Oselmo, el taxista que la probó y la adoptó

Un día de lluvia subí a un taxi, conocí a Oselmo, me contó su vida como hetero y como luego de conocer a Joan un catalán dejó de serlo hasta que desfilaron mucho gays y travestis por su vida como antes habían desfilado infinidad de mujeres.

OSELMO, EL TAXISTA QUE LA PROBO Y LA ADOPTO

Un día de lluvia tomé un taxi para regresar a mi casa, el destino o la suerte pusieron en mi camino a un taxista de unos 35 años, muy conversador que me dijo llamarse Oselmo a el cual sus amigos le decían Selmo.

Me conversó durante todo el viaje y cuando pasábamos por alguna esquina en la cuales habían travestis bajo unos paraguas me decía cosas como "que buena que está esa", "como tendrá de grande la verga?" y otras cosas por estilo, ante mi asombro por su descaro en hablar de esas cosas conmigo un pasajero y perfecto desconocido.

Cuando llegué a mi casa me dijo:

-Si me invitás un café, descanso un poco porque hace diez horas que estoy metido en este "puto" taxi y ya es hora de largar e irme a descansar... pero si encuentro a alguien para coger un poco, dejo mi descanso para después...

El tipo me había caído bien, tendría una década menos que yo en esa época, aunque no era gordito estaba bastante "rellenito" y echando panza por tantas horas que pasaba al cabo del día sentado al volante, su culo me imaginé que sería chato o aplastado por la misma razón, en fin para que darle más vueltas a la cosa por eso le contesté:

-Yo también vengo cansado de trabajar, pero si es sólo un "café".. subí un rato..

Hice énfasis en la palabra café, para darle a entender que era solamente eso que no se imaginase que le iba a dar más, aunque él y yo sabíamos que podía pasar cualquier cosa entre los dos..

Mientras preparaba el café, me pidió permiso para ir al baño, porque hacia horas que no orinaba y había tomado bastante mate en el taxi mientras esperaba pasajeros.

Le indiqué el camino hacia el baño, ni me molesté en acompañarlo hasta allí, porque el café estaba casi listo, me apresuré a sacar las tazas y allí mismo en la cocina dispuse todo para que se sentase a beberlo.

Oselmo en el baño demoró mucho más que el tiempo que se demora en una simple meada aunque esta fuese producida por mucha cantidad de agua bebida en el mate.

Sentí sus pasos que se aproximaban a donde yo estaba, di la vuelta para ir hacia la mesa con la cafetera hirviente y los vi de pie junto a la puerta con la pija dura entre sus manos, al notar que yo se la miraba la levantó al mismo tiempo me comentó:

-Espero que no te moleste que me haya lavado la pija y las bolas porque hacia horas que no respiraban aire puro y estaban muy hediondos.

-Guardá eso, vení a tomar el café...

Mientras bebíamos el café no cesó de hablar y hablar sobre su vida pasada, trataré de hacer un resumen de lo que me contó en esas cuatro o cinco horas qur duró su visita.

Oselmo era un típico muchacho de barrio, mujeriego y bebedor empedernido, muchas veces perdií las ganancias de su trabajo como taxista, porque terminaba acostándose con las pasajeras sin importarle si se la chupaban dentro del taxi o en algun hotel donde las llevaba.

Con tal de usar su verga que era muy gruesa (como lo pude comprobar antes de que se sentase a tomar el café conmigo), él no reparaba en ninguna mujer que se le cruzaba en su camino, pero con la que fue su esposa las cosas sucedieron de otra forma, ella no se se entregó a él, él la deseaba más por eso porque quería probar su concha pero esta no era como las demás que salían con Oselmo por eso no supo diferenciar si la amaba o la desaba más que a nada en el mundo.

Lograba besarla y hasta tocarle sus parte íntimas pero más allá de la mano ella no le dejaba poner nada más.

Su mujer lo amaba por eso no decía nada cuando él llegaba de madrugada, medio borracho o totalmente borracho con aroma a mujeres de la noche que en algun momento él había logrado tener intimidad quien sabe en que lugar...

Su matrimonio fue convirtiéndose en cuernos por doquier producidos por ambas partes ya que un día fue a coger a su mujer por el culo descubriendo que ella lo tenía muy dilatado y esta no tuvo más remedio que confesarle que un rato antes había estado con un amigo en un hotel.

Oselmo en vez de enfurecerse se excitó muchísimo con la idea de que iba a visitar el lugar que un rato antes había estado ocupado por otra verga y recibiendo placer por otra pija que no fuese la suya.

En su edificio vivía un catalán llamado Joan, que se hizo muy amigo de su mujer, Oselmo pensaba que eran amantes porque tenían muchos secretos entre ellos pero nunca hubiese imaginado la verdad de esa relación.

Sus borracheras aumentaron hasta el grado en que tuvo que pedir licencia en su trabajo para hacerse una cura de desintoxicación y en esas semanas de inactividad y ocio conoció al tal Joan.

Le pareció simpático y agradable hasta el punto de que mientras su mujer estaba en el trabajo ellos compartían muchas horas jugando a los naipes o yendo a matar el tiempo a lugares en los cuales no se bebiese alcohol.

Joan no hablaba de sexo aunque Oselmo trataba de indagar como era su relación con su mujer, quería saber si la culeaba, si hacían el sesenta y nueve, pero Joan siempre negaba que hubiese tenido intimidad con ella.

Siempre andaba bien vestido y con el cabello muy cuidado cosa que a Oselmo le intrigaba sobremanera, porque no sabía en que trabajaba Joan par darse esos lujos y esos aires de millonario.

Una noche que salieron a beber algo, aunque Oselmo solamente bebía refrescos o café, Joan tomó demás y se le soltó la lengua cuando Oselmo insitió en indagar como se cogía a su mujer.

-Tú solamente te has tirado a tías por eso no sabes lo que te pierdes!

Fue la respuesta de un Joan bastante bebido y harto de sus sospechas.

Ante su sorpresa y sin saber que contestar Joan le dijo:

-Me tienes harto con tus sospechas, tu te piensas que voy detrás de tu mujer... si a mi me van los tíos como tú!!

Oselmo lo miró despavorido mientras Joan agregaba:

-Si no quieres ser amigo de un sarasa como yo, lo comprenderé y no nos veremos más.

Oselmo en otras oportunidades había tenido trato con gays, tanto en su taxi como en otros lugares pero nunca los había tratado intimamente por no interesarle lo que ellos hacían.

Se despidieron y esa noche pensó en la confesión de Joan, pero no le pidió disculpas a su mujer por haber dudado de que ella tenía un amorío con Joan.

Al otro día fue por primera vez a la casa de Joan y le dijo que quería conocer ese ambiente que el frecuentaba porque aunque nunca había tenido interés en los gays quería ver como era lo que ellos hacían.

Con los amigos de Joan en una discoteca gay Oselmo se rio como hacía años que no lo hacía, comenzando a beber nuevamente y dejándose chuapr la pija por muchos de ellos que le hicieron descubrir placeres ignorados en toda su vida como hetero y mujeriego epedernido.

Todo sucedió muy rápidamente, cuando llegó su cumpleaños número 30, Joan lo invitó a su casa diciéndole que tenía un regalo para él.

El regalo era el mismo que quería entregarse a Oselmo, se había envuelto la pija con papel de regalo y una cinta roja formando un lazo en la punta, cuando Oselmo hubo entrado en su casa se apareció desnudo solamente cubierto con esa cinta.

Oselmo rio mucho con semejante ocurrencia, deshizo el nudo de la cinta y luego comenzó a desenvolver el obsequio, este lo tentó aunque nunca había chupado una verga y nunca había pensado que algun día lo haría se puso a besarla desesperadamente al mismo ritmo que esta empezaba a despertar de su letargo se la fue tragando hasta que sintió que el glande golpeaba con su úvula.

Chupó y chupó hasta que logroó extraer los jugos que habían producido las bolas de Joan, tragó todo ese jugo sin asco y sin temores de que estaba dejando de ser el hetero que había sido toda su vida.

Luego Joan intentó un 69 en el cual solamente le chupó el culo, dilantádolo con sus dedos e introduciéndole saliva por el apenas abierto agujero que dejabe ver su interior.

La verga larga pero fina de Joan pasó por ese estrecho canal sin que Oselmo tuviese oportunidad de plantearle una negativa abandonándose a lo que le estaban haciendo lo disfrutó intensamente con cada enbestida que Joan le daba cada vez más profundamente.

Su mano iba y venía apretando su verga al mismo tiempo que sentía un cosquilleo muy intenso en alguna parte del interior de su cuerpo, no duraron mucho en esa situación las vergas de ambos expulsaron todo el contenido de sus vesículas seminales.

A Selmo le quedó el recto lleno por la gran eyaculación que Joan había tenido allí dentro mientras que su mano quedó completamente mojada por su propia emisión seminal.

Terminaron su fiesta de cumpleaños con la verga de Selmo dentro del culo de Joan que al moverlo tanto lo hizo tener una segunda eyaculación más pronto de lo que ambos esperaban haciéndolos disfrutar muy brevemente de esa segunda vez que tenía el placer de penetrarse mutuamente.

Mientras Joan dormitaba Selmo pensaba, que había perdido tantos años de su vida siendo hetero si haber disfrutado como lo estaba haciendo con Joan, que fue el primer hombre que lo había penetrado. eso le gustaba de su nuevo amante que era hombre aunque fuese gay no lo aparentaba y eso le fascinaba, haberle entregado su hombría a un hombre y no a un gay cualqiera, eso lo llenaba de orgullo y satisfacción.

Se había olvidado de su mujer, de su cumpleaños y de todos sus amigos y parientes, esa verga pudo más que todo lo demás.

Alrededor de las cuatro de la madrugada sigilosamente se levantó, se vistió y se fue a su casa, donde su mujer lo esperaba para increparle que la había dejado plantada con la fiesta y con todos los invitados.

No se calló, le dijo a su mujer que estaba sexualmente satisfecho, pero no le mintió le dijo que había pasado la noche con Joan y que si quería irse que se fuese que desde ahora él se iba a dedicar a tragarse todas las vergas que pudiese, como en el pasado muchas se habían tragado su verga.

Ante el desconcierto de lo qur oía su mujer le dijo que se fuese él a vivir con Joan y la dejase sola.

Después de un prolongado "romance" con Joan, empezó a tomarle gusto a los travestis que subían a su coche y comenzó la misma historia de antes pero en vez de, mujeres hacía de todo con los travestis y con algunos pasajeros, por lo cual Joan también lo abandonó.

Y esa noche me levantó a mi, después de tomar varios cafés mientras me contaba su historia me pidió que lo cogiese porque se había exciado mucho al narrarme sus andanzas.

Eso lo dejaré para otra narración porque no quiero aburrir a mis lectores con historias muy largas.

OMAR

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