Oscuras relaciones (7)

...podía sentir como se iba humedeciendo de a pocos imaginando esa lengua en otros lugares de su cuerpo, la cocina se llenó de un dulce olor a vainilla...

“La vida apesta” pensó Vidrios mientras se reacomodaba contra el suelo o al menos lo que tenía por superficie, su mirada vago por su prisión, una enorme y oscura nada que se extendía por todos lados, más de una vez había intentado materializarse lejos pero siempre era la misma nada. algo extraño le oprimía el pecho, ahí donde debía estar su corazón sentía un enorme vacío, las palabras de Tiffani resonaban una y otra vez en su cabeza, “sucio asesino”, pues a decir verdad si lo era, vamos, era un demonio y los demonios no tienen sentimientos, entonces, porque se sentía tan miserable por el rechazo de la humana, porque había desarrollado aquellos inexplicables sentimientos, jamás en sus… uhmmmm, pensándolo bien ya no recordaba exactamente su edad, porque en todos esos siglos nunca había sentido lo que ahora le hacía doler el pecho, el no conocía a ningún demonio que se hubiera enamorado, eso estaba fuera de su naturaleza, entonces ¿Por qué?...la pregunta quedo sin respuesta dándole vueltas en la mente. Repitió una vez más la escena de la pelea, sus intenciones no habían sido matar al caído, era solo una sesión de ejercicios, bien sabia el que ambos necesitaban en ese momento deshacerse de la energía extra que se abultaba en sus pantalones, no había tenido tiempo de explicárselo a Tiffani, y ahora ya lo veía como algo irrelevante, sobre todo al ver como ella había corrido directo al Ángel llena de preocupación y…¿podría ser amor?, tenía que serlo, ella definitivamente estaba enamorada de él, los celos presionaron aún más contra su pecho empeorando el dolor.

Vidrios se puso de pie y apretó los puños, ya no podía seguir siendo prisionero de Shadow, cuando el hechicero lo había atrapado le dio a elegir entre el encierro o la muerte, y en su cobardía eligió la prisión, ahora, veía esa decisión como la peor, era mejor estar muerto que vivir en el olvido, sin tener lo que por unas pocas semanas había disfrutado, libertad. Una firme resolución se instaló en él, concentrándose llamo a Shadow con la mente, la respuesta no se hiso esperar y en un abrir y cerrar de ojos apareció frente al hechicero que se encontraba en una enorme cocina vistiendo un pijama de franela y zapatillas de ¿conejitos?...

-¿Querías hablar conmigo?-

Pregunto Shadow desviando la atención de Vidrios de sus zapatos

-Hace siglos cuando me atrapaste y decidiste encerrarme me hiciste una pregunta-

-Lo recuerdo-

-Quiero cambiar mi decisión-

Shadow dejo la sartén que sostenía y apago el fogón de la cocina sin inmutarse

-¿Y esa decisión sería?-

-Quiero que me mates-


Bastiel sonreía completamente satisfecho recostado cómodamente contra el marco de la puerta

-Adorables-

Dijo en el tono más burlón cruzando los brazos sobre el pecho, Gabriel intento ponerse de pie pero aun no recuperaba sus fuerzas del todo

-No te levantes-

Tiffani impidió que él se levantara y fue ella la que se puso de pie

-¿Qué es lo que quieres?-

-Tengo un tema pendiente con el-

Bastiel levanto un dedo y señalo hacia la cama donde Gabriel se debatía con su dolor y sus ganas de matar al demonio

-Pues tendrá que ser en otro momento-

Dijo ella lacónica imitando la postura de Bastiel

-OK se respetar a un enfermo en su lecho-

Una sonrisa sarcástica dejo entrever unos dientes blanquísimos y unos caninos demasiado desarrollados

-Sabes que no tengo mucha paciencia Caído así que te daré hasta la medianoche de hoy para que nos encontremos-

Sin decir más nada Bastiel desapareció en un torbellino negruzco que se disipo al instante

Tiffani suspiro aliviada, volteo para ver a Gabriel y no se sorprendió al verlo tan tenso que casi se podían oír sus dientes rechinar

-¿Cómo estás?-

Pregunto pero al instante se arrepintió, la pregunta era estúpida, como podía encontrarse estando tendido en la cama indefenso ante un enemigo como Bastiel

Al verlo ahí sin camisa el recuerdo de hace unos minutos, la cercanía, lo que estuvo a punto de suceder la hiso enrojecer como un tomate, para ocultar su rubor fue directo al baño y cerro con seguro, se miró unos segundos en el espejo del lavabo y vio sus labios hinchados , los ojos vidriosos, y las mejillas color escarlata, aspiro profundamente un par de veces intentando calmarse, cuando por fin se sintió dueña de sus emociones se animó a salir del baño, Gabriel no se hallaba en la cama, asustada salió a la sala y lo encontró parado frente a la ventana mirando la calle, él se encontraba sumido en sus pensamientos, parado tan inmóvil como si fuera una estatua

-¿Tienes hambre?, puedo cocinar algo-

Gabriel no respondió de inmediato pero luego de unos segundos asintió, aliviada por obtener algún tipo de respuesta fue directo a la cocina, se quedó de pie mirando el mobiliario sin saber bien que hacer o porque estaba ahí, tantas emociones en tan poco tiempo estaban teniendo estragos en su mente, finalmente se decidió hacer huevos revueltos con tostadas, no era un banquete pero al menos no corría el riesgo de iniciar un incendio, y en el estado que se encontraba era muy probable que sucediera.

Cuando todo estuvo listo regreso a la sala en busca de Gabriel, el continuaba en la misma posición que lo había dejado media hora atrás.

-Está listo-

Anuncio tratando de sonreír y parecer casual, Gabriel solo dio media vuelta y camino hasta la cocina sin mirarla.

El silencio entre ellos solo se veía interrumpido por el sonido de los tenedores al recoger más huevos del plato o al masticar las tostadas, nada quedaba del tierno y dulce Gabriel que la había sostenido contra su pecho en lo que parecía años y no solo una hora atrás.

-No debiste deshacerte de Vidrios-

Tiffani lo miro sorprendida, como podía decirle tal cosa, aquel demonio había intentado matarlo

-Creo que los golpes dañaron tu cerebro-

Gabriel apretó tanto el tenedor que este se dobló casi por completo, pero al instante intento controlarse tomando una gran bocanada de aire

-Yo no puedo defenderte ya lo viste-

Tiffani pudo ver el pesar que le causaba pronuncia esas palabras, reconocer que era débil

-Bastiel tiene interés en ti y no en mi así que pienso que después que hables con el me dejara de molestar-

Gabriel forzó una mueca que pretendía ser una sonrisa y por primera vez desde que se había sentado la miro a los ojos, ese verde traslucido estuvo a punto de derretirla por completo

-No te engañes, él no te dejara en paz y menos después de lo que vio-

Tiffani tuvo que desviar la mirada para ocultar la vergüenza pero sentía los taladrantes ojos del ángel sobre ella

-¿Qué sugieres entonces, que tenga a ese demonio asesino en mi casa?-

-Si no lo quieres a él puedo llevarte algún lado donde estés a salvo-

Tiffani lo miro irritada, ya estaba harta de todo esto

-Quiero que recuerdes que no soy un perrito al cual manejas a tu antojo, tengo una vida y hasta hace unos días atrás un trabajo-

Recordó el estado en el que había quedado el restaurante luego del ataque de Atrox, no sabía cómo se encontraba Franklin y si aún continuaba existiendo el lugar, todo por su culpa, si no fuera por ella y la atracción que ejercía hacia las cosas extrañas nada de eso hubiera pasado

-No ha sido tu culpa-

Dijo Gabriel adivinando exactamente como se sentía

-Claro que lo es-

Tiffani se puso de pie y recogió los platos vacíos, los soltó con fuerza en el lavadero y uno de ellos se reventó en pedazos cortándole un dedo

-Mierda-

Estaba a punto de llevarse el dedo a la boca cuando Gabriel la tomo de la mano, miro unos segundos la herida y luego se llevó el dedo herido a los labios, la succión y el movimiento de la lengua contra su dedo hiso que Tiffani suspirara, podía sentir como se iba humedeciendo de a pocos imaginando esa lengua en otros lugares de su cuerpo, la cocina se llenó de un dulce olor a vainilla, Gabriel la soltó de inmediato y se fue a sentar a la mesa donde se quedó muy quieto mirando al vacío.

Emitiendo un profundo suspiro Tiffani se agarró del lavadero, no confiaba en la estabilidad de sus piernas, aquel hombre producía cosas en ella que jamás había sentido. Ella no era virgen, en su vida había tenido dos amantes, el primero a los diecisiete que fue el que le quito la virginidad, de eso más que nada recordaba el intenso dolor y el rastro de sangre que le había dejado en la falda, el segundo fue un tipo que vivía enamorado de ella, y por lastima acepto ser su novia, duraron cuatro meses pero todo termino cuando se dio cuenta que por más que intentara no lograba sentir pasión, llego a pensar en ir al psicólogo, su niñez había estado llena de traumas y eso quizás le afectaba ahora, pero con el tiempo aprendió a sobrellevar su falta de lívido hasta el punto que no le importaba, pero ahora toda una gama de nuevas sensaciones se apoderaban de su cuerpo cada vez que estaba cerca a Gabriel, asustada por esos nuevos sentimientos decidió que era mejor mantenerse alejada

-¿A dónde me llevaras para que este más segura?-


Shadow no se sorprendió al escuchar la petición de Vidrios, es más, él había estado esperando esto por décadas

-¿Estás dispuesto a morir?-

-Lo estoy-

-¿y se puede saber por qué?-

Vidrios medito su respuesta unos segundos antes de responder

-Fui un cobarde, jamás debí elegir el encierro antes de la muerte-

-Pero por que ahora después de tantos años has tomado esa decisión-

Vidrios no se animó a responder, se sentía impotente, un ser estúpido, un demonio con escrúpulos menuda estupidez

-Yo solo deseo terminar con todo esto-

Shadow medito unos segundos

-Eres libre de irte cuando quieras-

Aquella respuesta no era la que el demonio había esperado, tardo exactamente quince segundos y medio en reaccionar

-¿Soy…soy libre?-

Pregunto dudoso

-Sabes por qué te di la oportunidad de elegir entre el encierro o la muerte-

Vidrios lo miro algo confuso

-No-

-Los humanos-empezó a explicar Vidrios mientras iba al refrigerador y sacaba un cartón de leche- somos muy complejos, nuestra naturaleza es conflictiva, podemos tener dentro de nosotros mucha bondad al igual que mucha maldad, podemos ser capaces de cometer actos atroces así como actos de sacrificio-

Shadow sirvió en un par de vasos la leche, miro por unos instantes el que tenía delante y luego le ofreció el otro a Vidrios

-Los demonios mi querido Vidrios, no son muy diferentes a los humanos, al igual que los ángeles, ambas son especies que tienen en esencia el mismo potencial que los humanos, son capaces de tener libre albedrio, elegir sus acciones, hacer cosas buenas o malas, es por eso que te di a elegir entre la muerte o el encierro y elegiste sabiamente déjame decirte-

Vidrios no podía dar crédito a lo que escuchaba, Shadow se había vuelto completamente loco si es que en verdad creía lo que decía, ¿un demonio capaz de reformarse?

-¿No me crees?-

Pregunto el hechicero adivinando los pensamientos del demonio, Vidrios negó con la cabeza

-Bueno, es comprensible que no me creas, pero la verdad es así, el creador de los demonios, el señor de las tinieblas, fue un día un ángel-

Shadow espero pacientemente alguna respuesta por parte del demonio pero solo obtuvo una mirada tan llena de sorpresa que se rio un poco antes de proseguir

-Este hecho lo sabe todo el mundo, hasta los niños de la escuela-

-Si claro que lo sé, pero no entiendo a qué quieres llegar con eso-

-A lo que quiero llegar Vidrios, es que ni el mismo señor de las tinieblas fue o es del todo malvado, en un momento en su corazón hubo amor hacia Dios, en su corazón en un momento hubo la firme decisión de proteger a la humanidad, sus decisiones fueron las que lo llevaron a ser lo que es ahora, “el malo de la película”-

Vidrios se quedó pasmado, aquella explicación parecía lógica, pero no terminaba de convencerlo

-Todas las criaturas pensantes podemos elegir Vidrios, entre el bien y el mal, independientemente de donde nacimos o crecimos-

-¿Que me estas queriendo decir?... ¿que no soy un demonio?, que puedo elegir entre fornicar con una humana o no para mantenerme vivo, es pura mierda Shadow y lo sabes, soy lo que soy-

Vidrios estaba perdiendo la paciencia, toda aquella cháchara le parecía sin sentido, el solo quería terminar con todo, no tener un sermón de religión.

-Escúchame demonio, lo que quiero que entiendas es que toda la mierda que tienes en tu mente la puedes cambiar si así lo deseas, es solo fuerza de voluntad, nada más, nuestros actos nos definen, tu necesidad de un orgasmo humano es natural, tu eres una criatura que se alimenta de eso, pero no quiere decir que tengas que matar a la humana o hacerla sufrir para conseguir lo que deseas, o traer destrucción a tu paso-

Shadow emitió un profundo suspiro

-Tu puedes elegir tu camino demonio, puedes elegir tu sendero, desde hoy estas libre, puedes hacer lo que quieras, ya no eres mi prisionero-

Sin decir nada más el hechicero salió de la cocina dejando a un aturdido Vidrios


Gabriel observaba a Tiffani sacar ropa y ponerla sobre la cama, después de explicarle donde podría estar a salvo ella había aceptado ir sin pelear, cosa extraña en ella puesto que siempre cuestionaba cualquier decisión que la mantuviera a salvo, algo había pasado en la cocina para que tomara la decisión de irse pero Gabriel no podía adivinar que había sido, aquella humana era impredecible, completamente indescifrable, y completamente irresistible para él, mientras ella iba de un lado hacia el otro, sacando ropa en la miraba de pies a cabeza, saboreando en su mente cada pulgada de su menudo cuerpo, él había estado a punto de ceder a sus impulsos cuando la tubo tan cerca, si no hubiera sido por la interrupción de Bastiel solo los cielos saben que habría pasado en esa habitación, estaba claro que su cuerpo la necesitaba más de lo que él se imaginaba, su contacto lo convertía en un completo imbécil babeante, y por más que quisiera tapar el sol con dedo y decir que ahí no pasaba nada era inútil, estaba ligado a ella de una manera que no creía posible, emitió un profundo suspiro y rogo al creador que alejara aquellos sentimientos que sabía les traerían problemas a los dos

-Estoy lista-

-Perfecto, déjame llamar a Shadow y nos iremos-

Tiffani asintió y se sentó en el borde de la cama, miro su habitación y se preguntó cuándo volvería aquí.

-Shadow viene en camino-

Ella no respondió solo se limitó a mover la cabeza en un gesto afirmativo, se sentía cansada y enferma de toda esa situación surrealista.

Gabriel desde el umbral de la puerta podía ver a pesar de la escasa luz el dolor en el rostro de Tiffani, odiaba ser el causante de su sufrimiento, hubiera dado todo por poder borrarle la memoria y hacerla olvidar las últimas semanas, pero él no podía hacer aquello y en el fondo tampoco lo deseaba, quitarle sus recuerdos significaría que ella ya no lo reconocería, el ya no sería nada para ella, “pero eso sería algo bueno no” pensó, si, sería algo bueno pero él no quería que aquella humana se olvidara de él.

-Gabriel-

La potente voz de Shadow los sobresalto, ambos se miraron unos segundos antes de que la enorme figura del hechicero apareciera

-¿Todo bien?-

Pregunto mirando primero a Gabriel y luego a Tiffani

-Todo bien-

Respondió ella poniéndose de pie y cogiendo la pequeña maleta, los dos hombres la siguieron de cerca hasta que ella tomo sus llaves y cerró su departamento, tuvo que morderse los labios para retener las lágrimas.

-¿Entonces a dónde vamos?-

Pregunto Shadow saliendo del edificio

  • Marista-

El hechicero miro de reojo al ángel

-¿Ahí la vas a dejar?-

-¿Tienes otra idea?-

Luego de unos segundos Shadow negó

Aparcado frente al edificio había una camioneta Ford color amarillo, el auto estaba cubierto por parches de óxido y la luna trasera había desaparecido, El hechicero saco unas llaves y abrió la puerta del lado del copiloto

-Pensé que te habías desecho de esa chatarra-

-Los clásicos nunca mueren-

Gabriel tomo la maleta de Tiffani y la puso en la parte trasera y luego la tomo de la mano para ayudarla a subir, una electricidad se extendió por sus dedos al tocarla, el la miro a los ojos sin poder evitarlo y ella lo observaba con sorpresa, también lo había sentido, se quedaron unos momentos mirándose sin saber que decir

-Ejemmm…

Shadow los observaba divertido, ambos se ruborizaron y ella lo soltó, se subió al auto sin emitir sonido alguno.

Tiffani estaba cansada y a lo lejos se podía ver la luz anaranjada que anunciaba el amanecer, lo único que le había dicho Gabriel era que la llevaría donde una amiga y ahí se quedaría hasta que supiera que era lo que quería en realidad Bastiel, ella no estaba muy convencida, pero era eso o quedarse a su lado, prefirió lo primero, después de lo que le pareció una eternidad salieron de la ciudad, ya casi no habían casas y poco a poco el paisaje se fue transformando de edificios a árboles y vegetación, no supo en qué momento se quedó dormida pero el repentino frenazo de la camioneta la despertó, somnolienta observo el lugar, no había nada alrededor más que un tupido bosque y una pequeña casa de campo.

-Hemos llegado-

Shadow miro de reojo a Gabriel y este a su vez asintió

-Ok-

Dijo el Hechicero y descendió del automóvil

-¿Es aquí?-

Pregunto Tiffani, pero ninguno de los dos respondió, Gabriel avanzó con paso lento y levantando las manos, horrorizada vio que Shadow hacia lo mismo a medida que se acercaba a la casa, a donde la habían traído, que clase de loca vivía ahí que tenían que comportarse de aquella manera. Todas sus dudas fueron respondidas cuando vio a una mujer salir por la puerta con un par de cuchillas en cada mano, en lo que dura un abrir y cerrar de ojos cada cuchilla salió volando y se fueron a estrellar una en el muslo de Gabriel y la otra pasó rosando la cabeza de Shadow.

-¿Qué mierda hacen aquí?-

Gabriel gruño al quitarse la cuchilla del muslo y Shadow se limpió la pequeña herida que tenía en la mejilla

-Veo que has perdido puntería-

-Solo fue una advertencia hechicero-

Amenazó la mujer, ahora que ella había avanzado unos pasos Tiffani pudo observarla, y se quedó sin habla, la única palabra que podía describirla era hermosa, Marista debía medir un metro ochenta, el cabello color azabache le caía lacio como una cortina a cada lado de los hombros ,su piel de un color bronceado anormal la hacía relucir en medio del amanecer, el cuerpo no tenía ni una pisca de grasa y sus poderoso brazos daban a entender que se entrenaba con regularidad, su rostro a pesar de tener una mueca severa mostraba unas facciones perfectas, labios carnosos y rojos , nariz recta, ojos grandes y ligeramente rasgados de un color gris metálico irreal.

-Necesito un favor-

Esta vez fue Gabriel el que hablo, Marista lo miro con odio pero luego sus ojos se enfocaron en la camioneta, específicamente en Tiffani que de pronto se sintió radiografiada por aquella mirada taladrante.

-Yo no le hago favores a los de tu clase-

Rugió ella como si la petición la ofendiera

-Me debes un favor a mi cariño-

La mujer miro a Shadow con repugnancia

-No me lo recuerdes-

Tras unos segundos de silencio de miradas asesinas por parte de ella y guiños y besos volados por parte de Shadow la mujer se relajó poniendo ambas manos en sus caderas

-¿Qué es lo que quieren?-

Tanto Shadow como Gabriel bajaron las manos pero permanecieron alertas

-Necesito que ella- Gabriel señalo hacia la camioneta- se quede aquí un tiempo-

La mujer enarco una ceja y avanzó hasta el automóvil, Tiffani permaneció inmóvil hasta que Marista abrió la puerta y la observo de pies a cabeza

-Es una humana-

-Lo es-

Gabriel avanzó despacio rodeando la camioneta sin apartar los ojos de Marista era obvio que no confiaba del todo en ella

-Y se puede saber por qué la quieren dejar aquí-

-Bastiel-

Marista miro con asombro a Shadow

-¿Qué quiere ese demonio con una humana?-

Gabriel y Shadow se miraron entre sí como preguntándose que tanto le podían confiar

-No lo sabemos con certeza-

Respondió finalmente Shadow

-Pero lo averiguaremos-

Dijo Gabriel lanzándole una mirada intensa a Tiffani

-¿Entonces se puede quedar?-

Marista camino con deliberada lentitud hasta donde estaba Shadow lo tomo por la camisa y lo jalo contra su cuerpo, sus labios chocaron con violencia, ambos se fundieron en un beso apasionado que le arranco un gemido a la mujer.

-Se puede quedar, pero mi deuda esta saldada hechicero-

Dijo Marista empujando a Shadow, este se relamió los labios y sonrió un poco

-Por supuesto-

-Ya tráiganla de una vez que se me congela el culo aquí afuera-

Con un movimiento fluido la mujer dio media vuelta y camino de regreso a la pequeña cabaña

Tiffani miro a Gabriel como suplicándole que no la dejara con aquella loca

-Estarás bien lo prometo no te hará daño-

Dijo este sintiéndose fatal por ponerla en aquella posición

-Descuida Tiffani ella solo es pura apariencia en el fondo es tan blandita como un bombón de chocolate-

Shadow se volvió a relamer los labios mirando en la dirección donde Marista había desaparecido, resignada bajo de la camioneta y sintió las piernas débiles, estaba fatigada y solo quería poder dormir una semana sin despertar.

El interior de la cabaña era acogedor, aunque no habían muchas comodidades, un sofá muy viejo frente a una chimenea encendida, una cocina que debía ser del siglo pasado, un par de sillas y una pequeña mesa de madera completaban todo el mobiliario de la casa, de una viga del techo colgaba un candelabro con velas encendidas y más allá una escalera empinada llevaba a un altillo que Tiffani supuso era la habitación.

-Esta como la recordaba-

Marista no respondió el comentario de Shadow

Gabriel entro trayendo la maleta y la deposito cerca de la puerta

-¿Este lugar está protegido?-

Pregunto mirando a su alrededor

-Bastiel jamás podrá entrar en esta casa-

Respondió Marista perdiendo la paciencia

-Ahora-continuo ella mirando a los hombres-será mejor que se larguen-

Tiffani volteo enseguida y miro a Gabriel rogándole con los ojos que no la dejara ahí

-Sera por poco tiempo-

Le prometió el acercándose, estuvo a punto de levantar una mano y tocarla pero se arrepintió a medio camino

-Sera mejor que nos vallamos-

Gabriel miro por última vez a Tiffani antes de salir, Shadow se quedó un poco rezagado mirando a Marista pero esta hacia como si el solo fuera un mueble más en su casa.

-Ha sido un placer volver a saborearte-

Dijo el hechicero pero no obtuvo respuesta, camino unos pasos y fue hasta donde estaba Tiffani

-Ella cuidara bien de ti-dijo mirando de reojo a Marista que fingía no escucharlo-y una cosa más- esta vez Shadow se puso serio- quiero que sepas que Vidrios no quería matar a Gabriel y que lo eh liberado-

Tiffani estuvo a punto de decir algo pero Shadow la callo poniéndole un dedo en los labios

-Ahora no es el momento de explicaciones-

Tiffani hiso un mohín como una niña pequeña pero finalmente asintió

Sin decir más Shadow abandono el lugar dejando a las dos mujeres solas

-Entonces-Pregunto Marista dirigiéndose a Tiffani pero sin dejar de mirar la puerta por donde había salido Shadow-¿Qué hay entre tú y ese ángel?-


-¿Qué tu que…

Gabriel incrédulo miro a Shadow desde su asiento

-Que eh liberado a Vidrios-

-¿Por qué carajos has hecho eso?-

-No tengo por qué darte explicaciones Caído-

-Él es un demonio-

-Recuerda que protegió a Tiffani-

-Solo porque se lo ordenaste-

-Al principio fue por eso pero luego él lo hiso por voluntad propia, no es el mismo demonio que yo aprese hace siglos atrás-

Gabriel gruño al imaginarse a aquel demonio suelto

-Tenemos que averiguar que quiere Bastiel de ti-

Dijo Shadow cambando de tema

-Esta noche me encontrare con el-

-No puedes ir solo-

-No tengo otra elección-

Shadow le dio un ligero golpe al timón por la impotencia

-Y aún queda averiguar que es Tiffani-

Dijo el Hechicero sin apartar los ojos de la carretera, como si ya no tuvieran suficiente entre manos

-Lo sé-

Respondió Gabriel mirando por la ventana, hacia unos días tenían un plan, ir donde las videntes, tan hermosas como malvadas y preguntarles sobre Tiffani, Vidrios se había ofrecido a ser el pago que ellas pedirían a cambio de la información, pero ahora que el ya no estaba aquella responsabilidad recaía sobre él, un escalofrió recorrió su cuerpo al imaginarse en las garras de aquellas demonias viciosas.

-Tendré que ofrecerme a cambio de información-

Shadow desvió la mirada de la carretera unos segundos para estudiar al ángel

-No tienes las suficientes fuerzas para enfrentarlas-

-Lo sé pero no hay otra salida-

-Yo lo hare-

Shadow estuvo a punto de perder el control del automóvil por la repentina aparición de Vidrios, este estaba sentado cómodamente en la parte trasera de la camioneta

-Ya no eres el prisionero de Shadow demonio porque nos ayudarías-

Vidrios emitió una ligera sonrisa antes de responder

-Digamos que tengo curiosidad por conocerlas -

Gabriel volteo a mirar al demonio

-¿Sabes a lo que te expones?-

Claro que lo sabía, ellas eran una leyenda inclusive entre los demonios, tres bellezas letales y malévolas, no le hacia ninguna gracias ofrecerse como sacrificio pero si eso significaba estar un paso más adelante y así poder ayudar a Tiffani estaba dispuesto a hacerlo.

-Ya eh dicho que lo hare-

Shadow reprimió una sonrisa de satisfacción y Gabriel gruño un “de acuerdo”.


Como odiaba tener que visitar este inmundo lugar, Bastiel se miró los zapatos italianos arruinados por el lodo, “es que no podían haber elegido un cómodo departamento en la ciudad en lugar de este asqueroso agujero para vivir” pensó levantando un pie y luego el otro

-¿Ha que has venido hermano?-

Preguntaron tres voces femeninas al unísono

-Tengo que pedirles un favor hermanas-

Ya quisieran ser esas asquerosas sus parientes, pero como estaba a punto de pedirles un favor les siguió el juego

-Habla-

Respondieron las tres a la vez

-Vendrán a ustedes por respuestas, por ningún motivo deben decirles las verdad de lo que pregunten-

-Si pagan por información estamos obligadas a responder-

Bastiel sabía que dirían eso y venia preparada

-Le pagare por que los desinformen, les pagare para que les mientan-

Las voces se callaron unos minutos antes de responder

-¿Cuál será el pago hermano?-

-Tres humanos machos vírgenes-

Un coro de gemidos se escuchó por el lugar, Bastiel sabía que no se resistirían a algo así.

-¿Aceptan?-

-Tú trae a los machos y nosotras cumpliremos-

-Les traigo uno como adelanto y después de que cumplan su parte traeré a los otros dos-

-No juegues con nosotras hermano sabes lo que sucede cuando nos engañan-

Oh, claro que lo sabía, hacia siglos había tratado de engañarlas pero su intento resulto fallido, resulto pagando el en carne propia su estupidez, hasta para él un demonio de mucho poder le resultaba atemorizante estar a la merced de esas arpías.

-No se preocupen hermanas, eh aprendido la lección-

Dijo el haciendo una pequeña reverencia

-Quienes serán los que vendrán-

Pregunto solo una de las voces

-Vidrios un demonio de la lujuria, Shadow un hechicero y el arcángel Gabriel-

Las videntes se removieron en las penumbras

-Un caído pide nuestra ayuda eso será divertido-

Las tres se regocijaron

-Me retiro hermanas, ya saben lo que tienen que hacer-

Al instante Bastiel hiso aparecer con un movimiento de la mano a un muchacho tembloroso

-¿Dónde estoy?-

Dijo el joven temblando y mirando a su alrededor

-Estas- Bastiel se acercó al rostro del humano-en tu tumba-

Las Videntes salieron de su escondite y se abalanzaron sobre el muchacho, este grito con desesperación pero la oscuridad se lo trago y sus gritos cesaron

-Un placer hacer negocios-

Dijo Bastiel pero ya no obtuvo respuesta, aquellas bocas estaban muy ocupadas succionando, lamiendo y mordiendo

Continuara…