Oscuro deseo

Tropezando con... el deseo?

Caminaba sin rumbo fijo, solo quería salir de casa, la sensación de encierro y de pesadez debido a los múltiples cambios constantes del ser humano en general me hacen querer vivir en un mundo paralelo, sin embargo, no estoy huyendo, pero si tomando un respiro para no explotar de ira.

La noche se torna agradable, yo a penas vestia un pantalon polar negro, zapatillas deportivas negras y una musculosa color gris. A pesar de los 17 grados de temperatura que presenta la ciudad no tenía ni un poco de frío, mi cuerpo permanecía caliente por el ejercicio físico que acababa de terminar. La música en mis audífonos me mantiene sumergida en todos mis pensamientos buscando serenidad y respuestas a algunas preguntas. Caminaba cabizbaja hasta que de repente sentí como alguien tropezó conmigo dejando caer unos libros al suelo.

-Oh! Lo lamento mucho--

dije inmediatamente al mismo tiempo que quitaba mis audífonos y levantaba la mirada para descubrir quién había acabado con mi momento de serenidad.

-Lo siento--

dijo ella agachándose al suelo para recoger sus cosas.

Si existiese algo más que lo literal, lo mencionaré ahora mismo, cuando volví mi mirada a esa persona, quede paralizada por un par de segundos, en este preciso momento podría describirla físicamente y aun así me faltarían palabras para poder descifrar su aspecto, una mujer de unos 30 o 40 años, deducía eso por sus facciones y la forma en como iba vestida. Unos tacones de más o menos 12 centímetros, falda negra muy elegante que se posiciona por encima de sus rodillas, una camisa sumamente extraña para mi gusto, pero dejaba ver una elegancia en esa mujer que me dejó atónita.

-Déjame ayudarte--

dije rápido bajando al suelo para ayudarla a recoger sus cosas

-Esta bien, iba distraída y no te vi-- dijo ella levantando la vista dejándome ver sus ojos

-- gracias por ayudarme.

Yo volví a quedar sin palabras, esos ojos causaron un fuerte temblor en todo mi cuerpo y mi respiración comenzó a agitarse-

-¿Usted vive por acá cerca?--

no se me ocurrió preguntar nada más--

pregunto porque no la había visto antes en el barrio--

ya había terminado de recoger todas sus cosas y quedamos paradas una al frente de la otra.

-Me mudé hace muy poco, aún estoy conociendo la zona-

  • dijo al mismo tiempo que acomodaba su cabello hacia atrás.

En ese momento tan rapido note una leve sonrisa asomarse por sus labios. Quería leer cada movimiento de ella porque me tenía asombrada. Había algo más allá de lo que yo lograba ver que la hacían parecer una antorcha andante.

-Mi nombre en lara--

me presenté rápidamente--

tengo un gimnasio aquí cerca y vivo en la zona, cualquier cosa en la que te pueda ayudar decime y con gusto estoy a la orden-

  • cada palabra salió de mi con la tonalidad más sexy que se me pudo pasar por la cabeza porque realmente quería coquetear con aquella mujer, no me da miedo el rechazo.

--Mi nombre es Fernanda, encantada de conocerte Lara, te me haces muy familiar, pero no recuerdo de donde. Me tengo que ir, mi hijo me espera en casa. Gracias por la ayuda.

Y sin más comenzó a caminar y a alejarse, mi mirada no se apartó de ella ni un solo minuto hasta que desapareció por completo.

Continuara…

¡Muy buenas noches lectoras y lectores! Esta magnífica noche me dio por sentarme en la alfombra de mi sala y simplemente dejarme llevar por una leve imagen de algo sucedido… o no… quien sabe, es cuestión de continuar si así lo desean. Recuerden siempre enviarme sus sugerencias y comentarios, tengo la idea de que siempre que quiero algo lo pido, asi que si ustedes quieren algo solo diganme y vemos si lo podemos lograr.

Rica noche para todas y todos.