandes.

En mi mente se iluminaba la palabra EMPOTRADOR,  en grande con lucecitas de neón.

Volví de mi fantasía cuando noté un empujón de él porque teníamos que bajar y salí yo delante de él dejando que viera mis pezones bien marcados en el pijama.

Me había dado morbo tenerlo tan cerca que me había puesto cachonda y tenía intención de dejar que se diera cuenta. Al entrar sujeté la puerta para que pudiera pasar me fijé que en su pantalón sobresalía un bulto que me dejó babeando.

Con un hasta luego me metí en casa con un poco de pudor. Pero yo lo muy claro, con pudor o sin pudor tenía claro que me lo quería follar.  Quería verme debajo de él,  abiertisima de piernas para que rellenara mi coño carnosito. Ya más calmada puse la tele en el salón,  y con el móvil sin parar de pensar en mi vecino quise aliviarme un poco. Sabía que estaba despierto porque aún se oía la tele. Así que quise dedicarle unos ricos gemidos de buenas noches.

Tumbada con pantalón en una pierna solo y la otra abierta apoyada en el respaldo del sillón,  con todo bien abierto y a la vista imaginaba que tenía a mi vecino escuchando detrás de la pared,  puse algo de porno en el móvil.

Empecé a pellizcar mis pezones con fuerza y notaba el dolor en el clítoris,  suspiraba fuerte,  cogí saliva y la unté en mi pipita hinchada calmando el escozor tan rico.  Gemia,  dejaba escapar gustosa el placer que me estaba dando yo sola.

-Aaah sii. - yo veía en la pantalla a dos mujeres haciendo 69 petandose el culo con un calabacin al que le habían puesto un condón.  Y entre sus gemidos y los míos seguro que el espectáculo le estaba encantando a mi polvo platónico.

Empecé a meter la punta de dos dedos en el rezumado agujero de mi coño.  Caía fluido por todo el tapizado del sofá,  me retorcia aguantando las ganas de correrme, saqué los dedos y frotaba el clítoris suavito lo palmeaba,  y volvía a frotar el garbancito de dentro,  estaba extasiada,  me follaba yo sola tan gustosamente que decidí grabar mi corrida para hacersela llegar de alguna manera a mi próximo follador.

Abrí más las piernas apoyando la otra en la mesita de café,  metía y sacaba los dedos estimulando el chorrito dedicado.  Movía los dedos dentro recorriendo cada rincón de mi vagina. Aprete el clítoris entre dos dedos y me toqué tanto que viendo lo que estaba grabando hizo que emepezara a salir un caño de corrida transparente, otro más fuerte acompañado de gustosos gritos de placer  que sobrepasaban todo el edificio pero me daba igual, metí otro dedo más abriendo más mi agujerito , gritaba pidiendo más,  no se a qué o a quién, pero quería más, me grabé chupando los

dedos llenos de fluidos,  seguía perrisima....

necesitaba algo contundente yo me acababa de hacer un squirt pero estaba disfrutando como una

cerda, moviendo los dedos todavía

pensando en el pajote que mi vecino se habría hecho a mi salud...  Bajé las pulsaciones respirando tranquilamente cuando escuché un par de toques en la puerta....