Oscuras relaciones (6)

Gabriel la tomo por la cintura y la pego más a él, sus miradas se quedaron trabadas, sus labios a centímetros, aquella fragancia de vainilla salió dispara por cada poro del cuerpo de él, sus rostros se iban acercando cada vez mas

Mil disculpas por la demora…estos meses han sido algo extraños, intentare no demorarme tanto (LO INTENTARE), espero que disfruten este nuevo capitulo…

Al verla tendida en el sofá podía imaginarse el cálido abrazo de su interior alrededor de su miembro, esa humedad abrasadora recibiéndolo, abrigándolo. Ahí estaba ella abierta para el como una flor en plena primavera humedecida por su néctar, solo unos escasos centímetros separaban sus cuerpos, podía escuchar los latidos acelerados de ella, la respiración entrecortada, ver sus labios parcialmente abiertos en busca de oxígeno, deleitarse con sus caderas alzadas dándole la bienvenida, su miembro Vibro lleno de anticipación, entre sus manos acunaba su gran erección que a cada segundo crecía mas transformándose en algo enorme.

-Tómame-

Suplico Tiffani mientras su cuerpo se contorsionaba en ondulantes movimientos que hacían resaltar sus senos

Fue entonces que Vidrios retrocedió, no fue algo realmente pensado, el solo retrocedió, no podía, es que no podía tomarla de esa manera, aquella no era Tiffani, aquella no era la dulce humana que el conocía, esa era solamente el producto de la sangre demoniaca que corría por sus venas, la sangre que ella había bebido para poder curarse de la herida, aquella sangre podrida y lujuriosa era la que la hacía comportarse de esa manera.

Vidrios retrocedió aún más aturdido, no estaba en la naturaleza de un demonio tener remordimientos.

-Vamos no me hagas esperar-

Susurro Tella mientras lo seguía en su retroceso

-Aléjate-

Pero ella sin hacerle el menor caso continuo avanzando, sus caderas moviéndose en sinuosos movimientos, los senos revotando ligeramente con cada paso que daba, el cabello rubio cayéndole por los hombros, una mueca lasciva dibujándose en su rostro a medida que sus labios se ensanchaba en una sonrisa sórdida

Él no podría aguantar por mucho más tiempo, si ella conseguía llegar hasta él y siquiera lo tocaba se iría por el caño sus ganas de ser un buen demonio.

Reuniendo la poca fuerza de voluntad que aún le quedaba Vidrios se desmaterializo por la habitación para luego aparecer tras ella

-¿Quieres jugar?-

Pregunto volteándose, pero él no se lo permitió, el tomo por los brazos y se los sostuvo atrás de la espalda

-Lo quieres rudo ¿eh?-

Retrocediendo y sin soltarla fue hasta el dormitorio

-Recuéstate-

Ordeno el tragando saliva, Tiffani sonrió victoriosa, el demonio la observo unos segundos antes de cerrar la puerta, tomo una de las sillas del comedor y la trabo contra la puerta.


-Sera mejor que te calmes o terminaras haciéndole un surco a mi alfombra-

Era la millonésima vez que Gabriel caminaba de lado a lado frente al escritorio de Shadow, el hechicero se hallaba cómodo recostado contra la silla con los pies levantados, un vaso de whisky en la mano y una sonrisa burlona en los labios.

-¿De qué te ríes?-

-De ti-

Gabriel dejo de caminar y miro con furia al hombre sentado al otro del escritorio, si no hubiera sido su amigo le habría arrancado la cabeza para borrarle esa sonrisa del rostro.

-Vamos Gabriel tienes que admitir que esto es muy gracioso-

-No sé qué tipo de sentido del humor retorcido tengas, pero a mí no me parece para nada gracioso-

-Está bien, no me burlare del hecho que te hayas vinculado a una semi humana-

-¡NO ME EH VINCULADO A ELLA!-

Grito Gabriel haciendo temblar el edificio entero, unas cuantas botellas cayeron de la estantería haciéndose añicos, Shadow observo el desastre tan calmado como si solo se tratara de la pataleta de un niño pequeño.

-Me debes 500 dólares Caído-

Dijo poniéndose de pie y mirando el líquido derramado sobre la alfombra roja

-…y 500 más por la tintorería-

El ángel estaba a punto de explicarle donde se podía meter sus quejas cuando el teléfono sonó, el instinto de Gabriel se disparó, estaba a punto de tomar el auricular cuando la gran mano color oliva de Shadow le gano.

-Buenas noches Neutral-

Respondió el inmenso hombre, luego de unos segundos que parecían interminables una explosiva carcajada remeció el cuerpo de Shadow ante el asombro de Gabriel

-Vamos para allá-

Dijo antes de colgar el aparato

-¿Era Tiffani?-

-Nop, Era Vidrios-

Silencio…

-¿Y….

-Y será mejor que dejes de apretar con tanta fuerza mi escritorio o tendré que cobrarte 500 más si lo rompes-

Las manos del ángel se aferraban al mueble con tanta fuerza que al soltarlo dejo las marcas de sus dedos impresas en la dura madera.

-Vamos a ver a tu novia antes que destruyas el lugar-


A pesar que el viaje solo había durado dos minutos a Gabriel le habían parecido horas, y no ayudaba el hecho de que Shadow no le hubiera querido contar que era lo que estaba mal.

Al llegar al departamento un sudor frio le recorrió la espalda, solo esperaba que la sangre demoniaca que había bebido no la estuviera matando, pero si la humana moría que más daba, solo era una humana más, los humanos morían todos los días, “ella no es una humana más y lo sabes”, le recrimino una vocecita tan aguda en su cerebro que si hubiera podido se hacía una lobotomía solo por callar a su conciencia.

-¿No vas a entrar?-

-Tu primero-

El hechicero puso los ojos en blanco pero no hiso ningún comentario

-Vidrios somos nosotros-

Anuncio abriendo despacio la puerta, aún era de madrugada y no había ninguna luz encendida, todo se hallaba en una penumbra fantasmagórica.

-Vidrios…-

Volvió a llamar mientras buscaba el interruptor de la luz, al encender las luces tanto el cómo Gabriel se quedaron paralizados por la escena, Vidrios sentado en una silla cubierto por bolsas de hielo que se descongelaban en seguida

-¿Pero que mierd…-

Toda sorpresa se vio cortada por el llanto y las suplicas provenientes de la habitación que Vidrios custodiaba

-MALDITO POR QUE LA HAS ENCERRADO-

Gabriel Estaba a punto de avanzar pero las manos de Shadow lo detuvieron en su lugar

-No la dejes salir-

Le advirtió sin soltarlo y mirándolo fijamente a los ojos

-ESTAS LOCO-

-Usa tus sentidos Gabriel, huele el aire, y dime que percibes-

Sin muchas ganas hiso lo que le pedía pero solo para que lo soltase, se relajó y empezó a escudriñar con todos sus sentidos el lugar, un olor dulce, algo picante,  floto hasta su nariz haciéndolo retroceder como si le hubieran asestado un puñete en el estómago.

-Mierda…

Fue todo lo que el ángel pudo decir retrocediendo aún más hasta chocar contra la pared

-No, mierda no, deseo-

Efectivamente el lugar estaba plagado de la dulce fragancia del deseo desmesurado y no era Vidrios que expedía aquel exquisito olor, Tiffani era un volcán erupcionando al otro lado de la puerta.

-Es mi sangre-

Explico el demonio tomando otra bolsa de hielo del suelo y poniéndosela en las piernas, era obvio que cosa trataba de mantener fría y entumecida.

-Sera mejor que los dos salgan del departamento, vallan al techo a enfriarse un poco- miro primero al demonio y luego al ángel - es una orden-

Ninguno de los dos puso alguna objeción, si se quedaban por más tiempo en ese ambiente alguno sucumbiría y terminaría entrando y poseyéndola

Una vez que ambos salieron del departamento, Shadow tomo aire, él no era tan susceptible a aquel olor pero aun así era un hombre y si no se concentraba podría terminar haciendo algo de lo que se arrepentiría toda la vida.

Fue abriendo la puerta del dormitorio con lentitud, la esencia de Tiffani salió por la puerta como una ráfaga de aire caliente, una erección amenazo con instalarse en sus pantalones pero al ver el frágil cuerpo desnudo bañado en sudor retorciéndose en la cama todo deseo se desinflo, era solo una mujer sufriendo mucho.

-Tiffani, soy Shadow-

Tiffani gimió de dolor aferrándose a una almohada que tenía entre las piernas

-Tiff quiero que te relajes y me dejes curarte ok-

A duras penas fue soltando la almohada tratando de relajarse pero el dolor que sentía era muy fuerte.

-Sé que duele, pero te aliviare-


En el techo del edificio la incomodidad era tan palpable como si fuera una tercera persona entre ellos. Ahora sin la ayuda de las bolsas de hielo Vidrios volvía a sentir su erección tan dura y tiesa como el cemento, y darse placer a sí mismo no ayudaba, ya lo había intentado cinco veces antes que llegaran, y el resultado siempre era el mismo, más ganas.

Se sentía tan miserable, no era normal para un demonio del sexo auto controlar sus deseos. A su lado la escena era la misma, Gabriel tenía la misma cara de desesperación, y entre las piernas una carpa de circo.

-Espero que Shadow la calme-

Gabriel solo asintió sin dejar de mirar hacia a la calle, estaba inquieto, ofuscado, una idea rondaba por su mente y tras unos minutos de mutismo por fin hablo

-¿La tomaste?-

Vidrios tuvo que voltear para asegurarse que le estaba hablando a él.

-NO ME ESCUCHASTE DEMONIO TE PREGUNTE SI LA TOMASTE-

Estallo Gabriel al no recibir respuesta

-¿Y que si lo hice?-

El Ángel empezó a temblar de pies cabeza y en su espalda la piel se le removía como si cientos de serpientes quisieran salirse de su cuerpo.

-¿Lo hiciste o no? -

Su voz intentaba sonar calmada y sin emociones pero no lo conseguía, la furia que sentía al imaginarse al demonio poseyéndola, moviéndose dentro de ella, haciéndola gemir y gritar su nombre lo cegaba.

-Me lo pedía a gritos-

Respondió Vidrios finalmente sonriente y agarrándose el prominente paquete de entre las piernas como si recordara lo que era estar dentro de ella. Este gesto fue la gota que derramo el vaso, Gabriel exploto literalmente, sus alas se expandieron a su total envergadura, las plumas tan suaves se habían convertido en cuchillas dispuestas a rebanar cada centímetro de carne del demonio, con un rugido salto dispuesto a matar, sus manos volaron hacia el cuello de Vidrios pero este se desmaterializo en el último momento para luego reaparecer tras Gabriel, el cuerpo del demonio había cambiado a su verdadera naturaleza, un monstruo de tres metros se erigía sobre unas piernas musculosas y casi tan gruesas como el torso del ángel, los brazos de un ancho descomunal caían inertes a los lados esperando el contra ataque, una lengua bífida y negra colgaba de sus labios que sonreían sardónicos

-Dame tu mejor golpe Caído-

Provoco poniéndose en guardia, Gabriel no espero una tarjeta de invitación y volvió al ataque, de sus alas salieron disparadas plumas duras y afiladas, estás se enterraron contra el pecho del demonio que aulló de dolor, intento sacarlas pero cada vez que las tocaba se enterraban más en su piel, Gabriel era ahora el que sonreía, al ver la confusión momentánea del demonio pateo el suelo y voló por los aires, se arrancó una pluma y esta se transformó en una especia de espada larga y negra, el arma iba dirigida directo a la cabeza del demonio, dispuesta a cortarla, cuando solo faltaban centímetros para el contacto, Vidrios tomo por la muñeca a Gabriel y lo arrojo por el techo, el ángel salió despedido por los aires pero pronto recobro el control, batiendo sus alas se lanzó en vuelo contra Vidrios, este se agacho y alcanzó a esquivarlo, pero no lo consiguió una segunda vez, Gabriel había volteado y con la habilidad de un carnicero le clavo el arma en el hombro, sangre de un rojo tan profundo que parecía ser negra emano por la herida bañándolo del cálido liquido

-Buen golpe-

Elogio tan sonriente como si solo estuvieran jugando y no peleando a muerte, Gabriel volvió a perder la paciencia, la calma del demonio lo volvía loco y solo quería verlo echo picadillo por todo el suelo del techo.

Ambos se miraron y corrieron al mismo tiempo, el demonio reía y el ángel rugía iracundo, el primer puñete lo lanzo Vidrios directo a la mandíbula de Gabriel haciéndolo caer de espaldas pero este se incorporó enseguida con un salto, al instante su brazo derecho se alzó como un mazo imparable que fue a dar en el ojo derecho del demonio lanzándolo lejos.

La sangre corría por los labios de Gabriel, la cara se le empezaba al hinchar y las fuerzas se le agotaban, el sabía que no duraría mucho contra Vidrios, hace unos siglos atrás esta pelea solo habría durado cinco segundos, pero desde que le habían despojado sus poderes se había vuelto un débil inservible, pero eso no importaba ahora, solo quería matar al demonio por haberla tocado.

-NO TENGO TODO EL DIA DEMONIO-

Vidrios se fue poniendo de pie lentamente aun sonriendo, miro a Gabriel a la distancia unos segundos y se desmaterializo, Gabriel se preparó para el impacto, intento concentrar sus sentidos para adivinar donde aparecería el demonio, pero fue inútil, unas manos aparecieron de la nada envueltas en su cuello, Vidrios apretó con fuerza quitándole todo el oxígeno, la cara de Gabriel pronto se volvió purpura, las rodillas se le doblaron y poco a poco fue cayendo al suelo.

-¡QUE ESTA PASANDO AQUÍ!-

Vidrios soltó a su presa y este callo tosiendo contra el piso, Tiffani cubierta por una gruesa manta observaba la escena con estupefacción, tras de ella se encontraba Shadow con una expresión severa en el rostro y los brazos cruzados sobre el pecho.

Lentamente el cuerpo del demonio fue adoptando su forma humana, el jamás hubiera querido que ella viera su verdadera naturaleza, quería correr y pedirle disculpas por lo que acaba de ver pero ella solo fue directo a Gabriel que aun tosía con fuerza sobre el piso

-¿Estas bien?-

Pregunto arrodillándose junto al ángel, él no podía responder, aun no conseguía hacer entrar el suficiente oxígeno a sus pulmones como para articular palabras

-Tiffani yo…-

-NO QUIERO ESCUCHARTE SUCIO DEMONIO, DESAPARECE DE MI VISTA AHORA-

Aquellas palabras lo hirieron más de lo que la espada de Gabriel había hecho, un nudo apretado se instaló en su pecho dejándolo sin aire, sin decir nada se desmaterializo en el aire


-¿Se va a poner bien?-

-Sí, solo ha sido un golpe en la mandíbula nada grave-

Shadow deposito a Gabriel en la cama de Tiffani, el rosto del Ángel se veía amoratado por el golpe, aun le corría sangre por el labio que ahora era tres veces su tamaño normal.

-Debemos llevarlo a un hospital-

Susurro ella sentándose con cuidado en la cama

-No será necesario, él se cura rápido, dale unas horas y estará bien, solo déjalo descansar un poco, ¿vale?-

Sin estar muy convencida asintió, con extrema delicadeza aparto unos cuantos mechones del rostro de Gabriel que ahora dormía profundamente víctima del cansancio

-Sera mejor que me valla, vendré mas tarde a ver cómo sigue-

Shadow estaba a punto de salir de la habitación cuando Tiffani lo paro

-Espera-

Le dijo poniéndose de pie y tomando algo de la mesa de noche

-Llévate esto, no lo quiero ver nunca más-

El medallón de Vidrios tenía otra vez la piedra negra signo de que él se hallaba dentro, Shadow lo observo unos momentos antes de recibirlo

-Sería mejor que te lo quedases por seguridad-

  • Prefiero morir antes que tener que ver a ese asesino, a ese demonio cruel y vicioso, llévatelo no lo quiero-

Tiffani se dio media vuelta y fue a sentarse nuevamente al lado de Gabriel

-Como desees-


-Gabriel…-

Aquella dulce voz lo traía de regreso de su inconciencia, despacio fue abriendo los ojos, frente a él se encontraba Tiffani con una expresión de total preocupación

-Que…donde?...-

-Tranquilo-

Lo calmo acariciándole la mejilla buena

-Estás conmigo en mi departamento, todo está bien-

De pronto empezó a recordar la pelea, el demonio ahorcándolo

-¿DONDE ESTA VIDRIOS?-

Intento ponerse de pie pero aún estaba muy agotado y adolorido

-No por favor, aun sigues sanando, el ya no está aquí, Shadow se lo llevo-

Las manos de Tiffani volaron a su pecho para evitar que se levantase, aquel contacto cálido lo desarmo y se dejó caer en las almohadas, sus ojos color verde hoja se fijaron en los de ella, al verla así, preocupada por él, sintió una punzada en el corazón, podía ser cierto, podía ser que el…

-Traeré algo para limpiarte la sangre-

-Hazlo-

Luego de unos instantes regreso con una pequeña hoya llena de agua tibia y una esponja, la remojo un poco en el agua y la estrujo para sacar el exceso de líquido, con manos suaves fue limpiando todo su rostro,  él no podía dejar de observarla, era como si lo tuviera hipnotizado y amarrado a la cama

-Dime si te hago daño-

El no respondió solo cerro los ojos entregándose a las sensaciones que sentía

-Ayúdame a sacarte la camisa-

Sin abrir los ojos se desabrocho la camisa y se la saco despacio, aun sentía dolor en los brazos. Al ver su expresión de dolor le ayudo a terminar de quitársela

Tiffani tuvo que aguantar las ganas de morderse los labios, el enorme pecho parecía esculpido en duro mármol, pero aun así tan suave, los músculos de los brazos resaltaban deliciosamente, era simplemente hermoso, dejo vagar un poco los ojos por aquel cuerpo, bajo por el abdomen que subía y bajaba despacio, a pesar de estar en reposo los pequeños cuadraditos se definían a la perfección, podía contarlos sin problemas, más abajo sus caderas parecían indicar en una perfecta V el camino al paraíso. Tragando saliva compulsivamente Tiffani tomo la esponja y empezó a limpiar el pecho en pequeños círculos, el cuerpo de Gabriel tembló un poco pero al instante se calmó, ella continuo bajando cada vez más, aunque vale decir que la sangre no había llegado tan abajo, la respiración del ángel se hiso más pesada y acelerada a medida que la mano de Tiffani iba más al sur, no era correcto y ella lo sabía pero no podía parar, ya estaba por las caderas cuando una fuerte mano la tomo por la muñeca, los ojos completamente abiertos de Gabriel la observaban con miedo, ella intento retroceder avergonzada pero en lugar de zafarse la fuerza con la que era sujetada la hiso caer contra el

-Yo lo sien…-

Gabriel la tomo por la cintura y la pego más a él, sus miradas se quedaron trabadas, sus labios a centímetros, aquella fragancia de vainilla salió dispara por cada poro del cuerpo de él, sus rostros se iban acercando cada vez mas

-Que preciosa escena-

Bastiel se hallaba apoyado contra el marco de la puerta sonriente

Continuara…