Oscuras relaciones (9)

-Es hora de despertar bella durmiente- Tiffani abrió los ojos despacio, intento moverse pero se dio cuenta que tanto sus muñecas como sus tobillos estaban atados, el temor la hiso despertar del todo. Estaba sujeta a una cama, las piernas y los brazos abiertos, estaba desnuda por dios...

María tomo una chalina gruesa y se la envolvió en el cuello, froto sus manos con fuerza y soplo aire caliente en ambas palmas, el pequeño apartamento donde vivía estaba congelado, hacia un par de días unos niños jugando tiraron piedras a las ventanas del edificio y más de un departamento tuvo la suerte de quedarse sin ventanas, el de María fue uno de ellos. Abrazándose a sí misma para calentarse fue hasta la cocina, encendió una de las hornillas y puso la tetera encima, por un momento se perdió en sus pensamientos, tan solo dos días atrás había conocido al hombre más extraño de su vida, y eso que ella conocía a muchos que tenían gustos muy peculiares, pero este en especial le causaba consternación, sobre todo por la manera como la había tratado, con delicadeza, dulzura, la forma en que sus labios se habían deslizado sobre su piel causándole el mayor placer de su existencia, María se estremeció al recordar las sensaciones que aquella lengua le había producido, el sonido de la tetera hirviendo la saco de su transe regresándola a su frio departamento, se preparó un té y fue a acomodarse en su cama, en su mente revoloteaban aquellos ojos negros como mariposas, cada vez que cerraba los ojos los veía observándola, estudiándola, devorándola.

María aun no podía comprender por qué aquel hombre la había escogido a ella entre el resto de sus compañera, ella que era la más delgada, la de pechos más pequeños, la menos experimentada, pero aun así fue premiada por él, porque eso había sido él, un premio, una ráfaga de aire caliente en medio de una tormenta de invierno, claro aquel extraño tenía un aura de peligro que lo hacía aún más interesante, oh si, María tenia debilidad por los chicos malos, por seguir a uno de ese tipo había terminado donde estaba, sin querer se miró los brazos y vio los moratones y las señas de los pinchazos, aparte de haberla golpeado, violado y forzado a prostituirse le había enseñado a drogarse con heroína, hacia solo unos cuantos días que por fin tomo la decisión de abandonarlo, pensó que así todo lo malo quedaría atrás, pero al verse sola y sin dinero recurrió a lo que sabía hacer, prostituirse para sobrevivir y drogarse para tratar de mitigar el dolor que le producía vender su cuerpo a cualquiera que tuviera cincuenta billetes. Emitió un profundo suspiro seguido por un sollozo, su vida se había vuelto en un torbellino que cada día la arrastraba más y más, no  tenía el valor suficiente para acabar con su vida, pero tampoco el valor para cambiar su existencia, se sintió miserable, aquella presión tan conocida le aguijoneo el corazón, solo tenía una manera de suprimir aquel dolor, llorando amargamente abrió un cajón y saco una jeringa ya preparada, cerró los ojos con fuerza y perforo su maltratada vena, antes de que su mente se embotara con químicos vio un par de ojos negros mirándola.


El portal era un túnel sin fin, caminaron en medio de la oscuridad por lo que parecía horas, ninguno dijo nada solo se limitaron a seguir caminando hasta que al fin una luz se pudo distinguir a los lejos, ansiosos apresuraron el paso, el primero en atravesar a la luz fue Shadow seguido por Vidrios y Gabriel.

El lugar parecía ser una especie de pantano, todo cubierto por lodo y agua estancada, un poco más halla se erigía una cueva, los tres se miraron entre si y asintieron a la vez, avanzaron despacio escudriñando cada movimiento a su alrededor, podían escuchar pequeños pasos pero cuando volteaban a mirar lo que sea que estaba por ahí se escondía.

-Precioso lugar-

Vidrios miro sus pies y vio unas sanguijuelas arremolinándose en sus botas, con una decidida patada las aplasto.

-Ya saben, yo seré el que hable, no digan ni una sola palabra, pueden usar cualquier cosa que salga de nuestros labios en nuestra contra-

Ángel y demonio asintieron en silencio, ya estaban a escasos metros de la cueva cuando una fuerza invisible los detuvo en su lugar

-Ángel-

Dijo una voz

-Demonio-

Susurro otra

-Hechicero-

Agrego una tercera

-¿Ah que han venido?-

Dijeron las tres a la vez en perfecta sincronía, Shadow carraspeo aclarándose la garganta antes de hablar

-Hemos venido por respuestas-

-La información es cara hechicero-

Las voces hablaban como una sola, aunque se podía distinguir la diferencia entre ellas

-Lo sé, y estamos dispuestos a pagar-

Shadow le lanzo una mirada significativa a Vidrios y este asintió decidido

-Este es Vidrios y el será…

-No lo queremos  a él, hechicero-

Inmediatamente la mirada de Shadow se posó en Gabriel, estaba a punto de decir algo pero una vez más las voces lo interrumpieron

-Tampoco queremos al ángel-

La súbita comprensión lo golpeo como un enorme puño directo a la mandíbula sacudiendo su cerebro

Gabriel y Vidrios lo miraron si saber que hacer o decir, Shadow apretó los puños hasta que los nudillos se le pusieron blancos y los huesos sobresalieron de la piel

-Entonces yo seré el pago-

No era una pregunta si no una afirmación

-Correcto hechicero, todas estamos de acuerdo en que tú serás mejor que cualquier de los otros dos-

-Está bien-

-¡SHADOW NO!-

Vidrio salto  frente a el

-Te harán trizas, no podrás con ellas-

Las demonias se regocijaron al ver el efecto que tenían sobre aquellos machos

-Estaré bien-

Prometió con una media sonrisa y apartando de su camino al demonio

-Pero antes de entregarme a ustedes, formulare nuestras preguntas-

-Pregunta-

-La humana Tiffani- no hacía falta que entrara en detalles en cuanto a quien era ella, por algo se llamaban las Videntes así que sabían de antemano de quien se trataba- queremos saber exactamente que es ella, sabemos que es un hibrido de algún tipo pero no comprendemos exactamente de qué tipo-

Las mujeres permanecieron en silencio unos minutos antes de responder

-Es cierto ella es un hibrido, es la hija de un demonio de poco poder, es por eso que no se ha convertido en un engendro como otros hijos de demonio con humano-

La respuesta no lo dejo muy convencido

-Qué tipo de demonio exactamente-

-Un soldado raso de nuestro padre, a estos se les permite visitar la tierra de vez en cuando, en una visita uno de ellos embarazo a una humana y el fruto de aquella unión antinatural fue a la que llamas Tiffani-

La respuesta era lógica y muy posible, pero Shadow no terminaba de convencerse, el sentía un poder latente en Tiffani, algo fuerte.

-¿Ella tiene algún tipo de poder?-

-Ninguno, como te dijimos es la hija de un soldado raso, ellos no presentan ningún tipo de don especial, solo saben atormentar almas condenadas en el infierno-

Algo no encajaba ahí pero no podía decir exactamente que era, una voz en su cabeza le gritaba “mentirosas”, pero que motivo tendrían ellas de mentir, sobre todo si es que recibirían un pago.

-Hay un demonio Bastiel-

Shadow espero a ver el efecto que producía aquel nombre  en las Videntes

-Continua-

-Aquel demonio ¿por qué la quiere?, ¿cuál es su interés en ella?-

-No tiene ningún interés en especial, aquel demonio es conocido por ser caprichoso, solo la desea para provocar al ángel-

Shadow se quedó en silencio meditando, si no hubiera percibido esa fuerza en Tiffani les habría creído, pero la pequeña rubia tenía una energía poderosa, jamás había sabido que las Videntes mintieran deliberadamente, eran muy vengativas, malvadas, mas no mentirosas, si se les daba un pago justo entonces te decían lo que quisieras, entonces ¿Por qué?

-¿Tienes alguna otra pregunta hechicero?-

-Si- Shadow se irguió y levanto la barbilla-el demonio Bastiel las ha visitado hace poco-

Las demonias se agitaron ligeramente antes de responder

-Así es-

-¿Y les hiso preguntas?-

-No-

Shadow asintió

-¿Eso es todo lo que nos quieres preguntar hechicero?-

Eso era todo lo que el necesitaba

-Si-

-Entonces únetenos-

Shadow miro a cada lado de sus hombros

-Espérenme afuera-


Vidrios comía su tercera piruleta de la noche, la ansiedad hacia que se las devorará en tres mordiscos, Gabriel a su lado estaba recostado contra la camioneta con los brazos cruzados mientras miraba el suelo.

-Como que ya se tardó bastante ¿no crees?-

Gabriel no respondió, no quería ponerse más nervioso de lo que estaba, y el sonido que el demonio producía al masticar esos benditos caramelos lo volvía loco, no deseaba arriesgarse a mirarlo y clavarle el palito de la piruleta en la garganta.

Ya habían pasado tres horas desde que Shadow se entregara a las Videntes, “malditas perras” pensó Gabriel al recordar como eligieron a su amigo en lugar de a Vidrios, quizás Shadow no podría aguantar lo que sea que ellas les hicieran a sus víctimas.

-¿Tu sabes lo que ellas hacen…

Gabriel intento sonar despreocupado pero no lo consiguió del todo, Vidrios paro de masticar y escupió el palo de la piruleta.

-Solo escuchado rumores nada más-

-¿Qué dicen los rumores?-

Gabriel levanto la mirada para poder ver la cara del demonio, lo que vio no le gusto en los mas mínimo, Vidrios miraba al suelo con temor en los ojos.

-Se dice que a las Videntes les gusta el sexo-

“Bueno eso no es tan malo” pensó Gabriel, pero el rostro de Vidrios no se relajaba

-¿Qué me estas ocultando demonio?-

Vidrios trago saliva con violencia antes de responder

-Se dice que les gusta usar a sus víctimas, abusar de ellas, torturarlas-

-¿Mediante el sexo?-

Vidrios asintió

Gabriel tembló de pies a cabeza al imaginarse las cosas que tendría que aguantar su amigo, quiso correr y rescatarlo, pero eso era imposible, un trato es un trato, y ellas habían cumplido su parte.

Vidrios estaba a punto de sacar otra piruleta del bolsillo cuando una figura tambaleante salió del edificio, cuando pudo distinguir de quien se trataba Gabriel ya estaba corriendo hacia Shadow, el hechicero tenía la camisa hecha girones, cicatrices abiertas adornaban su pecho desnudo, la sangre salía a borbotones por todas partes de su cuerpo, no había pedazo de piel que se hubiera librado de las garras de las Videntes, Vidrios corrió para ayudar a sostenerlo, Shadow intento sonreír pero solo consiguió hacer una mueca torcida.

-¿Estas bien amigo?-

Pregunto Gabriel pasando uno de sus brazos por debajo de la axila  para sostenerlo mejor.

-Estado mejor-

Bromeo apoyándose, Vidrios ayudo del otro lado, entre los dos lograron llevarlo hasta la camioneta y depositarlo en el asiento del copiloto.

-No me lleven a Neutral, vamos directamente donde Marista-

Pidió con un quejido de dolor antes de desmayarse

Luego de discutir cuál de los dos seria el que lo llevara hasta la casa de Marista decidieron que era mejor que el ángel volara hasta ahí llevando a Shadow, la tele transportación para un humano podía ser algo peligrosa y más en el estado que se encontraba el, Vidrios desapareció en el preciso instante que Gabriel pateaba el suelo y alzaba vuelo con su amigo en  brazos. El frio aire los azotaba con saña, a los lejos Gabriel distinguió nubes negras que traían consigo una tormenta, vatio las alas con fuerza dándose más velocidad, ya podía ver el bosque cercano a la casa de Marista, se sintió ansioso por aterrizar cuanto antes y no solo por su amigo, quería ver a Tiffani, su corazón dio un vuelco al pensar en la pequeña rubia que le robaba sus pensamientos, de a pocos fue perdiendo altura hasta que sus pies tocaron tierra firme con suavidad, Vidrios lo esperaba en la entrada, no fue hasta que dio un par de pasos que pudo ver la cara del demonio y supo que algo andaba mal.

-¿Qué pasa?-

Vidrios no emitió ni un sonido, sus labios eran una línea delgada, y sus ojos, dios mío, esos ojos tenían una tristeza infinita, si Gabriel no supiera que los demonios no podían llorar habría jurado que veía lagrimas acumulándose, en ese momento el corazón le latió con fuerza amenazando con romper su caja torácica

-¿Demonio que pasa?-

Marista salió en ese preciso momento bañada en lágrimas y suplicando con la mirada, cuando vio a Shadow sollozo sin control

-¿Dónde está Tiffani?-

Miro a través de las ventanas buscándola, un temblor le recorrió el cuerpo al no verla

-Mujer te eh hecho una pregunta-

Marista negó aun llorando descontrolada

-Bastiel…el…el…

Gabriel camino hasta Vidrios y deposito el cuerpo de su amigo en los brazos del demonio, entro a la casa y miro por todos lados

-NO…NO…

Se repetía una y otra vez mientras recorría la casa como un tornado enfurecido, subió las escalerillas del altillo pero ni un rastro de ella

-NO MIERDA NO…

Gabriel regreso hasta donde estaban los otros, ninguno se había movido, Vidrios aun sostenía a Shadow y Marista sollozaba agarrando una de las manos del hechicero.

-LA HIBAS A CUIDAR-

Grito tomando por los hombros a Marista y sacudiéndola con violencia

-LA HIBAS A CUIDARRRRR!!!!...

Grito con más fuerza, los cristales de toda la casa estallaron haciéndose añicos, corrió hacia afuera mirando a todos lados como si de pronto todo le pareciera extraño, desconocido, las lágrimas le nublaron la visión, las rodillas no lo podían sostener más y callo de bruces contra el suelo sacudiéndose sin control.

-NOOOOOOOOOOOOO!!!!...

Aulló como un animal herido mientras golpeaba el suelo con ambos puños, del cielo empezaron a caer gotas de lluvia que se fueron mezclando con sus lágrimas, del cielo cayeron rayos que se fueron mezclando con su propia ira


Shadow recobro el conocimiento unas horas después, todas su heridas habían sido vendadas y un caldo de olor exquisito reposaba a su lado para que comiera cuando estuviera despierto, cuando pudo abrir los ojos lo que vio lo dejo mudo, a su lado Marista tenía la cara congestionada por llorar, a sus pies Vidrios tenía la mirada perdida y un ligero temblor en el cuerpo

-Has despertado-

Marista se puso de pie y le paso una mano con ternura por la frente, el solo pudo sonreír y ronronear como un gatito

-Si esto es lo que tengo que pasar para sentir tus manos en mi piel lo haré una vez a la semana-

Marista se puso rígida y dejo de acariciarlo pero no retiro su mano

-Shadow-

Vidrios se incorporó y trato de sonreírle, pero la sonrisa no le llegaba a los ojos, estos permanecían sin vida

-¿Cómo te encuentras?-

-Mejor-

Mintió, se sentía fatal aunque las heridas no fueran físicas, su alma estaría eternamente sangrando después de lo que había vivido pero ellos no tenían por qué saber eso

-¿Dónde está Gabriel?-

Pregunto incorporándose con la ayuda de los codos, sintió un dolor agudo en las costillas debían estar rotas, uno de sus brazos se sentía entumecido, supuso que debió haber estado  dislocado y lo habían vuelto a poner en su sitio.

Nadie respondió a su pregunta, miro a Marista y vio lágrimas caer de sus enormes ojos color gris metálico

-¿Qué ha pasado?-

-Bastiel tiene a Tiffani-

Fue todo lo que pudo decir Vidrios antes de darle la espalda e ir a una de las ventanas más cercanas.

-Lo siento tanto Shadow…yo lo siento tanto-

Marista callo arrodillada junto a él y se cubrió el rostro con ambas manos

-Marista mírame-

Demando apartándole las manos para forzarla a mirarlo

-¿Qué paso?-

-Llego Bastiel con otros, iba a luchar lo juro pero uno de ellos estaba en el bosque encontró  Renark y….

Shadow la tomo entre sus brazos y la meció con suavidad para reconfórtala, no hacía falta que ella le contara más, se podía imaginar el resto.

-Calma…shhhh-

Le decía mientras le acariciaba el cabello, ella enterró su rosto en el pecho del hombre

-Vidrios ¿Dónde está Gabriel?-

-fuera, no le hemos convencido para que entre-

Afuera se podía escuchar el golpeteo frenético de la lluvia al tocar el suelo, los rayos rugían en los cielos como si compartieran su dolor y frustración.

-Tengo que ir donde Gabriel cariño-

-Aun no estás bien, será mejor que descanses-

Al verla tan vulnerable y avergonzada no pudo evitar sentirse conmovido, ella una Valquiria guerrera lloraba en sus brazos como una mujer cualquiera, quiso besar cada lagrima que descendía por sus mejillas, abrazarla contra su pecho, aprovechar este momento ya que ella nunca se mostraba así, el dolor de haber fallado la estaba matando, maldito demonio la iba a pagar no solo por Tiffani si no por el sufrimiento de su hermosa Valquiria.

-No te preocupes cariño estoy bien, pero tengo que ir donde Gabriel-

Ella asintió enjuagándose un par de lágrimas y retirándose para darle espacio, con cuidado Shadow se puso de pie y se abrigo con la manta que lo cubría, arrastrando los pies como un vejete consiguió llegar a la puerta.

Gabriel estaba arrodillado golpeando con los puños el suelo, la lluvia lo había mojado por completo, sus ropas se ceñían a su cuerpo como una segunda piel.

-Ya intente que entrara pero me lanzo un golpe-

Dijo Vidrios tomándolo de un brazo

-Descuida a mí me hará caso-

El hechicero salió a la tormentosa noche, arrastrando los pies llego junto a su amigo, no lo toco solo permaneció a su lado

-Le eh fallado-

La voz de Gabriel estaba ronca por tanto gritar, sus puños sangraban profusamente al ser golpeados tantas veces contra las pequeñas piedras del suelo.

-Bastiel no le hará daño te lo aseguro-

El ángel miro de reojo levantando la mirada

-¿Por qué estás tan seguro?-

-Vamos a dentro que se me congela el culo y te contare lo que se-

Marista sirvió tasas de humeante té para todos, Shadow le pidió que agregara unos dedos de Brandy a la bebida, después de que Gabriel y él se pusieran ropas secas todos se sentaron alrededor de la chimenea.

-Las Videntes nos han mentido-

-¿Cómo lo sabes?-

Marista apuro el contenido de su tasa hasta terminarlo y fue por más, esta vez solo la lleno de Brandy

-Llámenlo intuición, además súmenle la visita de Bastiel a la Videntes-

-¿Puede haber ido para otra cosa?-

Dijo Vidrios desde la chimenea donde estaba recostado

-Es demasiado coincidencia que el valla solo unos días antes que nosotros, creo que él fue y hablo con ellas para que no nos digan la verdad-

-Pero si así fuera ¿Cómo es que se enteró que iríamos donde ellas?, eso solo lo sabíamos tú, yo y Gabriel-

Eso era verdad, él también había pensado en eso y aun no sabía cómo habría podido enterarse.

-Solo sé que ese demonio esta tras todo esto, él sabe lo que es Tiffani de eso estoy seguro-

Todos se quedaron en silencio analizando aquella información

-Sera mejor que descasemos por hoy, ya hemos tenido suficiente-

Gabriel y Vidrios miraron desconcertados a Shadow

-No pensaras que vamos a dejar a Tiffani con Bastiel, tenemos que rescatarla-

-Gabriel, no podemos actuar por impulso, tenemos que pensar bien…

-Pensar bien ¿Qué?...pensar bien que seguro la está torturando en estos momentos, pensar bien que su vida está en peligro, yo no tengo que pensar nada -

Gabriel estaba a punto de abandonar la casa cuando la voz de Shadow lo detuvo

-¿Piensas ir tú solo y enfrentarte a Bastiel?, podrías decirme como piensas hacer eso, como pretendes enfrentarte a ese demonio cuando eres débil-

No pretendía ser tan duro con su amigo, pero si eso significaba mantenerlo a salvo estaba dispuesto a herirlo, sus palabras causaron el efecto deseado, Gabriel se quedó inmóvil como una estatua de piedra sosteniendo la puerta.

-Todos queremos verla a salvo amigo mío, pero si actuamos precipitadamente podría salir herida ella al igual que tu-

-Tenemos que idear un plan-

Marista se había puesto de pie, tenía ambos puños cerrados con fuerza,  su cara volvía a tener esa fuerza guerrera que corría por sus venas.

-Es una buena idea-

Vidrios miro al ángel esperando que el también estuviera de acuerdo, pero él  no respondió, cerró la puerta y sin voltear a mirarlos hablo

-veinticuatro horas, ese es el tiempo que esperare antes de ir a rescatarla-


La tormenta ya había pasado cuando terminaron de hacer sus planes, Gabriel no había vuelto hablar ni siquiera para dar su opinión y cuando la reunión hubo terminado el ángel dejo el lugar, Shadow les aseguro que no iría tras Bastiel, vidrios tenía que salir de aquella casa, no supo bien a donde ir hasta que estuvo en la ciudad buscándola, su cuerpo necesitaba algo, no era sexo eso era seguro, aunque no sabía exactamente que, solo sabía que quería ver a María, fue a la misma calle donde la había visto por primera vez, con una rápida mirada comprobó que ella no se hallaba en aquel lugar, ya estaba a punto de marcharse cuando una rubia voluptuosa y con demasiado colágeno se le acercó y le apretó la  verga, se la sostuvo unos momentos guiñándole un ojo

-¿Buscas una cita cariño?-

Pregunto aun agarrando la virilidad del demonio

-La verdad es que busco a alguien, ¿conoces a María?-

La mujer fue retirando su mano y poniendo cara de decepción

-La conozco pero hoy no ha venido, yo puedo servirte igual o mejor que ella-

Vidrios no lo dudaba, pero esta noche no necesitaba sexo

-Soy un amigo de ella y deseo encontrarla-

La rubia lo miro de pies a cabeza sin creerse la mentira

-Me matara cuando se entere que te eh dado su dirección- le dio una larga ojeada a Vidrios mientras buscaba lápiz y papel- aunque cuando te vea quizás y me lo agradezca-

La dirección no era muy lejos de ahí, ubico el edificio enseguida, el lugar parecía abandonado, muchas ventanas rotas y basura acumulada en la entrada, un olor dulzón y fétido como a frutas podridas hiso que Vidrios arrugara la nariz.

Subió de dos en dos las escaleras hasta que estuvo frente a su puerta, llamo una vez pero no obtuvo respuesta, volvió a llamar golpeando más fuerte y esta vez escucho pasos dentro del departamento.

María había estado durmiendo cuando escucho el golpeteo de la puerta, su última dosis de heroína había sido horas atrás pero siempre la dejaba en estado de coma, la cabeza le dolía y sentía la lengua como lija, estaba por volver a dormir cuando volvieron a tocar la puerta, resignada se puso de pie y fue a ver quién fastidiaba, grande fue su sorpresa al ver unos ojos negros como platos observándola, el cabellos negro y lacio le caía por los hombros que casi abarcaban todo el marco de su puerta

-¿Qué…que haces aquí?-

Inmediatamente se cubrió el ligero camisón que usaba con la bata de franela, ¿es que aún estaba alucinando?, era imposible que aquel hombre estuviera de pie en su puerta.

Vidrios tubo que reprimir un WUAU!!! Cuando la vio, no tenía ni una pisca de maquillaje, era cierto que esas sombras bajo los ojos estaban más acentuadas pero aun así se podía distinguir con total claridad el verde oliva de sus ojos sin tanta mierda encima, también podía apreciar aquellas pequitas que no solo le cubrían el puente de la nariz si no también parte de las mejillas, y tal y como había sospechado era pelirroja, grandes ondas rojizas le caían por la cara y el pecho.

-¿Interrumpo?-

-¿Qué haces en mi casa?-

-Fui a buscarte a…fui a buscarte y no estabas-

No quiso decir esquina, sonaba horrible

-Hoy no trabajo-

Y antes que le preguntara porque ella se adelanto

-Problemas femeninos-

-Oh-

-Así que…no podre atenderte hoy-

Estaba por cerrarle la puerta en las narices cuando un pie salió de la nada y trabo la puerta.

-Solo busco un poco de compañía-

-¿Compañía?-

Aquel hombre estaba loco de remate o las mujeres estaban ciegas, no podía ser que alguien tan guapo e interesante no tuviera miles de seguidoras dispuestas a cumplirle cada deseo y capricho que se le ocurriera.

-Así es, compañía, te pagare por estar un rato contigo-

Es que acaso había escuchado bien. ¿Le iba a pagar por estar a su lado sin hacer nada?

-Mira, no sé qué clase de depravado seas, pero quiero que sepas que tengo un arma y no dudare en usarla-

Vidrios no pudo evitar reír, no quería ofenderla con su carcajada pero la risa se le escapó de los labios, ver  aquella delgada humana amenazarlo le pareció la cosa más tierna que hubiera visto en su vida

-No soy un depravado y juro que no te hare daño, solo quiero compañía y ya te dije te pagare-

-Eres un tipo raro-

-Y tú eres preciosa-

Ella fingió no escucharlo, despacio abrió la puerta para dejarlo pasar, verlo en su departamento le pareció extraño, contrastaba mucho aquel enorme y guapo hombre con sus paredes desconchadas y vidrios rotos.

-No esperaba visita-

Dijo  a modo de disculpa por el desorden

-No te preocupes-

Ella se quedó de pie cerca a la puerta sin saber qué hacer, aquella situación era rarísima, ¿Qué podía hacer?, ¿ofrecerle un té o una mamada?

Vidrios camino un poco por el lugar, la ropa estaba tirada por todos lados, una pequeña cocina albergaba platos sucios apilados unos sobre otros, mas halla un colchón en el suelo con unas cuantas sabanas desordenadas encima, pero lo que llamo su atención fue una jeringa usada en el suelo al lado de la cama, él ya había visto antes ese tipo de cosas, cada quien era libre de hacer con su vida lo que quisiera pero aun así sintió lastima por la humana, la miro y vio una flor hermosa marchitarse deprisa.

-¿Tienes algo de tomar?-

-Solo agua-

-Eso estará bien-

María fue hasta la cocina y rebusco un vaso limpio, encontró uno y lo lleno de agua del grifo, aquel extraño la esperaba sentado en su cama, no había sillas ni sillones donde él se pudiera sentar pero aun así se sintió incomoda al verlo ahí, ella sabía tratar a los tipos dentro de su horario de trabajo y sobre todo en la calle, pero en su departamento otra era la historia.

Le acercó el vaso y él lo recibió con una sonrisa deslumbrante que dejo ver su perfecta dentadura

-Gracias-

Tomo un sorbo y luego la observo

-¿Por qué no te sientas?-

-La verdad me pones nerviosa-

Tan pronto como esas palabras abandonaron sus labios se arrepintió, ¿es que no podía evitar ser tan sincera con él?

-Lo siento no era mi intención asustarte-

Pudo ver que su pesar era genuino, aunque ¿qué sabia ella?, no lo conocía, bien podía estar fingiendo, bien sabía que los hombres fingían muy bien cuando querían algo.

-¿Cómo has conseguido mi dirección?-

Pregunto cerrándose aún más la bata, no se atrevía a sentarse a su lado pero se sentía cansada, la heroína siempre la dejaba exhausta, por lo que fue hasta la cama y se sentó lo más alejada posible del desconocido.

-Una de tus compañeras me la ha dado-

-¿Quién?-

-No importa-

Decidió no discutir por eso, igual se enteraría luego, el cansancio y el frio empezaban a vencerla, quería dormir un poco pero no delante de aquel extraño, ese pensamiento la hiso darse cuenta de algo.

-No se tu nombre-

-Vidrios-

-Es extraño ¿de dónde es?-

-¿Estas enferma?-

Le pregunto desviando el tema, pero ahora que la miraba bien si se veía algo enferma, la piel extremadamente pálida, negras sombras bajo los ojos, el cabello opaco y sin vida, los labios agrietados.

-No-

-Pues pareces enferma-

-Si deseas puedes ir donde una de mis compañeras seguro se ven mucho mejor que yo-

El enarco una ceja y una leve sonrisa curvo sus labios carnosos

-Prefiero estar contigo-

Una vez más ella no supo si mentía o decía la verdad

-Como quieras, pero en este momento no soy muy buena compañía-

-Yo juzgaré eso-

-De todos modos, es que acaso no tienes una novia o esposa que te pueda hacer compañía-

De pronto el semblante de Vidrios cambio, un dulce rostro vino a su mente, el de Tiffani, ella no era ni su novia ni su esposa pero aun así la consideraba suya, a pesar que lo había rechazado, a pesar que lo había llamado asesino, a pesar que no lo quería ver.

-Hay alguien-

Dijo el desviando la mirada, María se puso rígida, muchos de sus clientes tenían esposas y novias pero el saber que el tenia a alguien, quizás una mujer guapa como el, una mujer con un trabajo normal y no una drogadicta como ella la hiso sentirse miserable.

-¿Por qué no estas con ella entonces?-

-Ella esta…lejos-

-¿Están peleados?-

-Algo así-

-¿La amas?-

La pregunta fue como un rayo directo a su cerebro, ¿la amaba?, si, tenía que ser amor lo que sentía, ella en el poco tiempo que habían estado juntos le había enseñado bondad, ternura, cariño, si, tenía que ser amor lo que sentía por ella, entonces por qué no podía responder “si”.

-¿Vives sola?-

María se dio cuenta que evadía la pregunta, quizás no la amara después de todo, una luz de esperanza se encendió en su corazón, pero esperanza ¿de qué?, de que se enamorara de una puta drogadicta como ella, imposible.

-Si vivo sola -

Se quedaron en silencio unos momentos sin mirarse, ella se dedicó a observar la enorme envergadura de su cuerpo, los enormes y anchos hombros, la musculatura de sus brazos, el cabello negro y lacio caer por su espalda, era un hombre exquisito, deseo haberlo conocido unos años atrás, cuando su vida era distinta, cuando ella era distinta.

María emitió un profundo suspiro y se relajó contra las almohadas sin poder sostener la cabeza erguida.

-¿Estas cansada?-

-Un poco-

-Entonces duerme-

-¿Tu qué harás?-

-Me quedare un poco y luego me iré, no te preocupes que no te robare nada-

El sonrió con esa sonrisa que empezaba a ser su favorita, ella asintió y cerró los ojos, se dijo así misma que solo sería por un momento, pero el cansancio la reclamo sumiéndola en la negrura de la inconciencia.

María se despertó sobresaltada, ¿Cuánto había dormido?

-Vidrios-

Llamo, pero el  no estaba, María suspiro y pensó en la posibilidad de que todo se hubiera tratado de una alucinación producto de la heroína, no existía otra explicación, estaba a punto de volver a dormir cuando un papel que no había estado antes llamo su atención, lo tomo y al momento de desdoblarlo callo un billete de doscientos

Gracias por la compañía, te ve s muy hermosa cuando duermes

Vidrios

Leyó la nota cinco veces más y apretando el arrugado papel contra el corazón se volvió a dormir con una sonrisa en los labios


-Es hora de despertar bella durmiente-

Tiffani abrió los ojos despacio, intento moverse pero se dio cuenta que tanto sus muñecas como sus tobillos estaban atados, el temor la hiso despertar del todo.

Estaba sujeta a una cama, las piernas y los brazos abiertos, estaba desnuda por dios, Bastiel y dos desconocidos la observaban.

-Ya era hora que despertaras me estaba empezando a preocupar-

Bastiel hiso un mohín y puso cara de fingida preocupación

Tiffani trato de gritar pero no pudo, algo en su boca quizás un pedazo de tela se lo impedía, gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas, miro al demonio suplicando, rogando que la liberara.

-Oh no seas así, la vamos a pasar muy bien-

Los otros demonios que estaban en la habitación se relamieron los labios, el estómago de Tiffani se revolvió, uno a uno los demonios se fueron despojando de sus ropas, uno a uno fueron quedando desnudos, con terror vio que todos tenían el miembro erecto, hinchado.

-Oh si la vamos a pasar a muy bien-

Dijo Bastiel subiendo a la cama mientras agarraba su pene con una mano, Tiffani intento luchar, patear, alejarlo, pero era inútil estaba amarrada con fuerza, las muñecas se le cortaron al igual que los tobillos al forcejear.

-Grita para mí-

Bastiel puso su verga en la entrada de Tiffani y empujo con fuerza

Continuara…